Él ve en todo terrorismo, psicosis que alimenta su odio contra la humanidad, contra la democracia y sus dignos representantes en Guatemala.
LA GUATEMALA DE
SIEMPRE:
RICARDO
MÉNDEZ-RUIZ-TERROR, DEMANDÓ
A FUNCIONARIOS
JUDICIALES HONORABLES
Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
Este viejo está trabado. Es un gran enfermo que
pide a gritos asistencia psicológica, cuando no psiquiátrica. Pero su
desequilibrio se le desliza peligrosamente por la pendiente de la locura
criminal. De una sociopatía política inquietante, por su odio irreductible,
inaplacable, contra la democracia y sus dignos representantes, que hay muchos,
por cierto, en Guatemala. Él ve en todo terrorismo, psicosis que alimenta su
odio contra la humanidad. Atrabiliario, bilioso, rencoroso, insolente y
mentiroso; es el arquetipo perfecto para defender los intereses egoístas de la
oligarquía guatemalteca. De esos que les llaman tontos útiles, como todas
las personas de filiación derechista, entre otros, los pobres sin ubicación de
clase,
que son a última instancia los más bobos de los bobos.
Y tanto ha persistido de palabra y en acciones
que se ha transformado, por obra y gracia de su testarudez y carácter
recalcitrante, en un terrorista más. Conspira, engaña, recibe plata por su
campaña antiterrorista de quién sabe qué fuentes, que indudablemente, tienen
que ser matrices oscuras, porque, ¿quién en su sano juicio puede ser aliado de
este loco?
Con su cara de viejo alfarero de Chinautla,
refleja sus orígenes humildes. Pese a que su padre fue un coronel de grandes
ambiciones. Un Coronel de Bolsillo, por su baja estatura, y que llegó a ser el
ungido como candidato presidencial por la dirigencia oportunista de jóvenes
patosos y holgazanes como Vinicio Cerezo (El Cachimbiro) y Alfonso Cabrera
(Garfield, por sus ojos grandes y párpados caídos). No tuvo buenos resultados
electorales por ser una figura política sin prestigio y porque la Democracia
Cristiana Guatemalteca siempre fue un partido sin futuro. En el camino de su
errancia politiquera fue objeto, su hijo, Ricardo Méndez-Ruiz-Terror; víctima
de secuestro por fuerzas revolucionarias, conformadas en ese entonces solo por
dos organizaciones: el Partido Guatemalteco de los Trabajadores, PGT, y las
Fuerzas Armadas Rebeldes, FAR. Se divulgaron por medios escritos, radiales y
televisivos sendos pronunciamientos de las fuerzas insurgentes y se pagó una
importante suma económica para la liberación del entonces joven Ricardo,
todavía con el cerebro no tan desajustado como en los últimos años.
Ahora resulta que el presidente de la Fundación
contra el Terrorismo, tan dado a la figuración y siempre prestando sus buenos
oficios a los oligarcas, demandó muy delicado y en extremo quisquilloso, al
honorable juez, Miguel Ángel Gálvez, del Juzgado de Mayor Riesgo “B”, porque
según este señor enjabonado de cabeza y barba, (…) hubo violación de inmediación
procesal, el cual obliga a las partes a reunirse solo en un juzgado…,
prejuzgando la visita del juez y del fiscal Sandoval, porque según él, Gálvez y
Sandoval, incurrieron en una reunión ilegal, lo que no es cierto, pero
entretanto, él figura con estas payasadas y le hacen seguro eco, resonancia
delirante, las fuerzas reaccionarias de siempre, que se aprestan a ver cómo
sale impune Alejandro Sinibaldi porque, con tantas mañas o actos de corrupción
incurridos, por lógica no pudo realizarlas solo.
Temen los aliados y financistas de la Fundación
contra el Terrorismo que Sinibaldi se descosa y comience a señalar a muchos empresarios
exitosos. Es obvio ver las acciones cínicas y prepotentes de El
Alfarero de Chinautla pues el 24 de agosto el Ministerio Público pidió
la reserva
parcial del caso, que contó con el respaldo del abogado defensor del
imputado y el aval del juez Gálvez, con un único propósito: evitar que una
publicación afecte el proceso. Sin embargo, el 4 de septiembre, El Alfarero de
Chinautla publicó un tuit con imagen del oficio No. 432-2020 del Centro de
Detención Preventiva para Hombres de delitos menores y faltas, anexo “B”, de la
zona 18, con otra cosa que no sean las visitas diarias que se dan en esa cárcel
y consta la visita del juez y el fiscal.
Ayer, 7 de septiembre, el juez pidió al MP que
se investigue a El Alfarero y hoy, 8 de septiembre, el señor Ricardo
Méndez-Ruiz-Terror; de manera insolente declara: “Bienvenida la denuncia del
juez Gálvez, que es una respuesta a la denuncia que presenté ayer en su
contra”… Bueno, de tal palo tal astilla. Así se pavoneaba el Coronel de
Bolsillo ante civiles y conmilitones cuando él vivía: De no tener grandes
cojones, sino chiquitos, eso sí, de oro puro.
Publicado por La Cuna del Sol
No hay comentarios.:
Publicar un comentario