miércoles, 30 de marzo de 2016

Fábula del país de los palurdos

La fecha de la victoria deportiva es hoy conocida como Día de la Patria.


FÁBULA DEL PAÍS DE LOS PALURDOS


Por Mario Roberto Morales

Erase una vez un pueblo de palurdos. Es decir, de rústicos e ignorantes. Su religión era el futbol. Y su ritual más sagrado, los partidos dominicales. En este pueblo, la religión futbolística tenía dos vertientes internacionales: el barsismo y el realmadridismo. Las cuales a su vez tenían ramas locales que a veces se llamaban rojos y cremas, y a veces cremas y rojos. La pertenencia a una de estas denominaciones otorgaba identidad a sus adherentes, así como orgullo (no nacional, sino) corporativo, de pertenencia a una empresa “importante”, gracias a lo cual sus feligresías presumían ante enemigos y allegados por igual.

Convertir a aquel pueblo en palurdo les había tomado buenas cuatro décadas a la oligarquía local y a sus retoños neoliberales, pues demoler el sistema educativo de la gesta revolucionaria que había convertido a aquel pueblo en una nación moderna, fue una labor titánica en la que tuvo que intervenir el Ejército Nacional perpetrando un genocidio de proporciones épicas, con lo cual se ganó la distinción de Institución Benemérita de la Patria. Convertida ya aquella nación moderna en un pueblo de palurdos, los oligarcas y sus juniors neoliberales le recetaban a diario poco pan y mucho circo a sus ensimismados habitantes, prostituidos por la violencia y la corrupción que producen la falta de empleo y de esperanza en un futuro que debe construirse con las propias manos.

Como era un pueblo de palurdos, nadie sabía que su Selección Nacional de Futbol era usada por los neoliberales como una casa de apuestas y que, para ello, se le ordenaba a sus jugadores perder sus partidos como norma casi inquebrantable, de modo que cuando ganaban un juego, todas las apuestas estaban en contra y sus dueños —habiendo apostado a favor— aumentaban sus caudales. El futbol local no se trataba pues de un esfuerzo para mantener cohesionada, legitimada e identificada orgullosamente a la palurda ciudadanía, sino como factor de sistemática e inagotable fuente de baja autoestima, a fin de que las masas de palurdos no empezaran a creer en el poder de sus propias fuerzas y se les ocurriera hacer alguna revolución, aunque fuera de colores. La mente no le daba para eso a su palurda intelectualidad.

Pues bien, cuando llegó el día en que la Potencia Dominante del Norte (PDN) adoptó al pueblo de palurdos como un protectorado —pues ya era incapaz de gobernarse—, algunas voces críticas se alzaron en contra de la disposición. Y entonces los dueños de la Selección de Futbol solicitaron que ésta le ganara un partido a la Selección de la PDN, no sólo para desviar la atención del brote de conciencia sobre la autodeterminación de los pueblos, sino para darle a la chusma una dosis leve de autoestima y, de paso, ganar una apuesta jugosa.

Cuando un comentarista deportivo dijo que la PDN había perdido un partido ante “un cualquiera” del futbol, las redes sociales —fuente de conocimiento y creatividad del pueblo y la humanidad palurdos— lo lincharon como a un hereje. Es decir, como a alguien que había dicho la verdad. Después, el palurdo presidente de la república palurda, le declaró la guerra al comentarista deportivo, lo cual le valió la absoluta adhesión de la ciudadanía palurda y también su nominación, por parte de la Asociación de Empresarios Oligárquicos, Juniors y Similares (AEOJS), como candidato al Premio Nobel de la Paz.


La fecha de la victoria futbolística es hoy conocida como Día de la Patria.






Publicado por La Cuna del Sol
USA

lunes, 28 de marzo de 2016

El móvil de los atentados de París y Bruselas

Se desconoce, por el momento, quién ordenó los atentados perpetrados en París y en Bruselas. Aunque se han mencionado varias pistas, la única hipótesis que se sostiene es la de una operación decidida por Turquía. Thierry Meyssan relata aquí el conflicto secreto que pesa sobre las relaciones entre la Unión Europea, Francia y Turquía desde hace 5 años.


EL MÓVIL DE LOS ATENTADOS
DE PARÍS Y BRUSELAS


Por Thierry Meyssan

En 2011, los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alain Juppé, y de Turquía, Ahmet Davutoglu, acordaban en secreto la creación de un Sunnistán, que abarcaría territorios de Irak y Siria –tarea que quedaría en manos del Emirato Islámico–, y crear un seudo Kurdistán al que serían empujados los kurdos de Turquía. Aquel proyecto tenía el respaldo de Israel y el Reino Unido.

Es demasiado pronto para decir con certeza de dónde vino la orden que dio lugar a los atentados perpetrados en París, el 13 de noviembre de 2015, y en Bruselas, el 22 de marzo de 2016. Por el momento, la única explicación razonable es la que proporcionan los elementos que mencionaremos seguidamente.

* * *

Inmediatamente después de la muerte del fundador del islamismo turco, Necmettin Erbakan, y en momentos en que acaba de iniciarse la «primavera árabe», el gobierno del entonces primer ministro turco Erdogan concluye un acuerdo secreto con Francia. Según un diplomático que estudió ese documento, en él se estipulan las condiciones para la participación de Turquía en las guerras contra Libia, que acaba de empezar, y contra Siria, que será el paso siguiente. Representada por su ministro de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, Francia se compromete fundamentalmente a resolver la «cuestión kurda» sin «afectar la integridad del territorio turco». Esta rebuscada fórmula significa que se creará en otro lugar un seudo Kurdistán para expulsar hacia él a los miembros del PKK. Hasta aquel momento, ese proyecto de limpieza étnica, que no es nuevo, sólo se había mencionado en la literatura militar israelí que describía el nuevo Estado creado en territorios pertenecientes a Siria e Irak.


El 31 de octubre de 2014, Francois Hollande acompaña a Recep Tayyip Erdogan a la entrada del Elíseo. Pero otro invitado acaba de salir discretamente por la puerta pequeña: el kurdo Salih Muslim.

El 31 de octubre de 2014, el presidente francés Francois Hollande aprovecha una visita oficial de Recep Tayyip Erdogan a París para organizar un encuentro secreto, en el palacio del Elíseo, con el copresidente de los kurdos de Siria, Salim Muslim. Traicionando a los kurdos de Turquía y a su líder histórico, Abdullah Ocalan, Salim Muslim acepta convertirse en presidente del seudo Kurdistán que debería crearse con el derrocamiento del presidente sirio democráticamente electo Bachar al-Assad.

Es el momento de la batalla de Kobane. Los kurdos de Siria defienden durante meses esa ciudad ante la embestida de las fuerzas del Emirato Islámico. La victoria de los kurdos sobre los yihadistas que atacan Kobane modifica seriamente el tablero político: para combatir seriamente a los yihadistas hay que aliarse con los kurdos. Pero los kurdos de Siria no obtuvieron la nacionalidad siria sino al inicio de la guerra, hasta entonces habían sido refugiados políticos turcos en territorio sirio, expulsados de su país durante la represión turca de los años 1980. Los Estados miembros de la OTAN consideraban entonces al PKK, principal organización de los kurdos de Turquía, como una organización terrorista. En lo adelante, los miembros de la OTAN van a establecer una diferencia entre “los malos” del PKK turco y “los buenos” del YPG sirio, a pesar de tratarse de dos organizaciones hermanas.


A raíz de la batalla de Kobane, Francois Hollande cambia de bando y establece claramente su respaldo a los kurdos recibiendo en el Elíseo una delegación del YPG, el 8 de febrero de 2015.

