Es parte de la historia narrada por un protagonista de las últimas grandes epopeyas nacionales: la colonización de las selvas vírgenes del Ixcán. Braceros que fueron abriendo brecha al filo de machetes para hacer de aquellas tierras feraces su nuevo hogar. Esa ilusión no duró mucho, pues como resultado de las acciones represivas del Estado se echó a perder una iniciativa económica boyante y nuevo modelo de organización social, partiéndose las aguas de la prosperidad y la tragedia con el accidente nunca esclarecido del sacerdote William Woods. A partir de esta tragedia, la protección de los padres maryknol ya no fue posible y las humildes familias campesinas quedaron inermes ante la brutalidad de un poder militar que arrasó con todo lo que estuvo a su alcance, reduciendo a cenizas la producción agrícola y las familias. Ahora bien, aunque la Iglesia como institución a lo largo de la historia ha dejado mucho que desear, salvan sus inconsecuencias y sus destinos históricos, la presencia de hombres honestos que son paradigmas de los buenos cristianos, tal el caso del párroco de Jutiapa, el reverendo y respetado sacerdote Víctor Ruano, que tiene que luchar con una feligresía, como la jutiapaneca, altamente reaccionaria. Muchos de estos feligreses quieren cooptar al sacerdote, sin comprender la amplitud de los evangelios al hacerlos partícipes como feligreses del ritual más sagrado de la fe cristiana como lo es la comunión, no logran asimilar el principio de humildad y obediencia a su pastor, pues trascendió ya la hostilización de que es objeto el padre Víctor de parte de unos feligreses de extrema derecha, una de los cuales -una mujer, por cierto- tenía preparado un contundente garrote en contra del sacerdote a raíz de una agria y lamentable discusión que este honorable sacerdote jutiapaneco tuviera con un feligrés. De allí que se hace necesario, ante esta situación, traer al texto un viejo aforismo de un escritor ruso con respecto a esa clase de “cristianos”: “A los cristianos no se les reprocha por ser cristianos, sino porque no lo son”. Luciano Castro Barillas.
PADRE GUILLERMO WOODS:
HISTORIA DE IXCÁN
PLAYA GRANDE
Por Pancholon
Por Pancholon
Este 20 de noviembre es el aniversario número
33 de la muerte del padre Guillermo Woods, fundador de la Cooperativa Malín, en
Santa Cruz Barillas y colonizador de Ixcán Playa Grande.
En 1966 llega el padre Thomas Conroy, sacerdote
de la orden de los maryknol a la parroquia Santa Cruz, en Barillas,
Huehuetenango. Desde entonces llegaron varios misioneros maryknol como el padre
Daniel, padre Juan y padre Willy siendo éste último quien comenzó el proyecto
de construir la catedral de Santa Cruz Barillas a mediados de la década de los
años 80.
Entre 1968 y 1975 un sacerdote llamado Guillermo
Woods tendría una visión más amplia. El de ayudar a los campesinos, a los más
pobres de la región, a los que no tenían tierras para sembrar y sobrevivir, a
los que eran violados sus derechos por los ricos, a los campesinos mayas, en
toda la región de Huehuetenango y gran parte del altiplano guatemalteco.
Santa Cruz Barillas
El padre Guillermo Woods fundó la Cooperativa
Malín para promover las artesanías propias de Barillas. Decenas de hombres se
hicieron miembros de esta iniciativa; desde la aldea La Florida, Palestina, La
Unión, Bahi, El Quetzal, Nuca y muchas aldeas más. De lunes a viernes
trabajaban sus parcelas y los fines de semana en la cooperativa para hacer los
pedidos que el padre Guillermo pedía para exportarlos a los Estados Unidos. En
1973un grupo de campesinos de Palestina y de Barillas viajaron con el padre
Guillermo a San Francisco California, para entregar sus trabajos artesanales a
la arquidiócesis de esa ciudad, entre ellos Francisco Simón Quien, quien
recuerda: “Fue una experiencia inolvidable compartir con el padre Guillermo,
estar al lado de una persona muy amable, que sin ser de Guatemala ayudó a tanta
gente pobre”. Él tuvo la idea de reorganizar la aldea Palestina, La Florida,
parte de San Carlos las Brisas en vecindarios cercanos, ya que le gente estaba
aislada, cada cual viviendo con sus parcelas. En donde actualmente se ubica
Palestina era tierra de propiedad privada. Después que el padre Guillermo
obtuvo las escrituras se repartieron lotes de una cuerda y media a dos cuerdas
a cada familia. Se posee poca información de lo que hizo en Barillas, quizá
porque Ixcán fue donde realizó proyectos que incomodó al gobierno guatemalteco.
Ixcán Playa Grande
A continuación una pequeña historia de cómo fue
el comienzo de estas tierras, que fueron bañadas con sangre inocente durante el
conflicto armado en Guatemala, pero que en la actualidad siguen adelante
gracias a su gente, a su trabajo, a su esfuerzo y al legado que de William
Woods, el sacerdote, el amigo, el líder; el que dio voz a una comunidad. Jamás
vamos a olvidar al padre Guillermo.
La gran riqueza natural del Ixcán, la
fertilidad de sus suelos y el clima cálido propicio para la producción agrícola
a gran escala, así como el hecho de que era tierra virgen propiedad del Estado,
hicieron que los padres maryknol que daban atención a la diócesis de
Huehuetenango y a los municipios de San Pedro Soloma, Santa Eulalia, San Mateo
Ixtatán y Santa Cruz Barillas; se fijaran en Ixcán para iniciar un proceso de
colonización en el que se otorgaran parcelas a los campesinos pobres y sin
tierra del país.
