martes, 27 de octubre de 2015

Sionismo, el verdadero aliado de Hitler

La palabra “Holocausto” es un término bíblico que significa “sacrificio”, ¿por qué el uso de “sacrificio” para denominar un genocidio? La respuesta según algunos investigadores residiría en que el movimiento sionista internacional habría sacrificado a los judíos europeos en el Holocausto para cumplir escrupulosamente una siniestra agenda geo-política que se granjeara simpatía, culpa y compensación financiera internacionales, con el objeto de legitimar un “Hogar Nacional Judío” en tierra árabe, un proyecto inviable sin el trasfondo victimista del Holocausto. Netanyahu lo sabe bien, por eso su reciente intento de reescribir una historia donde su entorno más cercano jugó un papel tan vergonzante, erra al  abrir la caja de Pandora de las miserias sionistas.


SIONISMO, EL VERDADERO ALIADO DE HITLER


Por Alberto García Watson

Las incendiarias declaraciones del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu exculpan a Adolfo Hitler del genocidio.

El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu tal vez desconozca que bajo la legislación europea relativa al revisionismo histórico en materia del Holocausto judío, sus incendiarias declaraciones exculpando a Adolfo Hitler del genocidio, pudieran ser constitutivos de delito al alinearse claramente con los más radicales revisionistas que al igual que él entienden que el Führer tan sólo pretendía expulsar a los judíos de Europa Central.

Sus absurdas declaraciones inculpando al Mufti de Jerusalén Haj Amin al-Husseini, de ser el verdadero responsable intelectual del Holocausto judío al incitar (según él) a Adolfo Hitler a adoptar la “Solución Final” contra los judíos, son absolutamente falsas y totalmente carentes de rigor histórico.

En el encuentro mantenido por el clérigo palestino y Hitler el 28 de noviembre de 1941 en Berlín, es claramente apreciable el interés del Fürher en su compromiso para combatir a la judería mundial, en tanto que el Mufti al-Husseini tan sólo expresa su preocupación por los intereses árabes en general y en el palestino en particular. En ningún momento al-Husseini (como se desprende de la transcripción oficial de dicho encuentro), hace mención alguna durante toda la conversación a la “quema de judíos” como intencionalmente ha sugerido el premier israelí.

La disparatada versión del revisionista Netanyahu ha sido ya rechazada por historiadores y políticos israelíes y palestinos, algunos de los cuales han llegado a señalar que dichos incongruencias no sólo pretenden trivializar sobre el Holocausto pero tendrían como objeto el caldear aun más el ambiente de confrontación entre lo más radical de la sociedad judía y el incipiente levantamiento popular palestino.

No obstante y si nos ceñimos a un absoluto rigor histórico obtendremos que la relación entre el III Reich y el sionismo en la Alemania Hitleriana, lejos del pretendido clima de persecución, era íntima.

Desde la subida al poder de Adolfo Hitler en 1933, el Nacional Socialismo apoyó al sionismo de manera significatica en el proyecto de emigración judía a Palestina. En la confluencia ideológica, ultanacionalista y un evidente entendimiento desde la perspectiva étnico/identitaria, el nazismo y el sionismo fortalecieron sus posicionamientos afines. El sionismo experimentó una importante progresión durante el nazismo. Publicaciones como el “Jüdische Rundschau” (periódico de la Federación Sionista en Alemania) incrementaron potencialmente sus ventas y la celebración en 1936 en Berlín de la Convención Sionista, dan cuenta de la expansión de la vida política de los alemanes sionistas en tiempos del III Reich.

Las SS eran particularmente entusiastas en su apoyo al sionismo. En 1934 una publicación interna de las SS recomendaba a sus miembros un apoyo incondicional y activo al Sionismo, tanto por parte del gobierno como del partido nazi, como la mejor herramienta para incitar a la emigración a Palestina de los judíos alemanes.

Leopold von Mildenstein, un importante oficial de las SS y Kurt Tuchler representante de la Federación Sionista alemana, realizaron juntos un recorrido de seis meses por Palestina para verificar el desarrollo y expansión de los asentamientos en territorio palestino. A su regreso, von Mildenstein publicó a finales de 1934 una serie de doce artículos para el importante diario berlinés Der Angriff, donde el oficial nazi expresaba su admiración por los extraordinarios logros de los colonos sionistas en Palestina. El periódico berlinés emitió un medalla conmemorativa de dicha visita en la que se exhibía en una cara la Swastika (cruz gamada nazi) y en la otra cara la estrella de David, como muestra de los estrechos lazos entre el sionismo y el nazismo. 