Sorpresivamente, el 8 de febrero de 2015, Francia renuncia a su compromiso anterior. Francois Hollande recibe en el Elíseo, ahora oficialmente, a Asya Abdullah, copresidenta de los kurdos de Siria y fiel a Ocalan, y a la comandante Nesrin Abdullah, esta última en uniforme camuflaje. Salih Muslim no participa en esa reunión.

Recep Tayyip Erdogan reacciona ordenando un atentado del Emirato Islámico contra una manifestación a favor de los kurdos, atentado perpetrado en Suruc el 20 de julio de 2015. Apoderándose de la retórica antiterrorista, Erdogan declara la guerra al Emirato Islámico y a los kurdos, pero sus fuerzas armadas atacarán solamente a los kurdos. Con ello, Erdogan pone fin al alto al fuego y reinicia la guerra civil en su propio país. A falta de un seudo Kurdistán en Siria, Erdogan provoca un éxodo de kurdos hacia Europa.

El 3 de septiembre de 2015, la publicación de la fotografía de un niño kurdo ahogado marca el inicio de una gran oleada de migrantes desde Turquía… hacia la Unión Europea, principalmente hacia Alemania. Durante las primeras semanas, los dirigentes alemanes acogen con entusiasmo el flujo masivo de nuevos trabajadores, muy necesarios para la industria pesada alemana, mientras que los medios de prensa expresan compasión por los refugiados que supuestamente huyen de la dictadura siria. El 29 de septiembre, los dirigentes franceses y alemanes incluso se apropian de la empatía hacia los migrantes para estudiar la posibilidad de subvencionar la continuación de la guerra asignando 3 000 millones de euros a Turquía –donación presentada a la opinión pública como una ayuda humanitaria para los refugiados.

A finales de septiembre de 2015, Rusia inicia su operación militar contra todos los yihadistas, independientemente de la bandera que agiten. Viendo en grave peligro su proyecto, Recep Tayyip Erdogan empuja a Salih Muslim a emprender una operación de kurdización forzosa del norte de Siria. Brigadas kurdas expulsan a los profesores árabes y asirios de las escuelas y los reemplazan con maestros kurdos. Los sirios se rebelan y recurren a los rusos. Estos últimos tratan de restablecer la calma e incluso mencionan una posible federalización ulterior de Siria. Francia brilla por su ausencia.

El 13 de noviembre, exasperada por los repetidos cambios de rumbo de Francois Hollande, Turquía utiliza a la ciudadanía francesa como rehén y ordena la realización de los atentados de París, con un saldo de 130 muertos y 413 heridos.

Escribí entonces:

«Los sucesivos gobiernos franceses han establecido alianzas con Estados cuyos valores son contrarios a los valores de la República Francesa. Los gobiernos franceses sucesivos han ido comprometiéndose progresivamente a librar guerras secretas por cuenta de esos Estados, antes de renunciar a esos compromisos. El presidente Hollande; su jefe de estado mayor particular, el general Benoit Puga; su ministro de Exteriores Laurent Fabius y su predecesor Alain Juppé, ministro bajo el mandato del ex presidente Sarkozy, son actualmente objeto de un chantaje del que sólo podrán librarse revelando en qué implicaron indebidamente al país». [1]

Aterrorizado, París regresa apresuradamente al plan Juppé de 2011. Junto a Londres, fuerza, el 20 de noviembre, la adopción de la resolución 2249 en el Consejo de Seguridad de la ONU. Bajo el pretexto de luchar contra el Emirato Islámico, el objetivo es justificar la conquista del norte de Siria para crear allí –finalmente– el seudo Kurdistán hacia donde Recep Tayyip Erdogan podrá expulsar a «sus» kurdos.

Pero Estados Unidos y Rusia retocan ligeramente el texto, de tal manera que Francia y el Reino Unido no pueden intervenir sin ser invitados por Siria –situación que recuerda de inmediato la fracasada operación colonial de 1956, cuando las tropas franco-británicas intentaron ocupar el Canal de Suez con apoyo de Israel y de Turquía, pero tuvieron que retirarse en cuanto Estados Unidos y la URSS fruncieron el ceño.

Durante los 5 meses y medio de intervención rusa en Siria, las relaciones entre Turquía y Rusia empeoraron constantemente. Tienen lugar el atentado contra el vuelo 9268 de Metrojet sobre el Sinaí, las acusaciones de Vladimir Putin en la cumbre del G20 realizada en Antalya, el derribo del Su-24 en el norte de Siria y las sanciones rusas contra Turquía, la publicación de las fotos aéreas de las caravanas de camiones cisterna llevando a través de Turquía el petróleo robado por el Emirato Islámico, etc. Después de sopesar la posibilidad de una guerra contra Turquía, Rusia decide finalmente mostrarse sutil y respaldar al PKK contra el régimen de Erdogan. Serguei Lavrov logra convencer a su interlocutor estadounidense de que hay que aprovechar la inevitable desestabilización en Turquía para organizar el derrocamiento del dictador Erdogan. Sabiéndose amenazado tanto por Rusia como por Estados Unidos, el régimen turco trata nuevamente de buscar aliados. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, viaja el 5 de marzo a Teherán y el ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, llega a Ankara el 18 de marzo. Pero la República Islámica no tiene intenciones de enemistarse con los Dos Grandes.

El 14 de marzo, Vladimir Putin anuncia la retirada de los bombarderos tácticos rusos. Parece que el proyecto de creación de un seudo Kurdistán vuelve a ser posible. Pero Washington y Moscú se adelantan a Ankara y comienzan la entrega indirecta de armamento al PKK.

Colmo de males para Ankara, ahora es la Unión Europea quien ya no quiere oír hablar de colonizar el norte de Siria. La mayoría de los Estados miembros de la UE sigue la política exterior impuesta por París desde hace 5 años, con la ya ampliamente comprobada ausencia de éxito. Como expresión de descontento, varios países, como Bélgica, han concedido asilo político a líderes kurdos de Turquía. También manifiestan su descontento durante la cumbre UE-Turquía, realizada el 17 y el 18 de marzo, donde se ven obligados a aceptar definitivamente una subvención de 3 000 millones de dólares anuales para Ankara.

Yo mismo denuncié entonces el comportamiento de las élites europeas que, cegadas por su obsesión antisiria, reproducen el error cometido en 1938. En aquella época, cegadas por su obsesión anticomunista, apoyaron al canciller Hitler cuando este anexó Austria y durante la crisis de los Sudetes (acuerdos de Munich), sin darse cuenta de que así armaban el brazo que acabaría golpeándolos [2].

Mientras se desarrollaba la cumbre UE-Turquía, o sea sin importarle las decisiones que se tomarían, el presidente Erdogan pronuncia un discurso, transmitido por televisión, en ocasión del aniversario 101 de la batalla de Canakkale («la batalla de los Dardanelos», hecho que marcó la victoria del Imperio Otomano sobre los Aliados) y en memoria de las víctimas del atentado perpetrado varios días antes en Ankara. Erdogan declara en ese discurso:

«No hay ninguna razón para que la bomba que estalló en Ankara no explote en Bruselas o en otra ciudad europea (…) Lanzo aquí un llamado a los Estados que los reciben con los brazos abiertos, que –directa o indirectamente– apoyan las organizaciones terroristas. Ustedes están alimentando una serpiente en su propia cama. Y esa serpiente que ustedes están alimentando puede morderlos en cualquier momento. Ver en sus televisores bombas que explotan en Turquía quizás no significa nada para ustedes. Pero cuando las bombas empiecen a estallar en las ciudades de ustedes, entonces entenderán ustedes lo que sentimos. Pero ya será demasiado tarde. Dejen ustedes de respaldar actividades que nunca tolerarían en su propio país, y que sólo toleran cuando son en contra de Turquía.» [3]..

Cuatro días después, ocurren los atentados de Bruselas, que dejan un saldo de 34 muertos y 260 heridos. Y, para que nadie crea en una simple coincidencia sino más bien en un acto deliberado, al día siguiente la prensa turca se regocija ante el castigo infligido a Bélgica [4].

