lunes, 30 de mayo de 2016

El G7, cumbre de la hipocresía occidental

Las reuniones del G7, que fueron en su origen simples conversaciones informales entre líderes mundiales, pretendieron transformarse en gobierno mundial, antes de naufragar y acabar convirtiéndose en un ejercicio de comunicación. La cumbre de Ise-Shima pasó revista a los principales problemas del mundo y definió el lenguaje a emplear para cada uno de ellos.

EL G7, CUMBRE DE LA
HIPOCRESÍA OCCIDENTAL


Por Thierry Meyssan

La primera reunión du G5, en Rambouillet (1975).

El G7 acaba de reunirse en Ise-Shima (Japón). Durante las demás cumbres recibimos en pleno rostro una constante avalancha de información, pero esta casi no tuvo cobertura de la prensa internacional… porque este encuentro ha cambiado profundamente de objetivo.

En 1974, en medio del primer shock petrolero, los ministros de Finanzas de 5 países (Alemania Federal, Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) se reunieron, sin agenda definida, en la biblioteca de la Casa Blanca, sólo para intercambiar puntos de vista. Aquello se llamó el «Library Group».

Siguiendo aquel esquema, los dos sobrevivientes de aquel grupo –Valery Giscard d’Estaing, que se había convertido en presidente de la República Francesa, y Helmut Schmidt, convertido a su vez en canciller de Alemania Federal– tomaron la iniciativa de invitar a los jefes de Estado y de gobierno de los mismos países, más Italia, a reunirse, en 1976, en el castillo de Rambouillet para un intercambio de puntos de vista sobre los grandes temas del momento. En aquella época, las cumbres internacionales eran poco frecuentes y extremadamente formales. El G6 se distinguía por su ausencia de protocolo, su carácter simple, relajado y amistoso, su atmósfera de club privado. Las conversaciones se desarrollaban directamente en inglés, sin traductores. La reunion se había anunciado en el último momento. No había agenda ni periodistas.

En 1977, se invitó también al primer ministro de Canadá, convirtiéndose así el encuentro en un G7, y a partir de 1978 se agregó a la lista de invitados el presidente de la Comisión Europea. En 1994, el presidente ruso también fue invitado, antes de ser oficialmente integrado al grupo (G8) en 1997. Los occidentales estaban convencidos de que, después del derrumbe de la URSS, Rusia estaba uniéndose a ellos y que, juntos, iban a crear un mundo unipolar y dominarlo. Era la epoca en que se constituía una clase dirigente transnacional de una ambición ilimitada, que creía ser capaz de barrer el derecho internacional y suplantar el Consejo de Seguridad de la ONU para gobernar el mundo sin someterse al control de nadie.

En 2000, el G8 respaldó la proposición de Paul Wolfowitz y del Banco Mundial para anular la deuda de los países más pobres. Sólo ponían una pequeñísima condición: esos países tenían que liberalizar totalmente sus economías… para que las transnacionales pudiesen saquearlos sin restricciones. Sólo 9 de los 62 países propuestos aceptaron aquella estafa. La posición del G8 provocó el surgimiento de un movimiento mundial antiglobalización. Una persona murió durante la represión desatada contra las manifestaciones en ocasión de la siguiente cumbre, en Nápoles (2001). Se decidió entonces que, en lo adelante, aquellas cumbres se harían fuera de las grandes ciudades, bajo una importante protección policial y militar. Así podrían sus participantes tramar lo que quisieran al abrigo de las miradas.

Pero las cosas comenzaron a ir mal en 2013. Vladimir Putin había regresado al Kremlin y los occidentales acababan de reactivar la guerra contra Siria, a pesar de los compromisos contraídos por Kofi Annan y confirmados en el Comunicado de Ginebra. La cumbre de Lough Erne se convirtió en un enfrentamiento de 7 contra 1. El tema previsto era la lucha contra los paraísos fiscales pero la discusion se desvió por completo hacia el regreso occidental a la guerra contra Siria. Al año siguiente (2014), después del golpe de Estado en Kiev, la división de Ucrania y el regreso de Crimea a la Federación Rusa, Alemania estimó que la confianza entre los miembros del G8 había desaparecido y que la cumbre no podía realizarse bajo el formato habitual. Los occidentales decidieron entonces anular su participación en la cumbre programada para Sochi y se reunieron sin Rusia en La Haya (Holanda). El G8 menos 1 regresaba al formato del G7.

Hace 42 años, la cumbre concluía con una breve declaración que enumeraba los temas económicos abordados y subrayaba la cohesión del bloque occidental. Rápidamente, los comunicados fueron haciéndose más largos, para tranquilizar a los inversionistas internacionales mostrándoles que aquella reunión secreta no tomaba ninguna decisión importante. Al comenzar la participación de Rusia y la cobertura del encuentro por grandes cantidades de periodistas, se agregó una declaración política tendiente a mostrar que el mundo se unificaba alrededor de Washington. Después comenzaron a publicarse largas disertaciones sobre el estado del mundo y la buena voluntad de los poderosos en sus esfuerzos por mejorarlo. Pero nunca, absolutamente jamás, se tomó ninguna decisión en el marco del G8. Lo máximo que llegó a hacer ese grupo fue anunciar algunos compromisos, que luego fueron rápidamente olvidados –como la erradicación del hambre en el mundo–, o promulgar alguna Carta que sus miembros violaron también rápidamente –como la de las Fuentes Abiertas, por ejemplo.


A partir de 2001, el G8, que se presenta como un gobierno mundial paralelo en la ONU, se convierte en realidad en una reunión mundial de concertación sin “apuestas”. En esta foto, cuya publicación se prohíbe en varios países, se ve al entonces presidente Dmitri Medvedev borracho en la cumbre de 2011.

¿En qué se ha convertido el G7?

Dos de los 9 miembros del G7 están representados dos veces. Estados Unidos puede contar con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien se vio obligado a renunciar a su cargo de primer ministro de Luxemburgo cuando se reveló que había sido miembro del Gladio (el ejército secreto de la OTAN). Alemania, por su parte, se apoya en el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, cuya familia está vinculada a la de la canciller Angela Merkel desde el inicio de la guerra fría.

El G7 es ahora un simple encuentro de “reformateo”. Estados Unidos y Alemania indican los elementos del discurso que sus vasallos van a tener que adoptar. Miles de periodistas asisten a lo que se ha convertido en una especie de misa. En definitiva, lo que se hizo en la cumbre de Ise-Shima fue publicar una larga declaración económico-política y 6 documentos anexos que reflejan el lenguaje de las élites estadounidenses. Todo es perfecto, al menos en apariencia porque después de una lectura detallada –así lo veremos a continuación– el resultado resulta escandaloso.

