La arrogancia imperialista
no tiene límites, Estados Unidos demanda la salida de todas las fuerzas
extranjeras, es decir, Rusia, Irán y Hezbolá, menos sus propias tropas que se
asignan el papel de indispensables ahora que el Pentágono ha declarado, con el
pretexto de proteger a los kurdos de los ataques del régimen de Al Assad, el
establecimiento de una zona de exclusión aérea al oriente del Éufrates. En
realidad se trata de una línea roja que delimita el territorio del cual se ha
apropiado ilegalmente y la prohibición
explícita a cualquier intento de incursión por parte de las tropas del gobierno
sirio o cualquier fuerza considerada como hostil. Bajo estas condiciones, con
Estados Unidos firmemente posicionado en terreno sirio, la pacificación de
Siria será un largo y tortuoso camino; el horizonte de la paz luce muy lejano,
y más bien todo parece indicar que ese
no es su objetivo, sino perpetuarse como fuerza de ocupación y continuar con
sus guerras de desgaste contra sus rivales geopolíticos, Rusia, Irán y Hezbolá.
ESTADOS UNIDOS BUSCA QUEDARSE
POR LARGO RATO EN SIRIA
Ciertamente los planes originales de los Estados Unidos de fragmentar a
Siria e Irak han fracasado. La ya casi segura derrota del Estado Islámico,
creado, entrenado, armado y financiado para cumplir con ese fin ha hecho
colapsar toda la estrategia del Pentágono fundamentada en las capacidad militar
del EILL y de las demás bandas de terroristas salafistas, que en esencia y como
parte del Plan “A”, tenían como objetivo la eliminación de Al Assad en Siria,
previo a la desintegración del país, y la dependencia y el caos permanente en
Irak, incapaz de resolver por sí solo la cuestión de la presencia del EIIL en
gran parte de su territorio. En el momento de máxima gloria del yihadismo
mercenario esa meta parecía estarse concretando, pues ni sirios ni iraquíes
tenían la suficiente capacidad militar para detener la embestida de sus
enemigos que se habían apoderado de ciudades importantes y prácticamente estaban
a las puertas de Damasco y Bagdad.
Sin embargo, la entrada de Rusia y el decido apoyo militar iraní y de
Hezbolá provoco que todos los planes imperialistas sufrieran un abrupto traspié;
siendo claves para revertir radicalmente el curso de la guerra en favor de los
asediados gobiernos de Siria e Irak. En tal sentido, la espectacular victoria del
ejército sirio en Alepo, resultaría ser lo que marcó el inicio de la debacle irreversible
del plan “A” del Pentágono; de la recuperación de territorios que estaban en
posesión del llamado Emirato Islámico y de su posterior derrota. Pero Estados
Unidos, contrario a las afirmaciones de que carecía de una clara estrategia, ya
tenía un plan “B”, sobre el cual venía trabajando desde que intervino en Kobani
del lado de los kurdos sirios en apuros ante el asedio del EIIL. La ayuda
norteamericana fue vital para que los kurdos sirios derrotaran al EIIL y
retuvieran Kobani, de ahí en adelante los kurdos agrupados en la Fuerzas Democráticas
Sirias que en su mayoría son miembros de las Unidades de protección Popular o
YPG pasarían a convertirse en las principales fuerzas militares aliadas de los
EE.UU en territorio sirio. Las promesas de un estado kurdo independiente en el
norte de Siria (Rojava), que a la larga también terminara afectando la
integridad territorial de Turquía, fueron suficientes para que los kurdos
aceptaran ponerse del lado estadounidense y le voltearan la espalda a Siria.
Lograr la lealtad de los kurdos sirios fue un golpe maestro del Pentágono
ya que les garantiza su presencia militar en una gran porción del noreste del
territorio de Siria adyacente a Turquía y al Kurdistán Iraquí. De esta manera, Estados
Unidos a través de su alianza con las FDS, a las que ha transformado en un
ejército a su servicio dotándolo de toneladas de moderno armamento, asesores
militares y que cuenta con el apoyo de su fuerza aérea, se ha convertido en una
fuerza invasora, ocupando ilegalmente territorios en un país que no ha
solicitado su presencia. Escudándose en la FDS y de grupos de combatientes
árabes, y con el pretexto de combatir al EIIL, los EE.UU se han apoderado de
muchos territorios en el noroeste de Siria donde han establecido varias bases
militares y donde además se desplaza un número no determinado de fuerzas
especiales, que según algunos informes, podrían ser varios miles desempeñándose
de manera secreta en el frente de guerra contra las fuerzas terroristas que en
la mayoría de los casos oponen poca resistencia o se les permite evacuar
libremente los territorios que ocupan, como en efecto ha sucedido en Mosul y Raqa.
La “liberación” de la ciudad de Raqa, antigua capital del llamado Emirato
Islámico, que el Pentágono y los medios de prensa pro imperialistas exaltan
como una muestra del heroísmo de las FDS, sobresale como ejemplo de los planes
militares que el pentágono ha venido ejecutando en Siria. Concebida como una
operación militar diseñada para liberar la ciudad y sus habitantes de las
garras de las fuerzas terroristas del EIIL, no ha sido más que una campaña
destinada a crear la falsa imagen ante la opinión pública de la seriedad de los
esfuerzos de los Estados Unidos por erradicar la plaga del terrorismo. En
realidad la mayoría de miembros del EIIL, de común acuerdo con las FDS, habían abandonado
la ciudad dirigiéndose hacia otros frentes de combate donde su misión seria
entorpecer el avance de las fuerzas leales al gobierno de Sira. Según un
reportaje de The New Yorker, los combates fueron escasos debido a que la
mayoría de militantes habían abandonado la ciudad y solamente habían quedado
unos 5OO ó 600, y en muchos casos todo se reducía a la presencia de un solo
francotirador.