Proyectos de
colonización
Gracias al respaldo económico de los maryknol
en Estados Unidos, la iglesia había comprado algunas fincas en la zona, negoció
con el Instituto Nacional de Transformación Agraria (INTA) la autorización para
colonizar las tierras nacionales entre los ríos Xalbal e Ixcán, que serían
conocidas como Ixcán Grande. El proyecto consistía esencialmente en organizar a
los campesinos desplazados en cooperativas agrícolas, cada una de ellas
responsables de parcelar y distribuir
entre sus asociados una cierta extensión de tierra, una vez superado el período
de prueba de 6 meses. Los sacerdotes misioneros maryknol fueron los principales
promotores del proyecto. En 1966 se dio comienzo a la experiencia con la
llegada al llamado Primer Centro, hoy conocido como Mayalán, de un grupo
inicial de colonizadores desde el municipio huehueteco de Todos Santos, San
Juan Ixcoy y Barillas.
Se creó la Cooperativa Ixcán Grande R.L., que
tenía 682 caballerías amparadas por dos escrituras, una de 180 caballerías que
correspondía a Xalbal, y otra escritura al resto del terreno. Ante la magnitud
del proyecto, se fueron creando varios centros de colonización con cooperativas
asociadas a la primera. Después del Primer Centro o Mayalán, se crearon el
Segundo Centro o Xalbal, el Tercer Pueblo o Pueblo Nuevo, el Cuarto Pueblo y el
Quinto Pueblo o Los Ángeles.
Nuevos pobladores
del Ixcán
De esta manera, a través de anuncios en las
parroquias y en las radios locales, el proyecto de las cooperativas de Ixcán
llegó a oídos de las gentes del Altiplano. Escucharon noticias de que en Ixcán
habían tierras para repartir a los campesinos pobres de Guatemala y se
organizaron en grupos para hacer el viaje desde sus lugares de origen. Se
desplazaron a pie por las montañas y por los caminos llenos de barro con sus
pocas pertenencias y, en muchas ocasiones, comiendo únicamente totoposte[1].
Durante los dos primeros años de actividad del proyecto se formaron diez
centros, que luego se convertirían en pequeños pueblos o comunidades, con 164
parcelas y 915 personas. En 1969 las familias parcelarias superaban las 180 con
la llegada del padre Woods, en sustitución del anterior responsable, el padre
Eduardo Doheny que se retiró por motivos de salud, adquiriendo el proyecto
dimensiones más amplias. El padre Woods envió una carta a todas las parroquias
de la diócesis de Huehuetenango invitando a que llegaran más familias, pues
había tierra para 500 parcelarios más. Muchos de la aldea Nuca, San Jerónimo,
Palestina y algunos del centro del municipio de Barillas se fueron a recibir
sus parcelas.
Ixcán exporta al
mercado nacional e internacional
El padre Woods se encargó conseguir semillas de
cardamomo para todos los asociados, también semillas de vainilla, pimienta y
café, principalmente para la comercialización. Se cultivaban muchos otros
productos para el autoabastecimiento y los mercados locales como maíz, frijol,
arroz, verduras y frutas.
Conflicto armado
A mediados de la década de los años 70, el
conflicto armado empezó a recrudecerse en todo el país y especialmente en las
zonas indígenas del Altiplano, Quiché, Huehuetenango, Alta y Baja Verapaz, así
como en la capital. El movimiento insurgente, representando en estas áreas por
el Ejército Guerrillero de los Pobres, EGP. Concentró esta organización
política el grueso de su actividad en el norte del Quiché, motivo por el cual
el ejército dirigió en gran medida su atención a esa zona.
En 1975, ya había destacamentos militares en el
área de las cooperativas. El ejército cortó las líneas de las avionetas que
sacaban los productos del Ixcán para su venta en distintos lugares del país y
prohibió los vuelos. Más adelante, el ejército, en un intento por ganar el
favor del pueblo, ofreció sus aviones militares para transportar la producción
de las cooperativas del Ixcán hasta Guatemala, sin embargo el compromiso solo
se mantuvo por un año.
El padre Guillermo
Woods muere en un supuesto accidente aéreo
El 20 de noviembre de 1976 muere el padre
Guillermo Woods en un supuesto accidente aéreo cuando sobrevolaba San Juan
Costal, en las medianías del Quiché, en su avioneta. Ya había recibido amenazas
del gobierno y el ejército por sus actividades de apoyar y organizar las
cooperativas de Ixcán Grande. El accidente nunca fue esclarecido por parte de
las autoridades. Se ofreció una vaga información que, junto con las mencionadas
amenazas, ha dado lugar a fundadas sospechas acerca de una conspiración del
ejército y el gobierno para asesinar el padre Guillermo Woods.
La muerte del padre, principal defensor del
pueblo de Ixcán ante las presiones militares y gubernamentales, fue el punto de
inflexión. A partir de este momento la situación empeoró drásticamente para los
parcelarios de las cooperativas de Ixcán Grande. Empezaron los registros, los
secuestros, las violaciones y demás acciones violentas por parte del ejército.
La confianza de la población hacia el ejército se desvaneció. No podían ir al
mercado ni andar libremente. Los soldados lo revisaban todo y no se podía
comprar nada al por mayor porque se les acusaba de estar abasteciendo a la
guerrilla…
[1Es una tortilla
edulcorada de maíz, delgada, que se cuece en el comal una cara y la otra cara
se dora, a distancia prudencial, con el fuego abierto y colocadas las tortillas
de canto, apoyadas sobre varitas.
Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.