Cada vez son más los países
que realizan su comercio en monedas locales, sin utilizar el dólar. Las
reservas internacionales denominadas en dólares tienden a reducirse mientras
países como China, India y Rusia compran grandes cantidades de oro ya que lo
consideran más seguro que la divisa estadounidense.
EL LENTO ECLIPSE DEL DÓLAR
Raúl Zibechi
El período de dominio absoluto del dólar está llegando a su fin. Pero no
será tan rápido ni tan sencillo como creen muchos analistas.
En apenas dos semanas se conoció que el comercio entre China e Irán y entre
China y Pakistán no se realizará más en dólares sino en yuanes. El
vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, Chen
Yuan, explicó que China considera "injusto" el actual sistema de pago
internacional, porque está "controlado por unos pocos países
desarrollados". Por esa razón busca internacionalizar su moneda, el yuan,
a la vez que se refugia cada vez más en el oro, ya que sus reservas en dólares
(las mayores del mundo) son un punto débil de la potencia asiática.
Pese a estos cambios la moneda estadounidense se mantiene como la más
utilizada. Más del 60% de las reservas internacionales permanece en dólares y
el comercio internacional sigue siendo mayoritariamente realizado en esa
divisa. Uno de los puntos fuertes del dólar son los llamados petrodólares, un
acuerdo entre Washington y Arabia Saudí de 1974, que establece que el comercio
petrolero se haría en dólares.
En aquellos años, uno era el principal exportador de petróleo y el otro el
principal importador. Ambas cuestiones han cambiado ahora, ya que China es el
primer importador y Rusia el primer exportador del oro negro.
En efecto, como señala Pepe Escobar, China planea romper el control del
petrodólar instalando el petroyuan en el comercio del hidrocarburo. En 2018
será lanzado el Shanghai Futures Exchange, un plan para cotizar futuros de
petróleo en yuanes totalmente convertibles en oro en los mercados de divisas de
Shanghái y Hong Kong.
En su opinión, la era del petroyuan está muy cerca, ya que "esta ruta
triple de petróleo, yuan y oro evitará la poderosa moneda verde". Además
de Irán y Rusia, Venezuela, Angola y Nigeria, todos grandes productores de
petróleo, podría abrazar el petroyuan, según Escobar.
El crecimiento del yuan en los intercambios comerciales así como las
enormes inversiones de Pekín en la Ruta de la Seda, están potenciando la
internacionalización de esta moneda, que es el objetivo de China. Sin embargo,
en contra de lo que cree buena parte de los analistas, este proceso es mucho
más lento y, sobre todo, no podrá triunfar sin grandes conflictos globales. Hay
tres razones que avalan esta apreciación.
La primera es lo que viene sucediendo en el mercado global en los últimos
años. El economista Oscar Ugarteche compara la evolución de las monedas en el
comercio y el mercado cambiario. En enero de 2012, el comercio en yuanes
representaba el 1,89% del total mientras el dólar era el 84,9%. En 2015 el
dólar había descendido al 79,2% mientras que el comercio en yuanes había
crecido al 9,4%, desplazando al euro y al yen. En 2011, el peso del yuan en el
mercado cambiario internacional era del 0,9%. En enero de 2015, el yuan se
había expandido hasta el 2% del mercado cambiario.
Ambos datos nos permiten concluir que hay un crecimiento importante del
yuan y un decrecimiento del dólar. Pero esto sucede de manera más lenta de lo
que suele imaginarse.
La segunda es que Estados Unidos es una economía más débil y una potencia
en declive, pero en modo alguno está derrotada. Sigue siendo líder global en
innovación, sobre todo en big data, inteligencia artificial, impresiones 3D y
robótica, las tecnologías clave de la cuarta revolución industrial en curso. Es
evidente que la economía de EEUU se ha deteriorado en relación con el fin de la
Segunda Guerra Mundial (cuando aportaba el 45% del PBI del planeta), pero aún sigue
siendo un país poderoso que cuenta, además, con las fuerzas armadas más
importantes del mundo.
La tercera es la historia de las monedas de los últimos 500 años. Desde
1400 hubo siete monedas de reserva a escala mundial, que llegaron todas a su
fin por dos motivos: otros países se volvieron económica, política y
militarmente más poderosos; pero además todas las transiciones se produjeron
mediante guerras.
El Real de a Ocho que acuñaba el imperio español fue la primera moneda de
reserva, referencia obligada en el comercio mundial durante tres siglos (desde
fines de 1400) hasta que las divisas europeas, respaldadas por el patrón oro,
pusieron fin a esa hegemonía. Las guerras de independencia que liberaron las
colonias americanas de la corona española, enterraron la supremacía económica y
militar del imperio español y también de su moneda de reserva.
La libra esterlina fue la moneda de reserva internacional durante la mayor
parte del siglo XIX y la primera parte del XX. Sólo dejó de serlo, a favor del
dólar estadounidense, luego de dos guerras mundiales devastadoras, durante las
cuales Inglaterra perdió el dominio sobre el mundo y lo traspasó a su competidor
y aliado, a través de los acuerdos de Bretton Woods, en 1944. Nació un nuevo
sistema financiero internacional centrado en el dólar, con el cual se realizan
las transacciones comerciales y se cotizan las materias primas.
Los privilegios del país emisor de la moneda de reserva mundial nos llevan
a pensar que en el futuro ningún país será depositario de esas ventajas, por
razones obvias: vivimos en un mundo multipolar que exigirá una canasta de
monedas o la creación de una nueva moneda que contemple todos los intereses en
juego.
En resumen, estamos viviendo la lenta erosión del dólar, que se completará
en un largo período histórico donde habrá grandes guerras que debilitarán al
imperio americano, hasta que surja un nuevo sistema financiero global o varios
regionales.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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