Mientras los presidentes
Putin y Trump avanzan sobre el tema sirio, los altos funcionarios
estadounidenses en la ONU se empeñan en seguir probando fuerza con Rusia.
Negándose a aceptar que se investigue un crimen cuyos culpables ellos designan
sin pruebas, los “diplomáticos” estadounidenses ya han provocado no uno sino
cuatro vetos en el Consejo de Seguridad. Para Thierry Meyssan, el
comportamiento esquizofrénico de Estados Unidos en la escena internacional
muestra tanto la división de la administración Trump como la decadencia del
imperialismo estadounidense.
ESTADOS UNIDOS SIGUE
MOSTRANDO SU
INCAPACIDAD PARA ADMITIR LA
REALIDAD EN LA ONU
Por Thierry Meyssan
Reeditando la postura de su lejano
predecesor en el cargo, Adlai Stevenson, durante la Crisis de los Misiles del
Caribe, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, denuncia el
incidente de Khan Cheikhun mostrando imágenes escalofriantes, “pruebas” que el
Mecanismo de Investigación ONU-OPAQ se negó a autentificar. En esta foto
aparece, junto a la embajadora de Estados Unidos, el halcón estadounidense
Jeffrey Feltman, jefe del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU.
Es imposible negar que las cosas no
han cambiado mucho desde el 11 de septiembre de 2001. Estados Unidos persiste
en manipular la opinión pública internacional y los mecanismos de la ONU, por
razones diferentes, pero mostrando siempre el mismo desdén por la verdad.
En 2001, los representantes de
Estados Unidos y del Reino Unido, John Negroponte y Stewart Eldon, aseguraban
que sus dos países acababan de atacar Afganistán en legítima defensa después de
los atentados cometidos en Nueva York y Washington [1]. El secretario de Estado
Colin Powell prometía, claro está, distribuir al Consejo de Seguridad de la ONU
un completo dossier con las pruebas de la responsabilidad de Afganistán. Hoy,
16 años después de aquella promesa, seguimos esperando por esas pruebas.
El secretario de Estado Colin Powell
miente al Consejo de Seguridad de la ONU. En plena sesión, Powell muestra lo
que presenta como una muestra de ántrax capaz de matar a toda la población de
Nueva York y acusa a Irak de haber preparado esa terrible arma para atacar Estados
Unidos. Ninguna de las administraciones estadounidenses posteriores ha
presentado excusas por aquella farsa.
En 2003, el mismo Colin Powell se
presentaba ante el Consejo de Seguridad de la ONU para explicar a sus miembros,
en una intervención difundida por las televisiones del mundo entero, que Irak
también estaba implicado en los atentados del 11 de Septiembre y que ese país
estaba preparando una nueva agresión contra Estados Unidos, pero con armas de
destrucción masiva [2]. Años después, cuando ya había abandonado sus funciones
en el seno de la administración estadounidense, Powell reconoció ante las
cámaras de una televisora de su país que las acusaciones que contenía aquel
discurso eran todas falsas [3]. Hoy, 14 años después de aquel discurso, seguimos
esperando que Estados Unidos se disculpe ante el Consejo de Seguridad.
Todo el mundo ha olvidado las
acusaciones de Estados Unidos sobre la responsabilidad del presidente iraquí
Saddam Hussein en los atentados del 11 de septiembre (antes, Washington también
atribuyó aquellos atentados a Arabia Saudita y ahora los atribuye a Irán, sin
haber aportado nunca pruebas contra ninguno de esos 4 países). Pero sí se
recuerda el debate, que se prolongó por meses, sobre las famosas armas de
destrucción masiva. En aquella época, la Comisión de Control, Verificación e
Inspección de Naciones Unidas (UNMOVIC, siglas en inglés) no encontró
absolutamente ningún indicio de la existencia de aquellas armas. Se produjo
entonces un duro enfrentamiento entre el director de la UNMOVIC, el sueco Hans
Blix, y Estados Unidos, al principio, y posteriormente entre la ONU y, en
definitiva, todo el mundo occidental. Washington afirmaba que si Hans Blix no
encontraba las armas de destrucción masiva era porque hacía mal su trabajo. Pero
Hans Blix aseguraba que Irak nunca tuvo la capacidad necesaria para fabricar
ese tipo de armas. De todas maneras, Estados Unidos bombardeó Bagdad, invadió
Irak, derrocó al presidente Saddam Hussein y lo ahorcó, ocupó su país y lo
saqueó.
