lunes, 28 de octubre de 2013

TEATRO, PURO TEATRO

El Nobel otorgado al economista Eugene Fama, padre de la desregulación financiera, motivó a su colega José Gabriel Palma a recordar la oscura historia de un premio impuesto en contra de la voluntad de Alfred Nobel, y a un honesto análisis sobre los límites de su profesión, la que algunos imponen como una nueva teología que la política debe aceptar como ciencia dura. Desempolvando el Nobel entregado al economista que diseñó un sistema de especulación, que terminó en catástrofe, muestra el espacio donde la ideología se disfraza de conocimiento. Y recomienda a la candidata Bachelet que tenga en cuenta todo esto cuando escuche de los economistas soluciones “serias”. Si conoce a un economista, envíele este link.

PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA:
TEATRO, PURO TEATRO


Por José Gabriel Palma 


La semana pasada se les otorgó el Premio Nobel a tres economistas estadounidenses que trabajan sobre mercados financieros: Eugene Fama, Lars Peter Hansen y Robert Shiller. Si bien esta noticia tuvo impacto en la profesión y círculos políticos, pasó casi inadvertida para el resto de la población. Qué diferencia -se acordarán los mayores de 50 años- con cómo se tiró la casa por la ventana durante la dictadura para celebrar el Nobel de Milton Friedman en 1976. Esto, a pesar de que esta vez uno de los galardonados, Eugene Fama, padre de la desregulación financiera global, es mellizo ideológico de Friedman e inspiración fundamental de los neo-liberales de todo tipo.

Este premio, junto con exponer muchos de los aspectos más negativos de mi profesión, trae a la mente varias interrogantes. ¿Tiene sentido dar premios de este tipo en una disciplina donde las ideas tienen un claro origen ideológico y donde las metodologías y los datos son particularmente frágiles? ¿Tiene sentido honrar justo en la mitad de la peor crisis financiera en casi un siglo a alguien que se pasó medio siglo diciendo que jamás podría haber una crisis financiera de este tipo? ¿Y qué es de los millones que están sufriendo las consecuencias de esta crisis, producto en gran parte de la aplicación de las políticas de desregulación financiera propuestas por Fama? Es necesario preguntarse también cuál es el status “científico” de las propuestas de políticas que hacemos los economistas. Por ejemplo, cuando la mayoría en mi profesión se opone a que la educación universitaria sea gratuita, ¿están expresando sólo una opinión?












Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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