En la introducción de su declaración, los miembros del G7 subrayan sus valores comunes, siendo los 4 principales:

- la libertad,

- la democracia,

- el estado de derecho,

- el respeto de los derechos humanos.

Luego afirman ser capaces de garantizar

- la paz,

- la seguridad,

- y la prosperidad del mundo.

Para terminar, señalan lo que ellos fijan como su prioridad:

- el crecimiento económico global.

Hasta un niño puede ver fácilmente que esas «personas mayores», cuando afirman que su prioridad es el crecimiento económico global, se burlan de los ideales objetivos que dicen defender.


 Los 9 miembros del G7.

La declaración final del G7

Me limitaré aquí a estudiar los fragmentos de la declaración vinculados a la política internacional vista desde la perspectiva de esas 9 personas, que aspiran a ser las más poderosas del mundo [1]. Es un catálogo de las 18 principales mentiras occidentales del momento. Pero ofrece una excelente ocasión para pasar revista a los principales temas de conflicto.

- La «lucha contra el terrorismo y el extremismo violento» [2].

Esto se ha convertido en una “verdad indiscutible” en las cumbres internacionales, donde siempre se afirma que el terrorismo es resultado del extremismo violento. Supuestamente no es más que la maduración de problemas sicológicos individuales en contextos políticos no resueltos. Para ellos no es una estrategia militar, ningún Estado lo utiliza y su financiamiento vendría únicamente de donaciones privadas y diferentes tipos de tráfico. Esa es la teoría que defiende, desde diciembre de 2015, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien se unió al G7 para dar la impresión de que existe un consenso mundial, [3]: el único enemigo es la «radicalización». Esta formulación permite a los mismos que organizan el terrorismo combatir a la vez cualquier forma de oposición, usando como pretexto la prevención del terrorismo.

Como venimos explicando constantemente desde 2001 en la Red Voltaire, al menos 8 de los 9 miembros del G7 están directamente implicados en el apoyo a al-Qaeda y al Emirato Islámico (Daesh) en Irak, en Siria y en Libia. Sólo el Canadá de Justin Trudeau parece no estar ya implicado en esta guerra secreta.

- «Las migraciones y la crisis de los refugiados»
(no la crisis de los refugiados y migrantes).

Es importante notar la diferencia semántica que establece el G7 entre el flujo de las migraciones y la crisis de las personas refugiadas. Los migrantes se desplazan porque quieren. No son considerados personas sino “un flujo”, al contrario de los refugiados, que se desplazan por necesidad y tienen derecho a una protección internacional.

Pero la realidad es que hay muy pocos verdaderos refugiados. La gran mayoría de los sirios que han huido de su país no quisieron defenderlo de los yihadistas porque creyeron que la República iba a caer derrocada por la OTAN. Otros huyeron de los combates pensando regresar después de la victoria de los yihadistas y la construcción de un verdadero Estado islámico. Pero el hecho es que el derecho internacional no reconoce el estatus de refugiados a quienes se niegan a tomar las armas en defensa de su patria atacada desde el extranjero, ni a quienes esperan una victoria sin tener que participar en la lucha.

No cabe duda de que el fenómeno de huida de los sirios fue estimulado por los Estados que agreden la República Árabe Siria y que ahora esperan vencerla vaciándola de sus habitantes. Y todos los miembros del G7 han participado en ese plan.

- Siria

El G7 condena con la mayor firmeza las violaciones del cese de hostilidades por el «régimen sirio». Pero no dice absolutamente nada ni sobre las violaciones cometidas antes por los grupos armados, ni tampoco –y esto es lo más importante– sobre las violaciones que él mismo cometió primero. Me refiero, por ejemplo, a la entrega de 2 000 toneladas de armamento y municiones por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, verificada por la revista Jane’s. Armamento y municiones de las que al menos la mitad fue entregada a al-Qaeda y al Emirato Islámico, grupos terroristas que el G7 dice combatir unas líneas antes [4].

El G7 condena igualmente «el régimen» (fórmula peyorativa utilizada para designar un Estado miembro de la ONU cuando se quiere subrayar que el objetivo de guerra del G7 es imponerle un «cambio de régimen») por haber bloqueado el acceso humanitario internacional. Pero los casos que cita la ONU corresponden a momentos en que la ONU misma no respetó las fechas y trayectos previamente pactados con el gobierno sirio. Por lo demas, el G7 no condena a los grupos armados por haber bloqueado el acceso a varias localidades, anuncia que utilizará lo que reprocha indebidamente al «régimen» para autorizar el Programa Alimentario Mundial a lanzar ayuda en paracaídas en las zonas bajo control de los yihadistas. Pero el Programa Alimentario Mundial no dispone de medios para realizar ese tipo de operación, así que ponerla en manos de la US Air Force… que no se limita al lanzamiento de víveres y medicamentos sino que incluye en los cargamentos armas y municiones. El carácter humanitario de ese tipo de operaciones es sólo aparente ya que los víveres lanzados en paracaídas sobre las zonas bajo control de los yihadistas son inmediatamente confiscados por los grupos armados, que los revenden a elevadísimos precios a las poblaciones bajo su yugo, o los exportan hacia Turquía, como se ha comprobado recientemente.

Finalmente, el G7 menciona la cuestión de las armas químicas, sin apuntar a ninguno de los bandos, lo cual quiere decir que siempre podrá utilizar esa acusación contra cualquiera de las partes, incluyendo los grupos armados y Turquía. Se trata de un medio de chantaje contra el imprevisible presidente turco Erdogan.

- Irak

El G7 apoya «la unidad, la soberanía y la integridad territorial» de ese país. Felicita al gobierno iraquí por su lucha contra el Emirato Islámico y anuncia que ya está apoyando los esfuerzos de Bagdad por ayudar a las poblaciones de las zonas liberadas. Pero, dado el hecho que no felicita al «régimen» sirio por sus victorias frente al Emirato Islámico, tenemos que deducir que –contrariamente a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU– el principal objetivo del G7 no es la lucha contra el terrorismo.

Los miembros del G7 anuncian que están gastando actualmente más de 3 600 millones de dólares para ayudar a las autoridades iraquíes, incluyendo a las de los kurdos. Y con ello contradicen lo que habían escrito sólo unas líneas antes. En efecto, aunque dice respaldar la unidad de Irak, el G7 está entregando armas directamente a una provincia –el Kurdistán iraquí–, a la que además estimula a dejar de obedecer al poder central.