El método estadounidense posterior
al 2001 no tiene nada que ver con lo que Estados Unidos hacía antes. En 1991,
el presidente George Bush padre se aseguró de poner el Derecho Internacional de
su parte antes de atacar Irak. Lo hizo empujando Bagdad a invadir Kuwait y estimulando
a Saddam Hussein a persistir en su error. Así obtuvo Bush padre el respaldo de
casi todas las naciones del mundo. En 2003, por el contrario, George Bush hijo
se limitó a mentir y a seguir mintiendo una y otra vez. Numerosos Estados se
distanciaron entonces de Washington mientras que el mundo asistía a una de las
manifestaciones pacifistas más grandes de toda la Historia, de París hasta
Sydney y de Pekín a Ciudad México.
En 2012, el Departamento de Asuntos
Políticos de la ONU redactó para Siria un proyecto de capitulación total e
incondicional [4]. Su director, el estadounidense Jeffrey Feltman, ex
secretario de Estado adjunto de la secretaria de Estado Hillary Clinton,
utilizó todos los recursos a su disposición para conformar la más amplia coalición
internacional de la Historia y acusar a Siria de todo tipo de crímenes, sin que
ninguno haya podido probarse.
Si los países que tienen en su poder
el documento de Feltman han decidido no publicarlo es para proteger la ONU. Es,
en efecto, inaceptable que los recursos de la ONU hayan sido utilizados para
promover la guerra, tratándose de una organización creada precisamente para
preservar la paz. Como no me atan las obligaciones que tienen los Estados, yo
publico en mi libro Sous nos yeux [5] un estudio detallado de ese abyecto
documento.
En 2017, el Mecanismo Conjunto de
Investigación ONU-OPAQ [6], creado a pedido de la República Árabe Siria para
investigar el uso de armas químicas en su territorio fue objeto de la misma
oposición que ya había tenido que enfrentar Hans Blix de parte de Washington.
Pero esta vez, algunos contendientes habían cambiado de bando: en 2003, la ONU
defendía la paz. Ya no es así actualmente. El estadounidense Jeffrey Feltman
fue mantenido en sus funciones y sigue siendo el segundo funcionario más
poderoso en la jerarquía de la ONU. Ahora es Rusia la que se opone, en nombre
de la Carta de las Naciones Unidas, a una serie de funcionarios internacionales
pro-estadounidenses.
Los trabajos del Mecanismo de
Investigación se analizaron y fueron objeto de debates de manera normal durante
su primer periodo, o sea desde septiembre de 2015 hasta mayo de 2017. Pero se
hicieron sesgados cuando el guatemalteco Edmond Mulet reemplazó en su dirección
a la argentina Virginia Gamba. La nominación de Edmond Mulet fue impulsada por
el nuevo secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres.
El Mecanismo de Investigación reúne
en su seno a funcionarios de la ONU y de la OPAQ. Esta última organización
internacional recibió en 2013 el Premio Nobel de la Paz, principalmente por su
trabajo en la supervisión de la destrucción –por Estados Unidos y Rusia– del
arsenal químico sirio. Pero su director, el turco Ahmet Uzumcu, ha cambiado
mucho. En junio de 2015, fue invitado a Telfs Buchen (Austria) para asistir a
la reunión anual del Grupo de Bilderberg, el restringido club de la OTAN.
En diciembre de 2015, el director de
la Organización para la Prohibición de las Armas químicas, Ahmet Uzumcu (a la
izquierda) recibe la Legión Honor de manos del ministro de Exteriores de
Francia, Laurent Fabius (a la derecha), el ministro francés que decía que el
presidente sirio Assad «no debería estar sobre la tierra» y que al-Nusra
(al-Qaeda en Siria) «está haciendo un buen trabajo».
La cuestión resulta extremadamente
grave. En 2003 el enfrentamiento era entre Hans Blix y Estados Unidos, que
amenazaba con intervenir militarmente contra Irak si la ONU comprobaba que
Bagdad tenía armas de destrucción masiva. Pero en 2017, Rusia se opone a Edmond
Mulet, quien podría avalar a posteriori la intervención estadounidense contra
Siria. Porque el hecho es que Washington ya decidió, sin investigación, que
Siria es responsable de un ataque con gas sarín en Khan Cheikhoun, y ya
bombardeó por eso la base aérea siria de Sheyrat [7].
