sábado, 12 de diciembre de 2020

Guatemala está, literalmente, hecha pedazos

La patria está hecha pedazos y no solo por los politiqueros y funcionarios mediocres y corruptos de las sucesivas administraciones de derecha  (66 años de horrores administrativos) que nos llevó al colapso como Estado y Nación.

 

GUATEMALA, UN ESTADO Y UNA NACIÓN
HECHA, LITERALMENTE, PEDAZOS



Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Se necesita mucho optimismo para intentar ver a una Guatemala distinta, de colores vivos, luminosos y vibrantes, como una bella pintura impresionista. Necesitaríamos a un Van Gogh para que llene de los colores de la alegría los campos, las aldeas, las pequeñas y las grandes ciudades de este país martirizado desde siempre y signado por el egoísmo de muchas personas que han nacido en este territorio, pero que no son guatemaltecos, por ejemplo;  los Giammattei, los Arzú, los Berger y toda una serie de familias advenedizas, como los alemanes del norte de Guatemala, que con la cobertura de “inversionistas” han despojado, robado, saqueado y explotado a los guatemaltecos.

A esos europeos que se dicen guatemaltecos y que se alían con los sectores tradicionales de los blancos criollos y herederos directos de los colonizadores; a esos puedo decirles yo que NO SON GUATEMALTECOS. Nadie, que no sea guatemalteco, puede actuar de esa manera tan ingrata con este pequeño y hermoso país. En este crimen también acompañan a los sectores dominantes muchos desclasados, mucha gente de origen indígena, que son auténticos renegados raciales y de clase. Por ejemplo, la famosa diputada, por sinvergüenza, Delia Bac (antes germanizaba su apellido con una K al final) se avergonzaba de su origen cakchiquel, pero su cara aborigen ya no pudo más y se vio obligada a aceptar su realidad de nativa ladinizada.

Esta señora, descomunalmente corrupta y reaccionaria, se inventó una aldea para favorecer un terreno de su propiedad donde había construido un lujoso salón de belleza y relajación -spa-  para el cual necesitaba una vía, un camino de acceso debidamente pavimentado, o asfaltado, como estilamos decir en Guatemala. Para justificar la inversión el Ministerio de Comunicaciones necesitaba que el lugar estuviera poblado y como no existía ninguna población, más que el spa de Delia Bac, se inventó el nombre de una aldea, inexistente, y ni lerdo ni perezoso el ministro de esos años construyó la carretera para favorecer a los vecinos de la aldea imaginaria, es decir, el spa, la inversión de la diputada mañosa.

En la destrucción de Guatemala entran los ladinos blancos, incondicionales de los blancos que llegan de todas partes del mundo. También los ladinos pardos o negrillos que actúan de la misma manera, si no vea usted el interminable ejercicio del poder de la familia Corado en el municipio de El Adelanto, departamento de Jutiapa. Negrillos que por la gracia del dinero ya se sienten blancos (ja, ja, ja). Todo este conglomerado de blancos y mestizos han destruido a Guatemala. Ahora, tardíamente, lo hacen los indígenas de las diferentes etnias: los xincas inexistentes de Jutiapa (el núcleo histórico y arqueológico de los xincas solo está en el municipio de San Juan Tecuaco y sus alrededores) del departamento de Santa Rosa. Los xincas de Jutiapa se han vendido siempre al mejor postor. Son de los grandes electores de la diputada narco Patricia Sandoval. Los garífunas, muchos de ellos vinculados al trasiego de droga, que a duras penas iniciaron un proceso de construcción identitaria, porque su asentamiento en las costas atlánticas de Guatemala no va más allá de los 300 años. Y los pueblos mayenses (no mayas) que se odian entre sí y luchan desde siempre por la hegemonía en los altiplanos y tierras bajas del noroccidente del país.

De toda esta variedad étnica surgen los malos guatemaltecos y todos, como morralla de bajo precio, se coluden, se juntan, para depredar al Estado y el territorio de Guatemala. La destrucción de la Nación guatemalteca la encabezaron los comunitarios de los 48 cantones, quienes tuvieron -algunos-  la peregrina y estólida idea separatista de crear la República de Guatemaya. Al fin, alguien apaciguó esas cabecitas y no siguieron impulsando ese desaguisado de proporciones catastróficas para Guatemala.

La patria está hecha pedazos y no solo por los politiqueros y funcionarios mediocres y corruptos de las sucesivas administraciones de derecha  (66 años de horrores administrativos) que nos llevó al colapso como Estado y Nación. ¿Qué vendrá? Pues nada, por el momento, mientras casi todas las organizaciones populares y medios alternativos sigan funcionando con las ideas pacifista de George Soros y los países escandinavos. Todo cambiará cuando los guatemaltecos tomemos el camino de lucha de los pueblos de Chile, Bolivia, Perú y Ecuador por las reivindicaciones postergados de los pobres. Entretanto, esperemos los sábados de recreo en la Plaza de la Constitución, manifestaciones que no hacen mella un milímetro al poder corrupto establecido.




Publicado por La Cuna del Sol

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