domingo, 15 de agosto de 2021

El Imperio advierte a Brasil: es nuestra OTAN o Huawei

Dejen a Huawei fuera de la subasta del 5G a finales de este año, y ustedes pueden ser aceptados como socios de la OTAN.

 

EL IMPERIO ADVIERTE A BRASIL:
ES NUESTRA OTAN O HUAWEI



Pepe Escobar and Quantum Bird
The Saker

Nunca se podrá culpar al Imperio del Caos de desplegar la sutileza de Sun Tzu. Especialmente cuando se trata de lidiar con las satrapías.

En el caso de Brasil, antiguo incondicional de los BRICS ahora reducido al estatus de una protoneocolonia bajo un aspirante a "capitán" al estilo Soprano, los Hombres que Dirigen el Espectáculo aplicaron el procedimiento estándar.

Primero enviaron al Estado Profundo, representado por William Burns de la CIA. Luego enviaron a Seguridad Nacional, representada por el asesor Jake Sullivan. Ambas visitas transmitieron el mismo mensaje: hay que obedecer las reglas, de lo contrario...

Las sutilezas se aplican. El Estado Profundo quiere que el actual estatus de protoneocolonia de Brasil no se modifique, y  desde luego se profundice -pues ello elimina la "B" del BRICS, anulando una cooperación más más amplia con la asociación estratégica Rusia-China.

Sullivan, por su parte no es más que un engranaje de la rueda demencial Demócrata, que previamente conspiró junto a la NSA para destruir la presidencia de Dilma Rousseff, meter a Lula en la cárcel y poner a Bolsonaro en el cargo.

Lula no es el caballo de los Demócratas para las elecciones presidenciales brasileñas de 2022. Pero a pesar de que algunos personajes afines a la cultura "woke" están saliendo del armario, no hay en el horizonte una tercera vía viable y aceptable para el Imperio, al menos por ahora.

Aun así, la proverbial "oferta que no se puede rechazar" tenía que ser entregada a la gente que importa: los hombres de uniforme. Hagan lo que tengan que hacer, lleguen a un acuerdo con Lula, lo que sea. Al final, lo que decimos, se hace.

La zanahoria envenenada

La pantalla del viaje de Sullivan fue lo que equivale, a todos los efectos prácticos, a la ucranización de Centroamérica y el Caribe. La famosa vampiresa Victoria "Que se joda la EU" Nuland, número 3 del Departamento de Estado, ya había sido enviada a varios chihuahuas de la región para poner en claro las reglas.

Sullivan siguió el guión, arremetiendo contra conocidos recalcitrantes antiimperialistas como Cuba, Venezuela y Nicaragua y exaltando el tópico de moda: "La necesidad de preservar y proteger la democracia en el hemisferio". Se reunió cara a cara con dos de los militares que forman parte del círculo decisivo, el general Augusto Heleno, que dirige el todopoderoso Gabinete de Seguridad Institucional, y el ministro de Defensa Braga Netto, ambos acusados de corrupción.

A diferencia de Burns, que se ciñó a los intereses de la CIA en materia de "seguridad", subrayando que no se tolerará que Brasil se salga de la esfera de influencia del Imperio, Sullivan ofreció de hecho una zanahoria: dejen a Huawei fuera de la subasta del 5G a finales de este año, y ustedes pueden ser aceptados como socios de la OTAN.

Esta zanahoria guarda similitudes con la oferta del Imperio al miembro del BRICS, India, para que se convierta en un miembro -menor- de la Cuadrilateral, junto a Estados Unidos, Japón y Australia, para "contener" a China.

Por consiguiente, siempre se trata de la esfera de influencia imperial: desbaratar al BRICS desde dentro, convirtiendo a sus miembros en "socios".

Las "asociaciones" de la OTAN son eufemismos empleados en lugar de "nos perteneces, perra". Todos los "socios" tienen que seguir estrictamente los parámetros de la agenda 2030 de la OTAN, que ha sido diseñada para promover un Robocop planetario que patrulle/aplaque vastos territorios del Sur Global.

Aunque Brasil parece ser, de hecho, ya un "socio" inferior de la OTAN, ya que su Armada fue invitada a formar parte del reciente ejercicio Sea Breeze en el Mar Negro, que fue una gran operación pro-Kiev, de "contención de Rusia", no está garantizado que tome la zanahoria.

De hecho, una mejora en el status sólo supondría un poco más de glamour terminológico, como sería el de "principal aliado no perteneciente a la OTAN" o "socio global".

La interrogante concreta es quién, entre los uniformados brasileños, aprobará este golpe letal a la soberanía. Existe una disidencia significativa. La Marina brasileña, por ejemplo, estará en contra, ya que se vería reducida al papel de patrullar el Atlántico Sur en nombre del Imperio, e incluso se convertiría en un rehén si el Imperio acelera la militarización del Atlántico Sur.

Si esta "asociación" llegara a producirse, el concepto del "Amazonas Azul" de la Marina quedaría sumergido en las profundidades del océano. Por no hablar que la OTAN ni siquiera reconoce el concepto de Atlántico Sur. La propia esfera de influencia de Brasil se extiende en realidad desde los Andes hasta la costa occidental de África a través del Atlántico Sur.

El "precio" a pagar por aceptar tal ultimátum mafioso de una "oferta que no se puede rechazar", es enemistarse abiertamente con China. Equivaldría a los militares brasileños suicidándose con su propia espada tropical.

Los asuntos comerciales entre Brasil y China son intensos -y multifacéticos. Desde mediados de la década de 1990, la presencia de intereses comerciales chinos ha sido significativa en la economía brasileña, desde empresas mineras hasta enormes proyectos de infraestructura como el puente sobre la Bahía de Todos los Santos.

China es también el principal comprador de la enorme producción de soja nacional, gestionada por la comunidad agroindustrial brasileña, bastante activa políticamente, que no se va a quedar de brazos cruzados mientras se erosionan sus intereses.

Brasil también presume de ser el mayor mercado de telecomunicaciones de América Latina. La reconstrucción y actualización de la red brasileña de telefonía e Internet, puesta en peligro por las privatizaciones de los 90 y los errores empresariales de los 2000, es una oportunidad que Huawei no puede ignorar.

Eso también supone una gran victoria para Brasil, que podría beneficiarse de un hardware que la NSA no puede espiar fácilmente.

Así que, cerrar las puertas a Huawei obligaría a Pekín a tomar duras represalias. La consecuencia más dolorosa sería el fin de las importaciones de soja brasileña, lo que volvería locos a los mandamases del sector agrícola, con consecuencias imprevisibles.

Al final, la "oferta que no se puede rechazar" de Sullivan huele realmente a desesperación. A medida que el Imperio del Caos está siendo expulsado lenta pero seguramente de Eurasia por la asociación estratégica Rusia-China, el as imperial en la manga consiste en renovar el control sobre las satrapías de la doctrina Monroe.

No se sabe si los hombres tropicales de uniforme entienden realmente lo mucho que está en juego.




Publicado por La Cuna del Sol

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