Los dirigentes del mundo Occidental se quieren pasar de listos, en el entendido, de creerse ellos muy despabilados y el resto del mundo unos babosos. Los que estamos en la selva, como dijo Borrell, ignoramos las delicias del Jardín del Edén.
LA PREPOTENCIA DEL DINERO
HACE TONTOS A LOS POLÍTICOS OCCIDENTALES
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
No cabe la menor duda que el dinero los hace
tontos. Los dirigentes del mundo Occidental se quieren pasar de listos, en el
entendido, de creerse ellos muy despabilados y el resto del mundo unos babosos.
Los que estamos en la selva, como dijo Borrell, ignoramos las delicias del
Jardín del Edén. En parte tienen razón, hay que admitirlo. El dinero da muchas
cosas: prestigio social, para empezar; confort, displicencia con los demás
pero, sobre todo, poder. Mucho poder cuando los dólares son incuantificables y
su influencia mucha. En los tiempos actuales nadie tiene dinero, acumula
capital, con fines contemplativos y de seguridad psicológica del tradicional
“ahorrito” del ayer guardado bajo el colchón de la cama.
El dinero a raudales en tiempos de la
postmodernidad es un instrumento infame de opresión geopolítica. Hay países
como Rusia y China que les interesa el dinero, pero tratan de conferirle en la
medida de lo posible, darle un baño de ético para quitarle lo mucho de obsceno
y manipulador. Sin embargo, el mundo occidental que cree en Dios y proclama eso
hasta en el papel moneda como los dólares de Estados Unidos, destruye a la
humanidad, no porque la riqueza sea mala en sí misma, sino porque la tornan
aviesa y corrupta. Opresiva, discriminadora, excluyente. El mundo, la sociedad,
nunca podrá construirse igualitariamente, no obstante, se puede bordear aunque
sea con timidez sus límites de justicia, aunque pocas oportunidades tenemos con
un mundo cuya locura por el dinero está desbordado.
¿A quién se le ocurre convocar a una
conferencia internacional para promover la paz en Ucrania sin invitar a Rusia?
Es que no se busca la paz, realmente. Se trata en este absurdo internacional
hacer relaciones públicas para una causa perdida como es la guerra en Ucrania.
Se intenta en la actual coyuntura crearle legitimidad a Zelenski que el
20 de mayo dejó de ser presidente constitucional de Ucrania. Ha fenecido su
mandato. Cualquier tiempo en el poder a partir de esa fecha es ilegal y al
mismo tiempo ilegítimo. Sin embargo, estos manipuladores internacionales,
intentaron crear legitimidad política a un gobierno dictatorial viéndole cara
de tontos a países como Brasil en América Latina y Sudáfrica. El presidente
Lula da Silva declinó semejante invitación y lo mismo hizo el presidente
sudafricano Cyril Ramaphosa, dos de los mandatarios más importantes del Sur Global.
Está vacilando en ir a Lucerna, Suiza, a mediados de junio el presidente de la
India, Nerendra Modi, moviéndose igual que los turcos en la cuerda vacilante
del oportunismo político.
¿Qué saldrá de esa convocatoria internacional
por la paz de Ucrania? Pues, sencillamente, nada. Porque fue diseñada por gente
sin principios y que piensan muy poco aunque ellos se imagina que piensan
mucho. Y piensan poco por una sencilla razón: no piensan en su país y sus
problemas. Las cosas se arreglan primero en casa y luego veremos. Si la política se cuidara de algo tan elemental
como el sentido común las cosas no saldrían tan mal en este mundo. Hoy
abundan los geopolitólogos, los grandes intérpretes de la realidad política
mundial, que si fueran marxistas tendrían presente algo muy importante en sus
métodos de análisis y que evidencian una pobreza indagatoria: el mundo, en el
siglo XIX, en los años del Marx El Joven, el filósofo, dijo un demoledora
verdad referida a los cerebritos de su tiempo: la filosofía ha sido miserable
en estos tres mil años, solo ha pensado en el mundo, mucho ha pensado en el mundo,
pero no ha podido transformarlo. Es hora de pensar un poco menos y actuar
más.
Publicado por La Cuna del Sol