sábado, 23 de mayo de 2015

Pactando porquerías: el acuerdo entre el CACIF y Otto Pérez Molina

El Cacif requirió de Otto Pérez Molina no su renuncia, sino la aplicación en sus tareas constitucionales, a sabiendas Cacif alberga en su seno a los grandes corruptores de la institucionalidad nacional. Ya identificada la morralla de lindos empresarios evasores de impuestos y truhanes, no les quedó otra  que pactar con Otto Pérez Molina de no pedir su renuncia a cambio de que éste, en la medida de lo posible, apañe a los empresarios, que por cierto son muchos. El Cacif ha calculado mal. La locomotora política de las movilizaciones no son ellos. No podrían ser ellos por su obvio desprestigio. La fuerza de la movilización está, precisamente, en la pobreza y la miseria de millones de guatemaltecos. Si los de Cacif no exigen la renuncia de Pérez Molina a cambio de impunidad, se están equivocando de manera flagrante; pues un nuevo horizonte histórico se abre para Guatemala que ya nadie puede pararlo. El 30 de mayo los guatemaltecos volverán, con más fuerza, a decirle a Otto Pérez Molina que renuncie, a los politiqueros tradicionales se les gritará nuevamente que se les acabó la fiesta, a los diputados, habitantes indignos del estercolero nacional (actual Congreso, presente y pasados) y que el régimen de dádivas, el voto clientelar será sustituido por el debate ideológico y político, en el cual saldrá mal parada la derecha, que de veras, ya no tiene nada que ofrecer al pueblo de Guatemala.


PACTANDO PORQUERÍAS: EL ACUERDO ENTRE EL CACIF
Y OTTO PÉREZ MOLINA


Por María de los Ángeles Roca

La presencia de la Junta Directiva del Cacif en la multitudinaria concentración pacífica del 16 de mayo los constituyó, de hecho,  en invitados de piedra, dado que la entidad empresarial guatemalteca ha sido la principal opositora sistémica a todo esfuerzo de construcción democrática. Todo lo que ha propuesto Cacif a lo largo de los años siempre ha sido en contra de los intereses del pueblo de Guatemala, es decir, los guatemaltecos aprendimos a lo largo de los años que todo lo que para Cacif es bueno, resulta ser malo para el pueblo de Guatemala. Por lo tanto, contar con la presencia del oportunista politiquero, Jorge Briz Abularach, canciller del régimen corrupto de Berger, en este momento presidente de las cámaras empresariales; lo hizo no por que comparta los ideales y ansias democráticas del pueblo sino porque tiene intereses políticos concretos: su partido político tiene la intención de ganar las elecciones.

Pero este sujeto oportunista ya hizo gobierno, vilipendiando de paso a Cuba, con la presencia de un sujeto antitrabajadores en calidad de embajador, Raúl Vigil, que tuvo a lo largo de fabricar pan en la ciudad de Jutiapa, incontables demandas laborales en el Ministerio de Trabajo (expedientes que se pueden consultar si acaso tienen alguna duda) por no cumplir obligaciones laborales con su fábrica de pasteles y pan de mala calidad y que ahora funge como Secretario General de ese partiducho intrascendente y más de lo mismo  de la vida nacional. Esta clase de basura pretende en su ceguera dirigir los destinos de la nación.

El Cacif requirió de Otto Pérez Molina no su renuncia, sino la aplicación en sus tareas constitucionales, a sabiendas Cacif alberga en su seno a los grandes corruptores de la institucionalidad nacional. Sus señalamientos ambivalentes respecto a la realidad nacional, pronto le estalló en la cara, pues un vocal de la actual junta directiva resultó implicado en toda esta trama de corrupción; ahora sí, de manera más que oficial, pues está en funciones en junta directiva del 2015.

No es casual que Briz Abularach haya sido electo presidente del Cacif en un año electoral. Otra muestra de la corrupción empresarial que salta a la vista. Ya identificada, pues, la morralla de lindos empresarios evasores de impuestos y truhanes, como allí se mueven compadres, nueras, cuñados o suegros, digamos coyotes de la misma loma, no les quedó otra  -creyendo todavía en sus irresistible influencia en el pueblo de Guatemala que ahora ya no es así porque despertó para que no lo vuelvan a dormir jamás-  que pactar con Otto Pérez Molina de no pedir su renuncia a cambio de que éste, en la medida de lo posible, apañe a los empresarios, que por cierto son muchos.

El Cacif ha calculado mal. La locomotora política de las movilizaciones no son ellos. No podrían ser ellos por su obvio desprestigio. La fuerza de la movilización está, precisamente, en la pobreza y la miseria de millones de guatemaltecos. Y no es una movilización de la izquierda ni mucho menos de la derecha, se trata de un movimiento cívico que ve como se hunde y denigra a la Patria y que Guatemala puede proveer de felicidad a sus catorce millones de ciudadanos, en tanto pueda atarse de manos a sus saqueadores. Si los de Cacif no exigen la renuncia de Pérez Molina a cambio de impunidad, se están equivocando de manera flagrante; pues un nuevo horizonte histórico se abre para Guatemala que ya nadie puede pararlo.


El 30 de mayo los guatemaltecos volverán, con más fuerza, a decirle a Otto Pérez Molina que renuncie, a los politiqueros tradicionales se les gritará nuevamente que se les acabó la fiesta, a los diputados, habitantes indignos del estercolero nacional (actual Congreso, presente y pasados) y que el régimen de dádivas, el voto clientelar será sustituido por el debate ideológico y político, en el cual saldrá mal parada la derecha, que de veras, ya no tiene nada que ofrecer al pueblo de Guatemala. Nuevos, tiempos, pues están en marcha. El pacto cochino, es pues, por gusto.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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