En Guatemala, por obra y gracia de los políticos corruptos, bendición es una palabreja altamente desacreditada. Sin embargo, en la historia del pensamiento religioso, la bendición o bendiciones siempre han tenido una procedencia divina, no satánica.
LAS BENDICIONES DE
SATÁN
ASUELAN A GUATEMALA
Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
¿Qué es en realidad una bendición? En
Guatemala, por obra y gracia de los políticos corruptos, bendición es una
palabreja altamente desacreditada. Sin embargo, en la historia del pensamiento
religioso, la bendición o bendiciones siempre han tenido una procedencia
divina, no satánica. El título de este ensayo responde únicamente, de manera
estricta, al manejo de la ironía o el sarcasmo, aplicado de una manera directa
y específica a la realidad guatemalteca. En todo caso, debe tenerse el respeto
debido a toda forma de creencia o concepción del mundo que se tenga.
En la realidad guatemalteca el uso de la
palabra ¡bendiciones! por cualquier
persona, de la más inescrupulosa hasta la más criminal, es una expresión falsa,
cargada de un alto componente de hipocresía o de la peor impostación. Aunque si
esa palabra proviniera de personas honradas, como que el vocablo se ajustaría
mejor a la idea que generalmente tenemos el común de las personas, religiosas o
no de que, el término es equivalente a Dios
lo guarde, Dios lo ampare, Dios esté con usted… En ese entendido se podría
decir que la palabra bendición equivale
al deseo que todo lo bueno, todo lo provechoso, pueda darse en nuestra
vida. Y quien, pues, mejor que Dios para
darlo, pues es él, el mejor y mayor proveedor en la vida de los hombres. Pero
es aquí donde se debe de tener sumo cuidado, porque no necesariamente la riqueza material o el bienestar material puede ser el
único indicador de las bendiciones.
Hay bendiciones que no pasan obligadamente en
las relaciones utilitarias entre Dios y los hombres. Hay bendiciones
genuinamente espirituales, sean éstas, para citar un ejemplo, el servicio a los
más débiles, a los más vulnerables, a los que menos tienen. ¿Será entonces que
a los desposeídos no les llegan las bendiciones, sino que solo cosechan
maldiciones? ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo
explicarlo desde otra perspectiva que no sea la religiosa? Porque si las
bendiciones fueran la recompensa a la virtud, a la honradez y al buen corazón
de una persona o nación ¿por qué las naciones ricas, hegemónicas, son las más
prósperas? ¿Por qué se premia el egoísmo, la mezquindad, el robo y la
violencia? No hay manera que ninguna religión del mundo pueda explicar y mucho
menos resolver esta contradicción sobre la parcialidad
de Dios. Dios, el creador, tiene preferencias con ciertos hijos, a uno les
da mucho hasta para el dispendio y el despilfarro y, otros, se mueren literalmente
de hambre. Esta actitud de Dios es totalmente incomprensible y solamente las
mentes bochornosas tratan de justificarlo de una y otra manera.
Dios es amor, pero no lo demuestra del todo,
según se puede ver en las divisiones de clases que se esparcen por todo el
planeta. De allí que el materialismo marxista, su filosofía, el materialismo
dialéctico; dio explicaciones más creíbles a las explicaciones dadas por los
teólogos y filósofos idealistas de la burguesía, que defendían al capital y a
los capitalistas, y dio el marxismo cuenta clara de quienes son los
beneficiados con esta nebulosa mental llamada religión. Esa maraña o enredo ideológico, esa maleza que envuelve
la mente de millones de personas (incluidos musulmanes, cristianos y budistas)
fue desbrozada por Lenin de manera práctica y en consecuencia a lo afirmado por
Marx en los textos filosóficos de 1848: No
es Dios el que creó al hombre, es el hombre el que creó a Dios. Y como si
no, si antes de esta afirmación marxista se contaban hasta 8 mil dioses de los
tiempos profundos de la humanidad, empezando por el animismo primitivo y
terminando con las religiones modernas como el islamismo.
Las únicas bendiciones verdaderas son las bendiciones por gracia, que son las que
nos ofrece la madre naturaleza. Son los frutos de la tierra que antes solo se
podían tomar, porque Dios los ha preparado para el hombre. Pero eso es tiempo
pasado, ya ido, irretornable, con la destrucción brutal de la naturaleza en la
época contemporánea a causa de la codicia humana, propiamente del sistema
capitalista mundial. Los políticos guatemaltecos y la gente de la derecha en
Guatemala son muy pródigos, muy generosos, en repartir bendiciones. Es decir,
en dar esas bendiciones de gracia porque nada cuestan. Son tan baratas y totalmente
devaluadas e inefectivas porque son proferidas por personas de los peores
antivalores humanitarios. Ya lo dijo el humorista mexicano Rius: (…) es que los buenos deseos no empobrecen
a nadie, dar es lo que aniquila. Por eso lo poltiqueros mentirosos de
Guatemala dan tantas bendiciones, siendo los más connotados repartidores de
bendiciones el consumado ladrón y ex presidente Jimmy Morales, además de
evangélico y ahora este señor odioso, rencoroso, mentiroso y de gran codicia;
Alejandro Giammattei.
Por eso, los que somos ateos o agnósticos, paro
no ser tan pesados; no tenemos otra valoración que la de un campesino del sur
de México, que al ver el desastre socio-económico de su comunidad y la
represión, concluyó de manera desenfadada: (…)
el amor que Dios no dio, / él mismo lo ha recogido, / y solo nos ha dejado, /
el pedo y el relinchido. Solo puedo, estimados lectores, invitarlos a
pensar con lo brevemente dicho. ¡Bendiciones! O maldiciones, que al final, da
lo mismo.
Publicado por La Cuna del Sol
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