miércoles, 30 de marzo de 2022

Los acuerdos de paz entre Ucrania y Rusia, lamentablemente, no depende de los ucranianos

Esperamos que las negociaciones sean consistentes y los delegados serios, porque si son como el presidente Volodomir Zelensky, no sería extraño que la otra semana aparezcan diciendo que ellos no han acordado nada.

 

LOS ACUERDOS DE PAZ ENTRE UCRANIA Y RUSIA,
LAMENTABLEMENTE, NO DEPENDE DE LOS UCRANIANOS



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

Es poco probable llegar acuerdos, del tipo que sean, entre sectores políticamente discrepantes. Peor aun cuando hay una guerra de por medio que significa, entre otras cosas, violación de la soberanía nacional, destrucción de la infraestructura civil, muertes de sinnúmero de soldados y civiles pero, sobre todo y esto es lo que en ocasiones se vuelve insuperable; odios profundos y rencores inconmensurables que no caben en el texto de unos “acuerdos de paz”, nadie que se sienta abusado con la muerte de un hijo, un hermano, tendrá la mejor disposición para hablar de paz.

Los negociadores hacen el esfuerzo por desmarcarse de esos sentimientos, pero no es asunto fácil. Una gran subjetividad se mueve en cada persona y eso hace difícil llegar a acuerdos, sin embargo, entre ese maremagno, se impone un sentimiento poderoso, el sentimiento nacional. Tanto rusos como ucranianos están lastimados, pero es aquí, en este punto, donde debe apelarse a la responsabilidad y preguntarse: ¿quién tuvo la culpa de todo esto? Pienso que el imperialismo norteamericano que alentó y financió a los peores elementos de la vida política ucraniana: los nacionalistas y los nazis.

La paz es buena para todos, pero las acciones militares son también irreversibles porque alguien la llevó más que otro bando y antes que la destrucción total cunda, Rusia ha demostrado buena voluntad al negociar de buena fe, sin pedir, por ejemplo, la supresión de las sanciones de Estados Unidos y Occidente, por una sencilla razón; porque un nuevo mundo ha dado pie a una reconfiguración y balance de las fuerzas políticas y militares internacionales.  A partir de estos hechos de guerra el mundo se encaminará hacia la multipolaridad, la justicia y la democracia.

El mundo que viene gestándose ya no podrá ser igual porque los grandes poderes tradicionales de Occidente se dieron cuenta que una fuerza colosal (Rusia y China) ya no permitirán un mundo como estuvo diseñado antes del 24 de febrero de 2022. Y si pensaron sustituir el gas y el petróleo en su consulta con Dubai, algo quedó claro con el emir: darles gas no puede hacerse inmediatamente, sino que se necesita de poco cinco años para hacerlo posible. Y antes que Europa Occidental se vuelva un caos sin gas y sin petróleo ruso (asunto ya anunciado por Rusia) es mejor, para todos, encontrar una salida razonable.

Rusia tiene reservas monetarias y en oro pero no alcanzarán indefinidamente. El desarrollo de Rusia marcha por el camino de la paz y no el de la guerra. Pero a los rusos no les dejaron opción. La terquedad de los occidentales condujo a la guerra. Las fronteras rusas deben ser seguras para sus ciudadanos y para los territorios recientemente incorporados como Crimea y los que acaba de reconocer Rusia como repúblicas independientes (Donest y Lugansk). No puede Rusia estar al alcance de misiles nucleares a cinco minutos desde Ucrania. Y fueron descubiertos aviesos propósitos de la clase política ucraniana: 28 laboratorios para la guerra bacteriológica y química contra Rusia. ¿Y el patrocinador y hacedor de males quién es? Pues Estados Unidos, con su procónsul Hunter Biden.

El presidente Biden no es ningún imbécil. Se hace el tonto. Pero mientras deja de hacerse el tonto arrastra al mundo a la peor de las desgracias. Esperamos que las negociaciones sean consistentes y los delegados serios, porque si son como el presidente Volodomir Zelensky, no sería extraño que la otra semana aparezcan diciendo que ellos no han acordado nada. Ya veremos…




Publicado por La Cuna del Sol

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