- Irán

Con la mayor sangre fría, el G7 se felicita por el acuerdo 5+1 concluido con Irán hace un año. Ese acuerdo estipulaba el levantamiento de las sanciones estadounidenses, europeas e internacionales, lo cual debía permitir que Irán recuperara sus 150 000 millones de dólares, actualmente bloqueados en bancos de todo el mundo. Sin embargo, aunque algunos pequeños países han desbloqueado los fondos iraníes que se habían visto obligados a congelar –en el caso de Suiza, por ejemplo, fueron 12 millones de dólares–, Irán sigue sin haber podido tocar ni un centavo de todos sus fondos bloqueados en Estados Unidos y en la Unión Europea. Peor aún, cuando, oficialmente, Estados Unidos acababa de simular que había descongelado 450 millones de dólares, un juez estadounidense «independiente» inmediatamente incautó esa suma bajo el pretexto de pagar compensaciones a las víctimas de los atentados del 11 de Septiembre, acciones que Estados Unidos nunca imputó a Irán en los últimos 15 años. La posición que los 9 miembros del G7 adoptaron al respecto es una respuesta a la queja que presentó Irán ante el Consejo de Seguridad de la ONU, con el respaldo del Movimiento de Países No Alineados [5].

El G7 prosigue condenando las investigaciones iraníes en materia de misiles, que supuestamente violan la resolución 2231. Pero esa resolución no aborda ese tema. Durante el debate en el Consejo de Seguridad, la embajadora estadounidense Samatha Power afirmó que Irán no sólo tendría que aceptar la resolución sino aplicar también otras reglas internacionales en materia de misiles balísticos [6]. Pero Estados Unidos sabe que no puede vincular los misiles balísticos con el tema nuclear. Por cierto, desde que se firmó el acuerdo 5+1, Estados Unidos no ha presentado ninguna queja contra Irán.

- La República Popular Democrática de Corea

El G7 condena las investigaciones nucleares del país que designa como «Corea del Norte», subrayando así que Estados Unidos está en guerra con ese país desde 1950. De hecho, puede apoyarse en varias resoluciones del Consejo de Seguridad. Pero, dada la ausencia de tratado de paz y ante el precedente de los 10 años de presiones contra Irán –país que ni siquiera tenía programa nuclear de carácter militar– no es sorprendente que Pyongyang se niegue a aceptar.

- «Ucrania/Rusia»

El G7 reafirma la obligación de respetar «la soberanía, la integridad territorial y la independencia» de Ucrania. Y luego condena la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia. Esto es un ejemplo más de la hipocresía occidental ya que fueron los miembros del G7 los organizadores del golpe de Estado en Kiev y, por ende, los violadores de la soberanía y de la independencia de Ucrania. Los ciudadanos que rechazaban el golpe trataron primero de oponerse. Rápidamente se dieron cuenta de que la población se dividía geográficamente entre pro-atlantistas y pro-rusos. Las zonas pro-rusas, Crimea, Donbass y Lugansk proclamaron cada una su independencia, pero Crimea fue la única que actuó con suficiente rapidez para gestionar su regreso a la Federación Rusa.

Obsérvese, por otro lado, la frase que critica la corrupción del gobierno ucraniano, síntoma de que los miembros del G7 se sienten bastante incómodos con su nuevo aliado.

- Libia

El G7 aporta su respaldo al gobierno que preside Fayez al-Sarraj –única autoridad que hoy cuenta con el reconocimiento de la ONU– para pacificar el país, permitir la explotación de su petróleo y luchar contra el Emirato Islámico.

Al no disponer ya de un jefe que cuente con suficiente legitimidad, Libia se ha dividido en tribus. El gobierno de al-Sarraj fue constituido por la ONU durante los Acuerdos de Skhirat (en abril de 2015). Pero nunca llegó a ser investido por la Cámara de Representantes que la OTAN había creado después del asesinato de Muammar el-Kadhafi. Así que ese gobierno no es más legítimo que los demás, aunque sí es mucho más obediente. En todo caso, los miembros del G7 anuncian que apoyan el levantamiento del embargo sobre las entregas de armas únicamente a favor de ese gobierno, lo cual debe permitirle masacrar a sus adversarios o reactivar la guerra civil.

- Afganistán

Los miembros del G7 apoyan todo «proceso de paz realizado por los afganos», lo cual resulta como mínimo sorprendente 15 años después de la invasión anglo-estadounidense y de los acuerdos de Bonn impuestos por los vencedores. Se felicitan de la participación de Afganistán en la cumbre de la OTAN, prevista para julio próximo en Varsovia, lo cual dice mucho sobre el tal proceso de paz «realizado por los afganos» y sobre la voluntad occidental de seguir cercando a Rusia.

- «Proceso de paz en Medio Oriente»

Con esa formulación, el G7 reconoce que el conflicto israelo-palestino es, en realidad, un conflicto israelo-árabe. Teniendo en cuenta las malas relaciones con el actual primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, el G7 respalda la iniciativa francesa de organizar une conferencia internacional… sin israelíes, ni palestinos; como única manera de hacer progresar la «solución de los dos Estados».

- Yemen

Avanzando con precaución, el G7 afirma que para restaurar la paz en Yemen hay que retomar la transición política. Esa formulación indirecta significa que el G7 apoya al presidente de transición expulsado por las protestas populares, Abd Rabbo Mansur Hadi, respaldado a fondo por Arabia Saudita e Israel.

- África

Después de abordado detalladamente los casos de los países anteriormente mencionados, el G7 no se molesta en prestar la misma atención a Burkina Faso, Burundi, Mali, Nigeria, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Somalia y Sudán del Sur, y a otros países –que ni siquiera menciona– de la cuenca del Chad, del Sahel y del Cuerno Africano. Sólo les dedica, a todos juntos, un único párrafo donde se enumera toda una serie de problemas y se les invita a fortalecer las organizaciones intergubernamentales para que los resuelvan. El Pentágono sigue sin digerir el hecho que los africanos no hayan acogido con los brazos abiertos la creacion del AfriCom.

Esta párrafo fue redactado en presencia del presidente chadiano Idriss Deby, invitado al margen de la cumbre. La sacrosanta regla estadounidense según la cual ningún jefe de Estado debe ejercer más de 2 mandatos consecutivos no se aplica al caso de Chad. El señor Deby, en el poder desde hace más de 25 años consecutivos, está acusado de numerosos crímenes, tanto en su país como en Darfur, pero es el mejor aliado para un despliegue militar en el continente negro.

- Venezuela

El G7 quiere en ese país un diálogo tanto entre el gobierno y los ciudadanos como entre el gobierno y el parlamento. Esta fórmula sugiere hábilmente que el gobierno es un régimen autoritario cuestionado simultáneamente por su pueblo y por los partidos políticos.

