lunes, 3 de marzo de 2014

¿Y SI LAS PROTESTAS FUERAN EN LOS U.S.A?

Imaginémonos  como procedería el gobierno estadounidense si en lugar de confrontar protestas mayormente pacificas como las del Movimiento Ocupar, tuviera que vérselas con revueltas violentas encabezadas por elementos fascistas, como las que defiende y alienta en Venezuela y Ucrania, donde los “pacíficos” manifestantes buscan el derrocamiento o piden la muerte de los gobernantes. El recuerdo del movimiento Ocupar Wall Street, está ahí muy cercano, como una clara muestra de cómo procede la clase gobernante cuando ve amenazados sus intereses.


¿COMO REACCIONARÍA EL GOBIERNO DE EE.UU
ANTE PROTESTAS QUE PIDEN SU DERROCAMIENTO?


“Las libertades de expresión y de reunión pacífica son derechos humanos universales. Ellos son esenciales para que funcione una democracia, y el gobierno venezolano tiene la obligación de proteger estas libertades fundamentales, así como la seguridad de sus ciudadanos”, declaró John Kerry, secretario de Estado de EE.UU con relación a la crisis en Venezuela.

Similares declaraciones han sido emitidas por otros funcionarios del gobierno estadounidense con respecto a las situaciones de protestas antigubernamentales en otros países, como por ejemplo, en Ucrania, donde el mismo presidente Obama, antes del derrocamiento del gobierno democráticamente elegido, dijo, "hacemos al gobierno de Ucrania el principal responsable de asegurarse de que está tratando con los manifestantes pacíficos de una manera adecuada, que el pueblo ucraniano sea capaz de reunirse y hablar libremente acerca de sus intereses y sin miedo a la represión".  Esto cuando se trata de países cuyos gobiernos representan un obstáculo para las políticas intervencionistas de los EE.UU y de sus aliados en Occidente, pero que sucedería si las cosas fueran a la inversa y grupos de ciudadanos organizados pidieran de manera violenta la renuncia o la caída del gobierno de los Estados Unidos por los mismas faltas que se le atribuyen a los gobiernos de Venezuela y Ucrania.

No es necesario escarbar mucho para darnos cuenta de lo que sucedería, el recuerdo del movimiento Ocupar Wall Street, está ahí muy cercano, como una clara muestra de cómo procede la clase gobernante cuando ve amenazados sus intereses. Ocupar Wall Street, fue un movimiento espontaneo de masas numéricamente pequeño y mayormente pacifico que desde el 11 de septiembre del 2011 se extendió desde Manhattan a Los Ángeles, Portland y Seattle y desde Chicago a Miami. A pocas semanas de haberse iniciado las protestas contra el poder de la industria financiera, la destrucción de la clase trabajadora y de la gente de clase media y la corrupción en el gobierno de los EE.UU, la policía en casi todas las localidades donde se estaban realizando protestas comenzó a hacer uso deliberado  de la violencia, con brutalidad en muchos casos, para expulsar a los manifestantes de lugares públicos que estaban ocupando. Nos dimos cuenta como la policía reprimía indiscriminadamente a los manifestantes con gas pimienta, lanzando bombas lacrimógenas, granadas de aturdimiento, disparando balas de goma y sacos de perdigones de plomo (bean-bag projectiles), muchas veces disparados a corta distancia, vimos como los golpeaban con batones y como los manifestantes  eran arrestados en masa.

Luego, con base en información obtenida a través de FOIA (Freedom of Information Act) se llegó a conocer que la violenta represión policiaca en todas esas ciudades no fue una pura coincidencia. Fueron más bien acciones coordinadas del FBI, el Departamento de “Justicia” y del Departamento de Seguridad Nacional de los EE.UU, los cuales compartieron instrucciones, asesoría y lecciones tácticas de un lugar a otro, por ejemplo, la idea de expulsar violentamente a los ocupantes en horas de la noche y sin el conocimiento de los medios de prensa, fue primeramente ensayado en Oakland y luego adoptado en otras ciudades.

Por otra parte se sabe que en Houston el FBI se enteró sobre un aparente complot que posiblemente involucraba a agentes no identificados del gobierno o de alguna firma de seguridad privada que se proponían hacer uso de “fusiles de francotirador silenciados” (“suppressed sniper rifles”) para matar a “los líderes del Movimiento Ocupar” en Houston. Afortunadamente el complot, del que el FBI sabia y no dijo nada, no se activó y ninguna persona ha sido enjuiciada por ese complot, el cual un memorándum del FBI sugiere esta todavía activo pero quizás en suspenso.

En algunos casos, policías encubiertos se infiltraron entre los manifestantes del movimiento y los asistieron suministrándoles equipo crucial e ideas sobre tácticas de obstrucción, como las utilizadas por los manifestantes cuando se encadenaron tratando de bloquear la entrada al puerto de Houston. Durante el juicio a los manifestantes se descubrió a través del proceso legal que policías encubiertos les habían facilitado a los manifestantes cadenas altamente resistentes de PVC para llevar a cabo la acción. Como resultado los cargos fueron desestimados.

