Expulsar a Rusia, y volver
el poderío aéreo estadounidense y británico abierta y decisivamente contra el Estado
sirio, se ha convertido en un objetivo clave para los estrategas occidentales.
¿Pero cómo hacerlo? ¿Qué haría que los rusos se volvieran contra la
intervención?
SI EL ATAQUE EN EL SINAÍ FUE
TERRORISMO,
EL MOMENTO FUE PERFECTO PARA LA ESTRATEGIA
GEOPOLÍTICA OCCIDENTAL
Por Dan Glazebrook
Tras la guerra del Golfo de 1991, el
malogrado comediante Bill Hicks realizó una rutina de un general estadounidense
en una conferencia de prensa. "Irak tiene armas increíbles, increíbles",
dijo el general. "¿Cómo sabe usted eso?", se le preguntó. "Oh,
bueno, uh -miramos el recibo".
A raíz del accidente de avión ruso en Egipto la semana pasada, Gran
Bretaña, en particular, se ha apresurado a afirmar que el accidente fue el
resultado de una "bomba terrorista", supuestamente plantada por el
EIIL. Entonces, ¿qué es lo que hace a Cameron tan seguro de que el grupo terrorista
creado por su política en Siria tiene la capacitación, equipo y los medios
necesarios para llevar a cabo ese ataque? ¿Miró él el recibo?
Después de todo, la débil "evidencia" con la que en efecto hemos
sido agraciados hasta aquí por los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña
no es evidencia en absoluto. La pretensión británica de haber interceptado
"parloteo" sobre el ataque entre las operaciones del EIIL en Siria y el
Sinaí, que incluso el Times admite fue "probablemente plantada
deliberadamente para demostrar a los estadounidenses y británicos que los
operativos del EIIL estaban detrás del complot de la explosión". Por
supuesto que el EIIL querría adjudicárselo; pero tales afirmaciones están lejos
de confirmar que realmente lo hicieron. Los EE.UU, por su parte, afirman que su
satélite recogió un “destello de calor”, lo que sugiere una explosión. Pero,
como el Times señala una vez más, una bomba no es la única causa posible de una
explosión de esa naturaleza: "el avión experimentó un evento súbito y
violento -probablemente una falla estructural que desprendió la cola. La
pregunta es si la causa fue una bomba o una fractura en el fuselaje. La
explosión de un tanque de combustible es también una posibilidad externa".
El Reino Unido parece estar bastante seguro de que fue el terrorismo y,
presumiblemente, tienen razones para creer esto. Pero cualquiera que sea la
razón, no es la que se nos ha dado.
Lo que está claro es que si el avión fue derribado por una bomba, y que la
bomba fue plantada por el EIIL, esto marca un avance importante para el grupo.
Según Raffaello Pantucci del Royal United Services Institute, un ataque de este
tipo por parte del EIIL "señalaría un nivel no visto de sofisticación en
su capacidad de fabricación de bombas, así como la capacidad de introducir furtivamente
un dispositivo a bordo". Pero así como constituye un nueva proeza técnica,
tal ataque representaría un cambio alarmante en la táctica. El día de ayer el
Times argumentó que "si el accidente de avión llegara a ser el trabajo de
un afiliado del Estado Islámico en el Sinaí, marcaría un cambio significativo
para el grupo yihadista, que aún tenía que lanzar un ataque a gran escala
contra la población civil". Por lo tanto, si el avión fue derribado por
una bomba del EIIL en el Sinaí, o ya sea que el grupo ha sido repentinamente bendecido con una nueva e increíble
tecnología, o de repente han decidido cambiar de táctica a los asesinatos en
masa de civiles. En este último caso, ¿no es un poco extraño que, después de
más de un año de ataques aéreos occidentales aparentemente destinadas al EIIL,
el grupo ha evitado lanzar tal ataque contra civiles occidentales -sin embargo,
son capaces de responder a las pocas semanas de una campaña de ataques aéreos
rusos que, según Occidente, ni siquiera son dirigidos al ISIS?