Sin embargo, los aviones estadounidenses bombardearon la ciudad con una
intensidad y ferocidad increíble reduciéndola a escombros y convirtiéndola en
lugar inhabitable. De acuerdo a la mencionada publicación neoyorkina, la campaña
área de la coalición ha convertido a
Raqa en un páramo inhabitable. Los bombardeos aéreos causaron la muerte de 1300
civiles, incluyendo unos 250 niños; miles resultaron heridos, y más de 300 mil
civiles han sido desplazados. Funcionarios del Departamento de Estado ha
prometido ayuda financiera para la reconstrucción de la infraestructura de Raqa,
pero de acuerdo a las palabras de un miembro del Concejo Civil de Raqa “hasta
ahora, estas son solo palabras”, “ellos no han dado nada”. Luego después de la
captura de la ciudad de Raqa los EE.UU han levantado una nueva base militar en
territorio sirio, con acceso totalmente restringido a extraños y donde ondea
ahora la bandera de las barras y las estrellas. El mensaje no puede ser más
claro: Raqa “liberada” es ahora territorio bajo la ocupación militar de los
EE.UU.
Mientras Raqa era reducida a escombros por los incesantes bombardeos de los
aviones estadounidenses, en otros escenario de la guerra en Siria, el ejército
sirio y sus aliados avanzaban recuperando territorios hasta entonces
controlados por el EIIL, de particular importancia era la batalla que estaba
librando el EAS por la recuperación de ciudad de Deir ez-Zor, capital de la
provincia del mismo nombre, que había permanecido desde el 2014 bajo el
permanente asedio del EIIL. Su importancia estratégica al estar situada sobre
los márgenes del rio Eufrates, su proximidad con Irak, y ser militarmente el
punto más importante en el Este de Siria, así como su riqueza agrícola y sus
abundante recursos energéticos (petróleo y gas natural), hacían de Deir ez-Zor,
el territorio más importante, después de Alepo, que debía ser reconquistada en
su totalidad por las fuerzas de Al Assad, sin embargo la feroz resistencia del
EIIL, en contubernio con los EE.UU y las FDS imposibilitaban el avance sirio.
Finalmente la ciudad de Deir ez-Zor pudo ser liberada, pero a todo esto, las FDS
comandadas por las fuerzas especiales norteamericanas, que habían suspendido la
operación en Raqa, aprovechando la lentitud del avance del EAS, y la
colaboración del EIIL que le entregaba todos los territorios bajo su control, fácilmente se apoderaron de la mayor parte de
los campos petrolíferos de Deir ez-Zor; un auténtico botín que caía en sus
manos asestando al gobierno de Al Assad un golpe estratégico de gran
significancia y que seguramente repercutirá grandemente en la recuperación de
la devastada economía, la seguridad y la integridad territorial de Siria post
EIIL.
El gobierno de Al Assad con el apoyo de Rusia, Irán y Hezbolá, está cerca
de apuntarse una gran victoria contra las fuerzas destructivas del imperialismo
estadounidense y de todos sus aliados que han utilizado el terrorismo
fundamentalista islámico como su caballo de batalla. Sin embargo, la
expurgación y expulsión total del enemigo todavía es una tarea pendiente, sobre
todo si se toma en cuenta que casi una tercera parte del territorio de Siria
está de hecho bajo la ilegal ocupación militar de los Estados Unidos, que de
acuerdo a lo expresado por altos funcionarios del Pentágono, la presencia de
Estados Unidos en Siria continuara ininterrumpidamente hasta que el EIIL sea
aniquilado, y luego dictar las condiciones para un solución diplomática. Esto
último lleva a pensar que una de esas condiciones que el Pentágono (ahora con
el control de la política de Trump en Siria e Irak) desea imponer en Siria,
sería la salida de Al Assad con lo cual pretende lograr en la mesa de
negociaciones lo que no pudo en el campo de batalla.
No cabe duda que Estados Unidos no se resigna a aceptar su papel de
perdedor en Siria y por consiguiente aceptar un rol secundario en las
negociaciones que se avecinan y donde busca establecerse como el factor
determinante que habrá de decidir el futuro de Siria, aun y cuando su presencia
allí sea totalmente ilegal, algo que el Pentágono rechaza argumentando,
falsamente, estar autorizados por la ONU. De la misma manera, y como muestra de
que la arrogancia imperialista no tiene límites, Estados Unidos demanda la
salida de todas las fuerzas extranjeras, es decir, Rusia, Irán y Hezbolá, menos
sus propias tropas que se asignan el papel de indispensables ahora que el
Pentágono ha declarado, con el pretexto de proteger a los kurdos de los ataques
del régimen de Al Assad, el establecimiento de una zona de exclusión aérea al
oriente del Éufrates. En realidad se trata de una línea roja que delimita el
territorio del cual se ha apropiado ilegalmente y la prohibición explícita a cualquier intento
de incursión por parte de las tropas del gobierno sirio o cualquier fuerza
considerada como hostil. Bajo estas condiciones, con Estados Unidos firmemente
posicionado en terreno sirio, la pacificación de Siria será un largo y tortuoso
camino; el horizonte de la paz luce muy lejano, y más bien todo parece indicar que ese no es su
objetivo, sino perpetuarse como fuerza de ocupación y continuar con sus guerras
de desgaste contra sus rivales geopolíticos, Rusia, Irán y Hezbolá.
Sorprendentemente, Rusia está anunciado el retiro de la mayor parte de sus
fuerzas militares en Siria.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario