Ahora que tanta gente se ha dado cuenta de que el sistema capitalista está plagado de problemas, hay una exigencia por una explicación clara sobre el funcionamiento del sistema. Hay insatisfacción e impaciencia con la forma en que los cursos académicos, las declaraciones de los políticos y los principales medios de comunicación tratan el tema.
EL FUNCIONAMIENTO DEL CAPITALISMO
DEL SIGLO XXI EXPLICADO DE
MANERA COMPRENSIBLE
Richard D. Wolff
Brave New
Europe
Ahora que tanta gente se ha dado cuenta de que el sistema capitalista está
plagado de problemas, hay una exigencia por una explicación clara sobre el funcionamiento
del sistema. Hay insatisfacción e impaciencia con la forma en que los cursos académicos,
las declaraciones de los políticos y los principales medios de comunicación
tratan el tema. Los conocimientos básicos de economía son notoriamente pobres
en Estados Unidos, a pesar de que sus ciudadanos muestran un gran interés por
los aspectos financieros de sus vidas. Por tanto, el objetivo de este breve
artículo es presentar lo esencial del sistema.
El capitalismo es sólo una forma particular de –un sistema– organizar la
producción y la distribución de bienes y servicios. Se diferencia de otros
sistemas como la esclavitud y el feudalismo, pero también comparte algunas
similitudes con ellos. El capitalismo, al igual que la esclavitud y el
feudalismo, divide a quienes se dedican a la producción y distribución de
bienes y servicios en dos grupos, uno pequeño y otro grande. La esclavitud
tenía amos (pocos) y esclavizados (muchos), mientras que el feudalismo dividía
los grupos en señores (pocos) y siervos (muchos). Los empresarios o empleadores
constituyen el grupo más pequeño del capitalismo. Controlan, dirigen y
supervisan el sistema económico. Los empresarios utilizan la producción y la
distribución para hacer crecer su riqueza. El capital es la riqueza dedicada a
la autoexpansión. Como agentes sistémicos que están socialmente posicionados
para realizar esa expansión, los empresarios son capitalistas.
El grupo más numeroso del capitalismo está formado por los empleados (u
obreros). Al ser la mayoría en los centros de trabajo del sistema, realizan la
mayor parte del trabajo. Los empleados se dividen en dos grupos. Un grupo, a
menudo llamado "trabajadores productivos", son quienes participan
directamente en la producción de bienes o servicios. En una empresa que produce
sillas, por ejemplo, son quienes fabrican las mismas (personas que transforman
directamente la madera en sillas). El segundo grupo de empleados, a menudo
llamados "trabajadores improductivos", no participan directamente en
la producción en el lugar de trabajo. Más bien, los trabajadores improductivos
proporcionan las condiciones y el contexto que permiten a los trabajadores
productivos producir directamente el producto. Ejemplos de trabajadores improductivos
en un lugar de trabajo son los trabajadores administrativos que llevan los
registros y los empleados de los departamentos de ventas y compras que
consiguen los insumos y comercializan los productos.
Los empresarios capitalistas son los únicos que deciden la combinación de
trabajadores productivos e improductivos que contratan, qué hace cada uno de
ellos, qué tecnologías utiliza cada uno, dónde se realiza su trabajo y qué
ocurre con los frutos de su trabajo. Pese a estar excluidos de participar en
esas decisiones, los trabajadores productivos e improductivos viven con las
consecuencias de las mismas.
Los trabajadores productivos utilizan herramientas, equipos e inmuebles que
son pagados y proporcionados por los empresarios o empleadores que los contratan.
Del mismo modo, los trabajadores productivos transforman materias primas compradas
y proporcionadas por sus empleadores. Estos "medios de producción"
(herramientas, equipos, instalaciones y materias primas) comprados por los
empresarios contienen un cierto valor que se traslada al producto acabado. Los
trabajadores productivos añaden más valor empleando su trabajo transformativo y
utilizando esos medios de producción que les proporcionan sus empleadores. Por
lo tanto, el producto final de cada lugar de trabajo capitalista contiene el
valor de las herramientas, el equipo y las materias primas utilizadas, más el
valor añadido por los trabajadores productivos.
