(…) Dado que Estados Unidos
ya venía marcando el ritmo de la nueva sociedad industrial que se abría paso
con fuerza avasalladora, también esta creación cultural la impone por el resto
del mundo como un bien de consumo más. El nuevo personaje, que hasta ese
entonces era un gnomo vestido de verde, pasa a tener una forma más humana, la
misma que hoy día se le conoce comercialmente. Es ya entrado el siglo XX, en
1931, cuando la empresa Coca-Cola da el toque definitivo. (…) Es con las estrategias de mercadeo de la
Coca-Cola que la nueva leyenda, diseñada para el caso por el pintor de origen
sueco y radicado en Chicago, Habdon Sundblom, toma sus actuales colores rojo y
blanco –los mismos del conocido refresco–. Gracias a la campaña publicitaria
montada sobre el obsequioso Santa Klaus ataviado de rojo y blanco, el gigante
de las bebidas gaseosas levantó su perfil en un momento en que arreciaban las
críticas por su presunta toxicidad (80 años después las cosas no han cambiado
mucho al respecto), entronizando la figura de este nuevo “duende” moderno,
ícono del consumo navideño. Tan grande es su popularidad que no es exagerado
decir que para muchas generaciones Navidad pasó a ser sinónimo de este señor
obeso vestido con los colores de la Coca-Cola invitando a comprar y comprar,
perdiéndose el origen religioso de la fecha. Marcelo Colussi
SANTA CLAUS, LA
NAVIDAD
Y COCA COLA
Por Luciano Castro Barillas
Se corrió el rumor de que Santa Claus, ese
anciano de barba blanca, tripón, con un abrigo blanco y rojo y con un fardo de
juguetes al hombre lo habían asesinado hacía algunos minutos en la zona 18 de
ciudad de Guatemala, un sector con los más altos índices criminalidad provocada
por pandilleros o narcotraficantes. Los niños, con gran estupor, recibieron la
trágica noticia, pero los padres viendo la consternación que en ellos provocaba
el desaguisado, los calmaron inmediatamente diciéndoles que eso era uno de los
tantos rumores que habitualmente circulan en nuestro país. Sin embargo,
independiente de lo que podría haber afectado a los niños, la verdad es que ese
viejo glotón, mercachifle y sedicente, hijo del marketing de la empresa de
refrescos Coca Cola fundada el 5 de mayo de 1886 por John Pemberton en Atlanta,
Georgia; es uno de los íconos comerciales más difundidos en todos los países
del planeta, al punto que ese refresco carbonatado es consumido en 205 países
(más de los miembros que integran la ONU) a razón de ¡45, 000 botellas por
segundo!
Es tal el poder de esta empresa refresquera
norteamericana que la palabra Okey y
Coca Cola son los dos vocablos más fácilmente
identificables y reconocidos en todas partes del mundo. Además la Coca Cola, no
compite después de más de medio siglo transcurrido de desempeño empresarial
exitoso con ningún refresco -o las
falsas colas como ellos llaman, entre otras, a la Pepsi Cola- sino contra el
café. Asunto que no es ninguna arrogancia sino uno ve, anonadado, el
interminable desfile de personas
-auténticos zombis- que visitan el Museo Coca Cola en Atlanta, con 3,000
visitantes diarios, siendo por cierto el museo más visitado del mundo y donde
los fundadores y propietarios fueron elevados a la categoría de “héroes
americanos”.
Pero pareciéndoles siempre poco el capital
acumulado por más de un siglo a estos voraces capitalistas, ahora quieren
retomar una iniciativa empresarial abandonada hace más de 80 años, como lo fue
vender chicles, golosinas y cigarrillos con el logo de Coca Cola. Se está
pensando seriamente para el siglo XXI inundar el mundo con estos productos y su
logo. La pregunta es ¿por qué quieren más? ¿Acaso no está metido en el
imaginario colectivo de todos los países del mundo el viejo barrigón de traje
nórdico rojo y blanco que se hace pasar por Santo? En los Nacimientos
guatemaltecos este santo cocacoliano ocupa ya un lugar preferente. Las personas
en las aldeas de Guatemala le prenden velas, depositan ex votos en los
oratorios y le piden en sus oraciones que haya en nuestra tierra una ¡Feliz
Navidad! Porque el Santa Claus de Coca Cola tiene la misma devoción que el Niño
Dios.
Feliz Navidad a los lectores de La Cuna del
Sol, claro, sin este viejo barrigón, que lamentablemente no fuera muerto en la
zona 18.
Publicado por LaQnadlSol
Ct., USA.
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