En realidad, después de haber fracasado en la organización de los motines (la «Guarimba») en 2014 [7] y en la realización de un golpe de Estado en enero de 2015 [8], Washington decretó que Venezuela es «una amenaza contra [su] seguridad nacional» [9] y fabricó después un expediente para acusar a uno de los principales líderes bolivarianos, Diosdado Cabello, de ser un traficante de drogas [10]. A pesar de toda la cortesía que desplegó al encontrarse con su homólogo venezolano, el presidente Obama renovó su decreto en 2016. Y, el 25 de febrero de este mismo año, el SouthCom (tristemente célebre en Latinoamérica como “Comando Sur”) y las Fuerzas Especiales de Estados Unidos redactaban un plan de desestabilización que acabó siendo revelado [11]. Su objetivo es sembrar el caos en Venezuela, como ya se ha hecho en la región del Levante.

- Seguridad marítima

El G7, que se presenta como garante de la seguridad marítima a pesar de que sus miembros organizaron la piratería en el Cuerno Africano en 2009-2010 [12], critica los reclamos de Pekín en el Mar de China y para ello invoca el derecho marítimo, a pesar de que el problema no reside ahí.

Los reclamos de Pekín son históricamente legítimos y no incomodaban a nadie… hasta que se produjo el descubrimiento de yacimientos de petróleo. Las islas Spratly y las islas Paracelso fueron consideradas chinas hasta el siglo XVIII. Pero, como no estaban habitadas, el emperador nunca envió representantes a esas tierras. De hecho, hoy pueden reclamarlas tanto Taipéi como Pekín, según cómo se interprete la descolonización. Y, claro está, las ex potencias coloniales no interpretan los acontecimientos de la misma manera que el pueblo chino, que las expulsó de su país.

- No proliferación nuclear y desarme

Por supuesto, el G7 es favorable a la no proliferación nuclear y al desarme ya que su discurso siempre es pacífico, aunque sus acciones tengan un carácter imperialista.

En este sector, la hipocresía de Occidente toma cuerpo en el propio Barack Obama, quien recibió el premio Nobel de la Paz sólo por haber anunciado que quería acabar con las armas nucleares. Pero, ya en el poder, ese mismo Barack Obama lo que hizo fue, al contrario, modernizar y extender el arsenal nuclear de Estados Unidos. Justo después de la cumbre, el presidente de Estados Unidos fue a Hiroshima, donde incluso pronunció un discurso. Y, por supuesto, no presentó excusas al pueblo japonés –él no es responsable de la decisión de uno de sus predecesores– pero tampoco respondió a la interrogante sobre la legitimidad del bombardeo atómico, lo cual no deja lugar a dudas en cuanto lo que piensa en el fondo.

El G7 finge además ignorar que, el año pasado, la familia reinante en Arabia Saudita logró conseguir la bomba atómica y que ya ha utilizado 2 bombas atómicas tácticas en Yemen [13]. Ese sí es un peligro muy real, mucho más grave que el que pudieran representar los ensayos nucleares norcoreanos. Además, el hecho que la familia Saud hayan podido adquirir comprar esa tecnología a título privado y no a nombre de su Estado, Arabia Saudita, abre otra brecha en el Tratado de No Proliferación.

- Reforma de la ONU y operaciones de paz

Conforme a lo políticamente correcto, el G7 se muestra favorable a una evolución de la Organización de Naciones Unidas. Y aprovecha para reafirma su apoyo a las decisiones de la Cumbre sobre las Operaciones de Paz que el presidente Obama presidió en la ONU.

El problema es que el principio mismo de las operaciones de preservación de la paz contradice la Carta de la ONU. Los fundadores de la Organización de Naciones Unidas habían previsto misiones de observación para verificar la aplicación de acuerdos de paz. Pero sólo eran posibles y útiles si existía un acuerdo previo entre las partes en conflicto. Actualmente, por el contrario, el Consejo de Seguridad impone a las partes su propia solución, o sea se pone del lado de una de esas partes y despliega una fuerza armada para imponer su decisión. Esto es simplemente disfrazar de derecho internacional lo que en realidad es una práctica colonial.

- Derechos humanos

Este corto párrafo del G7 ilustra perfectamente el fondo de mi demostración. ¿Quién se opondría a los derechos humanos? Nadie. Sin embargo, el texto del G7 presenta el respeto de esos derechos como «una asociación entre los Estados y las sociedades civiles». Y con ello retoma la definición británica de esos derechos y la de Emmanuel Kant para la sociedad civil.

Según el G7, los derechos humanos constituyen una protección para los individuos ante la razón de Estado. Todo individuo debe poder recurrir a la justicia contra los abusos que estima estar sufriendo. La «sociedad civil», o sea los actores políticos –en otros tiempos eran los plebeyos– que no participan en la vida de los partidos políticos deben por tanto poder representar a los ciudadanos en contra del Estado. Esta jerigonza es la negación misma de la Revolución Francesa, de la Revolución Rusa, de la Revolución Cubana y de la Revolución Iraní, que consideraron todas que el primer Derecho del Hombre no es el derecho a protegerse del Poder sino el derecho a cuestionar la legitimidad del Poder. El G7 confirma así que la nueva clase dirigente internacional no piensa dejarse derrocar.

- Seguridad nuclear

En esta parte, el G7 establece una diferencia entre la seguridad de las técnicas (safety) y la seguridad política de las instalaciones (security). Llama a los accionistas de las transnacionales interesadas a respetar la convención internacional que rige sus actividades y se felicita por la cumbre organizada por la Casa Blanca sobre la prevención del robo de armas nucleares por parte de los grupos terroristas.

Al separar el tema de las armas atómicas que pudieran poseer los terroristas de la cuestión de la no proliferación, el G7 muestra claramente que no persigue seriamente ninguno de los dos objetivos. La no proliferación es únicamente la prohibición que se impone a las potencias no nucleares para que no puedan unirse al club de potencias nucleares. La cumbre de la Casa Blanca era un pretexto para que el Pentágono pueda «ayudar» a cada Estado… y así controlarlos mejor.

El futuro del G7

La historia del G7 refleja la evolución misma de las relaciones internacionales. Durante la guerra fría era un club de jefes de Estado y de gobierno que se reunían discretamente para aprender a trabajar juntos. Después del derrumbe de la Unión Soviética, se convirtió en una cumbre de los mandamases del mundo, que pretendían regentearlo pasando por encima de la ONU. Paradójicamente, el actual desmoronamiento del G7 no se debe a una causa política –la rebelión de Rusia– sino a una diferencia sociológica: los líderes rusos pertenecen a la misma categoría que los que antiguamente estaban en el poder en Occidente, no tienen nada en común con la nueva clase dirigente que se reúne en Davos.