El punto clave que hay que entender aquí es que, el valor añadido por los
trabajadores productivos es significativamente mayor que el valor de los
salarios que les paga su empleador. Por ejemplo, un empleador puede aceptar
pagar a un trabajador productivo 20 dólares por hora porque –y sólo porque–
durante cada hora, el trabajo de ese trabajador productivo añade más valor que
20 dólares. Esa diferencia clave entre el valor añadido y el valor del pago del
salario suele llamarse "plusvalía". Los empresarios capitalistas
reciben (o mejor dicho, toman) esa plusvalía y retiran de ella una parte que
llaman "ganancia".
La simple aritmética de la producción capitalista puede aclarar su
estructura. En primer lugar, el valor de los medios de producción utilizados
más el valor añadido por el trabajo productivo es igual al valor total de la
producción. El empresario recibe, posee y vende esa producción en el mercado.
En segundo lugar, el exceso del valor añadido por el trabajo productivo, por
encima del valor de los salarios pagados al trabajador productivo, proporciona
a los empresarios la plusvalía. Parte de esa plusvalía es utilizada por los
empresarios para contratar trabajadores improductivos y para proporcionar las
condiciones que permiten a los trabajadores productivos generar esa plusvalía.
En estas condiciones se incluyen los intereses pagados a los acreedores que
prestan al capitalista y los dividendos pagados a aquellos que compraron
acciones de la empresa.
El resto de la plusvalía es lo que los capitalistas llaman ganancia o
beneficio. Ellos utilizan las ganancias para hacer crecer sus empresas y
mantener sus propios niveles de consumo. En la corporación capitalista moderna,
los capitalistas son quienes componen los consejos de administración que
retienen los ganancias en sus manos y los utilizan principalmente para hacer
crecer la empresa y permitir un mayor consumo por parte de los principales
funcionarios de la empresa (como los CEOS), así como de los directores.
Los capitalistas obtienen la plusvalía, mientras que los asalariados
obtienen los sueldos o salarios. Esta diferencia es crucial. Dado que los
empresarios ocupan la posición dominante en la toma de decisiones en los
lugares de trabajo (empresas), ellos utilizan esa posición para garantizar que
las empresas produzcan ganancias como su primera prioridad, su "principal consideración".
Los empresarios tratan de reducir, en la medida de lo posible, los sueldos o
salarios que tienen que pagar a los trabajadores contratados, tanto productivos
como improductivos. Cuanto más suprimen los sueldos o salarios de los trabajadores
productivos, más plusvalía pueden llevarse. Cuanto más suprimen los sueldos o
salarios de los trabajadores improductivos, mayor es la parte del excedente que
pueden tomar en beneficios.
Los sumos sacerdotes del capitalismo –los economistas profesionales–
inventan historias (ellos prefieren llamarlas teorías) que justifican el
sistema. De esta manera, intentan persuadirnos de que la "maximización de
las ganancias" de los capitalistas logra la mayor eficiencia, el
crecimiento económico, y el mayor beneficio de la mayoría. Debemos creer que el
comportamiento egoísta (orientado a las ganancias) de la clase patronal es,
mágicamente, lo mejor para los trabajadores. Paralelamente, los antiguos
sacerdotes insistían en que la esclavitud y sus amos egocéntricos eran el mejor
acuerdo social posible para las personas esclavizadas. Los sumos sacerdotes
también alababan el feudalismo y a sus señores egocéntricos como el mejor
acuerdo social posible para los siervos.
