China no hizo suyas las razones sobre la seguridad reclamadas por el pueblo ruso al mundo occidental. Vio para otro lado con la lucha del ejército ruso contra el nazismo y el fascismo que hoy se llama “nacionalistas” o “neonazis”.
EL EXCESIVO AMOR AL
DINERO
DE CHINA COMUNISTA Y
SU POLÍTICA SIN PRINCIPIOS
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Algo se quebró para siempre en la “amistad”
chino-rusa en la coyuntura que viven los dos pueblos eslavos. Los rusos a
partir de ahora (la votación en Naciones Unidas donde China fue ambivalente e
incongruente), nos da una sacudida a todas las personas de pensamiento
democrático, que apreciábamos verdaderamente el esfuerzo de construcción de
China de una nueva sociedad bajo la dirección del Comité Central del Partido
Comunista. Pero, según se ve, todo es un cuento chino. Inconsecuencias de un
partido que no practica el internacionalismo proletario, pilar fundamental de
la doctrina marxista-leninista y del maoísmo.
Los chinos contemporáneos se perdieron “en un
bosque de la China”, como decía la canción infantil de los españoles “Enrique y
Ana” en la década de los años 80. Y en este punto hay que atenernos a lo que dice
un viejo refrán popular: “En las dificultades, en la cárcel y en el
hospital se conocen a los verdaderos amigos”. Es válido este refrán en
las interactuaciones personales como en las relaciones entre todos los Estados
del mundo entero. ¿Por qué no?... al final los Estados nacionales del mundo
están dirigidos por personas, diferentes en muchas cosas, pero tan iguales,
como dijera hace más de 2,500 años Aristóteles.
China no hizo suyas las razones sobre la
seguridad reclamadas por el pueblo ruso al mundo occidental. Vio para otro lado
con la lucha del ejército ruso contra el nazismo y el fascismo que hoy se llama
“nacionalistas” o “neonazis”. Son fascistas y nazis para nombrarlos tal cual
son. Por eso resultó descorazonador el papel de China, pues según parece, a los
chinos solo los mueve el amor al dinero. Entonces lo dicho por Xi Yin Pin con
el abrazo hipócrita a Putin y llamarlo “mi querido hermano” es una de las
impostaciones y defraudaciones más escandalosas que se conocen.
A China no pueden imponerle sanciones
económicas, que no funcionarían por su fortaleza económica y su solidez
monetaria. Es un mercado de millones de consumidores que nadie quiere perderlo
de la Europa occidental y en primer lugar los Estados Unidos. Rusia es mucho
más débil que China pero apeló a sus principios, al linchamiento mediático
internacional donde le hacen aparecer como un país agresor, cuando no lo es. La
agresión contra Rusia de parte de los occidentales empezó a acelerarse con los
sucesos del Maidán hace 8 años, preparados con descaro por los Estados Unidos
(una congresista estadounidense y John McCain estuvieron presentes en ese
evento; uno repartiendo galletas a los manifestantes y otro escondido).
Esos sucesos aceleraron la militarización de
Ucrania y su nazificación pues los conjurados auspiciados por Occidente
pensaban estar muy cerca, demasiado cerca, para perjudicar a Rusia. Para
destruir a Rusia, como sería la palabra más justa. ¿Y eso hechos históricos
recientes los ignoro China? No. Claro que no. Saben los chinos perfectamente
que los rusos con la invasión militar impulsaron no otro cosa que acciones
de legítima defensa. Pareciera que no, pero así es. Los hechos no son
lo que aparentan y China lo sabe perfectamente. Pero prefirió el dinero a la
lealtad, el deshonor a los principios, y no asumió como propios los problemas
de un socio, de un aliado. Amigos así ¿para qué? China ha perdido mucho, más
que Ucrania. Porque de China y su dirigencia solo podemos decir, sin ninguna
pena ¡comunistas inexistentes, vividores y estafadores de la fe del mundo! De
veras, váyanse al diablo.
Publicado por La Cuna del Sol
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