Los servicios de seguridad de Himmler (jefe de las SS y Gestapo) colaboraron con la Haganah (escuadrones paramilitares terroristas judíos en Palestina) dirigiendo la emigración judía a Palestina así como entregas secretas de armamento alemán a colonos judíos para su uso en enfrentamientos con la población árabe palestina.

En enero de 1941 otra banda criminal judía, el Lehi o Stern Gang (escisión de otro grupo paramilitar sionista, “Irgun Zvai Leumi”), comandada por Avraham Stern, sometió una propuesta formal de alianza político-militar con la Alemania nazi a través de Otto Werner von Hentig, cónsul alemán en Beirut.

Lo que resulta ciertamente paradójico es que estos grupos terroristas judíos participaran activamente en la guerra del lado alemán, cuando ya eran conocidas las deportaciones masivas de judíos de Europa central y el exterminio de judíos por parte de régimen nazi ya había dado sus primeros pasos con masivas masacres en Lituania. La explicación estaría en el hecho de que el movimiento sionista es laico/reformista (el padre del sionismo, Theodor Herlz era ateo), mientras que la mayoría de las víctimas del Holocausto eran judíos ortodoxos Jaredis opuestos al sionismo y al establecimiento del estado de Israel, por lo que muchos se negaron a participar del proyecto nazi-sionista de emigración masiva a Palestina. Hoy en día la comunidad judía Jaredí es una de las más odiadas en Israel.

Pero lo que sí se le puede achacar al Netanyahu historiador es el hecho de desconocer la misma historia del partido político en el que milita, el Likud, de este partido llegó a decir Albert Einstein (ilustre judío) en una famosa carta”… un partido político con un enorme parecido en cuanto a su organización, métodos, filosofía política y planteamientos sociales, a los partidos nazi y fascista.“

El Likud, una formación fundada bajo inspiración de uno de los padres fundacionales de la entidad sionista, Zeev Jabotinsky no deja indiferente a nadie. “Hitler Jabotinsky” como lo denominaba Ben Gurion, fue el instigador del sionismo revisionista del que surge el grupo terrorista judío de extrema derecha Irgun Zyai Leumi, tristemente célebre por sus innumerables masacres contra poblaciones palestinas en los años ´40.

Jabotinsky era un admirador de la Alemania nazi pero sobre todo de la Italia fascista, Mussolini llegó a decir de él en 1935, “…Para el éxito del sionismo, necesitais tener un estado judío con una bandera judía y una lengua judía. La persona que verdaderamente entiende eso es vuestro fascista, Jabotinsky.”

Benzion Netanyahu, padre y mentor político de Benyamin Netanyahu, fue en los años´30 secretario personal de Zeev Jabotinsky. Benzion Netanyahu pronunció en 1998 un discurso conmemorativo del 50 aniversario del nacimiento de Israel, donde elogió la figura de Abba Achimier, (un estrecho colaborador de Jabotinsky que abrazó el Nazional Socialismo de Hitler, por “salvar a Alemania de la Guerra civil y la dictadura soviética”), el progenitor del benjamin de los Netanyahu no tuvo reparo en alabar públicamente a este sionista como su modelo político a imitar.

La palabra “Holocausto” es un término bíblico que significa “sacrificio”, ¿porqué el uso de “sacrificio” para denominar un genocidio? La respuesta según algunos investigadores residiría en que el movimiento sionista internacional habría sacrificado a los judíos europeos en el Holocausto para cumplir escrupulosamente una siniestra agenda geo-política que se granjeara simpatía, culpa y compensación financiera internacionales, con el objeto de legitimar un “Hogar Nacional Judío” en tierra árabe, un proyecto inviable sin el trasfondo victimista del Holocausto.


Netanyahu lo sabe bien, por eso su reciente intento de reescribir una historia donde su entorno más cercano jugó un papel tan vergonzante, erra al al abrir la caja de Pandora de las miserias sionistas.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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