Desde que el presidente Erdogan reanudó la guerra civil en su propio país, esa guerra ha segado más de 3 500 vidas en Turquía.


[1] «La República Francesa como rehén», por Thierry Meyssan,Red Voltaire, 17 de noviembre de 2015.

[2] «El suicidio europeo ante Turquía», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 21 de marzo de 2016.

[3] Ver un fragmento del discurso: «Amenaza de Erdogan contra la Unión Europea», por Recep Tayyip Erdogan, Red Voltaire, 25 de marzo de 2016.


[4] «Turquía reivindica el baño de sangre de Bruselas», por Savvas Kalederides, Red Voltaire, 24 de marzo de 2016.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

sábado, 26 de marzo de 2016

La Unión Jihadi Europea

Muchos políticos de la UE lloran sus mejores lágrimas de cocodrilo encima de sus trajes Zegna,  lamentando "un ataque a la Europa democrática" -un ataque, por cierto, perpetrado por ciudadanos nacidos y criados en la UE que se convirtieron al yihadismo en la guerra de terceros en Siria, en gran parte apoyada por varios miembros de la UE.


LA UNIÓN JIHADI EUROPEA


Por Pepe Escobar

Se necesitaron cuatro meses para que Salah Abdeslam -uno de los presuntos miembros del comando que atacó Paris el 13-11 –fuera capturado en Bruselas después de un tiroteo. Nunca se escapó a Siria; nunca se alejó de sus conocidas guaridas en Molenbeek.

El siguiente giro en la trama tomó sólo cuatro días -un coordinado ataque yihadista en el aeropuerto de Bruselas y en una estación del metro a sólo 500 metros de la sede de la UE.

Bajo un escenario de represalias, esto era en gran parte previsible. El canciller belga, Didier Reynders, incluso había advertido durante el fin de semana sobre la inminencia de los ataques. Más preocupante es la filtración sobre que los servicios secretos belgas -así como las agencias de inteligencia occidentales- tenían información "precisa" sobre el riesgo de un ataque en el aeropuerto y un probable ataque en el metro.

Aún más significativo, y antes de la detención de Abdeslam, no otro que el neo-otomano Sultán Erdogan, líder de un importante "aliado de la OTAN", lo había anticipado; "no hay ninguna razón por la cual la bomba que explotó en Ankara no pueda explotar en Bruselas, en cualquier otra ciudad europea". Erdogan, por supuesto, estaba estableciendo una falsa y desagradable conexión, entre los kurdos y los salafistas yihadistas, sin embargo, sonaba como si estuviera pronunciando una mezcla de profecía y amenaza.

Schengen, el muerto viviente

Europa, una vez más se ha ahogado en la misma distorsionada letanía de siempre. Dos hermanos yihadistas suicidas. Un experto fabricante de bombas del ISIS / ISIL / Daesh -que pudo haber fabricado los chalecos con explosivos utilizados en París, cargados de triperóxido de triacetona (TATP). Alguien que detonó las bombas, y que se evadió del aeropuerto dejando un testamento en su computadora portátil. Un misterioso rifle encontrado cerca de uno de los yihadistas mutilado. No se encontraron pasaportes -al menos no todavía; en cambio, una incriminadora bandera del ISIS / ISIL / Daesh.

Un tsunami de policías ha congestionado las calles de las capitales europeas para "calmar la ansiedad pública" y "actuar como un elemento disuasorio" -como si esta demostración de fuerza impondría otra cosa que no sea el miedo.

El Departamento de Estado de los EE.UU -fiel a su espectacular record de fatuidad -espetó que el ISIS / ISIL / Daesh está "bajo presión". Los diplomáticos estadounidenses también podrían haber llamado al "aliado de la OTAN", Erdogan, para quien el falso "Califato" como mínimo puede ser utilizado como un activo pre-posicionado, accionable en el tablero de ajedrez del Oriente Medio.

Muchos políticos de la UE lloran sus mejores lágrimas de cocodrilo encima de sus trajes Zegna,  lamentando "un ataque a la Europa democrática" -un ataque, por cierto, perpetrado por ciudadanos nacidos y criados en la UE que se convirtieron al yihadismo en la guerra de terceros en Siria en gran parte apoyada por varios miembros de la UE.

Los ratings del último show de la UE -la disputa salvaje sobre el "reto a la seguridad" de la Fortaleza de Europa- creció como la espuma. En más de una capital de la UE, las torres de reloj con avidez "celebraron", al unísono, la demonización de los refugiados y la decapitación del multiculturalismo.

Y el Schengen, que estaba en la modalidad de Muerto Viviente, fue tiroteado con una escopeta de cañón recortado y ahora está, sin duda, prácticamente muerto.

El fin del Schengen le puede costar a la UE tanto como $ 100 mil millones. La xenofobia y la islamofobia, por su parte -que se ofrece de forma gratuita - nunca la habían tenido tan bien.

Fuentes de Europol juran que al menos 5,000 yihadistas han entrado de manera encubierta como refugiados a la UE. Nadie pregunta; si han sido positivamente identificados, ¿cómo es que no fueron detenidos? Al menos 400 de ellos pueden estar listos para causar estragos en toda Europa.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, esquivando un caldero de desinformación, al menos, recordó el triste resultado de una política de doble estándar (de la UE), que distingue entre los "buenos" (nuestros "rebeldes moderados") y los "malvados" terroristas.

Sucede que el aeropuerto de Bruselas se encuentra a sólo un par de kilómetros de distancia de la sede de la OTAN -cuya misión es supuestamente mantener la seguridad en Europa, mientras que en realidad, en la práctica, se comporta como un Robocop desde África hasta Asia Central. Los yihadistas, en cambio, apuntaron a un aeropuerto bajo prácticamente la máxima seguridad y una estación del metro a poca distancia de Barlaymont, el cuartel general de la Comisión Europea (CE). Puede que incluso hayan planeado atacar dos plantas nucleares en Doel y Tihange.

El hecho que el ISIS / ISIL / Daesh este volando en pedazos a los ciudadanos de la UE y de muchas otras nacionalidades justo bajo las narices de la OTAN no puede sino causar asombro. Sobre todo cuando sabemos que para la OTAN y su lamentable galería de Strangeloves, Breedlove y Breedhates, el "enemigo" no es el yihadismo salafista, sino la "malvada" Rusia.

¿Qué tal la R2P para Europa?

Siempre es instructivo examinar como la Think Tanklandia estadounidense están leyendo la escena. Después de París, hubo elogios generalizados cuando Francia se declaró "en guerra", aumentó su "actividad militar" en el Medio Oriente, y aprobó una Ley Patriota Francesa que está destinada a permanecer vigente durante mucho tiempo.

Ahora, los pensadores del Exceptionalistan están abatidos, porque la UE no tiene un ejército (en realidad, si lo tiene: la OTAN) y por lo tanto "no puede reaccionar" a lo que han denominado el "11-9 Belga". Por supuesto, la OTAN puede "reaccionar"; podría marchar sobre el ISIS / ISIL / Daesh a través de "Siraq" que justamente supone R2P ("responsabilidad para proteger", en este caso, cientos de millones de civiles de la UE). Pero eso no es, y nunca fue, una prioridad.

Culpar de todo a Bélgica, como Estado fallido, es muy fácil. Eso es parte del rompecabezas, pero no el fondo de la cuestión.

Hay que esperar la inminente celebración de una cumbre por parte de los "líderes" de la UE para hacer algo, cualquier cosa, con relación al ISIS / ISIL / Daesh. Tal vez para ofrecerles -o ser degradados- por un acuerdo, como el (ilegal según el derecho internacional) recientemente acordado con el "aliado de la OTAN", Erdogan, que trata a los migrantes como una pieza ordinaria de mercancía y pisotea las innumerables barreras logísticas y legales.

