César García escribió un comentario de la reciente visita de Arjona a
nuestro país. Hace unas puntuales observaciones sobre unos incidentes poco
relevantes ocurridos en Petén.
Personalmente creo que hay dos maneras de destruir a una persona. El
elogio excesivo o la subestimación. La primera porque trabaja de manera
enfermiza el culto a la personalidad y llega a considerarse la persona
insustituible. La subestimación, porque descalifica a la persona, bien sea por
su apariencia física o status socioeconómico. El éxito es lo deseable para todo
ser humano y la fama no necesariamente significa prestigio. Y eso es lo que debe
cuidar toda persona exitosa: es preferible el prestigio a la fama. Si ambas
condiciones concurren, pues mucho que mejor. Digo esto porque ya son varias las
personas dolidas por las actitudes de Ricardo Arjona a quien el triunfo -dicen las personas defraudadas a través de
las redes sociales- se le está subiendo
a la cabeza. Podría ser asunto de quisquillosos, hipersensibilidad o envidias.
No puedo, por supuesto, apoyar ninguna posición, pero lo que sí es cierto y ocurre
con casi todas las personas es que el dinero los modifica para mal. Ojalá no
sea así con nuestro más exitoso cantautor, porque la realidad es que es muy
querido y admirado por los guatemaltecos. Al final, no se le puede exigir tanta sustanciación a la
frivolidad del mundo de la farándula. Luciano Castro Barillas.
La revolución no se lleva en la boca para vivir de ella; se lleva en el corazón para morir por ella. Farabundo Martí
domingo, 26 de febrero de 2012
El enanismo de Ricardo Arjona
INTRODUCCIÓN
EL ENANISMO DE RICARDO ARJONA
Por César
García
Ricardo Arjona, es orgullo nacional
y el cantautor más destacado que ha parido esta tierra, en donde es tan difícil
descollar como artista. Últimamente vemos el motivador audiovisual, en donde
Arjona nos exhorta a no fallarle a nuestro país y canta con aparente emoción el
estribillo “Mi país…”. Plausible
también su apoyo a la talentosísima cantante guatemalteca Gaby Moreno.
El éxito de Arjona es descomunal, es
admirado en muchas partes del mundo, se convirtió en un personaje de talla casi
mundial… o como mínimo iberoamericano. Todo ello, en lo personal -como a muchos guatemaltecos- me alegra; también me causa gusto, ver a
otros compatriotas como Héctor Sanmarti bien ubicados en la televisión
mexicana, en donde se le reconoce como buen comediante y conductor, ellos entre
otros -no muy abundantes ejemplos de la
farándula- son personas inspiradoras
para nuestra juventud… y es que el éxito, constituye -para el exitoso- una gigantesca responsabilidad, porque se
convierten, para los más jóvenes, en ejemplo a seguir.
Semanas atrás me enteré de una
faceta triste de Arjona. En los días de fin de año, un amigo, descansando en
familia, observaba a una joven pareja en la piscina de un hotel en Petén… ellos
lucían muy enamorados y felices… pero serían protagonistas, como otros
guatemaltecos, de los desplantes del cantante. El característico ruido del
rotor de un helicóptero interrumpió la paz del lugar y en pocos minutos,
descendió del aparato -ante la mirada
entusiasta de los vacacionistas- Ricardo
Arjona. Algunos huéspedes del hotel querían saludarle… pero su “seguridad” lo
evitaba toscamente.
El buen amigo, notó como la joven
pareja salió de la piscina y ella quiso ir al sanitario, siendo camino más
corto, pasando a la par del jacuzzi donde Arjona se deleitaba…pero no pudo; uno
de los guaruras le impidió el paso y la hizo caminar de más. Más tarde en el
restaurante, al menos dos personas se refirieron a él cariñosamente como
¡Ricardo!, buscando quizá un saludo, un autógrafo o tomarse una foto que
guardarían como un tesoro… el artista simplemente les ignoró, y su seguridad,
evitaba que los “apestados” que se hospedaban en el mismo hotel que Arjona o
quienes pululaban por Tikal se le acercaran a quien canta: “Más que mi patria… mi raíz”.
Arjona no pierde -más que credibilidad- con el desplante a sus coterráneos… pero la
gente que lo admira, pierde una ilusión. Más que boletos y sillas agotadas o
más dinero, Arjona necesita enmendar en el trato con su gente, porque de no
hacerlo, su bonito videoclip tiene la misma credibilidad que las promesas de un
politiquero en campaña… además su trova le impone “Ser verbo no sustantivo”.
Publicado por La Cuna del Sol
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