En el nombre de su
“oposicion a Romney” expertos como Chomsky y Ellsberg, terminan en alianza con
los billonarios de Wall Street y Silicon Valley, con los militaristas del
Pentágono, los partidarios del Departamento de Seguridad Nacional y con los
ideólogos sionistas (Dennis Rose) para elegir a Obama. Por supuesto, el apoyo
de los progresistas será aceptado - pero difícilmente reconocido - pero ellos
no influirán en las futuras políticas de Obama después de la elección: Serán
desechados como condones usados.
ELECCIONES EN LOS USA: DEL MENOS AL MÁS FUNESTO Y
EL DECESO DEL LIBERALISMO CRÍTICO
Por Prof. James Petras
Global Research, noviembre 3, 2012
Existe amplia evidencia de que la presidencia de
Obama ha tirado más hacia la derecha el espectro político de EEUU. En la
mayoría de cuestiones sobre política exterior, Obama ha abrazado posiciones
extremistas sobrepasando a su predecesor republicano y en el proceso ha
devastado lo que quedaba de los movimientos sociales y de la paz de la década
pasada. Aún más, la presidencia de Obama ha preparado el terreno para el inmediato
futuro prometiendo una extensión más amplia de las políticas regresivas después
de las elecciones presidenciales: recortes al Seguro Social, Medicaid y
Medicare. Los funcionarios titulares y sus opositores compiten por los millones
de dólares en fondos de campaña provenientes de los ricos donantes, a quienes
tendrán que repagar en billones de dólares en ayuda financiera, subsidios,
reducciones de impuestos, medidas antisindicales y políticas medioambientales.
Ninguna propuesta positiva fue presentada por la campaña de Obama, sino al
contrario, numerosas políticas militaristas y sociales regresivas fueron
articuladas. La campaña de Obama se basó en el temor valiéndose de las
reaccionarias propuestas de la alianza entre Romney y el Tea Party: un pretexto
que oculta su propio record de gastos militares sin precedentes, guerras
secuenciales, expulsiones de inmigrantes, embargo de hipotecas y rescates a
Wall Street.
En el proceso, los críticos liberales han cruzado
la línea, renunciando a su integridad al desviar la atención de las políticas militaristas
y socialmente regresivas de Obama para enfocarse en oponerse a Romney como el “más
funesto”: progresistas y liberales críticos han multiplicado y magnificado la
duplicidad del aparato político de Obama. En el nombre de su oposición al “mal
mayor” (Romney) ellos no se atreven a enumerar y especificar los desenfrenados crímenes
políticos y la monumental injusticia socioeconómica perpetrada por el “mal
menor” representado por su candidato (Obama). Declararan los progresistas pública
y honestamente: nosotros apoyamos a Obama en los “estados indecisos” porque el
ha matado únicamente a 10,000 afganos, 5,000 iraquíes, está matando de hambre a
través de sanciones económicas a 75 millones de iraníes, le da a los israelíes 3,000
millones de dólares por el desplazamiento de palestinos, supervisa personalmente
la ejecución arbitraria de ciudadanos de EEUU y promete una extendida lista de
asesinatos … porque Romney promete ser peor … Esperar honestidad de los
proponentes de los “males menores” es tan improbable como tomar en serio sus críticas
entre una y otra elección.
El daño político incurrido por los movimientos
sociales y la clase trabajadora estadounidense bajo la presidencia de Obama es
sin precedentes y ha preparado el terreno para una mayor regresión social y belicosidad
imperial.
Consecuencias políticas de la presidencia de Obama: Pasado, presente y
futuro
La presidencia de Obama y la fase previa a su
pasada y presente campaña electoral han tenido un impacto devastador sobre los
movimientos sociales comprometidos en actividades por la paz, el trabajo, los
inmigrantes, derechos constitucionales y regulaciones ambientales.
El movimiento por la paz desapareció virtualmente
al tiempo que sus líderes urgían a sus partidarios a enfocar sus actividades en
apoyo de la elección de Obama. Como premio recibieron el aumento en el gasto
militar y el involucramiento directa o indirectamente en guerras consecutivas
en siete países, causando caos y destrucción. El enfrentó poca oposición de los
ex activistas por la paz quienes, consternados, se retiraron o pasaron a ocupar
algún cargo y luego se disculparon por la guerra. Para el 2012 los líderes por
la paz que siguen a Obama repiten el mismo argumento para apoyarlo, pero sin
atreverse a mencionar la pasada mentira
(en el nombre de la “paz”) más bien ellos afirman que hay que derrotar “a
Romney”.
Previo a la elección de Obama en el 2008, el
movimiento por los derechos de los inmigrantes movilizó a varios millones…
hasta que fue infiltrado y tomado por
políticos mexicoamericanos del partido Demócrata y luego convertido en una
maquina electoral para asegurar cargos de elección para ellos mismo y Obama. Él
premió a los inmigrantes sentando un record:
capturando, encarcelando y expulsando 1.5 millones durante su estadía en la
presidencia. El movimiento de masas de los inmigrantes ha sido mayormente
desmantelado y ahora políticos timadores del partido Demócrata han contratado
empadronadores para reunir y registrar a los desilusionados inmigrantes para
que voten.