Y en el momento justo, con los cuerpos en Bruselas aún sin ser sepultados, el primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, una vez más ha hecho un llamado por una zona de seguridad en -dónde más- Siria, haciendo hincapié en que la seguridad de Europa comienza con Turquía.

La crisis de los refugiados de Europa también comenzó con Turquía; fue Ankara la que los liberó en masa de sus campos de retención en primer lugar. Una pregunta legítima es si Ankara tendría las agallas para inundar a la UE de refugiados sin una luz verde de Washington; la razón, en este caso, sería la de "forzar" la entrada de Turquía en la UE -la cláusula de Erdogan que las negociaciones para el acceso deberían acelerarse- para mejorar su estatus anti-ruso.

La UE podría siempre ofrecerle al ISIS / ISIL / Daesh un pacto, "No nos bombardeas aquí en Europa, y nosotros no te bombardeamos en ‘Siraq’". Pero un momento; esta disposición (informal) ya está en pie, a través de la coalición de la OTAN y el CCG liderada por Estados Unidos.

No hay que esperar que los políticos de la UE conecten los puntos, como en la guerra encubierta de la UE en Siria -especialmente a través del suministro de armas a decenas de rebeldes "moderados" por parte de Gran Bretaña y Francia- que está generando repercusiones. En su lugar hay que esperar un tormentoso aumento de la "seguridad" sobre las botellas de agua Perrier en el aeropuerto.

Ha quedado más que establecido que hubo una "decisión deliberada" en Washington para que el ISIS / ISIL / Daesh -que nació en Camp Bacca, una prisión estadounidense en Irak- supurara y prosperara. El aeropuerto de Bruselas se encontraba en el más alto nivel de seguridad posible. Una célula salafista yihadista logró evadir una gran cacería humana por todo Bruselas durante cuatro meses.

Una operación del tipo Operación Gladio -llevada a cabo por la CIA / OTAN, al igual que en los viejos tiempos- sigue siendo una hipótesis sólida. La Operación Gladio estableció un principio duradero de la inteligencia occidental de que la matanza de inocentes por una causa superior está justificado.

Frustrar una más estrecha cooperación económica y comercial entre Rusia y Europa sigue siendo un objetivo clave del Exceptionalistan. Esto también implica una trama secundaria; los medios corporativos occidentales continuaran con sus quejas  que todos esos horribles "musulmanes" están pisoteando "nuestros valores" -mientras que en Rusia, por supuesto, cuando el terrorismo golpea, todo es culpa de Putin a causa de su mano dura en el Cáucaso Norte.

Sin embargo, en un entorno de Gladio en el siglo 21, las falsas banderas que conducen a la subversión de la democracia a través de una estrategia de la tensión ahora serviría a un propósito diferente: controlar y manipular a la opinión pública europea -a través del miedo, el terrorismo y los agentes provocadores (ISIS / ISIL / Daesh encaja ampliamente a la perfección)- con el máximo objetivo Orwelliano de mantener a Europa sometida y sujeta a los imperativos geopolíticos del Exceptionalistan.


El objetivo Orwelliano es siempre el dominio sobre una Sociedad del Miedo. Al menos todos sabemos a estas alturas que los matones del falso "Califato" nunca se molestarían en atacar a la OTAN, la autoproclamada defensora de los "valores" de Europa, ¿verdad?






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

jueves, 24 de marzo de 2016

Ilusiones progresistas devoradas por la crisis (América Latina a la hora del lumpencapitalismo)

No presenciamos la “recomposición” política-económica-militar del sistema como lo fue la reconversión keynesiana (militarizada) de los años 1940 y 1950 sino su degradación general. La mutación parasitaria del capitalismo lo convierte en un sistema de destrucción de fuerzas productivas, del medio ambiente, y de estructuras institucionales donde las viejas burguesías se van transformando en círculos de bandidos, novedoso encumbramiento planetario de lumpenburguesías centrales y periféricas.     



ILUSIONES PROGRESISTAS DEVORADAS POR LA CRISIS
(AMÉRICA LATINA A LA HORA DEL LUMPENCAPITALISMO)


Por Jorge Beinstein

La coyuntura global está marcada por una crisis deflacionaria motorizada por las grandes potencias. La caída de los precios de las commodities, cuyo aspecto más llamativo fue desde mediados del 2014 la de las cotizaciones del petróleo, descubre el desinfle de la demanda internacional mientras tanto se estanca la ola financiera, muleta estratégica del sistema durante las últimas cuatro décadas. La crisis de la financierización de la economía mundial va ingresando de manera zigzageante en un zona de  depresión, las principales economías capitalistas tradicionales crecen poco o nada[1] y China se desacelera rápidamente.  Frente a ello Occidente despliega su último recurso: el aparato de intervención militar integrando componentes armadas profesionales y mercenarias, mediáticas y mafiosas articuladas como “Guerra de Cuarta Generación” destinada a destruir sociedades periféricas para convertirlas en zonas de saqueos. Es la radicalización de un fenómeno de larga duración de decadencia sistémica donde el parasitismo financiero y militar se fue convirtiendo en el centro hegemónico de Occidente.

No presenciamos la “recomposición” política-económica-militar del sistema como lo fue la reconversión keynesiana (militarizada) de los años 1940 y 1950 sino su degradación general. La mutación parasitaria del capitalismo lo convierte en un sistema de destrucción de fuerzas productivas, del medio ambiente, y de estructuras institucionales donde las viejas burguesías se van transformando en círculos de bandidos, novedoso encumbramiento planetario de lumpenburguesías centrales y periféricas.     

La declinación del progresismo

Inmersa en este mundo se despliega la coyuntura latinoamericana donde convergen dos hechos notables: la declinación de las experiencias progresistas y la prolongada degradación del neoliberalismo que las precedió y las acompaño desde países que no entraron en esa corriente de la que ahora ese neoliberalismo degradado aparece como el sucesor.

Los progresismos latinoamericanos se instalaron sobre la base de los desgastes y en ciertos casos de las crisis de los regímenes neoliberales y cuando llegaron al gobierno los buenos precios internacionales de las materias primas sumados a políticas de expansión de los mercado internos les permitieron recomponer la gobernabilidad.

El ascenso progresista se apoyó en dos impotencias; la de la derechas que no podían asegurar la gobernabilidad, colapsadas en algunos casos (Bolivia en 2005, Argentina en 2001-2002, Ecuador en 2006, Venezuela en 1998) o sumamente deterioradas en otros (Brasil, Uruguay, Paraguay) y la impotencia de las bases populares que derrocaron gobiernos, desgastaron regímenes pero que incluso en los procesos más radicalizados no pudieron imponer revoluciones, transformaciones que fueran más allá de la reproducción de las estructuras de dominación existentes.

En los casos de Bolivia y Venezuela los discursos revolucionarios acompañaron prácticas reformistas plagadas de contradicciones, se anunciaban grandes transformaciones pero las iniciativas se embrollaban en infinitas idas y venidas, amagos, desaceleraciones “realistas” y otras astucias que expresaban el temor profundo a saltar las vallas del capitalismo. Ello no solo posibilitó la recomposición de las derechas sino también la proliferación a nivel estatal de podredumbres de todo tipo, grandes corrupciones y pequeñas corruptelas.

Venezuela aparece como el caso más evidente de mezcla de discursos revolucionarios, desorden operativo, transformaciones a medio camino y autobloqueos ideológicos conservadores. No se consiguió encaminar la transición revolucionaria proclamada (más bien todo lo contrario) aunque si se logró caotizar el funcionamiento de un capitalismo estigmatizado pero de pié, obviamente los Estados Unidos promueven y aprovechan esa situación para avanzar en su estrategia de reconquista del país. El resultado es una recesión cada vez más grave, una inflación descontrolada, importaciones fraudulentas masivas que agravan la escasez de productos y la evasión de divisas que marcan a una economía en crisis aguda [2].

