sábado, 28 de agosto de 2021

El funcionamiento del capitalismo del siglo XXI

Ahora que tanta gente se ha dado cuenta de que el sistema capitalista está plagado de problemas, hay una exigencia por una explicación clara sobre el funcionamiento del sistema. Hay insatisfacción e impaciencia con la forma en que los cursos académicos, las declaraciones de los políticos y los principales medios de comunicación tratan el tema.

 

EL FUNCIONAMIENTO DEL CAPITALISMO
DEL SIGLO XXI EXPLICADO DE
MANERA COMPRENSIBLE



Richard D. Wolff
Brave New Europe

Ahora que tanta gente se ha dado cuenta de que el sistema capitalista está plagado de problemas, hay una exigencia por una explicación clara sobre el funcionamiento del sistema. Hay insatisfacción e impaciencia con la forma en que los cursos académicos, las declaraciones de los políticos y los principales medios de comunicación tratan el tema. Los conocimientos básicos de economía son notoriamente pobres en Estados Unidos, a pesar de que sus ciudadanos muestran un gran interés por los aspectos financieros de sus vidas. Por tanto, el objetivo de este breve artículo es presentar lo esencial del sistema.

El capitalismo es sólo una forma particular de –un sistema– organizar la producción y la distribución de bienes y servicios. Se diferencia de otros sistemas como la esclavitud y el feudalismo, pero también comparte algunas similitudes con ellos. El capitalismo, al igual que la esclavitud y el feudalismo, divide a quienes se dedican a la producción y distribución de bienes y servicios en dos grupos, uno pequeño y otro grande. La esclavitud tenía amos (pocos) y esclavizados (muchos), mientras que el feudalismo dividía los grupos en señores (pocos) y siervos (muchos). Los empresarios o empleadores constituyen el grupo más pequeño del capitalismo. Controlan, dirigen y supervisan el sistema económico. Los empresarios utilizan la producción y la distribución para hacer crecer su riqueza. El capital es la riqueza dedicada a la autoexpansión. Como agentes sistémicos que están socialmente posicionados para realizar esa expansión, los empresarios son capitalistas.

El grupo más numeroso del capitalismo está formado por los empleados (u obreros). Al ser la mayoría en los centros de trabajo del sistema, realizan la mayor parte del trabajo. Los empleados se dividen en dos grupos. Un grupo, a menudo llamado "trabajadores productivos", son quienes participan directamente en la producción de bienes o servicios. En una empresa que produce sillas, por ejemplo, son quienes fabrican las mismas (personas que transforman directamente la madera en sillas). El segundo grupo de empleados, a menudo llamados "trabajadores improductivos", no participan directamente en la producción en el lugar de trabajo. Más bien, los trabajadores improductivos proporcionan las condiciones y el contexto que permiten a los trabajadores productivos producir directamente el producto. Ejemplos de trabajadores improductivos en un lugar de trabajo son los trabajadores administrativos que llevan los registros y los empleados de los departamentos de ventas y compras que consiguen los insumos y comercializan los productos.

Los empresarios capitalistas son los únicos que deciden la combinación de trabajadores productivos e improductivos que contratan, qué hace cada uno de ellos, qué tecnologías utiliza cada uno, dónde se realiza su trabajo y qué ocurre con los frutos de su trabajo. Pese a estar excluidos de participar en esas decisiones, los trabajadores productivos e improductivos viven con las consecuencias de las mismas.

Los trabajadores productivos utilizan herramientas, equipos e inmuebles que son pagados y proporcionados por los empresarios o empleadores que los contratan. Del mismo modo, los trabajadores productivos transforman materias primas compradas y proporcionadas por sus empleadores. Estos "medios de producción" (herramientas, equipos, instalaciones y materias primas) comprados por los empresarios contienen un cierto valor que se traslada al producto acabado. Los trabajadores productivos añaden más valor empleando su trabajo transformativo y utilizando esos medios de producción que les proporcionan sus empleadores. Por lo tanto, el producto final de cada lugar de trabajo capitalista contiene el valor de las herramientas, el equipo y las materias primas utilizadas, más el valor añadido por los trabajadores productivos.

El punto clave que hay que entender aquí es que, el valor añadido por los trabajadores productivos es significativamente mayor que el valor de los salarios que les paga su empleador. Por ejemplo, un empleador puede aceptar pagar a un trabajador productivo 20 dólares por hora porque –y sólo porque– durante cada hora, el trabajo de ese trabajador productivo añade más valor que 20 dólares. Esa diferencia clave entre el valor añadido y el valor del pago del salario suele llamarse "plusvalía". Los empresarios capitalistas reciben (o mejor dicho, toman) esa plusvalía y retiran de ella una parte que llaman "ganancia".

La simple aritmética de la producción capitalista puede aclarar su estructura. En primer lugar, el valor de los medios de producción utilizados más el valor añadido por el trabajo productivo es igual al valor total de la producción. El empresario recibe, posee y vende esa producción en el mercado. En segundo lugar, el exceso del valor añadido por el trabajo productivo, por encima del valor de los salarios pagados al trabajador productivo, proporciona a los empresarios la plusvalía. Parte de esa plusvalía es utilizada por los empresarios para contratar trabajadores improductivos y para proporcionar las condiciones que permiten a los trabajadores productivos generar esa plusvalía. En estas condiciones se incluyen los intereses pagados a los acreedores que prestan al capitalista y los dividendos pagados a aquellos que compraron acciones de la empresa.

El resto de la plusvalía es lo que los capitalistas llaman ganancia o beneficio. Ellos utilizan las ganancias para hacer crecer sus empresas y mantener sus propios niveles de consumo. En la corporación capitalista moderna, los capitalistas son quienes componen los consejos de administración que retienen los ganancias en sus manos y los utilizan principalmente para hacer crecer la empresa y permitir un mayor consumo por parte de los principales funcionarios de la empresa (como los CEOS), así como de los directores.

Los capitalistas obtienen la plusvalía, mientras que los asalariados obtienen los sueldos o salarios. Esta diferencia es crucial. Dado que los empresarios ocupan la posición dominante en la toma de decisiones en los lugares de trabajo (empresas), ellos utilizan esa posición para garantizar que las empresas produzcan ganancias como su primera prioridad, su "principal consideración". Los empresarios tratan de reducir, en la medida de lo posible, los sueldos o salarios que tienen que pagar a los trabajadores contratados, tanto productivos como improductivos. Cuanto más suprimen los sueldos o salarios de los trabajadores productivos, más plusvalía pueden llevarse. Cuanto más suprimen los sueldos o salarios de los trabajadores improductivos, mayor es la parte del excedente que pueden tomar en beneficios.

Los sumos sacerdotes del capitalismo –los economistas profesionales– inventan historias (ellos prefieren llamarlas teorías) que justifican el sistema. De esta manera, intentan persuadirnos de que la "maximización de las ganancias" de los capitalistas logra la mayor eficiencia, el crecimiento económico, y el mayor beneficio de la mayoría. Debemos creer que el comportamiento egoísta (orientado a las ganancias) de la clase patronal es, mágicamente, lo mejor para los trabajadores. Paralelamente, los antiguos sacerdotes insistían en que la esclavitud y sus amos egocéntricos eran el mejor acuerdo social posible para las personas esclavizadas. Los sumos sacerdotes también alababan el feudalismo y a sus señores egocéntricos como el mejor acuerdo social posible para los siervos.

