sábado, 13 de julio de 2024

Julio Portillo: el pícnico mafioso

Este pícnico es un estúpido, totalmente enajenado por la religión y aliándose desde un principio con la ultraderecha fascista en el Congreso de la República ha jugado un papel pernicioso en contra de la democracia endeble de Guatemala. Antes de hacer su viaje a los Estados Unidos oró en uno de los pasillos del Congreso porque no se aprobara el Estado de Calamidad solicitado por el presidente Bernardo Arévalo para atender la emergencia de las lluvias.

 

JULIO PORTILLO:
OTRO DIPUTADO MAFIOSO Y ADEMÁS PASTOR EVANGÉLICO



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

Este caradura, hijo legítimo de Satanás, sin lugar a dudas, fue un reputado pastor evangélico en Zacapa. Le iba bien desde entonces pues su sobrepeso daba cuenta de ello. Era un legítimo representante de la oligarquía ganadera de ese departamento y gracias a eso, el reverendo Julio, quien no conocía la palabra frugalidad, moderación; disponía en su mesa de los mejores cortes de carne de res, gratis, gracias a la “fuerza espiritual, la gracia” que el buen Dios derramaba sobre él.

El Altísimo o el Diablo lo había proveído del don de la palabra, la profecía y la sanación. ¡Vaya hermano maravilloso este! Pero no todo iba bien por su glotonería. Su esposa, prácticamente salió huyendo del lecho conyugal por las noches porque la sometía este gordo cochino, como en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, a insufribles ataques de gas, solo que en este caso el gas no venía envasado en las rudimentarias latas de principios de siglo XX, el Zyklon “B”, sino le reverberaban y los expelía del mismísimo fondillo.

Este émulo de Allan Rodríguez, por lo gordo y por lo mafioso, ha presentado iniciativas de ley disparatadas como lo fue su reciente propuesta de ley de exonerar o bajar al mínimo los impuestos “a los pobrecitos ganaderos”, según lo dicho por él. Por supuesto, este falso profeta, tiene mucho apego a las cosas materiales, las de este mundo, y su preocupación por las cosas espirituales es una cínica impostación. ¿Cómo concilian estos sujetos-basura su “cristianismo” con su codicia? Vaya usted a saber… Más que consideraciones de orden político estas personas, como este gordo despreciable, son casos clínicos de auténticos enfermos emocionales sino mentales.

Este gordo superó a Alfonso Portillo en la dimensión de sus cachetes, pero a Alfonso nadie la quita que era un sujeto inteligente; ahora Julito El Pícnico, me temo que su cerebro trabaja con una media docena de neuronas. Este hombre es un estúpido, totalmente enajenado por la religión y aliándose desde un principio con la ultraderecha fascista en el Congreso de la República ha jugado un papel pernicioso en contra de la democracia endeble de Guatemala. Antes de hacer su viaje a los Estados Unidos oró en uno de los pasillos del Congreso porque no se aprobara el Estado de Calamidad solicitado por el presidente Bernardo Arévalo para atender la emergencia de las lluvias. ¿Al final, a quién perjudica este pícaro pícnico? Pues al pueblo de Guatemala cuyos caminos están colapsados por las lluvias y por la mala obra vial ejecutada por el corrupto Giammattei, ese otro sujeto hacedor de fechorías, un auténtico Urdemales.

Guatemala sigue agobiada por la oposición sistemática e irracional del Congreso, de la Corte de Constitucionalidad, de la Corte Suprema de Justicia y del Ministerio Público, brazo ejecutor del Pacto de Corruptos y limpiabotas del gran capital guatemalteco y ahora se descara el gordo Portillo quien, fíjese usted, para no hacer cola o fila en el aeropuerto llegó en silla de ruedas, condición que le otorga una prerrogativa entre los viajantes. El “enfermito”, por supuesto, fue pasado en primer lugar, con tal mala suerte que por su voluminosa humanidad le dobló la rueda a la silla y tuvo, pues, que caminar este holgazán. No tenía nada. Podía movilizarse totalmente bien.

Y más aún de este pillo. Solicitó al Ministerio de Gobernación le fueran asignados veinte policías para su seguridad personal y cada uno de sus hijos y esposa. ¿A qué le teme? Sólo él sabe. Eso sí, quiere morir comiendo sus asados gorditos de puyazo que sus ovejas le proveen gratis. ¿Para dónde va Guatemala con semejantes sujeto? Para ningún lado, lamentablemente. Buscan en sus locuras el derrocamiento de Arévalo, hacerlo quedar mal como gobernante. Toda una conspiración impulsada desde los órganos del poder público. Pero el pueblo de Guatemala no es tonto. Ya sabe quiénes son sus enemigos.




Publicado por La Cuna del Sol

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