El pueblo de Nicaragua no
volverá al pasado, es un asunto de los nuevos tiempos y reconocer la capacidad
de un pueblo para resistir. El Somocismo quedó atrás con sus voces disonantes.
Nicaragua cumple una Misión Cristiana de crecimiento y espíritu, se está
instalando una Sociedad de Bienestar.
NICAS, LA IDENTIDAD DE UN
PUEBLO HACIA UN ESTADO DE
BIENESTAR
CREÍBLE Y DE LUCHA POPULAR
Emiro Vera Suárez
Aporrea
Joe Biden tiene poca articulación hacia Daniel Ortega S. y más, en el caso
del desplazamiento de poder. Ahora, más fortalecido con Irán y China como
soportes de su economía. Uno de los mayores temores de EE.UU. y una de las
mayores amenazas a la viabilidad de la anticuada Doctrina Monroe, es que Ortega
se asocie con China para construir un importante canal de navegación que uniría
las costas del Pacífico y el Atlántico de Nicaragua. EE.UU. ha codiciado tal
canal y su propia
capacidad de controlar y beneficiarse del mismo desde el siglo 19. Esto se debe
a que un canal de este tipo, que se construiría a través de un enorme lago que
se encuentra entre las costas de Nicaragua, podría albergar barcos más grandes
que los que pueden navegar por el Canal de Panamá -que ahora se está quedando
obsoleto- e incluso permitir el paso de dos barcos en ambas direcciones al
mismo tiempo.
De hecho, según el propio Departamento de Estado de EE.UU., fue el intento
del presidente del Partido Liberal de Nicaragua, José Zelaya, de asociarse con
Japón en la construcción de dicho canal, lo que condujo a la primera de muchas
invasiones de la Marina estadounidense a Nicaragua en 1911. No es de extrañar
entonces, que el reconocimiento de China por parte de Ortega, la presencia de
dignatarios chinos en su toma de posesión y el anuncio de que Nicaragua
está dispuesta a adherirse a la Iniciativa
de la Franja y la Ruta de China, estremece a todo Washington.
Ortega ha colocado un nuevo discurso en base al amor con sus consignas, en
sí es "Somos Pueblo presidente", y la Plaza de La Revolución refleja
un nuevo aspecto, ha sido remozada.
Ortega tuvo más que decir sobre la democracia en la inauguración,
refiriéndose a los eventos en Washington del 6 de enero del año pasado, cuando
cientos de estadounidenses irrumpieron en el Capitolio de los EE.UU. para
protestar por lo que ellos, y millones
más, percibieron como una
elección presidencial fraudulenta. Señaló que muchos de estos individuos han
sido arrestados y condenados a largas sentencias por lo que podrían verse como
acciones políticas, es decir, podrían ser vistos como presos políticos. Y, sin
embargo, ningún país habla seriamente de sancionar a EE.UU. por esto.
Independientemente de lo que uno piense de los eventos del 6 de enero, es
importante tener en cuenta que el gobierno de Nicaragua ha sido criticado, y de
hecho sancionado, por enjuiciar a personas que participaron y/o instigaron un
levantamiento mucho más violento y letal en Nicaragua en 2018, que supuestamente
fue financiado por EE.UU. y se cobró
la vida de más de 160 personas. El tratamiento diferente de estas dos situaciones no pasa desapercibido
para Nicaragua y otras víctimas del supuesto interés de Estados Unidos en
defender la democracia y los derechos humanos.
Con respecto al patrocinio de la violencia contra Nicaragua por parte de
Estados Unidos, Ortega también dedicó un tiempo considerable en su toma de
posesión para discutir la Guerra de los Contras respaldada por Estados Unidos
en la década de 1980, que
se cobró la vida de alrededor de 30.000 nicaragüenses, una cifra astronómica para un país con una
población que ni siquiera alcanzaba los tres millones en ese momento.
En efecto, Ortega inició su intervención detallando el sufrimiento de una
mujer presente en la toma de posesión- Brenda
Rocha, presidenta del
consejo electoral de Nicaragua- quien a los 15 años perdió su brazo a manos de
los contrarrevolucionarios y que ahora está siendo sancionada por Estados
Unidos. Enfatizó que esto fue parte integral de la agresión de Estados Unidos
contra Nicaragua a lo largo de los años, y también contra Venezuela y Cuba, dos
países representados por sus presidentes en la toma de posesión.
También tuvo más que decir sobre las lágrimas de cocodrilo de EE.UU. en
relación a los derechos humanos, refiriéndose al caso de S. Brian Wilson, quien
fue otro invitado de honor. El veterano de Vietnam convertido en activista por
la paz, Wilson, perdió las piernas en 1987, después de sentarse en una vía de
tren en California en un intento de protestar y bloquear los envíos de armas a
los escuadrones de la muerte de El Salvador.