Si el Mecanismo de Investigación se
apartara de alguna manera del discurso de Washington, eso pondría a Estados
Unidos en la obligación de presentar excusas e incluso de indemnizar a Siria.
Los funcionarios internacionales pro-estadounidenses consideran por tanto que
su misión es determinar que Siria utilizó contra su propia población gas sarín
que aún mantendría ilegalmente en la base aérea bombardeada de Sheyrat.
Desde el mes de octubre, el
intercambio ha ido subiendo de tono entre ciertos funcionarios de la ONU y
Rusia. Pero, la divergencia no tiene nada que ver –como pretende la prensa
occidental– con las conclusiones del Mecanismo Investigador sino sólo con sus
métodos ya que Moscú dio a conocer que rechaza toda conclusión obtenida
mediante métodos que no se ajusten a los principios internacionales
establecidos en el marco de la Convención sobre las Armas Químicas y de la OPAQ
[8].
El gas sarín es un agente
neurotóxico extremadamente letal para el hombre. Existen variantes de ese
producto, como el clorosarín y el ciclosarín, y una versión aún más peligrosa:
el VX. Todos esos productos se absorben a través de la piel y pasan
directamente a la sangre. Luego de su dispersión en el entorno se degradan en
semanas o meses, no sin consecuencias para la fauna que puede entrar en
contacto con ellos. Cuando el sarín penetra en el suelo, a salvo de contacto
con el oxigeno o la luz, puede mantenerse activo durante mucho tiempo.
Basta con ver las fotos divulgadas
después del ataque de Khan Cheikhoun, que muestran varias personas recogiendo
muestras sólo horas después del ataque –sin ningún tipo de traje de protección
para evitar el contacto del sarín con su piel– para saber que si realmente se
usó allí algún tipo de agente químico no fue sarín ni ninguno de sus derivados.
Para más detalles, vale la pena ver el estudio del profesor Theodore Postol,
del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que echa abajo uno a uno todos
los argumentos de los supuestos expertos de la CIA [9].
Sin embargo, contraviniendo los principios
de la Convención sobre las Armas Químicas, el Mecanismo Investigador no fue al
lugar para recoger muestras, analizarlas e identificar el gas utilizado, si
realmente ocurrió eso.
Al responder a las preguntas de
Rusia sobre ese asunto, en mayo y junio de 2017, la OPAQ respondió que estaba
estudiando las condiciones de seguridad para viajar al lugar. Pero finalmente
concluyó que no era necesario hacerlo porque «la utilización de gas sarín está
fuera de duda».
Por su parte, el Mecanismo
Investigador estuvo en la base aérea siria de Sheyrat, donde –según Washington–
estaba ilegalmente almacenado el gas sarín y donde fue cargado en los aviones
que supuestamente lo utilizaron. Pero, a pesar de la insistencia de Rusia, se
negó a recoger muestras.
El Mecanismo Investigador también se
negó a estudiar las revelaciones de Siria sobre las entregas de gases de
combate a los yihadistas por parte de las empresas Federal Laboratories y
NonLethal Technologies –de Estados Unidos– y Chemring Defence UK –del Reino Unido
[10].
Estados Unidos y sus aliados incluso
reconocen en el proyecto de resolución que presentaron el 16 de noviembre que
los funcionarios internacionales deberían realizar sus investigaciones de «una
manera apropiada para la realización de su mandato» [11].
Rusia rechazó el informe del
Mecanismo Investigador debido al amateurismo de sus autores y rechazó en 3
ocasiones la prolongación de su mandato. Utilizó el veto el 24 de octubre [12]
y los días 16 [13] y 17 de noviembre, como ya lo había hecho antes, el 12 de
abril [14] cuando Estados Unidos y Francia [15] trataron de condenar a Siria
por el supuesto ataque con gas sarín. Eran la octava, novena, décima y undécima
veces que Rusia utilizaba el veto sobre el tema sirio.
Se ignora por qué razón Washington
ha presentado 4 veces la misma alegación al Consejo de Seguridad por vías
diferentes. Ese tartamudeo ya se había producido antes, al principio de la
guerra contra Siria: el 4 de octubre de 2011, el 4 de febrero de 2012 y el 19
de julio del mismo año, cuando Francia y Estados Unidos trataron de que el
Consejo de Seguridad condenara lo que llamaron la represión de la primavera
siria. En aquel momento Rusia aseguraba, por el contrario, que no había en
Siria ninguna guerra civil sino una agresión externa. Y los occidentales
siempre replicaron que iban a «convencer» a su socio ruso.