En Brasil el zigzagueo entre un neolioberalismo “social” y un keynesianismo light casi irreconocible fue reduciendo el espacio de poder de un progresismo que desbordaba fanfarronería “realista” (incluida su astuta aceptación de la hegemonía de los grupos económicos dominantes). La dependencia de las exportaciones de commodities y el sometimiento a un sistema financiero local transnacionalizado terminaron por bloquear la expansión económica, finalmente la combinación de la caída de los precios internacionales de las materias primas y la exacerbación del pillaje financiero precipitaron una recesión que fue generando una crisis política sobre la que empezaron a cabalgar los promotores de un “golpe blando” ejecutado por la derecha local y monitoreado por los Estados Unidos.

En Argentina el “golpe blando” se produjo protegido por una máscara electoral forjada por una manipulación mediática desmesurada, el progresismo kirchnerista en su última etapa había conseguido evitar la recesión aunque con un crecimiento económico anémico sostenido por un fomento del mercado interno respetuoso del poder económico. También fue respetada la mafia judicial que junto a la mafia mediática lo acosaron hasta desplazarlo políticamente en medio de una ola de histeria reaccionaria de las clases altas y del grueso de las clases medias.

En Bolivia Evo Morales sufrió su primera derrota política significativa en el referendum sobre reelección presidencial, su llegada al gobierno marcó el ascenso de las bases sociales sumergidas por el viejo sistema racista colonial. Pero la mezcla híbrida de proclamas antiimperialistas, postcapitalistas e indigenistas con la persistencia del modelo minero-extractivista de deterioro ambiental y de comunidades rurales y del burocratismo estatal generador de corrupción y autoritarismo terminaron por diluir el discurso del “socialismo comunitario”. Quedó así abierto el espacio para la recomposición de las elites económicas y la movilización revanchista de las clases altas y su séquito de clases medias penetrando en un vasto abanico social desconcertado.          

Ahora las derechas latinoamericanas van ocupando las posiciones perdidas y consolidan las preservadas , pero ya no son aquellas viejas camarillas neoliberales optimistas de los años 1990, han ido mutando a través de un complejo proceso económico, social y cultural que las ha convertido en componentes de lumpenburguesías nihilistas embarcadas en la ola global del capitalismo parasitario.

Grupos industriales o de agrobusiness fueron combinando sus inversiones tradicionales con otras más rentables pero también más volátiles: aventuras especulativas, negocios ilegales de todo tipo (desde el narco hasta operaciones inmobiliarias opacas pasando  por fraudes comerciales y fiscales y otros emprendimientos turbios) convergiendo con “inversiones” saqueadoras provenientes del exterior como la megaminería o las rapiñas financieras.

Dicha mutación tiene lejanos antecedentes locales y globales, variantes nacionales y dinámicas específicas, pero todas tienden hacia una configuración basada en el predominio de elites económicas sesgadas por la “cultura financiera-depredadora” (cortoplacismo, desarraigo territorial, eliminación de fronteras entre legalidad e ilegalidad,   manipulación de redes de negocios con una visión más próxima al videojuego que a la gestión productiva y otras características propias del globalismo mafioso) que disponen del  control mediático como instrumento esencial de dominación rodeándose de satélites políticos, judiciales, síndicales, policiales-militares, etc.     

¿Restauraciones conservadoras o instauraciones de neofascismos coloniales?

Por lo general el progresismo califica a sus derrotas o amenazas de derrotas como victorias o peligros de regreso del pasado neoliberal, también suele utilizarse el término “restauración conservadora”, pero ocurre que esos fenómenos son sumamente innovadores, tienen muy poco de “conservadores”. Cuando evaluamos a personajes como Aecio Neves, Maurico Macri o Henrique Capriles no encontramos a jefes autoritarios de elites oligárquicas estables sino a personajes completamente inescrupulosos, sumamente ignorantes de las tradiciones burguesas de sus países (incluso en ciertos casos con miradas despreciativas hacia las mismas), aparecen  como una suerte de mafiosos entre primitivos y posmodernos encabezando políticamente a grupos de negocios cuya norma principal es la de no respetar ninguna norma (en la medida de lo posible).

Otro aspecto importante de la coyuntura es el de la irrupción de movilizaciones ultra-reaccionarias de gran dimensión donde las clases medias ocupan un lugar central. Los gobiernos progresistas suponían que la bonanza económica facilitaría la captura política de esos sectores sociales pero ocurrió lo contrario: las capas medias se derechizaban mientras ascendían económicamente, miraban con desprecio a los de abajo y asumían como propios los delirios neofascistas de los de arriba. El fenómeno sincroniza con tendencias neofascistas ascendentes en Occidente, desde Ucrania hasta los Estados Unidos pasando por Alemania, Francia, Hungría, etc., expresión cultural del neoliberalismo decadente, pesimista, de un capitalismo nihilista ingresando en su etapa de reproducción ampliada negativa donde el apartheid aparece como la tabla de salvación.

Pero este neofascismo latinoamericano incluye también la reaparición de viejas raíces racistas y segregacionistas que habían quedado tapadas por las crisis de gobernabilidad de los gobiernos neoliberales, la irrupción de protestas populares y las primaveras progresistas. Sobrevivieron a la tempestad y en varios casos resurgieron incluso antes  del comienzo de la declinación del progresismo como en Argentina el egoísmo social de la época de Menem o el gorilismo racista anterior, en Bolivia el desprecio al indio y en casi todos los casos recuperando restos del anticomunismo de la época de la Guerra Fría.  Supervivencias del pasado, latencias siniestras ahora mezcladas con las nuevas modas.

Una observación importante es que el fenómeno asume características de tipo “contrarrevolucionario”, apuntando hacia una política de tierra arrasada, de extirpación  del enemigo progresista, es lo que se ve actualmente en Argentina o lo que promete la derecha en Venezuela o Brasil, la blandura del contrincante, sus miedos y vacilaciones excitan la ferocidad reaccionaria. Refiriéndose a la victoria del fascismo en Italia Ignazio Silone la definía como una contrarrevolución que había operado de manera preventiva contra una amenaza revolucionaria inexistente[3]. Esa no existencia real de amenaza o de proceso revolucionario en marcha, de avalancha popular contra estructuras decisivas del sistema desmoronándose o quebradas, envalentona (otorga sensación de impunidad) a las elites y su base social.

La marea contrarrevolucionaria es uno de los resultados posibles de la descomposición del sistema imponiendo de manera exitosa en algunos casos del pasado proyectos de recomposición elitista, en el caso latinoamericano expresa descomposición capitalista sin recomposición a la vista.

Si el progresismo fue la superación fracasada del fracaso neoliberal, este neofascismo subdesarrollado exacerba ambos fracasos inaugurando una era de duración incierta de contracción económica y desintegración social. Basta ver lo ocurrido en Argentina con la llegada de Macri a la presidencia: en unas pocas semanas el país pasó de un crecimiento débil a una recesión que se va agravando rápidamente producto de un gigantesco pillaje, no es difícil imaginar lo que puede ocurrir en Brasil o en Venezuela que ya están en recesión si la derecha conquista el poder político.  

La caída de los precios de las commodities y su creciente volatilidad, que la prolongación de la crisis global seguramente agravará, han sido causas importantes del fracaso progresista y aparecen como bloqueos irreversibles de los proyectos de reconversión elitista-exportadora medianamente estables. Las victorias derechistas tienden a instaurar economías funcionando a baja intensidad, con mercados internos contraídos e inestables, eso significa que la supervivencia de esos sistemas de poder dependerá de factores que las mafias gobernantes pretenderán controlar. En primer término el descontento de la mayor parte de la población aplicando dosis variables de represión, legal e ilegal, embrutecimiento mediático, corrupción de dirigentes y degradación moral de las clases bajas. Se trata de instrumentos que la propia crisis y la combatividad popular pueden inutilizar, en ese caso el fantasma de la revuelta social puede convertirse en amenaza real.

La estrategia imperial

Los Estados Unidos desarrollan una estrategia de reconquista de América Latina aplicándola de manera sistemática y flexible. El golpe blando en Honduras fue el puntapié inicial al que le siguió el golpe en Paraguay y un conjunto de acciones desestabilizadoras, algunas muy agresivas, de variado éxito que fueron avanzando al ritmo de las urgencias imperiales y del desgaste de los gobiernos progresistas. En varios casos las agresiones más o menos abiertas o intensas se combinaron con buenos modales que intentaban vencer sin violencias militar o económica o sumando dosis menores de las mismas con operaciones domesticadoras. Donde no funcionaba eficazmente la agresión empezó a ser practicado el ablande moral, se implementaron paquetes persuasivos de configuración variable combinando penetración, cooptación, presión, premios y otras formas retorcidas de ataque psicológico-político.

El resultado de ese despliegue complejo es una situación paradojal: mientras los Estados Unidos retroceden a nivel global en términos económicos y geopolíticos, van reconquistando paso a paso su patrio trasero latinoamericano. La caída de Argentina ha sido para el Imperio una victoria de gran importancia trabajada durante mucho tiempo a lo que es necesario agregar tres maniobras decisivas de su juego regional:  el sometimiento de Brasil, el fin del gobierno chavista en Venezuela y la rendición negociada de la insurgencia colombiana. Cada uno de estos objetivos tiene un significado especial:

La victoria imperialista en Brasil cambiaría dramáticamente el escenario regional y produciría un impacto negativo de gran envergadura al bloque BRICS afectando a sus dos enemigos estratégicos globales: China y Rusia. La victoria en Venezuela no solo le otorgaría el control del 20 % de las reservas petrolíferas del planeta (la mayor reserva mundial) sino que tendría un efecto dominó sobre otros gobiernos de la región como los de Bolivia, Ecuador y Nicaragua y perjudicaría a Cuba sobre la que los Estados Unidos están desplegando una suerte de abrazo de oso.

Finalmente la extinción de la insurgencia colombiana además de despejar el principal obstáculo al saqueo de ese país le dejaría las manos libres a sus fuerzas armadas para eventuales intervenciones en Venezuela. Desde el punto de vista estratégico regional el fin de la guerrilla colombiana sacaría del escenario a una poderosa fuerza combatiente que podría llegar a operar como un mega-multiplicador de insurgencias en una región en crisis donde la generalización de gobiernos mafioso-derechistas agravará la descomposición de sus sociedades. Se trata tal vez de la mayor amenaza estratégica a la dominación imperial, de un enorme peligro revolucionario continental, es precisamente esa dimensión latinoamericana del tema lo que ocultan los medios de comunicación dominantes.

Decadencia sistémica y perspectivas populares

Más allá de la curiosa paradoja de un imperio decadente reconquistando su retaguardia territorial, desde el punto de vista de la coyuntura global, de la decadencia sistémica del capitalismo, la generalización de gobiernos pro-norteamericanos en América Latina puede ser interpretada superficialmente como una gran victoria geopolitica de los Estados Unidos aunque si profundizamos el análisis e introducimos por ejemplo el tema  del  agravamiento de la crisis impulsada por esos gobiernos tenderíamos a interpretar al fenómeno como expresión específica regional de la decadencia del sistema global.

El alejamiento del estorbo progresista puede llegar a generar problemas mayores a la dominación imperial, si bien las inclusiones sociales y los cambios económicos realizados por el progresismo fueron insuficientes, embrollados, estuvieron impregnados de limitaciones burguesas y si su autonomía en materia de política internacional tuvo una audacia restringida; lo cierto es que su recorrido ha dejado huellas, experiencias sociales , dignificaciones (suprimidas por la derecha) que serán muy difícil extirpar y que en consecuencia pueden llegar a convertirse en aportes significativos a futuros (y no tan lejanos) desbordes populares radicalizados.

La ilusión progresista de humanización del sistema, de realización de reformas “sensatas” dentro de los marcos institucionales existentes, puede pasar de la decepción inicial a una reflexión social profunda, crítica de la institucionalidad mafiosa, de la opresión mediática y de los grupos de negocios parasitarios. Ello incluye a la farsa democrática que los legitima. En ese caso la molestia progresista podría convertirse tarde o temprano en huracán revolucionario no porque el progresismo como tal evolucione hacia la radicalidad anti-sistema sino porque emergería una cultura popular superadora, desarrollada en la pelea contra regímenes condenados a degradarse cada vez más.

En ese sentido podríamos entender uno de los significados de la revolución cubana, que luego se extendió como ola anticapitalista en América Latina, como superación crítica de los reformismos nacionalistas democratizantes fracasados (como el varguismo en Brasil, el nacionalismo revolucionario en Bolivia, el primer peronismo en  Argentina o el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala). La memoria popular no puede ser extirpada, puede llegar a hundirse en una suerte de clandestinidad cultural, en una latencia subterránea digerida  misteriosamente, pensada por los de abajo, subestimada por los de arriba, para reaparecer como presente, cuando las circunstancias lo requieran, renovada, implacable.


[1] Si consideramos el último lustro (2010-2014) el crecimiento promedio real de la economía de Japón ha sido del orden del 1,5 %, la de Estados Unidos 2,2 % y la de Alemania 2 % (Fuente: Banco Mundial).

[2] Un buen ejemplo es el de la “importación” de fármacos donde empresas multinacionales como Pfizer, Merck y P&G hacen fabulosos negocios ilegales ante un gobierno “socialista” que les suministra dólares a precios preferenciales. Con un juego de sobrefacturaciones, sobreprecios e importaciones inexistentes las empresas farmaceuticas habían importado en 2003 unas 222 mil toneladas de productos por los que pagaron 434 millones de dólares (unos 2 mil dólares por tonelada), en 2010 las importaciones bajaron a 56 mil toneladas y se pagaron 3410 millones de dólares (60 mil dólares la tonelada) y en 2014 las importaciones descendieron aún más a 28 mil toneladas y se pagaron 2400 millones de dólares (un poco menos de 87 mil dólares la tonelada). Como bien lo señala Manuel Sutherland de cuyo estudio extraigo esa información: “lejos de plantearse la creación de una gran empresa estatal de producción de fármacos, el gobierno prefiere darles divisas preferenciales a importadores fraudulentos, o confiar en burócratas que realizan importaciones bajo la mayor opacidad”. Manuel Sutherland, “2016: La peor de las crisis económicas, causas, medidas y crónica de una ruina anunciada”, CIFO, Caracas 2016.


[3]    Ignazio Silone, “L'École des dictateurs”, Collection Du monde entier, Gallimard, París 1964.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

martes, 22 de marzo de 2016

Rusia se retira de Siria: Una primera evaluación de su desempeño en el campo de batalla

El despliegue de una fuerza expedicionaria de tamaño considerable por mar y aire, una campaña aérea en la que docenas de jets bombardean objetivos durante todo el día por varios meses, envía un mensaje claro: el poderío militar de Rusia es insuperable en el mundo contemporáneo.


RUSIA SE RETIRA DE SIRIA: UNA PRIMERA EVALUACIÓN
DE SU DESEMPEÑO EN EL CAMPO DE BATALLA


Por Alex Gorka

Con la misión cumplida y la mayoría de los aviones rusos retornando a sus bases en Rusia, ha llegado el momento para que los expertos militares evalúen la eficacia y la experiencia de la operación rusa en Siria.

El ejército ha demostrado la capacidad para utilizar «una amplia variedad de diferentes armas, como bombas de racimo, bombas termobáricas, bombas tontas, cohetes, misiles de crucero, bombas guiadas por satélite y bombas con guías electro-ópticas, esto disipa la idea de que la Fuerza Aérea de Rusia está limitada al uso de municiones básicas », dijo Ben Moores, analista de HIS Jane’s.

Es cierto que la lista de nuevas armas y municiones utilizadas es larga, pero la capacidad única de los aviones rusos para golpear objetivos con gran precisión, salta a la vista. Igualmente hay que señalar que no todos los aviones eran nuevos (como los SU-34 de última generación). El Su-24 entró en servicio a principios de los años 1970. Los SU-25 fueron desplegados por primera vez en 1981. Estos relativamente antiguos aparatos fueron los que cargaron con el peso del trabajo en Siria y lo hicieron bien.

La precisión de los ataques fue impresionante incluso por la noche y bajo condiciones de mal tiempo, mostrándose eficaces contra el Estado Islámico y la infraestructura de otros grupos extremistas incluyendo, las posiciones de combate, puestos de mando, centros de producción de explosivos y de artefactos explosivos improvisados, grandes almacenes, convoyes con armas y municiones, campos de entrenamiento, puentes y otros objetivos. También es importante tener en cuenta que los aviones rusos volaban a más de 5,000 metros por encima del suelo para poder quedar fuera del alcance de los sistemas portátiles de defensa antiaérea (MANPADS).

Que fue lo que hizo que funcionaran de forma eficaz?
Los aviones rusos utilizan el «subsistema de computación especial» SVP-24 para realizar sus ataques de precisión guiada. El sistema es completamente nuevo. De acuerdo con Alexander Panin, el director general de la compañía Gefest que produce el kit de orientación, el sistema todavía estaba en periodo de pruebas en julio de 2015 para ser instalado en los aviones de combate TU-22M, 24M y SU-SU-25.

El subsistema utiliza el sistema de navegación por satélite GLONASS (el equivalente ruso del GPS de EE.UU.) para comparar constantemente la posición de la aeronave y el objetivo. Mide los parámetros ambientales (presión, humedad, velocidad del viento, la velocidad del avión, ángulo de ataque, etc.) y recibe información de enlaces de datos (otros aviones, aviones de alerta temprana, las estaciones en tierra, etc.) para calcular un «rango» (velocidad, altitud, curso) en el cual una bomba de gravedad se descarga automáticamente en el momento preciso. Como resultado, las «bombas de hierro» golpean con la misma precisión que las nuevas municiones guiadas. Incluso si el GLONASS fuera obstruido, los innumerables sensores permitirían al ordenador dar una solución para la localización del objetivo.

Lo único que hay que hacer antes de pulsar el botón es introducir las coordenadas exactas del objetivo en el SVP-24. El método de guiado dispara y olvida (fire-and-forget guidance) permite al piloto concentrarse en la detección de amenazas y objetivos. Las condiciones del tiempo o momento del día no juegan ningún papel.

El SVP-24 está montado en un aeroplano (no una bomba) para ser utilizado una y otra vez. En teoría, el SVP-24 se puede instalar en prácticamente cualquier aeronave de ala giratoria o fija. En los tiempos de la Guerra Fría se acumularon grandes cantidades de bombas no guiadas, o «tontas». El suministro es infinito lo que hace que su uso en combinación con el SVP-24 sea una solución barata.

El costo es extremadamente importante. La necesidad de su uso masivo durante las operaciones aéreas, puesto de manifiesto por las recientes campañas occidentales en Afganistán, Libia e Irak, es con mucho lo que impulsa el gasto militar. El desarrollo de la SVP-24 le ha permitido a Rusia reducir grandemente los costos de su operación militar. El desarrollo de los sofisticados sistemas de focalización le ha permitido a las fuerzas aeroespaciales rusas eliminar objetivos con la máxima precisión, usando un enorme arsenal de municiones, con un costo ínfimo en comparación con las bombas guiadas. Eso es lo que permitió al presidente ruso Vladimir Putin, hacer hincapié en que la operación en Siria «no será una carga considerable en el presupuesto».

«Mientras la OTAN, especialmente los Estados Unidos, está haciendo inversiones monumentales en armas de precisión guiadas y un sistema de vigilancia total, Rusia está utilizando su experiencia técnica para reducir al mínimo los costos», escribió en un artículo la publicación austriaca Contra Magazin.

La publicación cita al importante general de la OTAN, Hans-Lothar Domröse, quien dijo que gracias a la modernización continua, las Fuerzas Armadas rusas han adquirido una ventaja clara que ha asombrado a los países occidentales por la gran precisión de los ataques aéreos rusos.

El éxito del sistema SVP-24 en la campaña aérea en Siria muestra que el renovado ejército ruso difiere crucialmente de lo que era hace tan sólo algunos años. Es capaz de proyectar rápidamente su poderío lejos de las fronteras de Rusia a través del amplio uso de armas de precisión para mostrar los últimos avances tecnológicos logrados a un costo aceptable.


El despliegue de una fuerza expedicionaria de tamaño considerable por mar y aire, una campaña aérea en la que docenas de jets bombardean objetivos durante todo el día por varios meses, envía un mensaje claro: el poderío militar de Rusia es insuperable en el mundo contemporáneo.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

sábado, 19 de marzo de 2016

La retirada parcial de la fuerza militar rusa de Siria

Habiendo logrado sus objetivos y evitando involucrarse indefinidamente en el conflicto interno sirio, algo que sus enemigos imperialistas deseaban con vehemencia, Rusia ha tomado la decisión de retirarse parcialmente. Esto significa que Rusia continuará apoyando al gobierno sirio de Al Assad en su lucha contra las bandas de terroristas -como efectivamente está sucediendo en Palmira- que están fuera de todo el proceso de negociaciones que se está desarrollando en Ginebra, que precisamente era uno de los objetivos principales de su intervención en Siria.


LA RETIRADA PARCIAL DE LA
FUERZA MILITAR RUSA DE SIRIA



El anuncio del presidente de Rusia, Vladimir Putin, dado a conocer el 14 de marzo en el sentido de que había ordenado el retiro de una parte sustancial de la fuerza militar que Rusia ha tenido estacionada en Siria desde septiembre del 2015, con el objetivo de ayudar al gobierno sirio a contener la embestida del terrorismo yihadista, tomó por sorpresa a todo el mundo, incluyendo a Washington -al menos eso es lo que se dice oficialmente- que no esperaban una maniobra de este tipo de parte del presidente Putin. Aunque el retiro de las fuerzas militares rusas es parcial, ya que según el mismo presidente ruso una parte del contingente militar seguirá operando en la base naval del puerto de Tartus y en la base aérea de Khmeinmin para supervisar el mantenimiento del acuerdo del cese al fuego, la naturaleza de la movida de Putin tiene a toda la prensa atlantista atareada especulando sobre las reales motivaciones detrás de esa sorpresiva acción del presidente Putin, sobre todo cuando se efectúa en momentos en que el ejército sirio y sus aliados con el apoyo de la aviación rusa se encuentran a punto de obtener una gran victoria sobre las bandas de terroristas que operan en varias regiones de la República Árabe Siria. A lo anterior se suma la denuncia hecha por Rusia sobre los preparativos de Turquia para invadir Siria. Como es posible, argumentan, que en estas condiciones Rusia anuncie su retirada.

Al comunicar su decisión en una reunión con el ministro de Defensa, Shoigu y el ministro de Exteriores, Sergey Lavrov, el presidente Putin dijo: “Considero que los objetivos estipulados al Ministerio de Defensa han sido en general logrados. Por este motivo ordeno empezar con el retiro de la parte principal de nuestro contingente militar del territorio de la Republica Arabe Siria a partir  de mañana (martes 15 de marzo). Posteriormente explico que, “en un corto periodo de tiempo Rusia ha creado un pequeño pero efectivo grupo militar en Siria. El trabajo efectivo de nuestras fuerzas militares ha permitido el inicio de un proceso de paz”. Luego añadió, “las tropas del gobierno ruso y las fuerzas patrióticas [de Siria] han modificado la situación en el combate contra el terrorismo internacional y han cesado la iniciativa”.

