miércoles, 1 de diciembre de 2021

Honduras: del desastre a la esperanza

El tradicional portaviones de los Estado Unidos ha repostado en el puerto de una débil democracia y los resultados son imprevisibles.

 

HONDURAS:
DEL DESASTRE A LA ESPERANZA



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

El 30 de noviembre de 2021, apenas ayer, los Estados Unidos felicitaron a la señora Xiomara Castro de Zelaya por el triunfo electoral alcanzado en las elecciones generales de Honduras. La señora Castro de Zelaya es la esposa del ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya,  quien fuera derrocado el 28 de junio de 2009, hace once años, por una conspiración contra la democracia de las Fuerzas Armadas de Honduras, el Congreso de la República, el Consejo Nacional Electoral y la Corte Suprema de Justicia; todas estas instituciones sumidas en vergonzosos actos de corrupción y servilismo extremo con el imperio que ilegalizaron la consulta electoral del señor Zelaya.

Nada grandiosa la propuesta política de Mel Zelaya, pero excesiva para la mente obtusa de la derecha hondureña. Antes esos hechos la comunidad internacional repudió, unos más, otros menos; el rompimiento de la institucionalidad hondureña. La Unión Europea retiró temporalmente a sus embajadores, la OEA condenó tibiamente el acto, lo mismo hizo Estados Unidos, con un ambivalente y difuso lenguaje diplomático, que lo mejor hubiera sido que el Secretario de Estado de esos años no abriera la boca. Los gobiernos de izquierda de la época se pronunciaron contra el golpe de Estado pero nada, al final, pudieron hacer. Conforme transcurrieron las semanas empezaron los reconocimientos a los golpistas y estuvo a la cabeza de estos hechos políticos repudiables el gobierno de los Estados Unidos, siguió, para variar, Colombia, y otros más. 

Ahora, el señor Antony Blinken, actual Secretario de Estado, felicitó a la presidenta electa afirmando que “el pueblo hondureño ejerció su poder de votar en elecciones libres y justas, esperando trabajar juntos para fortalecer las instituciones democráticas, promover el crecimiento económico inclusivo y combatir la corrupción”. Palabras ausentes de contenido real, falsas, hipócritas; de un país que no hizo nada para respaldar y darle sostenibilidad al proceso de democratización de Honduras encabezado por Zelaya. Fue, el ex presidente de Honduras, sacado de su cama en pijama, puesto en el aeropuerto y llevado de manera rápida, casi apremiante, a Costa Rica. Allí terminó la historia y Zelaya, pese al respaldo que tuvo de sectores democráticos hondureños con fuertes manifestaciones. El destino de Honduras estaba sellado desde el momento en que las facciones de la derecha encontraron el respaldo ilimitado y mal disimulado de George Bush, hijo.

En este momento, 2021, el Partido Nacional del presidente Juan Orlando Hernández fue derrotado. Un partido totalmente desprestigiado por una familia de narcotraficantes encabezados por el presidente actual que está siendo investigado por fiscales norteamericanos. El hermano del señor Hernández está purgando una pena de prisión en cárceles de Estados Unidos convicto de tráfico de estupefacientes y él mismo, muy probablemente, terminará haciéndole compañía a su hermano convicto igualmente por narcotraficante, de los grandes, no poquitero. Esa es la verdadera razón del fracaso del Partido Nacional, institución anacrónica de Honduras y fiel reflejo del atraso de este país centroamericano.

El tradicional portaviones de los Estado Unidos ha repostado en el puerto de una débil democracia y los resultados son imprevisibles. Lo más probable es que los corruptos de siempre den otro y novedoso golpe, por lo mismo: codicia de poder y dinero.




Publicado por La Cuna del Sol

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