THE
YANQUIS ARE COMING: TRUMP AMENAZA
A MÉXICO
CON UNA “INVASIÓN SUAVE”
Charles Pierson
Counterpunch
Hacia el final de la novela de 1935 de
Sinclair Lewis, It Can’t Happen Here (No puede ocurrir aquí), la
dictadura fascista que ha llegado al poder en EE UU. ha lanzado una guerra de
agresión contra México. He pensado en esto al leer que el presidente electo
Donald Trump ha estado hablando de utilizar unidades de operaciones especiales
estadounidenses contra los cárteles de la droga mexicanos.
En 2020, el último año de su primer mandato como presidente, Trump había considerado lanzar
ataques con misiles contra los cárteles. Mark Esper, en aquel momento
secretario de Defensa de Trump escribió en sus memorias de 2022, A
Sacred Oath, (Un juramento sagrado), que Trump manifestó que” Nadie
sabría que fuimos nosotros”.
Nunca hay que dudar de la fortaleza de una
mala idea. Rolling Stone informó en noviembre de 2024 y enero de 2025
que la administración entrante de Trump está contemplando una “invasión suave”
para acabar con los cárteles de la droga de México; la único que ocupa sus
mentes es el alcance de la operación. La acción militar estadounidense podría
adoptar la forma de asesinatos selectivos o el secuestro de líderes de los cárteles,
ataques aéreos contra laboratorios de drogas, entrenamiento de tropas
mexicanas, incursiones en las bases de los cárteles por parte de fuerzas de operaciones
especiales estadounidenses, o todo lo anterior. Estas acciones se llevarían a
cabo con o sin el consentimiento del gobierno mexicano.
Al plan de Trump lo llaman “Irak otra vez”. Esto es también imperialismo
yanqui a la vieja usanza. Los mexicanos no han olvidado la intervención
estadounidense en México (la Guerra de México de 1846 a 1848), el despojo
directo de la mitad del territorio mexicano. Los estados del oeste y suroeste
de Estados Unidos están formados casi en su totalidad por tierras conquistadas.
Un año antes, en 1845, Estados Unidos se anexionó Texas. En el
siglo XX, las fuerzas estadounidenses intervendrían en dos ocasiones durante la
Revolución Mexicana: primero, en 1914, invadiendo el puerto de Veracruz en
respuesta a un desaire contra marineros estadounidenses
borrachos que habían sido detenidos brevemente por el ejército
mexicano; luego, en 1916-17, enviando una “Expedición Punitiva” en un intento
fallido de dar caza al revolucionario mexicano Pancho Villa después de que éste
asaltara la ciudad fronteriza de Columbus, Nuevo México.
Los planes de Trump para México son
consistentes con la totalidad de sus designios imperiales. Trump ha renovado la
oferta de su primer mandato para comprar Groenlandia a Dinamarca. Groenlandia
proporciona una ruta de acceso al Ártico, donde se perfila un enfrentamiento
entre Estados Unidos y Rusia por el petróleo del Ártico. Trump ha enviado a su
hijo Don Jr. a sondear Groenlandia, lo que suscita la interrogante, ¿qué ha
hecho Groenlandia para merecer esto?
Trump también amenaza con retomar el Canal de
Panamá; y (¿en broma?) se refiere al primer ministro canadiense Justin Trudeau
como «Gobernador del Gran Estado de Canadá» mientras en su sitio de redes
sociales Truth Social se regocija ante la posibilidad
de que Canadá se convierta en el “Estado 51”. (Trudeau anunció el 6 de enero
que, tras nueve años, deja el cargo de primer ministro).
En una rueda de prensa en Mar-a-Lago en enero
7, Trump no descartó el uso de la fuerza militar por
parte de Estados Unidos contra Panamá o Groenlandia, en cuanto a Canadá mencionó que únicamente haría uso de la fuerza económica en su contra. Es
bueno saberlo. Trump no ha hecho mención del “Destino Manifiesto”, pero eso probablemente
se debe a su ignorancia sobre la historia de los Estados Unidos1. Los
simpatizantes de Trump a menudo han expresado su admiración por no haber
iniciado “nuevas guerras” durante su primer mandato. Sin embargo, ahora parece
que esta listo para iniciar dos o tres.
