El buque insignia de la Armada rusa, el crucero Moskova, yace ahora en el fondo del Mar Negro. Se hundió sin pena ni gloria. Sin dar la debida batalla como se esperaba de él. Era un buque bien dotado. La nave capitana.
SOBRE EL BUQUE
MOSKOVA:
TAN CULPABLE ES EL QUE
MATA LA VACA,
COMO EL QUE LE AGARRA
LA PATA
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
El buque insignia de la Armada rusa, el crucero
Moskova, yace ahora en el fondo del Mar Negro. Se hundió sin pena ni gloria.
Sin dar la debida batalla como se esperaba de él. Era un buque bien dotado. La
nave capitana. Con almirante a bordo. Oficial, pienso, que debió habérsele dado
de baja inmediatamente por incompetente. Con una variedad de misiles, pasando
por los S300. Se pensaba invulnerable. Inundible. Pero la realidad indicó otra
cosa. Nada parecido al hundimiento del destructor nazi, El Bismark, que luego
de ser perseguido por los buques de la armada inglesa, fue por fin acorralado y
hundido. No se puede negar que los marineros nazis y sus oficiales pelearon con
bravura, pero, por fin, el Mar del Norte los engulló para siempre.
Ahora bien, con respecto al Moskova,
oficialmente el gobierno ruso dice que fue un accidente. Una detonación de una
potente munición en el interior de sus bodegas. Sin embargo, es poco creíble
porque, imagino, un buque con tanto poder de fuego debió de haber tenido un
protocolo muy estricto de seguridad en cuanto al manejo y almacenamiento de
municiones de tanta potencia. Sospecho que los rusos pretenden crear un
paralelismo con el hundimiento del submarino Kursk en el Mar Báltico, a quien
le explotó una munición en el interior de la sala de torpedos. El Kursk se
hundió, en efecto, sin causa bélica y lo comunicado por la armada ruso no fue
cuestionado, pues se hicieron grandes y dolorosos intentos por salvar a la
tripulación, lo cual no se pudo hacer.
Lo del Moskova es un asunto muy distinto.
Estaba recalado en las aguas del Mar Negro, a 64 millas de la costa, en un
estado de guerra. Alerta y dado su poderío misilístico quizá hubo en su
oficialidad un exceso de confianza. Una subestimación del enemigo. Esta
actitud, de no considerar muy seriamente al adversario ha sido siempre el
fracaso en una campaña particular o una guerra en general. Ante lo ocurrido, la
lección es la siguiente para la historia de la navegación de guerra: todos los
buques, grandes o pequeños, se pueden hundir en un descuido.
No hay Armada Invencible, pues Felipe II,
emperador de España, tuvo que vivir con la amargura de su derrota en el Canal
de la Mancha ante la armada inglesa en 1585. Esta batalla modificó el rumbo de
la historia europea y el mundo, originándose de ese hecho bélico los primeros
atisbos de una nueva formación socioeconómica; la primera Revolución Industrial
y el surgimiento del capitalismo, con una nueva clase social dominante sobre
toda las demás: la burguesía.
Ahora bien, si los objetivos previstos por
Rusia en la campaña militar, que ellos llamaron operación militar especial, se alcanzan, es indudable que un nuevo
orden mundial caminará de manera acelerada. La ola democratizadora se expandirá
por todos los rincones del planeta y los gobiernos conservadores irán en un
franco retroceso porque ya no pudieron satisfacer las necesidades de la
sociedad, por no estar a las alturas de esos requerimientos históricos, pues
todos los elementos progresistas que contenía esa formación social se agotaron.
Esto no implica una desaparición automática del capitalismo con los resultados
adversos que se obtengan en la guerra. Pero su caída será dolorosa, lenta y con
reflujos.
La bancarrota del capitalismo se está
construyendo en este momento, con la interacción de las fuerzas sociales
internacionales. La guerra de Ucrania es el principio del fin. Marca y marcará
el punto de decantación histórico entre lo viejo que se niega a morir y lo
nuevo que lucha por nacer e irá tomando su lugar lentamente.
La soberbia e imprudencia reaccionaria ha hecho
decir a los Estados Unidos que ellos proveyeron al ejército ucraniano de
inteligencia para determinar el punto exacto donde recalaba el crucero Moskova.
¿Podría ser esto posible? Pienso que sí. Pero como Estados Unidos es un Estado
Mentiroso Patológico resulta difícil de creer. Son los nefandos creadores de
los fake news. Pero convengamos que sí, que ellos lo hicieron. Este hecho es
por sí mismo tan grave que es ineludible que los Estados Unidos están
involucrados directamente en el
conflicto bélico actual, ya sin ningún disimulo. La respuesta rusa va a ser
categórica a la hora de producirse, pues como dice el refrán popular: (…) tan culpable es el que mata la vaca,
como el que le agarra la pata.
Publicado por La Cuna del Sol
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