[1] “G7 Ise-Shima Leaders’ Declaration”, Voltaire Network, 26 de mayo de 2016.

[2] “G7 Action Plan on Countering Terrorism and Violent Extremism”, Voltaire Network, 27 de mayo de 2016.

[3] «Plan d’action pour la prévention de l’extrémisme violent», por Ban Ki-Moon, Réseau Voltaire, 24 de diciembre de 2015.

[4] «Estados Unidos viola el cese de hostilidades en Siria y arma a al-Qaeda», Red Voltaire, 25 de abril de 2016. «¿Quién arma a los yihadistas durante el cese de hostilidades en Siria?», por Thierry Meyssan, Televisión Nacional Siria, Red Voltaire, 1º de mayo de 2016.

[5] «Queja de Irán al Consejo de Seguridad», Red Voltaire, 6 de mayo de 2016.

[6] «Resolución 2231 y debates (Tema nuclear iraní)», Red Voltaire, 20 de julio de 2015.

[7] «Estados Unidos contra Venezuela: la guerra fría se calienta», por Nil Nikandrov, Strategic Culture Foundation (Rusia), Red Voltaire, 12 de marzo de 2014. «Las “guarimbas” de Venezuela: derecha embozada», por Martín Esparza Flores, Contralínea (México), Red Voltaire , 28 de abril de 2014.

[8] «Falla el putsch de Obama en Venezuela», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 23 de febrero de 2015.

[9] “Decreto Ejecutivo- Bloqueo de Propiedades y Suspensión de Entrada a Personas que Contribuyen a la Situación en Venezuela”, por Barack Obama, Red Voltaire, 9 de marzo de 2015.

[10] «Washington fabrica un expediente contra Caracas», Red Voltaire, 21 de mayo de 2015.

[11] «Operación Venezuela Freedom-2», Red Voltaire , 22 de mayo de 2016.

[12] «Piratas, corsarios y filibusteros del siglo XXI», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia) , Red Voltaire, 1º de julio de 2010.


[13] «Alerta roja nuclear», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 25 de febrero de 2016. «Arabia Saudita tiene la bomba atómica», por Giulietto Chiesa, Red Voltaire, 2 de marzo de 2016. «¡El Medio Oriente está nuclearizado!» y «La bomba atómica saudita (video)», por Thierry Meyssan, Televisión Nacional Siria, Red Voltaire, 7 de marzo de 2016 y 8 de abril de 2016.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

viernes, 27 de mayo de 2016

Siria... líneas de demarcación similares a la guerra civil del Líbano en la década de los 80

De acuerdo con una fuente dentro de los encargados de la toma de decisiones en Siria, "el objetivo es crear en Siria el tipo de líneas demarcatorias similares a las de la guerra civil del Líbano durante los años 80, que perduraran durante varios años. Inevitablemente, tendrán lugar los habituales combates esporádicos a lo largo de estas líneas, y la situación podría incluso deteriorarse por algún tiempo. Sin embargo, el principio del fin de la guerra en Siria se desarrollará según lo planeado.


SIRIA... LÍNEAS DE DEMARCACIÓN SIMILARES
A LA GUERRA CIVIL DEL LÍBANO EN LA DÉCADA DE LOS 80


Por Elijah Magnier                             Middle East Politics

La solución militar se ha agotado, lo que queda es una dispersa lucha interna.

La batalla contra ISIS continúa a la espera de Deir Ezzour; Rusia va a participar en ella.

Los EE.UU y Rusia están tratando de congelar la guerra en Siria para dirigir el aparato militar contra el autoproclamado "Estado islámico" (ISIS) y Jabhat al-Nusra, franquicia de Al Qaeda en Siria. De acuerdo a una fuente dentro de los encargados de la toma de decisiones en Siria, "el secretario de Estado, John Kerry, le dijo a su homólogo ruso, Sergey Lavrov, que los EE.UU tiene el objetivo de poner fin a la guerra en Siria, es decir, congelar la situación en todos los frentes hasta que una solución política razonable pueda ser acordada por todos los actores involucrados en la guerra en Siria”.

"Estados Unidos aconsejó a los rusos evitar ahogarse en el pantano sirio como fue el caso de las fuerzas terrestres en Irak tras la invasión de 2003. Los países de la región -Arabia Saudita, Qatar y Turquía- están dispuestos a seguir suministrando armas y financiamiento sin fin a los rebeldes y nosotros (los EE.UU.) no permitiremos que los rebeldes sean derrotados, asegurando que la oposición resista cualquier asalto por parte del régimen sirio y sus aliados por un largo período. El alto el fuego obligaría a todos a arribar a la mesa de negociaciones y debilitando al EIIL y conteniendo a sus militantes dentro de un área geográfica definida".

De acuerdo con la fuente, "el objetivo es crear en Siria el tipo de líneas demarcatorias similares a las de la guerra civil del Líbano durante los años 80, que perduraran durante varios años. Inevitablemente, tendrán lugar los habituales combates esporádicos a lo largo de estas líneas, y la situación podría incluso deteriorarse por algún tiempo. Sin embargo, el principio del fin de la guerra en Siria se desarrollará según lo planeado. La solución política no tendrá ganadores y perdedores, pero será una solución que ni va a satisfacer ni tampoco provocar a uno y otro lado. Los estadounidenses se encargaran de contener a los partidarios regionales de la oposición siria y Rusia hará uso de su influencia sobre sus aliados liderados por Damasco. Tal acuerdo se supone debe durar por lo menos hasta el final de la administración de Obama".

Sin duda, un acuerdo de este tipo provocará riñas entre los aliados. Por ejemplo, en Ghouta, más de 500 combatientes rebeldes murieron debido a los enfrentamientos entre Jaish Al-Islam y Faylaq Al-Rahman, que es apoyado por Jaabhat Al-Nusra (Al-Qaeda en Siria), Ajnad Al-Sham y el ejército Fustat (sin la participación de Ahrar al Sham). Ghouta está dividida en dos partes, oriental y occidental, donde hermanos en armas luchan entre sí, de forma similar a lo que ocurría en el Líbano durante la guerra civil entre el movimiento "Amal" y los palestinos, o entre "Amal" y el partido socialista progresista druso, o entre los palestinos y "Al-Murabetoon". Por lo tanto, el objetivo es congelar la lucha contra Damasco el tiempo suficiente para que las facciones rebeldes se maten entre sí. La población está armada y, inevitablemente, la lucha interna es una reacción natural entre los señores de la guerra para imponer su control sobre los grupos más débiles.