Es interesante observar que la
leyenda que se repite en Occidente afirma que la guerra en Siria comenzó siendo
una revolución democrática que se desvió de su rumbo y acabó bajo la dirección
de los yihadistas. Pero, contrariamente a lo que se dijo entonces y a lo que
aún se dice, no existe ninguna prueba de que se haya producido en Siria la
menor manifestación en reclamo de democracia en 2011-2012. Todos los videos que
datan de aquella época muestran manifestaciones de apoyo al presidente Assad o
contra la República Árabe Siria, pero los manifestantes nunca reclaman
democracia. Ninguno de esos videos incluye consignas o pancartas en reclamo de
democracia. Todos los videos de supuestas «manifestaciones revolucionarias» que
corresponden a aquel periodo fueron grabados los viernes a la salida de
mezquitas sunnitas, ninguno se grabó otro día ni en otro lugar que no fuera una
mezquita sunnita.
Es cierto que en algunos de esos
videos se oyen consignas que incluyen la palabra «libertad». Pero al prestar
atención se comprueba que los manifestantes no reclaman «Libertad», en el
sentido occidental, sino «la libertad de aplicar la sharia». Si usted, estimado
lector, encuentra un documento realmente fidedigno que me contradiga mostrando
una manifestación de más de 50 personas, le agradeceré que me lo envíe y me
comprometo a publicarlo.
Para no ofrecer a sus opositores la
posibilidad de acusarlo de haber ido a recibir órdenes del agente del KGB
Vladimir Putin, el presidente Trump no se reunió en privado con su homólogo
ruso en Da Nang. (En la foto, Donald Trump y Vladimir Putin en Da Nang, el 11
de noviembre de 2017.)
La obstinación estadounidense en
manipular los hechos podría interpretarse como una forma de alineamiento de la
administración Trump con la política de los 4 últimos mandatos presidenciales.
Pero esa hipótesis está en contradicción con la firma en Amman –el 8 de
noviembre– de un Memorándum secreto entre Jordania [16], Rusia y Estados
Unidos, y con la Declaración común de los presidentes Putin y Trump, fechada el
11 de noviembre en Da Nang, y dada a conocer al margen de la Cumbre de la APEC
[17].
El primero de estos documentos no se
ha publicado, pero varias indiscreciones ya han permitido saber que no tiene en
cuenta la exigencia israelí de crear una zona neutral –en territorio sirio– que
abarcaría 60 kilómetros más allá no de la frontera israelí sino de la línea de
alto al fuego de 1967. El gobierno británico, que no deja pasar la menor
ocasión de añadir leña al fuego, reaccionó haciendo publicar a través de la BBC
varias fotografías satelitales de la base militar iraní de Al-Kiswah (a 45
kilómetros de la línea de alto al fuego) [18].
Como era de esperar, el primer
ministro israelí Benyamin Netanyahu rechazó de inmediato el acuerdo entre los
Dos Grandes y anunció que Israel se reserva el derecho a intervenir
militarmente en Siria para preservar su seguridad [19], comentario que
constituye una amenaza contra un Estado soberano y, por tanto, viola la Carta
de las Naciones Unidas. En todo caso, todos han podido comprobar en los últimos
7 años que el pretexto de las armas destinadas al Hezbollah libanés está más
que gastado. Por ejemplo, el 1º de noviembre Israel bombardeó ilegalmente una
zona industrial en la región siria de Hassiyé… otra vez con el pretexto de
destruir armamento destinado al Hezbollah. En realidad, el blanco del ataque
era una fábrica de cobre indispensable en el restablecimiento de la red
eléctrica siria [20].
La Declaración de Da Nang incluye
avances bien definidos. Por ejemplo, deja establecido por primera vez que todos
los sirios podrán participar en la próxima elección presidencial. Hay que
recordar que los miembros de la coalición internacional violaron la Convención
de Viena impidiendo que los sirios residentes en el exterior votaran en la
última elección presidencial. Por su parte, la «Coalición Nacional de Fuerzas
de la Oposición y de la Revolución» boicoteaba las elecciones porque estaba
bajo control de la Hermandad Musulmana y esta proclama que «El Corán es nuestra
ley» y que no hay espacio para elecciones en un régimen islamista.
