Tendremos días de terror con los contagios y sin dinero, que es lo peor. El crédito internacional ya no debe de tener lugar. Estamos en línea roja ante los acreedores pero no paran de prestar, para esclavizarnos aún más. Eso es Guatemala, un país destruido por el neoliberalismo.
AUTÉNTICOS DÍAS DE
TERROR
ESPERAN A LOS
GUATEMALTECOS EN 2021
Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
De veras, aquí en Guatemala todos, o casi
todos, son unos irresponsables. O padecen de serios problemas de salud
emocional y mental. El afán autodestructivo es permanente. Se ve a diario con
los accidentes, siempre en crecimiento exponencial. Dramático es el caso de los
motociclistas que, de ser un problema de seguridad personal, se ha transformado
como en Colombia en un problema nacional de salud pública. Al día mueren un
promedio de 15 conductores de motos, entre, pasolas, motocicletas de turismo o
deportivas de altas cilindradas. Todos mueren por igual, conductores y vecinos
no muy atentos a las aceleraciones. Todo un peligro en las vías públicas.
Pero, independiente de la insuficiencia de
buenas carreteras y adecuada señalización, en el fondo el problema, la causa,
es otra. Es la puesta en vigencia de manera patética de la contraenseñanza, al
límite, de la subcultura del valeverguismo.
Así nos han mal educado las dictaduras sucesivas desde hace 66 años. Nos
han hecho personas mal educadas. Inconscientes. Con poco amor por la vida e
incrédulos con las ideas de la felicidad. Personas poco o nada interesadas en
el porvenir de los demás y en consecuencia de la Nación Guatemalteca.
Todos los activistas sociales, salvo en raras
excepciones, siempre buscan algo. Entre lo más común es ser candidato a alcalde
o diputado. No dan las vueltas por gusto. Algo innoble se traen siempre entre
manos. Al guatemalteco enfermo, patológico, le encanta también cohonestar, dar
apariencia de buenas a sus malas acciones. Este diseño contracultural y
contrapedagógico nos ha hecho depredadores en todo. Nuestra cultura ancestral
está en riesgo y para ello un lamentable ejemplo. Las lindas sanjuaneritas,
cuya canción de don José Ernesto Monzón les veía lindas, ingenuas, dulces;
siguen siendo así, pero en las páginas pornográficas de internet. San Juan
Sacatépequez es ahora nido de extorsionistas y asesinos.
Los lagos, todos, están contaminados con heces
fecales y sobreviven, a duras penas, las todavía claras aguas del lago de
Atitlán. En Jutiapa destruyeron la laguna de Atescatempa, ahora totalmente
asolvada, con una profundidad de charco de unos cincuenta centímetros. Las
selvas y los bosques de Guatemala han sido arrasados con la complicidad de las
autoridades forestales del Ministerio de Agricultura. Apresan a un leñador que
tala un pequeño árbol para proveerse de leña en su hogar. Montañas sin
cobertura arbórea, con apenas endebles sistemas de sotobosques, donde la vida
silvestre apenas puede refugiarse. Ríos igualmente contaminados por heces
fecales como el que fuera el hermoso río de Paz, poblado antaño por nutrias y
una amplia variedad de peces.
Las escuelas son saqueadas por rateros de poca
monta, generalmente, padres de familia cuyos hijos están inscritos en el
establecimiento escolar víctima del vandalismo. Maestros que no compran libros
(les parece caro una erogación de cincuenta quetzales una vez al año, pero sin
compran cargas para celulares de cien quetzales semanales para estar en la
cháchara diaria de estupideces. Notarios que escriben a mano, cuando les toca,
irreconocibles garabatos, jeroglíficos; en un instrumento público. Médicos que
lucran con el dolor humano, un presidente homosexual que no pudo llevar su vida
privada con su derecho de género, sino que tuvieron que venir funcionarios de
la OEA a decirle a Giammattei que tener a su amante en un cargo equivalente al
Vicepresidente de la república era ¡un
escándalo!
En fin, ahora en la segunda ola de la pandemia
del Covid los balnearios marinos y lacustres retacados de veraneantes sin
mascarillas. No les importa ni la vida propia, mucho menos la ajena. Tendremos
días de terror con los contagios y sin dinero, que es lo peor. El crédito
internacional ya no debe de tener lugar. Estamos en línea roja ante los
acreedores pero no paran de prestar, para esclavizarnos aún más. Eso es
Guatemala, un país destruido por el neoliberalismo.
Publicado por La Cuna del Sol
No hay comentarios.:
Publicar un comentario