Algunos podrán objetar que la administración
Trump no puede justificar una invasión en vista de que México no ha atacado a
Estados Unidos, sin embargo, podrían estarse equivocando. En un post del 25 de noviembre en Truth Social,
Trump se hizo eco de otros halcones republicanos al calificar de “invasión” la
entrada de drogas, en particular el fentanilo, y de “extranjeros ilegales” en
EE UU. En el mismo post, Trump declaró:
“El 20 de enero, como una de mis primeras
Órdenes Ejecutivas, firmaré todos los documentos necesarios para imponer a
México y Canadá un Arancel del 25% sobre TODOS los productos que entren a los
Estados Unidos, y sus ridículas Fronteras Abiertas. Este Arancel permanecerá en
vigor hasta el momento que las Drogas, en particular el Fentanilo, ¡y todos los
Extranjeros Ilegales detengan esta Invasión a nuestro País!”
Luego, el 22 de diciembre, en una reunión del
grupo de extrema derecha Turning Point USA, Trump manifestó ante la audiencia que
al asumir el cargo “designaría inmediatamente a los cárteles como organizaciones
terroristas extranjeras”. Esta medida haría que la acción militar en México
fuera legal según la legislación estadounidense, aunque sin el consentimiento
del gobierno mexicano los ataques seguirían constituyendo una agresión según el
derecho internacional. Eso estaría bien para Trump. Violar el derecho
internacional no molesta a Trump de la misma manera que violar el derecho
interno.
Claudia Sheinbaum Pardo sólo ha sido
presidenta de México desde el 1 de octubre y ya tiene que lidiar con un Gringo
loco -un Gringo loco y misógino. La presidenta Sheinbaum y Trump aún no se han
reunido, pero durante una conversación telefónica el 27 de noviembre,
que ambos líderes describieron positivamente, la presidenta mexicana trató de
convencer a Trump que su amenaza de imponer un arancel del 25 por ciento a los
productos mexicanos podría devastar las economías de ambas naciones. Previamente,
la Embajada de México había dado a conocer una carta del 26 de noviembre de la presidenta Sheinbaum a
Trump en la que le advertía que, si Estados Unidos elevaba los
aranceles a México, México tomaría represalias elevando sus propios aranceles a
los productos estadounidenses.
En un absurdo comentario posterior a la
llamada, Trump afirmó en Truth Social que la
presidenta Sheinbaum había “acordado detener la migración a través de México, y
hacia Estados Unidos, cerrando efectivamente nuestra Frontera Sur”. Sheinbaum respondió en X (anteriormente Twitter)
que no había dicho nada de eso: “reiteramos que la posición de México no es
cerrar fronteras, sino construir puentes entre gobiernos y entre pueblos”.
Por último, la presidenta Sheinbaum ha
descartado la posibilidad de que se produzca una “invasión suave” por parte de
EE UU., pero ha enfatizado que México siempre defenderá su soberanía.
Es imposible opinar hasta qué punto el
patrioterismo de Trump debe tomarse en serio; o si Trump realmente cree cosas
como su afirmación de que EE UU. “gasta cientos de miles de millones al año
para proteger [a Canadá]”. Al tratar de interpretar las intenciones de Trump,
puede ser útil recordar aquel momento en 2015 en que Trump se jactaba en Fox
News de ser él “la persona más militarista que existe”. De
cualquier modo, los ruidos expansionistas de Trump deberían acabar con
cualquier creencia de que Trump es un pacifista o un aislacionista. Tampoco
debería nadie esperar que Trump ponga fin a las “guerras eternas”, una de las
razones que la multitud MAGA aduce para apoyarle. Habrá que esperar respuestas.
Notas.
1 Resulta divertido que un columnista del
rimbombantemente conservador New York Post se oponga a que Estados Unidos
adquiera Canadá, no por una insípida preocupación por la soberanía canadiense,
sino porque Canadá “arruinaría a Estados Unidos”. Esperemos que los
republicanos sigan pensando así.
Charles Pierson es abogado y miembro de la Pittsburgh Anti-Drone Warfare Coalition. Su correo electrónico es Chapierson@yahoo.com.
Publicado por La Cuna del Sol
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