domingo, 23 de noviembre de 2014

Obama se limpia las manos con otro hueso más a la comunidad latina

La realidad es que esta acción del presidente Obama, por muy  encomiable que parezca, lejos de ser producto de su pretendida sensibilidad social, su record en deportaciones lo dice todo, o de un serio compromiso con una comunidad que puso en él todas sus esperanzas por la anhelada reforma migratoria, es una cínica movida política, demagogia pura, destinada a ganarse la lealtad de los votantes latinos.


OBAMA SE LIMPIA LAS MANOS CON
OTRO HUESO MÁS A LA COMUNIDAD LATINA



Decimos esto porque Obama y los demócratas durante todo este tiempo, desde el 2008 a la fecha, y ante su falta de voluntad en cumplir con sus promesas de una reforma migratoria, se la han pasado aventándole huesos a la comunidad latina en forma de suspensiones temporales de deportaciones para ciertos grupos de inmigrantes indocumentados. Esto con el fin de calmar sus exigencias y obtener su voto en cada una de las elecciones. Y esta parece ser la tónica de esta última acción decretada por el propio Obama, que en su última etapa de gobierno y en calidad de presidente “lame duck” está haciendo uso de sus prerrogativas presidenciales pasando por alto la autoridad de un congreso hostil y obstruccionista.

En varias ocasiones cuando se le ha cuestionado su indecisión para hacer valer su autoridad presidencial y decretar medidas destinadas a mejorar la situación migratoria de muchos de los indocumentados, Obama ha replicado que los Estados Unidos era un país de leyes y que no podía pasar por alto la autoridad del congreso y que ultimadamente, era a los republicanos a quienes se le debería exigir la aprobación de la reforma migratoria. Irónicamente y contradiciendo sus propia declaraciones, eso es exactamente lo que está haciendo con esta medida recientemente anunciada que favorecerá a unos 5 millones de indocumentados y que está haciendo explotar de rabia a los republicanos que se niegan rotundamente a aprobar cualquier cosa que en lo más mínimo se parezca a una “amnistía” para “criminales”.

Comprendemos y compartimos la alegría de aquellos millones que se beneficiaran con este decretazo migratorio del presidente Obama, pero al mismo tiempo deploramos que se les aplique un trato discriminatorio a los otros tantos millones de indocumentados que quedaran excluidos del actual programa de legalización parcial y sujetos  a la continua explotación, criminalización, persecución y deportación. Para estos millones no habrá ningún alivio, seguirán viviendo en las sombras porque así es como se maneja la política migratoria en este país, aun y cuando a cada rato se repita esa frase hueca, de que esta es una nación de inmigrantes.

La realidad es que esta acción del presidente Obama, por muy  encomiable que parezca, lejos de ser producto de su pretendida sensibilidad social, su record en deportaciones lo dice todo, o de un serio compromiso con una comunidad que puso en él todas sus esperanzas por la anhelada reforma migratoria, es una cínica movida política, demagogia pura, destinada a ganarse la lealtad de los votantes latinos. Lo expresado por el presidente de que es una acción ejecutiva que busca forzar a los republicanos a aprobar una ley de reforma migratoria “sensata” no es más que un pretexto porque está claro que los republicanos se niegan rotundamente a ello. Después de la estrepitosa derrota a manos de los republicanos, los demócratas buscan a toda costa seguir contando con la lealtad de los votantes latinos con quienes han venido jugueteando por mucho tiempo e incumpliéndoles en el campo de la reforma migratoria. En la elección presidencial del 2012, Obama le prometió a la comunidad latina la reforma migratoria y falló estrepitosamente en hacerla realidad, ahora algunos líderes de la comunidad están amenazando con retirarle su apoyo al partido Demócrata y eso les preocupa para sus aspiraciones electorales en el 2016.

Hay que tener muy en claro que la cuestión de la inmigración indocumentada es algo que se ha convertido en parte integral de la política y la economía de los EE.UU. Los inmigrantes indocumentados están aquí para quedarse, aunque haya quienes que quisieran aplicarles la “solución final”, se han constituido en parte del engranaje económico y social que mueve a esta nación, son consumidores de primera (la mayor parte de sus ingresos son gastados aquí en toda clase de bienes de consumo) pagan impuestos y sobre todo, como un ejército laboral de reserva, aportan mano de obra barata, sumisa y sin ningún tipo de protección laboral en consonancia con las políticas neoliberales que están en boga.

En pocas palabras la población indocumentada resulta ser sumamente beneficiosa. Y todo esto es entendido así, tanto por demócratas y republicanos que actúan como los guardianes de los intereses de la clase empresarial del país. Entonces por qué y para qué emprender una costosa campaña que remueva a 11 ó 20 millones de indocumentados, o en todo caso una amplia reforma migratoria. Resulta más practico mantenerlos en su actual estatus, en las sombras, sin derechos y sometidos a todo tipo de abusos, demonizándolos y exponiéndolos como los causantes de muchos de los problemas del país, cosa que constantemente hacen los políticos para exaltar los ánimos y sacar a relucir algunos de los pasatiempos preferidos de los norteamericanos; el racismo y la xenofobia.

En su discurso el presidente dijo que el nuevo programa le permitirá a muchos de los que residen ilegalmente aquí “salir de las sombras y cumplir con la ley”. Por otra parte funcionarios del gobierno explicaron de manera oficial, que el presidente no estaba legalizando a nadie, ya que técnicamente no puede hacer eso.

Como lo hemos expuesto, el decreto migratorio de Obama, es una cínica maniobra política, una medida paliativa parcial y temporal, pero que al final dejará intacto el funcionamiento del actual sistema migratorio de los Estados Unidos.







Publicado por LaQnadlSol
USA.

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