De cualquier manera, el accidente no pudo haber ocurrido en un mejor
momento desde el punto de vista de la geopolítica occidental. Después de cuatro
años de retrocesos, la operación del “cambio de régimen” de Occidente en Siria (ese
eufemismo para la destrucción total del estado) ahora enfrenta la perspectiva
de la inminente derrota total cortesía de la intervención de Rusia. Y las
opciones para salvar esa operación son
muy limitadas por cierto. La ocupación completa es imposible; tras Irak y
Afganistán, los ejércitos estadounidenses y británicos son ahora oficialmente
incapaces de montar este tipo de aventuras. La opción Libia -el apoyo a escuadrones
de la muerte con cobertura aérea de la OTAN- siempre ha tropezado con la
oposición de Rusia, pero ahora se ha vuelto prácticamente imposible. Y confiar
en escuadrones de la muerte contra el gobierno por sí solo es simplemente muy
improbable que tenga éxito, sin importar que tantos TOWs y MANPADS estén
febrilmente siendo arrojados al fuego; después de todo, sólo hay tantos
terroristas y mercenarios que pueden ser enviados, y, como lo dice Mike Whitney,
el mundo ya han alcanzado "el apogeo terrorista". Expulsar a Rusia -y
volver el poderío aéreo estadounidense y británico abierta y decisivamente
contra el Estado sirio- por lo tanto se ha convertido en un objetivo clave para
los estrategas occidentales. ¿Pero cómo hacerlo? ¿Qué haría que los rusos se
volvieran contra la intervención? El Times ayer: "Hasta ahora la guerra en
Siria ha sido bastante popular... [pero] si resulta que la guerra motiva a los
terroristas a vengarse sobre los rusos comunes y corrientes mediante el uso de
explosivos ocultos en los aviones, esa actitud entusiasta podría cambiar"
-o, al menos, eso es presumiblemente lo que espera el Times.
¿Y derribar el avión en suelo egipcio justo antes de la primera visita de
Estado de Sisi a Gran Bretaña? No podría haber servido mejor a la estrategia
británica si la bomba hubiera sido colocada directamente por el mismo MI6 (que
ciertamente no debe ser descartado, y desde luego, no simplemente por motivos racistas
que "por supuesto que nosotros no hacemos ese tipo de cosas" -en
otras palabras, que sólo las personas de piel oscura son capaces de una
atrocidad tan horrible).
Egipto se encuentra en una encrucijada histórica. Después de haber pasado
del campo socialista a la 'órbita' de Occidente durante la era de Sadat en la
década de los años 1970, el liderazgo de Egipto se ha vuelto cada vez menos
dispuestos a ser dictado por Washington y Londres: un proceso que comenzó en la
última parte del gobierno de Mubarak, y ha continuado bajo Sisi. Junto con
Rusia, Egipto ha jugado un importante "papel de aguafiestas", como lo
indica Sukant Chandan, en la operación de cambio de régimen de Occidente en
Siria -y no ha sido perdonado por ello. Además, el gobierno de Mubarak había
estado arrastrando sus pies sobre la privatización y el "ajuste estructural"
exigido por el FMI. Y el turismo ha sido y es una importante fuente de ingresos
para ayudar a reducir la dependencia del país respecto de la mafia de los
banqueros internacionales. Pero desde el pasado sábado, todo eso está ahora en
la balanza; como comentó el Financial Times, las sospechas de que el accidente
fue causado por una bomba "pueden resultar ser desastrosas para la abrumada
industria turística del país". "Por supuesto que esto tendrá un
enorme impacto negativo en Egipto", anunció espontáneamente el secretario
de Relaciones Exteriores británico, Philip Hammond, tras la decisión de Gran
Bretaña de suspender los vuelos británicos a Egipto -aparentemente sin una
pizca de remordimiento. Es interesante, en este sentido, que las primeras
sugerencias de que el avión podría haber sido derribado por un misil lanzado
desde el hombro (del tipo que se está suministrado por la CIA a la insurgencia
en Siria, según el Wall Street Journal) -como afirmó el EIIL haberlo hecho-
fueron reemplazadas muy rápidamente con la especulación de que debe haber sido
una bomba a bordo. Esta fue una manera muy útil de desviar la atención sobre la
culpa de los capacitadores del terrorismo poniéndola sobre el “perezoso y
corrupto personal del aeropuerto egipcio” que permitió el paso del portador del
explosivo –nada mejor para humillar a Egipto y socavar su industria turística.