La nueva situación en Siria ha llevado al grupo libanés Hezbolá a reposicionar sus fuerzas y retirar un número importante de militantes de las líneas de demarcación establecidas -y decidir no ser parte del acuerdo político EE.UU-Rusia. La decisión fue tomada en el más alto nivel de los mandos en Líbano, ordenando a Hezbolá regresar a las principales ciudades ya que todas las ofensivas militares habían sido puestas en hielo. Hezbolá tendrá un papel militar defensivo, protegerá a las ciudades ya controladas, pero también tomará parte en la ejecución de tácticas relámpago en "territorio del enemigo". Dado que Damasco aceptó unirse al proceso político, por el momento, Hezbolá no irá en contra del acuerdo ruso-estadounidense.

Sin embargo, dos problemas persisten: ISIS y Jabhat al-Nusra. En cuanto a Al-Nusra, en Siria, los países regionales con intermediarios sirios sobre el terreno creen que el alto el fuego es suficiente para invertir la situación en contra de al-Nusra si su desvinculación con la central de Al Qaeda no se lleva acabo. Los estadounidenses creen que la sociedad siria y las diversas facciones rebeldes se volverán contra al-Nusra.

En lo que se refiere a ISIS, es probable que Obama no esté en condiciones de derrotarlo antes del final de su mandato, que se cumple en siete meses, pero esperando en su lugar degradarlo y reducir significativamente sus fuerzas. ISIS es la fuerza más débil en Siria y Damasco tiene la intención de moverse hacia el campo de al-Shaeer al oeste de Siria y romper el cerco alrededor de Deir-Ezzour. No hay ninguna intención de enviar al Ejército sirio y sus aliados hacia al-Raqqa debido a que la liberación de esta ciudad del norte en poder del ISIS será un esfuerzo colectivo.


Una nueva fase en la guerra de Siria ha comenzado donde la mayoría de las fuerzas se dirigen hacia la distensión de los combates entre los beligerantes (a excepción de al-Qaeda y el ISIS), dejando el escenario libre para los señores de la guerra, aunque el pueblo sirio no ha pronunciado su última palabra.






Publicado por La Cunadel Sol
USA.

martes, 24 de mayo de 2016

Hacia el fin de las negociaciones de Ginebra

Washington y Moscú han logrado mantener su acuerdo sobre Siria luego de que John Kerry garantizara a su homólogo ruso que la entrega de armas del Pentágono al Emirato Islámico y al-Qaeda, en abril, fue resultado de un viejo programa que ha sido cancelado. Nos dirigimos ahora hacia el fin de las negociaciones de Ginebra y la reanudación de las discusiones intersirias sin los pro-sauditas y con la incorporación de los kurdos.


HACIA EL FIN DE LAS 
NEGOCIACIONES DE GINEBRA


Por Thierry Meyssan

Reunión del Grupo Internacional de apoyo a Siria, en Viena, el 17 de mayo de 2016.

Sigue siendo confusa la implicación estadounidense en Siria. A pesar de que John Kerry había negociado un cese de hostilidades y de que Rusia había retirado sus bombarderos, Turquía –país miembro de la OTAN– prosiguió sus acciones de respaldo al Emirato Islámico (Daesh).

El 8 de marzo, Rusia presentaba al Consejo de Seguridad de la ONU un informe que acusaba a Ankara de controlar el tráfico de antigüedades en beneficio del Emirato Islámico [1]. El 18 de marzo, Rusia presentaba un nuevo informe que acusaba al gobierno turco de entregar armamento y municiones al Emirato Islámico [2]. En ambos casos, Turquía «refutaba totalmente» las acusaciones y acusaba a Rusia de organizar una maniobra para «desviar la atención de la comunidad internacional de las bajas civiles, el caos y la destrucción considerables causadas por el régimen sirio y las operaciones militares rusas en Siria». Pero el estado mayor ruso persistía, revelando que Ankara acababa de permitir la entrada de 9 000 yihadistas más en territorio sirio. En aquel momento se podía pensar que Turquía estaba actuando por cuenta propia, sin informar a Estados Unidos.

Pero el 7 de abril, el Departamento de Estado entregaba 2 000 toneladas de armas a los «grupos armados moderados». De esas 2 000 toneladas de armamento entregado por Estados Unidos, 500 toneladas fueron transferidas de inmediato al Frente al-Nusra (al-Qaeda) y otras 500 toneladas fueron redistribuidas al Emirato Islámico [3].

En todo caso, el apoyo de Turquía al Emirato Islámico parece haber disminuido bruscamente durante los últimos días.

Parece que, fuera de las miradas públicas, Moscú protestó airadamente y con tanta fuerza que, el 9 de mayo, John Kerry y Serguei Lavrov publicaban una declaración común [4], donde exhortan a «todos los Estados a que apliquen la resolución 2253 (2015) del Consejo de Seguridad impidiendo que se preste apoyo material o financiero de ningún tipo al Estado Islámico en Irak y el Levante (Daesh) y al Frente al-Nusra, o a cualquiera de los demás grupos designados como organizaciones terroristas por el Consejo de Seguridad, y a que impidan los intentos de esos grupos por cruzar la frontera con Siria».

Se había acordado principalmente que Washington fijaba a sus aliados una fecha límite, principios de julio, para alcanzar un acuerdo negociado en Ginebra. Más allá de esa fecha, Washington retiraría todas sus fuerzas armadas, mientras que Rusia desplegaría el portaviones Almirante Kutznesov frente a la costa de Siria para retomar, a menor escala, su campaña de bombardeos contra las organizaciones terroristas (ahora rearmadas) [5].

A pesar de lo anterior, no todo estaba definitivamente aclarado. En la ONU, rusos y estadounidenses se enfrentaron durante un violento incidente relacionado con los grupos yihadistas que se identifican como Yesh al-Islam (Ejército del Islam) y Ahrar al-Sham (Movimiento Islámico de los Hombres Libres del Levante). Moscú quería inscribirlos en la lista de «organizaciones terroristas», mientras que Washington quiere seguir considerándolos como «grupo armados moderados».

El Ejército del Islam o Yesh al-Islam es una formación pagada por Arabia Saudita y dirigida por miembros del SAS (Special Air Service, fuerzas especiales británicas). Bajo la dirección de Zahran Aluche, ese grupo armado sembró el terror en las afueras de Damasco y amenazó la capital siria durante 3 años. Su jefe, ardiente partidario de Osama ben Laden, se caracterizó por su crueldad, ordenando la decapitación de numerosos habitantes y utilizando a otros, encerrados en jaulas, como escudos humanos. Finalmente, las bombas de alto poder de penetración de la aviación rusa destruyeron el bunker subterráneo construido para proteger el estado mayor de Yesh al-Islam, causando la muerte de su jefe. Después de un periodo de indecisión, Issam el-Buaydani, uno de los 17 colaboradores cercanos a Aluche, lo reemplazó temporalmente. Pero fue rápidamente apartado para favorecer a un religioso wahabita, el jeque Abu Abdarrahman Kaaké. Este último favoreció la nominación de Mohamed Aluche, un primo de Zahran Aluche, para dirigir la delegación de la oposición pro-saudita a las negociaciones de paz inter-sirias de Ginebra. Mohamed Aluche se había dado a conocer lanzando desde los techos a sirios acusados de ser homosexuales –vale la pena recordar que la República Árabe Siria es el único Estado árabe que respeta la vida privada y que no penaliza a los homosexuales.