Dado que la maximización del beneficio sirve a los empresarios capitalistas,
la economía ortodoxa celebra los beneficios. En las últimas décadas, esa
corriente ortodoxa tomó prestada de las matemáticas la noción abstracta
(modelo) de un sistema simplificado en el que la maximización de un aspecto del
mismo maximiza automáticamente muchos de sus aspectos. Luego insistieron en que
tal modelo capta (representa adecuadamente) como funciona el capitalismo. No se
engañen, no es así. El modelo matemático es sencillo, pero el capitalismo no lo
es. Maximizando y extrayendo las ganancias de cada empresa capitalista es como
los capitalistas acumulan riqueza. Eso es bueno para ellos, pero de ningún modo
para el resto de nosotros. Mantener los beneficios lejos de los empleados hace
que éstos necesiten el empleo de los capitalistas. Eso también es bueno para
los empleadores. El sistema de beneficios reproduce el capitalismo a lo largo
del tiempo, reproduciendo a los capitalistas en un extremo y a los trabajadores
que necesitan empleo en el otro. Los capitalistas y los trabajadores nunca han
sido beneficiarios por igual del sistema.
El mercado es otra institución que el capitalismo utiliza para
reproducirse. Los mercados ya existían mucho antes de que el capitalismo
moderno surgiera para convertirse en el sistema económico dominante a nivel
global de hoy en día. La esclavitud y el feudalismo tenían mercados, pero no de
la manera y en la medida en que lo hace el capitalismo. El capitalismo inserta
el mercado en el núcleo de la relación entre las dos posiciones principales del
sistema: empleador y empleado. El empleador compra la fuerza de trabajo del
empleado a este último (que es quien la posee). En cambio, las personas
esclavizadas eran compradas en los mercados, pero su fuerza de trabajo no era
suya para venderla. Ni los siervos, ni su fuerza de trabajo eran comprados por
los señores feudales. Sólo cuando la esclavitud y el feudalismo decayeron
surgieron algunos mercados para la fuerza de trabajo y, con ello, una cierta
transición hacia el capitalismo.
Para el capitalismo, los mercados proporcionaron los medios para garantizar
su relación crucial: la diferencia entre el valor pagado por la fuerza de
trabajo (el salario) y el valor añadido por el esfuerzo del obrero. Esa
diferencia es el requisito previo para que la plusvalía sea producida por el
trabajador productivo y luego sea apropiada y distribuida socialmente por el
capitalista.
La maximización del beneficio y los mercados siempre estuvieron
cuidadosamente limitados y diseñados para servir a la reproducción del
capitalismo. Así es como evolucionaron los mercados una vez que la organización
capitalista de la producción y la distribución desplazó a los sistemas de
esclavitud y feudalismo que la precedieron. Esos sistemas habían rechazado los
mercados o bien los habían configurado para reproducir esos sistemas
diferentes, no capitalistas. Sólo un fundamentalismo estrecho e ideológico
eleva los mercados, los beneficios o el propio capitalismo a un estatus por
encima de la historia, como si alguno de ellos tuviera el poder de detener el
flujo del cambio.
Los sistemas de beneficio y de mercado del capitalismo no representan un
absoluto suprahistórico de máxima eficiencia o de grado superlativo (palabras
favoritas de la economía ortodoxa). Recordemos que los sistemas económicos
anteriores siempre engendraron poderosas ideologías que insistían en que ellos
también eran permanentes, "fines de la historia" óptimos. Ello
debería haber imbuido a los economistas contemporáneos de cierta conciencia
disciplinaria autocrítica. En su lugar, la mayoría de estos economistas se
limitaron a proponer otra serie de afirmaciones absolutistas en nombre del
capitalismo. La economía ortodoxa ha tenido grandes dificultades para incluir
esa autocrítica. La exigencia de lealtad ideológica de los trabajadores por
parte de los capitalistas puede haber contribuido a esa dificultad.
La historia no se ha detenido. Todos los demás sistemas económicos de la
historia de la humanidad nacieron, evolucionaron y dejaron de existir en algún momento.
La expectativa más razonable es que el capitalismo, habiendo nacido y
evolucionado, también dejará de existir algún día. Los seres humanos se han
mostrado a menudo impacientes con los sistemas económicos que tenían y deseosos
de algo mejor. El número de personas que se sienten así con respecto al
capitalismo está aumentando en todo el mundo. Aclarar los fundamentos del
capitalismo, que va a ser sustituido, puede ayudar a que la sociedad avance
ahora.
Publicado por La Cuna del Sol