El pleito de Trump es
y será por mantener una hegemonía que a estas alturas de la historia está
halada de los pelos y sin condiciones de competitividad interimperial. Los
chinos vienen por la hegemonía, porque está también en su ser profundo, en su
alma colectiva, toda una vocación
imperialista.
LA LUCHA ENTRE LOS
IMPERIOS
DE LA POSMODERNIDAD
Por Luciano Castro Barillas
Una de las expresiones más significativas de
los imperios en proceso de decadencia es que van accediendo a la jefatura del
Estado las personas de la peor categoría moral (eso dijo un connotado escritor
norteamericano, Gore Vidal) y mental.
El presidente o jefe de Estado era en el pasado
el ideal del hombre probo, de gran equilibrio, de admirable nivel formativo,
capaz de dar dirección intelectual a
la sociedad que lo había elegido para gobernar y crear un imaginario colectivo
de un poder detentado por auténticos hombres de Estado cuya seriedad y
circunspección en sus actuaciones públicas eran dignas de imitar, independiente
de los baldones propios de sus condición humana, donde una canita al aire
siempre la soltaban. No fingían ser
hombres perfectos, pero en una gran medida eran personas honradas. Así pasó en
la antigüedad clásica, cuando los filósofos, poetas y pensadores políticos,
creadores de la República Romana, fueron
sustituidos por el esplendor y confusión de la riqueza material y
surgieron los grandes oportunistas llamados Emperadores, cuyas fuerzas
militares y maña política se trajo abajo en 500 años la grandeza construida en
milenios.
Crecieron esos imperios con la mano de obra
esclava de los pueblos ocupados al este y norte de Europa y los que llegaban a
Roma, los antiguos emigrantes, que viviendo en condiciones deplorables,
la esclavitud era menos dolorosa en la capital del imperio, porque la opinión
pública de los ciudadanos romanos que consideraban a los esclavos animales
parlantes, no seres humanos, se movía de cuando en cuando en su fuero
interno ante la influencia de los filósofos que se preguntaban desde la Grecia
clásica ¿qué es el hombre y cuál su destino?, ¿qué es el mundo?...
En la Roma decadente la culpa la tenían también
los inmigrantes cristianos de Palestina y ya en el surgimiento de los imperios
occidentales, los aparentes responsables de la decadencia fueron siempre los
vecinos que movidos por la necesidad llegaron a trabajar a los centros de
poder. Pasó en el Imperio Británico con la mano de obra barata de los hindúes,
el quimérico y brevísimo imperio del Tercer Reich quien se dolía de los judíos,
los españoles que endilgaban todos los males a los pueblos indígenas o el
imperio ruso zarista que siempre la tuvo contra los polacos, ucranianos y
pueblos de las estepas de Asia sojuzgados por los rusos; todos invariablemente
acusando de sus problemas sociales, económicos y políticos a los pueblos que
con su trabajo esclavo o semi-esclavo construyeron la riqueza, como sucede
actualmente en los Estados Unidos con las comunidades de pueblos hispanos
(mexicanos, centroamericanos y sur americanos).
La pugna con Rusia, promovida por los Estados
Unidos, claro está; es la misma historia: luchas intraimperialistas por tener
cada cual sus esferas de influencia y de dominación. Me cuesta trabajo creer
que Rusia, con viejas tradiciones imperialistas, haya renunciado a ellas. O
Alemania que cerró con superávit su gestión económica –financiera, no esté
consciente de la mano de obra turca y de países árabes que han sido generadora
de riqueza. La acogida de más inmigrantes en Alemania responde a eso: a una
población que se envejece y que necesita de sangre joven para impulsar las
tareas más penosas.
El pleito de Trump es y será por mantener una
hegemonía que a estas alturas de la historia está halada de los pelos y sin
condiciones de competitividad interimperial. Los chinos vienen por la
hegemonía, porque está también en su ser profundo, en su alma colectiva, toda una vocación imperialista. Los pueblos
grandes hacen lo grande. Los pequeños serán siempre los subordinados. Es la
historia de la humanidad a lo largo de los siglos.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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