El otro grupo armado supuestamente moderado, el que se identifica como Ahrar al-Sham (Movimiento Islámico de los Hombres Libres del Levante) también responde a las órdenes de oficiales británicos. Al igual que el ya mencionado Yesh al-Islam, la propaganda de Ahrar al-Sham está en manos de InCoStrat [6]. El «ministro de Relaciones Exteriores» de Ahrar al-Sham, Labib al-Nahhas, viaja libremente por los países occidentales. En realidad, este individuo es británico… y miembro del MI6. El año pasado publicó una tribuna libre en el Washington Post [7] y viajó secretamente a Nueva York en diciembre de 2015 para presentar su informe directamente al estadounidense Jeffrey Feltman.

El 17 de mayo, el Grupo Internacional de Apoyo a Siria se reunía en Viena. En su declaración final [8], este Grupo cuestiona la continuación, por el Ejército Árabe Sirio, de la estrategia consistente en cercar poblados controlados por los yihadistas de «la oposición moderada». Pero lo más importante es que el Grupo valida nuevamente el conjunto de decisiones ruso-estadounidenses adoptadas durante los últimos meses, que consisten en:

- crear un mecanismo de transición común entre el gobierno sirio y todo el abanico de la oposición durante la etapa de transición;

- elaborar una nueva Constitución;

- y organizar después, sobre esa base, nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias.

Sin embargo, aunque Arabia Saudita es miembro del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, la oposición moderada sigue rechazando esos tres puntos. Y se obstina en exigir la partida del presidente Assad y de gran parte de los altos funcionarios cristianos, chiitas y alauitas antes de la formación del mecanismo de transición. Además, esta oposición no quiere tener que enfrentarse a los actuales dirigentes sirios en el marco de elecciones democráticas.

No deja de llamar la atención el hecho que, durante la reunión de Viena, un diplomático haya declarado que su país estaba dispuesto a luchar contra al-Qaeda pero que se interrogaba sobre quién ocuparía entonces el terreno. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, puso de relieve lo que él mismo calificó como un «lapsus»: aquel diplomático admitía de hecho que su país prefería una victoria de al-Qaeda antes que el triunfo de la República Árabe Siria. Y con ello ese país se alejaba de la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU que es convertir la lucha contra el terrorismo en el objetivo número 1.

Ese mismo día, el 17 de mayo, Terje Rod-Larsen, el representante especial del secretario general de la ONU, presentaba su último informe sobre la aplicación de la resolución 1559 y anunciaba su renuncia. Esta resolución fue redactada en 2004 –por iniciativa de Estados Unidos, Francia y Arabia Saudita– para exigir el desarme del Hezbollah libanés, que no se recondujera el mandato del presidente libanés Emile Lahoud y la retirada de la fuerza siria de paz entonces presente en el Líbano. Aunque Siria retiró sus soldados, en respuesta al clamor de la calle libanesa durante la «revolución del cedro», la resolución nunca fue aplicada. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, encargó ahora a su adjunto para Asuntos Políticos, el estadounidense Jeffrey Feltman, de asumir las funciones del señor Terje Rod-Larsen hasta finales de año. Pero numerosos observadores consideran que Jeffrey Feltman, ex embajador de Estados Unidos en Beirut, fue el verdadero redactor de la resolución 1559 y que actualmente dirige, desde Nueva York y por debajo de la mesa, la coalición militar contra Siria.

El 19 de mayo, Jeffrey Feltman participaba en una ceremonia, en París, junto a varios miembros de la oposición siria en el exterior, Burhan Ghaliun, Michel Kilo, Bassma Kodmani y Samar Yazbeck.

También en Francia, el general Benoit Puga anunció su dimisión como jefe del estado mayor particular del presidente francés Francois Hollande para pasar a la Cancillería de la Legión de Honor. Cristiano integrista, nostálgico de la monarquía y de la colonización, el general Puga es el único militar que ha sido jefe del estado mayor del presidente de Francia bajo dos presidentes sucesivos –Nicolas Sarkozy y Francois Hollande. Y dirigió personalmente las operaciones secretas de Francia en Siria –a veces yendo en contra de la opinión del estado mayor de las fuerzas armadas francesas–, utilizando en ellas oficiales de la Legión Extranjera asignados a la presidencia de la República.

Nos dirigimos inexorablemente hacia una interrupción de las negociaciones de Ginebra. Si surgiera un acuerdo entre las partes sirias presentes, dicho acuerdo no sería válido a la luz de las decisiones internacionales tomadas anteriormente, dado que el principal partido kurdo fue excluido de esas conversaciones –por iniciativa de Turquía. Es por eso que al fracaso de Ginebra debería seguir una reactivación de las negociaciones inter-sirias con las partes que sí quieren negociar –o sea, sin pro-sauditas y con la participación de los kurdos. Vendría después la formación de un mecanismo de transición con la participación de esos nuevos participantes. En el plano militar, el Ejército Árabe Sirio podría recuperar las principales ciudades del país, pero se mantendrían los combates en la frontera sirio-iraquí.




[3] «Estados Unidos viola el cese de hostilidades y arma a al-Qaeda»,Red Voltaire, 25 de abril de 2016.


[5] «Regreso inminente de los aviones rusos a Siria», por Valentin Vasilescu, Red Voltaire, 14 de mayo de 2016.

[6] «El Reino Unido promociona a los yihadistas», Red Voltaire, 16 de mayo de 2016.

[7] “The deadly consequences of mislabeling Syria’s revolutionaries”, Labib Al Nahhas, Washington Post, 10 de julio de 2015.

[8] “Statement of the International Syria Support Group”, Voltaire Network, 17 de mayo de 2016.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

sábado, 21 de mayo de 2016

La Oposición venezolana debe ser puesta en su lugar

La Revolución Bolivariana no puede quedarse de brazos cruzados, hay que pasar a la real ofensiva

LA OPOSICIÓN VENEZOLANA
DEBE SER PUESTA EN SU LUGAR


Por Níkolas Stolpkin

Que recordemos, nunca antes la Revolución Bolivariana había sido bombardeada mediáticamente como hoy está siendo bombardeada, y más aún cuando en Argentina ha asumido Mauricio Macri y en Brasil es puesto Michel Temer, al ser apartada Dilma Rousseff.