El contraste entre, por un lado, el
avance de las negociación ruso-estadounidense sobre Siria y, por otro lado, el
empecinamiento del mismo Estados Unidos en negar los hechos ante el Consejo de
Seguridad de la ONU resulta realmente sorprendente.
Es interesante observar el
desconcierto de la prensa europea, tanto ante el trabajo de los presidentes
Putin y Trump como frente a la terquedad infantil de la delegación de Estados
Unidos en el Consejo de Seguridad. Casi ningún medio de difusión ha mencionado
el Memorándum de Amman y todos comentaron la Declaración Común Putin-Trump
antes de su publicación, basándose sólo una Nota de la Casa Blanca. En cuanto a
las niñerías de la embajadora estadounidense Nikki Haley en el Consejo de
Seguridad, los medios europeos se limitaron a señalar unánimemente que los Dos
Grandes no pudieron llegar a un acuerdo… pero sin mencionar los argumentos
rusos, a pesar de que Moscú los expuso extensa y detalladamente.
Lo que puede verse es que mientras
el presidente Trump trata de separarse de la política imperialista de sus predecesores,
los funcionarios internacionales pro-estadounidenses de la ONU son incapaces de
adaptarse a la realidad. Después de 16 años de mentiras sistemáticas, ya no
logran pensar en función de los hechos sino sólo de sus obsesiones. Ya no
logran dejar de creer que la realidad corresponde a lo que ellos quieren. Es el
comportamiento característico de los imperios en decadencia.
[1] Referencia: ONU S/2001/946 y
S/2001/947.
[2] «Discours de M. Powell au
Conseil de sécurité de l’ONU», por Colin L. Powell, Réseau Voltaire, 11 de
febrero de 2003.
[3] “Colin Powell on Iraq, Race, and Hurricane Relief”,
ABC, 8 de septiembre de 2005.
[4] «Alemania y la ONU contra
Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 28 de enero de
2016.
[5] Sous nos yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump,
Thierry Meyssan, Demi-Lune, 2017.
[6] La OPAQ es la Organización para
la Prohibición de las Armas Químicas.
[7] «¿Y por qué Trump bombardeó
Sheyrat?», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) , Red Voltaire, 2 de mayo de
2017.
[8] «Observations émises par le
Ministère russe des Affaires étrangères au sujet du dossier chimique syrien»,
Réseau Voltaire, 23 de octubre de 2017.
[9] «El informe de la CIA sobre el
“ataque químico” de Khan Shaykhun es una burda falsificación», Red Voltaire, 15
de abril de 2017.
[10] «Londres y Washington
entregaron armas químicas a los yihadistas», Red Voltaire, 16 de agosto de
2017.
[11] «Projet de résolution sur le
Mécanisme d’enquête conjoint Onu-OIAC (Véto russe) », Réseau Voltaire, 16 de
noviembre de 2017.
[12] «Projet de résolution sur le
renouvellement du Mécanisme d’enquête conjoint (Veto russe)», «Utilisation
d’armes chimiques en Syrie (Veto russe)», Réseau Voltaire, 24 de octubre de
2017.
[13] «Projet de résolution sur le
Mécanisme d’enquête conjoint Onu-OIAC (Véto russe)», Réseau Voltaire, 16 de
noviembre de 2017.
[14] «Debate sobre el presunto
incidente químico de Khan Cheikhun (veto ruso)», Red Voltaire, 12 de abril de
2017.
[15] «Évaluation française de
l’attaque chimique de Khan Cheikhoun», Red Voltaire, 26 de abril de 2017.
[16] «Jordania expresa apoyo a
Siria», Red Voltaire, 30 de agosto de 2017.
[17] «Declaración de los Presidentes
de Rusia y Estados Unidos sobre Siria», Red Voltaire, 11 de noviembre de 2017.
[18] “Iran building permanent
military base in Syria – claim”, Gordon Corera, BBC, 10 de noviembre de 2017.
[19] «Israel rechaza el plan
ruso-estadounidense para la paz en Siria», Red Voltaire, 15 de noviembre de
2017.
[20] «Israel bombardea una fábrica
de cobre en Siria», por Mounzer Mounzer, Red Voltaire, 3 de noviembre de 2017.
USA.