A pocos días de las elecciones presidenciales en Ecuador, previstas para el 7 de febrero, aún persisten las amenazas a la candidatura de Andrés Arauz, el favorito para ganar, y al propio proceso electoral democrático.
LA IZQUIERDA CERCA DE GANAR
LAS ELECCIONES EN ECUADOR
Lucas Leiroz
InfoBrics
A pocos días de las elecciones presidenciales en Ecuador, previstas para el
7 de febrero, aún persisten las amenazas a la candidatura de Andrés Arauz, el
favorito para ganar, y al propio proceso electoral democrático. Es una disputa
que enfrenta numerosos obstáculos en el contexto de una persecución política
sistemática iniciada por el gobierno de Lenin Moreno.
Arauz es quien tiene mayores posibilidades de victoria según todas las
encuestas, es el candidato de la "UNES", una coalición partidaria que
representa a los defensores de la llamada "Revolución Ciudadana",
movimiento liderado por el expresidente Rafael Correa. Arauz ha señalado que
aumentará el gasto público a favor de las reformas sociales y priorizará temas
como la reducción de la pobreza, el aumento del poder popular, entre otros
temas que marcaron los años de Correa en el poder. Una de sus promesas de
campaña es distribuir mil dólares a cerca de un millón de familias tan pronto
como tome el poder, con el objetivo de aumentar el poder adquisitivo de la
población y elevar los índices sociales del país.
Por otro parte, el candidato que aparece en segundo lugar es el ex banquero
Guillermo Lasso, por el partido "CREO" en alianza con el Partido Social
Cristiano. Contrario a todas las promesas de Arauz, Lasso defiende las reformas
liberales y promete una continuación del legado de Lenin Moreno, con políticas
pro mercado, siendo un candidato claramente indiferente a los aspectos sociales
y las agendas populares.
En tercer lugar se encuentra Yaku Pérez, candidato del movimiento
Pachakutik, quien, a pesar de su posición, está muy lejos de los dos primeros,
y su victoria es poco probable. Sus principales promesas son prohibir la actual
política minera e imponer límites a las concesiones en la producción de
petróleo y gas.
Según la ley ecuatoriana, para que un candidato gane en la primera vuelta,
es necesario obtener más del 40% y 10 puntos de diferencia sobre el segundo
candidato. De lo contrario, los dos primeros candidatos se volverán a enfrentar
en una segunda vuelta. Arauz, que en la mayoría de las encuestas se acerca al 40%,
parece estar cerca de ganar en la primera vuelta, y es precisamente en torno a
esto que surgen las amenazas de sus oponentes.
A Arauz se le han impuesto varios obstáculos desde el inicio de su campaña.
Abundan las denuncias de irregularidades e ilegalidades de parte sus oponentes,
casi siempre sin ningún fundamento. De hecho, el legado de Moreno ha sido de
persecución política contra sus oponentes, aunque siempre disfrazado de
legalismo. Se han impuesto censores a las campañas y está prohibido incluso
pronunciar el nombre de Rafael Correa. Además, varias candidaturas,
principalmente para el Poder Legislativo que también tendrá sus elecciones este
año, fueron vetadas por el simple hecho de que los candidatos apoyan a Correa,
lo que significa que, aunque Arauz llegue a la presidencia de Ecuador, Moreno
está consiguiendo formar un escenario institucional hostil para obligar al
candidato pro-Correa a capitular ante los intereses de la derecha liberal.
Moreno, quien comenzó como aliado de Correa y luego ayudó a su deslegitimación,
no solo inició un gran proceso de desmantelamiento nacional a través de
reformas neoliberales, sino que también inició una importante judicialización
de la política ecuatoriana, creando un aparato policial y judicial para
perseguir a sus opositores y justificar cualquier forma de opresión con un
discurso de “defensa de la ley”. Esta forma de dictadura judicial es una
tendencia reciente en diferentes partes del mundo y funciona perfectamente para
garantizar las intenciones dictatoriales de los políticos liberales que aún
quieren mantener públicamente el discurso democrático y legalista -un auténtico
autoritarismo democrático y legalista.
Con ello, se intenta extinguir toda oposición política mediante sanciones judiciales
y represalias. Fue de esta manera como la derecha liberal ecuatoriana logró
eliminar a sus mayores opositores, anulando no solo a Correa sino también arrestando
a varios de sus aliados, como su ex vicepresidente, Jorge Glas. Los cargos -que
generalmente involucran delitos de corrupción- son siempre genéricos y carentes
de credibilidad, con varias irregularidades en los procesos legales.
El registro de la candidatura de Arauz en sí fue complicado, habiendo
pasado por varias instancias burocráticas legales que normalmente no ocurrirían.
Además, una vez obtenida la inscripción, Arauz sufrió amenazas de cancelación de
su candidatura por vínculos con Correa. Es poco probable que estas amenazas se
detengan en un futuro inmediato. Incluso si es elegido, Arauz será amenazado con
acciones legales por parte de sus oponentes y obligado a tomar decisiones que él
preferiría no tomar.
En medio de un escenario de un posible resurgimiento de la izquierda,
Moreno viajó a Washington en la última semana de enero. Allí se reunió con
varios políticos estadounidenses, así como con figuras como Kristalina
Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional y Luis Almagro,
secretario general de la Organización de Estados Americanos, entre otros. Las
intenciones reales detrás de estas reuniones aún no están claras y despiertan
sospechas entre los opositores de Moreno en Ecuador sobre posibles
articulaciones que involucren a agentes internacionales para una anulación del
proceso electoral, o agitaciones por una posible destitución de Arauz en los
primeros momentos de su presidencia, si es elegido.
Sin duda, la elección de Arauz perjudicará directamente los planes
estadounidenses, ya que representará un regreso de la izquierda nacionalista,
que defiende la integración política y económica del continente latinoamericano
y condena la injerencia extranjera en la región. Washington está interesado en
continuar el legado de Moreno, ahora representado por Lasso, pero puede que no
sea lo suficientemente fuerte como para contener la voluntad popular de elegir
a Arauz. Lo que puede resultar de esto es un gran horizonte de posibilidades,
entre ellas un derrocamiento de Arauz mediante alguna maniobra judicial, un
intento de cooptarlo como lograron hacer con Moreno, que era aliado de Correa o
incluso simplemente invalidar su candidatura antes de que las elecciones se
llevan a cabo.
Publicado por La Cuna del Sol
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