Después del retroceso que tuvo el Neoliberalismo en América Latina, vemos que nuevamente ha tenido un nuevo impulso con los últimos acontecimientos desarrollados en Argentina y Brasil.

El triunfo de la oposición venezolana en el Parlamento junto con los negativos acontecimientos ocurridos en Argentina y Brasil, ha permitido a la oposición, a su burguesía local y a los Grandes Medios de Comunicación (internacionales y locales) con clara obediencia a los intereses estadounidenses, aumentar el volumen de una agresiva ofensiva (política-económica-diplomática-mediática) contra la revolución bolivariana.

No entendemos la "democracia" por la que luchan ni el "pacifismo" con la cual se llena la boca la oposición venezolana, más aún cuando ponen sobre la mesa a la Constitución Bolivariana, si lo que vemos por parte de esa oposición es presión económica, violencia y la constante obsesión por apartar a Nicolás Maduro de la presidencia de Venezuela y terminar con la revolución bolivariana.

No entendemos tampoco la reacción emocional del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, y su comunicado oficial y personal hacia Nicolás Maduro, presidente legítimo de Venezuela. Y todavía estamos esperando el comunicado oficial (¿y "emocional"?) de la OEA con respecto al golpe blanco ocurrido en Brasil hacia Dilma Rousseff. ¿Dónde está?

Ante todo lo anterior, la Revolución Bolivariana debe pasar a una real ofensiva. No puede quedarse de brazos cruzados, mucho menos cuando existe una oposición con el consentimiento de los intereses estadounidenses y la tribuna que les permite los Grandes Medios de Comunicación.

El pueblo bolivariano y los militares bolivarianos deben tomar real control de la situación en Venezuela. La oposición venezolana ha venido gozando de muchos privilegios, pero esos privilegios únicamente los ha utilizado para poder agredir y buscar desestabilizar la revolución bolivariana.

El niño malcriado merece ya una lección. El gobierno venezolano debería entender que todo esto que está pasando en Venezuela, y sus consecuencias, no se deben a otra cosa a que el niño malcriado en su momento no fue corregido y lo han dejado hacer lo que se le venga en gana. Ahora el niño está "crecidito", y ya ven las consecuencias de no haberlo corregido antes. Pero ahora hay que tomar las riendas ya. Y tomar las riendas significa que debe haber mano dura. Si queremos salvar la revolución bolivariana, entonces hay que tomar decisiones drásticas, por más dolorosas que puedan ser.

Si tenemos el apoyo del pueblo bolivariano y el apoyo de los militares bolivarianos para ir en defensa de la revolución bolivariana ¿qué más estamos esperando para ir en defensa de esa revolución? ¿Dónde está el carácter de la Revolución Bolivariana? ¿Dónde están los hijos de Hugo Chávez? ¿Vamos a esperar a que el niño malcriado tome las riendas de la casa? No señores. Aquí se debe poner coto al asunto, por más que llore el niño malcriado o los "vecinos" recriminen.

La Democracia construida en Venezuela se debe proteger y ser defendida. No se debe permitir que la oposición (violenta, acaparadora, conspiradora, etc) siga ultrajando la democracia venezolana.

Propuestas para poner al niño en su lugar:

1. Disolver el Parlamento.

Fundamental es anular el Parlamento venezolano, hoy manejado por esa oposición que lo único que busca es sembrar el caos, desmontar el proceso bolivariano y sacar al presidente, Nicolás Maduro. Nunca la oposición venezolana, ni siquiera desde que Nicolás Maduro ganara legítimamente las elecciones, ha permitido que se gobierne en paz; siempre han buscado la confrontación, la provocación, la desestabilización en contra de Venezuela y los venezolanos.
2. Decretar Estado de Excepción.

Disuelto el Parlamento, se debe decretar el Estado de Excepción. Lo militares deben salir a la calle, temporalmente, para lograr restaurar el orden social, político y económico de Venezuela. Ante la grave situación que vive Venezuela (presión económica, política, diplomática, mediática) y de la cual la oposición es parte, es necesario poner orden.

3. Tomar el control de los Medios de Comunicación.

Nunca en Venezuela la oposición ha tenido, desde que se iniciara el Proceso Bolivariano, la libertad con la que ha venido gozando en los Medios de la burguesía venezolana. Esa libertad debe acabar, y no momentáneamente. La libertad de los Medios de Comunicación de la burguesía hay que ponerle un punto final. Nunca los Medios de la burguesía venezolana han hecho tanto daño al proceso bolivariano y al pueblo venezolano.

4. Dejar sin margen de maniobra a los principales líderes de la oposición.

Los principales líderes de la oposición venezolana deben ser declarados enemigos del proceso bolivariano y encarcelados, por representar un peligro para la sociedad venezolana. Los principales líderes de la oposición han demostrado que no tienen ningún interés en dejar gobernar tranquilamente al presidente electo democráticamente. Lo único que tienen en la cabeza es acabar con el proceso bolivariano y sacar a quien lo dirige.

5. Anular la autocrítica pública.

Hay que silenciar, por las buenas o por las malas, aquellas voces que con su palabra, escrita o hablada, auto-declarados "chavistas", generan división e instrumentos para la oposición más que para fortalecer el proceso bolivariano. Sus palabras públicas no están al servicio de la revolución bolivariana, están más bien al servicio de la oposición.

6. Fusión entre el pueblo bolivariano y los militares bolivarianos.

La toma del control por parte de los militares no puede dejar afuera al pueblo bolivariano que desea también defender la revolución bolivariana. El pueblo bolivariano debe organizarse junto a los militares para tomar las calles y restaurar el orden. Los militares no deberían actuar solos, ya que afuera serían mal vistos. Militares y pueblo bolivariano organizado es la mejor fórmula para evitar la imagen militar de la cual fue protagonista anteriormente América Latina. No hay que darles en el gusto. La toma de control debe ser cívico-militar. Pero cada uno debe tener sus funciones y atribuciones.

7. Cierres de fronteras y despliegue de sistemas de defensa.

La toma de control por parte de las fuerzas legítimas de Venezuela deben estar conscientes de que la burguesía buscará formas para defender sus intereses. Por lo que hay que estar preparados ante cualquier amenaza externa. Las fronteras deben ser cerradas y los sistemas de defensa deben ser desplegados.


Medidas a considerar con respecto a otros elementos que han contribuido al actual clima en Venezuela: expulsión de prensa extranjera; anulación de ONGs, nacionales o extranjeras; toma de Grandes Medios de Producción, etc.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.