El pasado día 10 de enero se produjo la toma de posesión del presidente
Daniel Ortega para una quinta legislatura, como consecuencia directa del
inequívoco mandato recibido del pueblo nicaragüense en las elecciones generales
celebradas el 7 noviembre 2021. En ellas, el Frente Sandinista de Liberación Nacional arrolló a la
oposición con más del 75% de los votos y con una elevada participación
ciudadana de alrededor del 65% del censo electoral.
Los intentos por boicotear unos comicios donde todas las encuestas serias
pronosticaban meses antes una amplia victoria del sandinismo fueron
absolutamente inútiles. Los partidos opositores del parlamento de la República
se volvieron a presentar frente al escrutinio popular sin ningún tipo de
cortapisas y concurrieron en total libertad e igualdad como en los procesos
electorales anteriores. La farsa montada desde el exterior con agentes
extranjeros al servicio de los Estados Unidos con mercenarios y agitadores a
sueldo, no con candidatos ni «precandidatos» de ningún partido registrado, ni
con representación parlamentaria alguna, derivó en un fracaso absoluto, por
mucho que aún cuenten con cierta repercusión en los medios de desinformación
masiva.
Estas falsedades, los poderes mediáticos mundiales se afanan por demostrar
que Ortega y el sandinismo están aislados internacionalmente y abandonados a su
suerte. Televisión Española (TVE) llegó a decir que sólo Cuba iba a acudir a la
toma de posesión presidencial. Enorme mentira. Miguel Díaz Canel, el presidente
cubano, puede ser una de las figuras exteriores más relevantes presentes ese
día en Managua; pero también estuvo Nicolás Maduro, presidente de Venezuela y
Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras. Además, asistieron
representantes y delegaciones de alto nivel de China, de Irán, de la República
Árabe Saharaui Democrática, Rusia, India, Vietnam, Laos, Corea del Norte,
Camboya, Angola, Siria, Turquía, Bielorrusia, Malasia, Yemen, Argentina,
Bolivia, Corea del Sur, Japón, México, Libia y Palestina. Por si esto fuera
poco, asistieron igualmente miembros de organizaciones de la sociedad civil de
Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Suiza, Ecuador, EEUU, Francia, Guatemala,
Honduras, Italia, México, Panamá, Perú, Puerto Rico, Bélgica, España, Países
Bajos, Tailandia, República Dominicana y Venezuela.
El pueblo de Nicaragua no volverá al pasado, es un asunto de los nuevos
tiempos y reconocer la capacidad de un pueblo para resistir. El Somocismo quedó
atrás con sus voces disonantes. Nicaragua cumple una Misión Cristiana de
crecimiento y espíritu, se está instalando una Sociedad de Bienestar.
El gobierno nica ha logrado un avance macroeconómico y, desde hechos acaecidos
en 2018 se viene levantando de un tirón para marcar un Plan Anual de
Crecimiento.
En esta oportunidad de toma de mando. También tuvo palabras en su alocución
para la renovada asociación con China tras la ruptura de las relaciones
con Taiwán a la que
denominó con contundencia «provincia de China». La incorporación de la
república centroamericana al proyecto de la Ruta de la Seda del siglo XXI, la
firma de convenios bilaterales en materia de vivienda y en el sector
agropecuario, auguran próximas inversiones millonarias que seguro que no serán
del agrado del gobierno de Estados Unidos ni de sus gobiernos vasallos en la
región o de la misma Europa. No se olvidó Daniel de la cooperación sanitaria
con Pekín. Desde la reanudación de las relaciones diplomáticas, China ya ha
enviado dos lotes de centenares de miles de vacunas Sinopharm contra la
covid-19, a cuenta del millón de viales prometidos para finalizar el proceso de
vacunación voluntaria, al que ya se ha unido libre y solidaria-mente más de 3/4
partes del pueblo nicaragüense.
Tras las recientes victorias electorales populares de Bolivia, Venezuela y
Honduras y los cambios que se prevén en Brasil y Colombia en 2022, se vaticina
un nuevo equilibrio en la región que, indudablemente, será beneficioso para la
República de Nicaragua y contribuirá a la estabilidad de los procesos
soberanistas situados al margen de la supeditación a los intereses de EEUU.
La familia Somoza forjaron una dictadura en Nicaragua que fue aniquilada
por los sandinistas, un régimen instalado en 1934, mantenido y respaldado por
EE. UU hasta el amargo final y finalmente en 1979
Publicado por La Cuna del Sol