Debemos, con el
mínimo de racionalidad que dispongamos, convenir que el sistema político,
social y económico guatemalteco está
totalmente obsoleto.
HABLANDO UN POCO DE
DESGRACIADOS
Y DESGRACIADAS
Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
Debemos, con el mínimo de racionalidad que dispongamos, convenir que el sistema político, social y económico guatemalteco está totalmente obsoleto. Es un fracaso desde hace más de 30 años y lo que hoy vemos no es más que la consecuencia lógica del abandono. El abandono a que lo llevó la mezquindad empresarial guatemalteca (los empresarios más rapaces de América Latina son los guatemaltecos) y la subordinación de los diversos grupos políticos de derecha a los programas económicos expoliativos, explotadores y antipatrióticos de dichas personas. El ejército, bueno, en tanto sigan otorgándoles prebenda unos y otros, sigue siendo de manera teórica “el garante armado” del orden constitucional… De ese orden que tanto le gusta a los sectores conservadores nacionales donde, sin su mandato, en este paisito, no se mueve ni una hoja.
Los operadores políticos del sistema, pues, no
solo están en el Congreso de la República de Guatemala, ellos tienen compañeros
igualmente perniciosos en el sistema de justicia guatemalteco, sean Corte
Suprema de Justicia, cortes de apelaciones y la misma Corte de
Constitucionalidad, vaciada una y otra vez de contenido fundamental por
personas, como Dina Ochoa, una auténtica magistrada basura quien, en ningún
momento de su fuero interno, reparó en denunciar a la propia Corte de
Constitucionalidad, pues es la máxima otorgante de garantías de impunidad para
la porqueriza, muy pestilente, que hoy se llama Congreso.
Bien aceitada anduvo en el 2019 cuando se echó
la platicona con Jonatán Blitzer de la influyente revista New Yorker y tuvo la ligereza de la confianza en las amistades
prematuras en contarle que tenía el apoyo de dos magistrados para aprobar el
DACA (Acuerdo de Tercer País Seguro) dada las presiones del fascista de Donald
Trump, cuyos buenos servicios al imperio los fagocitaba el ex Presidente y ex
Ministro del Interior Alfombra, Jimmy “El Payaso” Morales y el gringo hechizo
Enrique Degenhart, ambos absolutos incondicionales de los poderos obscenos de
este mundo. Hoy, este día, muy seguramente, la señora Dina sea la designada del
Congreso para integrar la Corte de Constitucionalidad en una segunda avalancha
de cagadales. La trinka maldita la integraron en su momento, los oscuros
personajes antes mencionados y que ahora, con lo cobardes que son, están
padeciendo de taquicardia y pasan cerca del sanitario de su casa por los
imperiosos impulsos que sienten en el ano.
Los otros en iguales condiciones son los
cobardones señores, rector en funciones y ex rector, Murphy Páiz, “El Robocop
guatemalteco”, y el Ñato Gálvez, que según dicen, están padeciendo de depresión
y ¡cuándo no! si les espera una larga temporada en el bote. Los asustó mucho el
tímido asomo de la justicia pues una orden de aprehensión provisional puede ser
revertida. Estos dos se zurraron antes de tiempo y allí están los muy gallinas
empijamados en sanatorios privados como ridículo recurso de defensa.
¡Qué vergüenza en realidad que estos pillos
sean los que hayan dirigido y dirigen la sacrosanta Universidad de San Carlos
de Guatemala! Por eso las cosas están tan mal en esa casa de estudios
superiores donde se vive desde ya hace varios años una corrupción desbocada. La
codicia sin límites lleva a eso y se tiene que ser, realmente, prudente ante la
seductora insinuación del dinero.
Publicado por La Cuna del Sol
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