martes, 9 de junio de 2020

Urge a la humanidad la destrucción dialéctica de los Estados Unidos de América

La destrucción de los Estados Unidos tiene que ser dialéctica, es decir, no hacer cenizas su desarrollo material con un par de bombas atómicas.


URGE A LA HUMANIDAD
LA DESTRUCCIÓN DIALÉCTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA


Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político

La urgencia de destruir a los Estados Unidos por ser el epítome del mal no significa masacrar a sus ciudadanos, dentro de los cuales, hay muchísimas personas consecuentes con los principios de la paz, la democracia y el desarrollo, que son adversarios formidables de todos aquellos que representan lo contrario. Se debe caer en la cuenta que el pueblo estadounidense ha sido siempre un pueblo trabajador, amante de la familia y conservador en muchos aspectos. Los antisociales no son muchos. Esa condición se localiza más que todo en sus grandes millonarios que son gánster, ladrones, estafadores, guerreristas, explotadores y representan en los días que corren el ultracapitalismo monetarista, suavizado por muchos rufianes de diversas escuelas económicas, principalmente los de la escuela económica austriaca y de Chicago para que no se vean tan detestables ante los ojos del mundo.

Neoliberalismo no se escucha tan malvado, sin embargo, es el capitalismo liso y llano. Sin adornos conceptuales. Es la etapa del imperialismo delicuescente, decadente, que ha necesitado de palabrejas seudo académicas para mimetizarse y no ser descubiertos, presumir al pronunciarlas de sapiencia doctoral pero que son puras tarugadas, como dicen en el habla popular mexicana.  O pendejadas como estilamos decir los guatemaltecos. Si tan ciencia fuera la que hacen los teóricos incondicionales del capitalismo ¿por qué el mundo no está mejor, sino cada día peor?. Es asunto de sentido común, no de profundas fumadas filosóficas. Es asunto de hechos y no de palabras, como criterio supremo de la verdad. Pero como son teorías diseñadas para tontos tienen que hacerlas filáticas, enredadas, ininteligibles, cantinflescas; para que nadie las entienda pero que si disfruten sus efectos, perniciosos, claro La destrucción de los Estados Unidos tiene que ser dialéctica, es decir, no hacer cenizas su desarrollo material con un par de bombas atómicas.

Estados Unidos, guste o no, ha creado toda una civilización, una cultura, digna de preservarse: su música, sus cantantes, su cine, el discreto encanto de la mercancía capitalista. Muy bonitas ¿no?. Sus ciudades portentosas y ha hecho posible los sueños de millones de seres humanos y miserables también la vida de no pocos millones de personas. Pero no podemos hacer cenizas a los Estados Unidos.

Las personas con ideas democráticas revolucionarias debemos unir nuestro esfuerzo para que el pueblo de los Estados Unidos sea capaz de avanzar en este momento en que la brutalidad del capitalismo se debilita para transformar la superestructura de la sociedad, porque han de saber, dignos lectores, que el pueblo de los Estados Unidos tiene todavía grandes reservas morales y espirituales para desmantelar el ámbito jurídico, el ideológico y el político del Estado. La unidad de blancos, negros, hispanoamericanos y otras minorías posibilitan este cambio. También hay algo muy importante, se está dando a nivel mundial una modificación de la correlación de fuerzas políticas y sociales internacionales. Por eso se debe luchar en la destrucción dialéctica de los Estados Unidos, para que dé el salto cualitativo y surja un mundo nuevo para todos.

No debemos olvidar los demócratas revolucionarios que los Estados Unidos posee una fuerza gravitacional poderosa y gira casi todo el mundo alrededor de su poder. La aniquilación moral y material de los Estados Unidos nos jalaría a todos al hoyo negro de la destrucción, en efecto, de la humanidad. Se necesita apresar a sus oligarcas, a la dictadura de los millonarios desmantelarla para que no cunda la pandemia de la desinformación y no hallan nunca más supremacistas blancos ni terraplanistas. Este mensaje podrá parece bueno  para las personas de buena voluntad, amantes de la paz, pero no para la izquierda dogmática infame que se mueve en todos los rincones del mundo como auténticos enemigos de la paz y el progreso.





Publicado por La Cuna del Sol

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