Cabe destacar que, documentos del gobierno federal  muestran que las protestas del Movimiento Ocupar fueron todas clasificadas por el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional como “acciones terroristas”, no como asambleas publicas protegidas por la Primera Enmienda, que ampara la irrestricta libertad de expresión. Se les comunicó a todas la ciudades en donde habían protesta que negaran solicitudes de permiso a los manifestantes para protestar en espacios públicos, una estrategia cuya finalidad era darle a la policía toda la autoridad para expulsar a los manifestantes de los lugares públicos así como brutalizar y arrestar a todos los que se resistieran.

Otro aspecto que demuestra la actitud altamente represiva del gobierno estadounidense es el hecho de que, a todo lo largo y ancho de la nación, los cuerpos policiales están siendo suministrados con equipo antimotines incluyendo, generadores de sonido de decibeles altos, cañones de radiación corta que causan al cuerpo un dolor intenso producto del calor interno, fusiles militares de salto, y un excedente de vehículos blindados armados, que las hace funcionar más como un fuerza domestica militar  en vez de una simple fuerza policial. Estos policías paramilitares han estado presentes por años en las demostraciones públicas, como las convenciones nacionales de los partidos políticos, y en protestas como las de grupos que se oponen a la guerra. También agencias federales desde el Departamento de Seguridad Nacional hasta la Administración del Seguro Social ha estado siendo suministradas con cientos de millones de mortales balas expansivas. El por qué  estas agencias que no tienen funciones policiales estén necesitando semejante cantidad de municiones es algo que el gobierno rehúsa explicar.

Es común que los agentes encubiertos de la policía actúen como infiltrados en dondequiera que se esté desarrollando una manifestación, alentados o trabajando directamente para el gobierno federal, estos encubiertos se han dado a la tarea de atraer a jóvenes ingenuos para que cometan acciones por las cuales son arrestados posteriormente bajo cargos inventados de terrorismo, como sucedió recientemente en Chicago, en donde tres jóvenes conocidos como los “NATO 3” o “los 3 de la OTAN” fueron declarados culpables de planear ataques durante la conferencia de la OTAN en Chicago en 2012, aunque el cargo más serio de terrorismo fue desestimado, los tres jóvenes enfrentan condenas de entre 4 y 30 años de prisión por cargos menores de desorden público e incendio premeditado. Sarah Gelsomino, abogada de uno de los acusados dijo, “esto fue políticamente motivado, un caso sobrecargado, para poner un ejemplo y así mantener a la gente alejada de las calles durante la conferencia de la OTAN”.

En resumidas cuentas tenemos, que mientras el gobierno de los EE.UU habla de una manera grandilocuente a cerca del derecho a la protesta y crítica a gobiernos que usan la fuerza pública para reprimir con violecia a los manifestantes, el gobierno hipócritamente actúa de la misma manera aquí en su propio patio. Imaginémonos  como procedería el gobierno estadounidense si en lugar de confrontar protestas mayormente pacificas como las del Movimiento Ocupar, tuviera que vérselas con revueltas violentas encabezadas por elementos fascistas, como las que defiende y alienta en Venezuela y Ucrania, donde los “pacíficos” manifestantes buscan el derrocamiento o piden la muerte de los gobernantes. No se necesita un gran esfuerzo de la imaginación para predecir como actuaría el gobierno ante revoltosos armados con cadenas, armas de fuego, que lanzan cocteles molotov, ocupan y destruyen propiedades del estado, y hasta le prenden fuego a policías. Y ¿qué creen que pasaría con criminales que al mejor estilo Rambo se parapetan en sus casas y de manera insultante desafían al gobierno a que los arreste?


Contrario  a las protestas que buscan de manera violenta el cambio de régimen en Venezuela y Ucrania, los manifestantes en los EE.UU, como los de Ocupar, Keystone XL Pipeline, los que se manifiestan contra las bases de drones y otras acciones de protesta, no tienen como objetivo el derrocamiento del gobierno en Washington. La finalidad de sus acciones es exigir que el gobierno ponga fin a determinadas actividades, pero eso apenas califica como una amenaza existencial. Sin embargo, los Estados Unidos, empezando con el régimen de Bush/Cheney y continuando con Obama están demostrando estar en plena ofensiva represiva contra toda forma de protesta contra el gobierno y sus políticas, incluso contra la banca y la industria de las armas, del petróleo y los agronegocios.

Dentro de todo este esquema represivo del gobierno de los EE.UU tienen que verse también, la masiva recolección de todo tipo de comunicaciones electrónicas, el total monitoreo de las actividades, relaciones y viajes de todos los ciudadanos estadounidenses que la NSA lleva acabo. Es el supremo acto de represión con tecnología del siglo XXI, sin parangón en la historia de los regímenes represivos. Todo este espionaje del Estado policial en contra del público estadounidense, no tiene nada que ver con el objetivo declarado del combate al terrorismo y de mantener a salvo al público, al contrario, todo va dirigido a intimidar y subvertir toda forma de protesta.










Publicado por LaQnadlSSol
CT., USA. 

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