Los afroamericanos fueron el sector de la clase trabajadora estadounidense
más desatendido bajo la administración de Obama: Ello son los que han
experimentado los niveles más altos de desempleo y de embargos de viviendas,
así como el periodo más largo sin trabajo. Ellos se convirtieron políticamente
invisibles al doblegarse Obama - queriendo calmar la furia de los blancos
racistas que buscan etiquetarlo como el “presidente negro”. El liderazgo negro,
político y religioso y las celebridades de los medios de prensa se dedicaron a
bloquear completamente cualquier expresión de oposición que viniera desde las
bases, argumentando que solamente “ayudaría a los racistas”, ignorando la
cercana relación y el rescate de Obama a Wall Street, mostrando su trasero a
los millones de hogares negros con propiedades cuyo valor se ha ido en picada.
Sin un movimiento organizado o liderazgo, temerosos del problema (racismo
económico) y de la solución (cuatro años más de invisibilidad bajo Obama) la
mayoría de los trabajadores negros no tendrán más opciones que, abstenerse o
taparse las narices y votar por “Oreo” Obama.
El movimiento Ocupando Wall Street, precisamente porque era independiente
del partido Demócrata y harto de la total sumisión de Obama a Wall Street,
proveyó una voz temporal a la vasta mayoría de estadounidenses opuestos a ambos
partidos políticos. Los oficiales demócratas, locales y estatales, aplaudieron
“la causa” y luego reprimieron el movimiento.
Un movimiento de masas espontaneo sin dirección política y carente de una
alternativa en cuanto a liderazgo político, fue incapaz de confrontar el
régimen de Obama: el movimiento declinó y se desintegró, muchos de sus
simpatizantes fueron absorbidos por la propaganda de campaña del “mal menor” de
Obama. La masiva antipatía hacia Wall Street fue desactivada por la afirmación
de Obama de haber salvado “la economía” de la catástrofe al entregar $4.5
trillones a los bolsillos de los banqueros.
Los derechos constitucionales fueron desbaratados por la defensa de Obama
de los tribunales militares, de los
torturadores de la era de Bush, expansión del poder ejecutivo incluyendo la
hipótesis del poder presidencial para asesinar ciudadanos estadounidenses sin
juicio previo. Mientras que organizaciones legales pelearon la buena batalla
por las libertades civiles, la vasta mayoría de liberales fueron notables por
su ausencia de cualquier movimiento democrático para defender los derechos de
40 millones de estadounidenses bajo vigilancia policial, especialmente los derechos
de ciudadanos musulmanes e inmigrantes. Ellos escogieron no avergonzar a su
Presidente Demócrata: ellos colocaron la reelección del Estado policial Demócrata por encima de su
putativa defensa de los derechos constitucionales. No más marchas por los derechos
civiles, no más protestas contra el Departamento de Seguridad Nacional, no más
movimientos por la libertad de opinión en los campus universitarios contra la
abrogación del derecho a criticar a Israel.
Por décadas, la confederación sindical y los movimientos de jubilados
defendieron el Seguro Social, Medicare y Medicaid. Con Obama en la presidencia,
abiertamente declarando y preparando enormes reducciones y cláusulas regresivas
sobre cobertura (aumentando la edad para calificar) no hay movimientos de protesta
significativos. Programas que por una buena parte de un siglo (seguro social) o
por medio siglo (Medicare, Medicaid) fueron considerados intocables, estan
ahora, de acuerdo a Obama, “sobre la mesa” para ser despedazados (“reformados”,
“regulados”) Los millonarios jefes de los sindicatos contratan a un pequeño ejército
de trabajadores de campaña y recaudan más de $150 millones para reelegir a un
presidente que promete realizar cortes enormes en programas médicos para los
pensionistas y los pobres. Obama ha legitimado las reaccionarias posiciones
sociales de la extrema derecha mientras que el Partido Demócrata se encargó de
neutralizar cualquier oposición o movilización de los sindicatos.
Y por último, no por eso menos importante, el régimen de Obama ha cooptado a
sus críticos liberales progresistas a través del apoyo por la puerta trasera.
En el nombre de su “oposicion a Romney” expertos como Chomsky y Ellsberg,
terminan en alianza con los billonarios de Wall Street y Silicon Valley, con
los militaristas del Pentágono, los partidarios del Departamento de Seguridad
Nacional y con los ideólogos sionistas (Dennis Rose) para elegir a Obama. Por
supuesto, el apoyo de los progresistas será aceptado - pero difícilmente
reconocido - pero ellos no influirán en las futuras políticas de Obama después
de la elección: Serán desechados como condones usados.
El futuro:
Consecuencias post electorales
Con o sin la reelección de Obama, su régimen y sus políticas han preparado
el terreno para una agenda social más regresiva y reaccionaria: estándares de
vida, incluyendo la salud, prestaciones, seguro social, serán recortados
drásticamente. Los afroamericanos permanecerán invisibles excepto para la
policía y el racista sistema judicial.
Los inmigrantes serán perseguidos y sacados de sus hogares y trabajos: los
sueños de los estudiantes inmigrantes se transformaran en pesadillas de temor y
agitación. Escuadrones de la muerte, guerras indirectas y con drones se
multiplicaran para apuntalar al imperio en bancarrota de EEUU. Progresistas
hipócritas y sin responsabilidad cambiaran de opinión y criticarán al
presidente que ellos eligieron, o si es Romney, ellos atacaran los mismos
defectos que pasaron por alto durante la campaña electoral de Obama: más
recortes al gasto público y para combatir el cambio climático resultaran en
grandes deterioros en la vida diaria y en la infraestructura básica; mas
inundaciones, incendios, plagas y apagones. Los neoyorquinos aprenderán a
descontaminar el agua de sus inodoros; podrían beber y bañarse en ella.
Traducido por: Delmar Manuel
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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