miércoles, 22 de junio de 2022

Guatemala: la economía del desastre

En este momento nuestro pueblo está vencido por el hambre, por la penuria y por la ignorancia. Por esta economía del desastre que siguen impulsando personas de pensamiento antidemocrático, empresarial y militarista.

 

GUATEMALA: LA ECONOMÍA DEL DESASTRE



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

Aparte de la propaganda personal para hacerse imagen, dado que son personas sin ninguna trayectoria cívica o social, los medios de comunicación difunden diariamente saludos de personas que son perfectos desconocidos y que se empeñan hasta el tedio para que los conozcan. Utilizan sobre todo los medios radiales por ser de más bajo costo y con mayor cobertura geográfica. Quieren ser alcaldes o diputados, o cuando menos conseguir en el nuevo gobierno y partido, un cargo importante que les permita engrosar su patrimonio, con acciones lícitas o ilícitas.

La vida institucional de un país como Guatemala está hecha pedazos. Ante esta crisis institucional, social y económica hay un fenómeno que ha entrado en una etapa de declinación. Hará cosa de medio año todavía eran frecuente los bloqueos en las carreteras por organizaciones campesinas o rechazando la designación de funcionarios ajenos a la meritocracia, a las calidades profesionales, pues el requisito esencial es el conocido y nefasto “cuello” que ahora se conoce como tráfico de influencias. De lo contrario no hay expediente de solicitud de empleo que pase, que se eleve a las direcciones de selección de personal. Incluso, el colmo de los colmos, es la designación de un Rector Magnífico, el de la Universidad de San Carlos, la universidad estatal, para gestionar la vida académica.

Este avieso sujeto, realmente, llega a constituirse como un Pillo Magnífico que se ha aprovecha de la división de la comunidad electoral de estudiantes y colegios profesionales para hundir aún más en la corrupción al tricentenario centro de estudios. En cualquier esfera de la vida institucional se sigue imponiendo lo que nos enferma como nación desde hace décadas: el divisionismo y el interés personal.

Es tal la sedimentación ideológica en 60 años de la derecha que actualmente no se admira un guatemalteco por su talento, sea músico, pintor o escritor. No. En Guatemala un propietario de dos tráileres o un ex jefe de la policía califica en esas absurdas gradaciones para ser percibido como mejor persona que un brillante novelista o ensayista. Claro, todo trabajo vale y es digno, pero no se puede caer tampoco en la simplificación. Las personas, como dijo Aristóteles, se diferencian en lo que se parecen.

Guatemala no tendrá futuro por sí misma. Se necesita una mano poderosa que venga a sacarla del hoyo donde la tiene metida la derecha desde hace seis décadas y será, como con la Revolución de 1944 que posibilitó su éxito la derrota de la Alemania nazi; muy seguramente que la nueva Guatemala surgirá de su oscuridad con la modificación de fuerzas sociales y políticas internacionales progresistas para poder deshacerse de las élites detentadoras de un poder sin límite y para su beneficio sectario y personal.

El cambio ya viene en camino. El nuevo orden económico internacional está en marcha con Rusia y China que darán a la humanidad mejores condiciones de vida. Un mundo más justo en el ámbito económico donde las personas tengan empleos dignos, viviendas decentes, educación en los diferentes niveles y que darse cuenta cuando estos cambios ocurran que una nueva vida se puede vivir. Porque en este momento nuestro pueblo está vencido por el hambre, por la penuria y por la ignorancia. Por esta economía del desastre que siguen impulsando personas de pensamiento antidemocrático, empresarial y militarista.

La esperanza, pues, viene caminando por Europa oriental y por Asia. Viene, indudablemente, un mundo mejor.




Publicado por La Cuna del Sol

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