La realidad es que esta
acción del presidente Obama, por muy
encomiable que parezca, lejos de ser producto de su pretendida
sensibilidad social, su record en deportaciones lo dice todo, o de un serio
compromiso con una comunidad que puso en él todas sus esperanzas por la
anhelada reforma migratoria, es una cínica movida política, demagogia pura,
destinada a ganarse la lealtad de los votantes latinos.
OBAMA SE LIMPIA LAS MANOS
CON
OTRO HUESO MÁS A LA
COMUNIDAD LATINA
Decimos esto porque Obama y los demócratas durante todo este tiempo, desde
el 2008 a la fecha, y ante su falta de voluntad en cumplir con sus promesas de
una reforma migratoria, se la han pasado aventándole huesos a la comunidad
latina en forma de suspensiones temporales de deportaciones para ciertos grupos
de inmigrantes indocumentados. Esto con el fin de calmar sus exigencias y
obtener su voto en cada una de las elecciones. Y esta parece ser la tónica de
esta última acción decretada por el propio Obama, que en su última etapa de
gobierno y en calidad de presidente “lame duck”
está haciendo uso de sus prerrogativas presidenciales pasando por alto la
autoridad de un congreso hostil y obstruccionista.
En varias ocasiones cuando se le ha cuestionado su indecisión para hacer valer
su autoridad presidencial y decretar medidas destinadas a mejorar la situación
migratoria de muchos de los indocumentados, Obama ha replicado que los Estados
Unidos era un país de leyes y que no podía pasar por alto la autoridad del
congreso y que ultimadamente, era a los republicanos a quienes se le debería
exigir la aprobación de la reforma migratoria. Irónicamente y contradiciendo
sus propia declaraciones, eso es exactamente lo que está haciendo con esta
medida recientemente anunciada que favorecerá a unos 5 millones de
indocumentados y que está haciendo explotar de rabia a los republicanos que se
niegan rotundamente a aprobar cualquier cosa que en lo más mínimo se parezca a
una “amnistía” para “criminales”.
Comprendemos y compartimos la alegría de aquellos millones que se
beneficiaran con este decretazo migratorio del presidente Obama, pero al mismo
tiempo deploramos que se les aplique un trato discriminatorio a los otros
tantos millones de indocumentados que quedaran excluidos del actual programa de
legalización parcial y sujetos a la
continua explotación, criminalización, persecución y deportación. Para estos
millones no habrá ningún alivio, seguirán viviendo en las sombras porque así es
como se maneja la política migratoria en este país, aun y cuando a cada rato se
repita esa frase hueca, de que esta es una nación de inmigrantes.
La realidad es que esta acción del presidente Obama, por muy encomiable que parezca, lejos de ser producto
de su pretendida sensibilidad social, su record en deportaciones lo dice todo,
o de un serio compromiso con una comunidad que puso en él todas sus esperanzas
por la anhelada reforma migratoria, es una cínica movida política, demagogia
pura, destinada a ganarse la lealtad de los votantes latinos. Lo expresado por
el presidente de que es una acción ejecutiva que busca forzar a los
republicanos a aprobar una ley de reforma migratoria “sensata” no es más que un
pretexto porque está claro que los republicanos se niegan rotundamente a ello.
Después de la estrepitosa derrota a manos de los republicanos, los demócratas
buscan a toda costa seguir contando con la lealtad de los votantes latinos con
quienes han venido jugueteando por mucho tiempo e incumpliéndoles en el campo
de la reforma migratoria. En la elección presidencial del 2012, Obama le
prometió a la comunidad latina la reforma migratoria y falló estrepitosamente en
hacerla realidad, ahora algunos líderes de la comunidad están amenazando con
retirarle su apoyo al partido Demócrata y eso les preocupa para sus
aspiraciones electorales en el 2016.
Hay que tener muy en claro que la cuestión de la inmigración indocumentada
es algo que se ha convertido en parte integral de la política y la economía de
los EE.UU. Los inmigrantes indocumentados están aquí para quedarse, aunque haya
quienes que quisieran aplicarles la “solución final”, se han constituido en
parte del engranaje económico y social que mueve a esta nación, son
consumidores de primera (la mayor parte de sus ingresos son gastados aquí en
toda clase de bienes de consumo) pagan impuestos y sobre todo, como un ejército
laboral de reserva, aportan mano de obra barata, sumisa y sin ningún tipo de
protección laboral en consonancia con las políticas neoliberales que están en
boga.
En pocas palabras la población indocumentada resulta ser sumamente
beneficiosa. Y todo esto es entendido así, tanto por demócratas y republicanos
que actúan como los guardianes de los intereses de la clase empresarial del país.
Entonces por qué y para qué emprender una costosa campaña que remueva a 11 ó 20
millones de indocumentados, o en todo caso una amplia reforma migratoria. Resulta
más practico mantenerlos en su actual estatus, en las sombras, sin derechos y sometidos
a todo tipo de abusos, demonizándolos y exponiéndolos como los causantes de
muchos de los problemas del país, cosa que constantemente hacen los políticos
para exaltar los ánimos y sacar a relucir algunos de los pasatiempos preferidos
de los norteamericanos; el racismo y la xenofobia.
En su discurso el presidente dijo que el nuevo programa le permitirá a
muchos de los que residen ilegalmente aquí “salir de las sombras y cumplir con
la ley”. Por otra parte funcionarios del gobierno explicaron de manera oficial,
que el presidente no estaba legalizando a nadie, ya que técnicamente no puede
hacer eso.
Como lo hemos expuesto, el decreto migratorio de Obama, es una cínica
maniobra política, una medida paliativa parcial y temporal, pero que al final
dejará intacto el funcionamiento del actual sistema migratorio de los Estados
Unidos.
Publicado por LaQnadlSol
USA.
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