Desde el inicio de la intervención militar de Rusia en Siria, Putin dejo en claro cuáles serían los objetivos de esa operación militar. El 11 de octubre en entrevista con el canal de TV Rusia 1, el presidente Putin declaró lo siguiente: “Nuestro objetivo es la estabilización del legítimo gobierno y crear las condiciones para que se logre un compromiso político”.

Ahora veamos parte de lo que Putin dijo recientemente en una reunión en el Kremlin donde se llevó a cabo una ceremonia de condecoración del personal militar por su participación en la operación militar en la Republica Árabe Siria:

“De plena conformidad con el derecho internacional, a petición del gobierno legítimo y del presidente del país, tomamos la decisión de lanzar nuestra operación militar. Desde el principio, fuimos muy claros a cerca de sus objetivos: apoyar al ejército sirio en su lucha legítima contra los grupos terroristas. Nuestras acciones también fueron programadas para el periodo de ataques intensivos contra los terroristas. Muy claramente enfatizamos que no teníamos la intención de involucrarnos en un conflicto interno. Únicamente a los sirios corresponde buscar una solución final y decidir el futuro de su país.

El objetivo principal de nuestra operación fue el terrorismo. La lucha contra el terrorismo internacional es una causa justa y honorable. Esta es una lucha contra los enemigos de la civilización, contra los que traen consigo la barbarie y la violencia, renegando los grandes valores espirituales, humanitarios sobre los que descansa el mundo.

Me gustaría reiterar que el objetivo principal de nuestras acciones en Siria era detener el mal global del terrorismo y no dejar que se extendiera a Rusia. Y nuestro país ha demostrado su liderazgo indiscutible, la determinación y la responsabilidad.

En cuanto a los resultados que hemos logrado. Sus acciones y los intensos esfuerzos en los combates revirtieron la situación. No permitimos que creciera este tumor terrorista, destruimos los escondites de los bandidos y depósitos de municiones y se bloquearon las rutas de contrabando de petróleo que constituía la principal fuente de financiación de los terroristas.

Hemos realizad una enorme trabajo para apoyar a las autoridades legítimas de Siria –de esto es lo que he hablado al dirigirme a las Naciones Unidas en el 70 aniversario de la organización. Hemos fortalecido sus fuerzas armadas, que ahora son capaces no sólo de repeler a los terroristas, sino también de llevar a cabo operaciones de asalto en contra de ellos. El ejército sirio ha ganado la iniciativa estratégica y continua limpiando el terreno de terroristas.

Lo más importante es que hemos creado las condiciones para el inicio de un proceso de pacificación. Hemos logrado establecer una cooperación positiva y constructiva con los Estados Unidos de América y una serie de otros países, así como con las fuerzas políticas consientes dentro de Siria que realmente desean detener la guerra y encontrar la única y posible solución política al conflicto. Fueron ustedes, los soldados rusos que abrieron el camino a la paz”.

El presidente Putin no puede ser más contundente es sus declaraciones, los objetivos de la operación militar en Siria se cumplieron dentro del marco de tiempo establecido de antemano (un poco más del periodo de tiempo de 3 a 4 meses establecido por el gobierno ruso al inicio de la intervención). Con la ayuda de Rusia, el gobierno de Al Assad se ha fortalecido y el ejército sirio mejor organizado y capacitado se encuentra a la ofensiva recuperando territorio que anteriormente era ocupado por la bandas de yihadistas. Gran parte de la infraestructura militar y económica de los grupos terroristas ha sido severamente golpeada por la aviación rusa reduciendo significativamente su capacidad militar. La amenaza del terrorismo a la seguridad nacional de Rusia ha sido contenida. Pero lo más significativo; ha creado las condiciones para un cese al fuego y un posterior arreglo político entre todas las facciones involucradas para poner fin a la guerra que ha desangrado a Siria.

Habiendo logrado esos objetivos y evitando involucrarse indefinidamente en el conflicto interno sirio, algo que sus enemigos imperialistas deseaban con vehemencia, Rusia ha tomado la decisión de retirarse parcialmente. Esto significa que Rusia continuará apoyando al gobierno sirio de Al Assad en su lucha contra las bandas de terroristas -como efectivamente está sucediendo en Palmira- que están fuera de todo el proceso de negociaciones que se está desarrollando en Ginebra. Lo anterior es importante considerarlo, ya que echa por tierra todas las infundadas especulaciones tejidas por la prensa pro-imperialista, entre ellas, que la retirada de las fuerzas militares rusas se ha producido como una forma de presionar al gobierno de Al Assad para que desista en su intransigencia y se ponga a negociar sin ningún tipo de precondiciones la paz en Siria.

Si previo a la retirada rusa de Siria se había llegado, como se presume en algunos medios, a un acuerdo -la partición de Siria- entre el gobierno de Obama y el presidente Putin para encontrarle una solución al conflicto sirio, es claro que Putin ha cumplido con su parte y ahora el balón está en el terreno de Obama que tendrá que manifestar sin ambigüedades que realmente está comprometido con la paz en Siria. En este sentido, lo dicho por Obama en una larga entrevista publicada por la revista The Atlantic, unos pocos días antes del anuncio de Putin, da para especular que el presidente Obama podría ir por esa dirección. De acuerdo a lo que publica The Atlantic, Obama estaría en un proceso de rebalance o de abandono de la política que tradicionalmente ha caracterizado a los EE.UU con relación al Oriente Medio, misma que Obama identifica con la respuesta militar -que viene del establishment de la política exterior de Washigton- a cada situación que se presente en una región que él considera ya no es de gran importancia para los intereses de los EE.UU y, aun si lo fuera, sería muy poco lo que un presidente estadounidense podría hacer para hacerla un mejor lugar. En esa entrevista, Obama, aparte de reconocer el papel constructivo del presidente Putin en Siria, no esconde su hartazgo con Arabia Saudita y Turquía por considerar que sus actuaciones, apoyando el terrorismo, han servido para agravar la conflictividad en el Oriente Medio.

Si las declaraciones de Obama (más las conversaciones secretas entre Henry Kissinger y Putin) tienen alguna aplicación práctica en la resolución del conflicto en Siria, entonces estamos hablando que Obama ya habría tomado la decisión de frenar la belicosidad y los planes destructivos de sus dos principales socios, Arabia Saudita y Turquía, con el fin de cumplir con lo que se presume sería un acuerdo entre Obama y Putin que involucraría no solamente a Siria, sino también a Ucrania. Sobre esto último y de acuerdo a The Atlantic, Obama maneja una teoría muy simple, Ucrania es fundamental para los intereses de Rusia, no así para los EE.UU, por consiguiente, en palabras de Obama, “Rusia estará siempre en condiciones de ejercer su dominio allí, no importa lo que hagamos”.

¿Se logrará la paz en Siria? ¿Existe en realidad un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos?


Estas son interrogantes que solo con el paso de los días se lograran dilucidar. Mientras tanto, lo que ahora es evidente es que Rusia, dando muestras de su poderío militar en tan corto tiempo se ha posicionado, estableciendo hechos ineludibles en el terreno, como un poder militar el que Estados Unidos se ve obligado a reconocer y aceptar como una potente realidad de la geopolítica en el conflictivo Oriente Medio. La retirad rusa de Siria es solamente parcial, permanece vigilante y presta a actuar cuando las circunstancias lo demanden, como en Palmira y la reciente destrucción de un convoy de terroristas provenientes de Turquía.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.