Dado que la maximización del beneficio sirve a los empresarios capitalistas, la economía ortodoxa celebra los beneficios. En las últimas décadas, esa corriente ortodoxa tomó prestada de las matemáticas la noción abstracta (modelo) de un sistema simplificado en el que la maximización de un aspecto del mismo maximiza automáticamente muchos de sus aspectos. Luego insistieron en que tal modelo capta (representa adecuadamente) como funciona el capitalismo. No se engañen, no es así. El modelo matemático es sencillo, pero el capitalismo no lo es. Maximizando y extrayendo las ganancias de cada empresa capitalista es como los capitalistas acumulan riqueza. Eso es bueno para ellos, pero de ningún modo para el resto de nosotros. Mantener los beneficios lejos de los empleados hace que éstos necesiten el empleo de los capitalistas. Eso también es bueno para los empleadores. El sistema de beneficios reproduce el capitalismo a lo largo del tiempo, reproduciendo a los capitalistas en un extremo y a los trabajadores que necesitan empleo en el otro. Los capitalistas y los trabajadores nunca han sido beneficiarios por igual del sistema.

El mercado es otra institución que el capitalismo utiliza para reproducirse. Los mercados ya existían mucho antes de que el capitalismo moderno surgiera para convertirse en el sistema económico dominante a nivel global de hoy en día. La esclavitud y el feudalismo tenían mercados, pero no de la manera y en la medida en que lo hace el capitalismo. El capitalismo inserta el mercado en el núcleo de la relación entre las dos posiciones principales del sistema: empleador y empleado. El empleador compra la fuerza de trabajo del empleado a este último (que es quien la posee). En cambio, las personas esclavizadas eran compradas en los mercados, pero su fuerza de trabajo no era suya para venderla. Ni los siervos, ni su fuerza de trabajo eran comprados por los señores feudales. Sólo cuando la esclavitud y el feudalismo decayeron surgieron algunos mercados para la fuerza de trabajo y, con ello, una cierta transición hacia el capitalismo.

Para el capitalismo, los mercados proporcionaron los medios para garantizar su relación crucial: la diferencia entre el valor pagado por la fuerza de trabajo (el salario) y el valor añadido por el esfuerzo del obrero. Esa diferencia es el requisito previo para que la plusvalía sea producida por el trabajador productivo y luego sea apropiada y distribuida socialmente por el capitalista.

La maximización del beneficio y los mercados siempre estuvieron cuidadosamente limitados y diseñados para servir a la reproducción del capitalismo. Así es como evolucionaron los mercados una vez que la organización capitalista de la producción y la distribución desplazó a los sistemas de esclavitud y feudalismo que la precedieron. Esos sistemas habían rechazado los mercados o bien los habían configurado para reproducir esos sistemas diferentes, no capitalistas. Sólo un fundamentalismo estrecho e ideológico eleva los mercados, los beneficios o el propio capitalismo a un estatus por encima de la historia, como si alguno de ellos tuviera el poder de detener el flujo del cambio.

Los sistemas de beneficio y de mercado del capitalismo no representan un absoluto suprahistórico de máxima eficiencia o de grado superlativo (palabras favoritas de la economía ortodoxa). Recordemos que los sistemas económicos anteriores siempre engendraron poderosas ideologías que insistían en que ellos también eran permanentes, "fines de la historia" óptimos. Ello debería haber imbuido a los economistas contemporáneos de cierta conciencia disciplinaria autocrítica. En su lugar, la mayoría de estos economistas se limitaron a proponer otra serie de afirmaciones absolutistas en nombre del capitalismo. La economía ortodoxa ha tenido grandes dificultades para incluir esa autocrítica. La exigencia de lealtad ideológica de los trabajadores por parte de los capitalistas puede haber contribuido a esa dificultad.

La historia no se ha detenido. Todos los demás sistemas económicos de la historia de la humanidad nacieron, evolucionaron y dejaron de existir en algún momento. La expectativa más razonable es que el capitalismo, habiendo nacido y evolucionado, también dejará de existir algún día. Los seres humanos se han mostrado a menudo impacientes con los sistemas económicos que tenían y deseosos de algo mejor. El número de personas que se sienten así con respecto al capitalismo está aumentando en todo el mundo. Aclarar los fundamentos del capitalismo, que va a ser sustituido, puede ayudar a que la sociedad avance ahora.




Publicado por La Cuna del Sol

No hay comentarios.:

Publicar un comentario