La probable pérdida masiva de ingresos turísticos obligará a los egipcios a
volver al FMI, que, por supuesto, exigirá lo suyo en forma de privatizaciones
masivas y "austeridad".
Pero no sólo es la dependencia económica de Egipto con Occidente que se
profundizará con el accidente -Gran Bretaña, en particular, parece estar usando
el accidente como palanca para reintroducirse en el aparato militar y de
seguridad de Egipto. En primer lugar, las autoridades británicas han estado usando
cada oportunidad para humillar a Egipto, tratando de convencer al mundo de que
Egipto es peligrosamente inestable, y que sólo mediante la subcontratación de
la seguridad a Occidente puede estar a salvo de nuevo. Cuando Sisi arribó al
país esta semana, señaló el Times, "Gran Bretaña abiertamente contradijo al
líder egipcio y sugirió que él no estaba en control total de la península del
Sinaí", mientras que un funcionario egipcio, "comentó que el envío de
seis funcionarios para verificar los dispositivos de seguridad en el aeropuerto
de Sharm el-Sheikh fue "como tratarnos como niños". Y he aquí que,
tras la visita de Sisi, el secretario de Defensa Michael Fallon anunció que
"el Reino Unido establecería un pequeño equipo militar en Egipto para
combatir el terrorismo y el extremismo".
Como ya he escrito acerca de eso aquí, la propagación del terrorismo en la
región MENA por medio de la operación de la OTAN en Libia ha sentado las bases
para un renovado empuje occidental para convencer a los estados del Sur global
de que necesitan profundizar “la cooperación militar” con Occidente. De esta
manera, donde la dependencia económica en las finanzas y los mercados
occidental está en declive terminal (en gran parte debido al ascenso de China),
se está fomentando una nueva dependencia militar. Esto es especialmente cierto
para estados como Nigeria, Egipto e Irak -otrora estados clientes de Occidente que
poco a poco están saliendo de su órbita- con Occidente utilizando la amenaza
del terrorismo como medio de forzarlos de nuevo al redil occidental. En otras
palabras, un clásico chantaje.
Finalmente, por supuesto, el gobierno británico no ha perdido la
oportunidad de utilizar la tragedia para presionar por una más profunda
intervención británica en Siria. Michael Fallon, el ministro de Defensa de Gran
Bretaña, ha estado en los últimos dos días explicando cómo se fortalecería el
caso para bombardear Siria si se demostrara que el avión fue derribado por
ISIS. Lo que no se explica de manera tan profunda es como uno de los
principales estados patrocinadores de los escuadrones de la muerte en Siria, de
alguna manera reducirá el poder de los escuadrones de la muerte. Eso, por
supuesto, no se explica; tal es la naturaleza del imperialismo.
Entonces, en un mundo donde el poder occidental está en declive pronunciado,
el terrorismo se está convirtiendo rápidamente en una de las últimas opciones
viables para extender su hegemonía y debilitar el poder creciente del Sur
global. Si este ataque fue llevado a cabo por el EIIL, entonces, que amable de
su parte al poner sobre sus hombros la responsabilidad para actuar como la
vanguardia de los intereses imperiales occidentales. Y cuan diligente de parte
de los cientos de agentes occidentales en la organización al no hacer nada para
detenerlos.
Dan Glazebrook es un periodista político y autor de Divide and Ruin: The West’s Imperial
Strategy in an Age of Crisis.
Publicado por La Cuna del Sol
USA
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