viernes, 28 de febrero de 2014

FACEPOPULAR


Una nueva plataforma para las redes sociales se abre paso en América Latina. Facepopular, cuyos servidores están en Argentina, pretende convertirse en un puente privilegiado de comunicación entre los latinoamericanos, y a 7 meses de su lanzamiento cuenta con 600 mil usuarios.


FACEPOPULAR, UNA RED LIBRE
DE ESPIONAJE YANQUI



Por Alejandra García

En Facepopular los usuarios se pueden registrar directamente con sus cuentas en otras redes. En otras palabras, no es excluyente, sino integradora. Su valor diferencial es el de una comunidad comprometida con el mejoramiento de América Latina y libre del espionaje y el control de EEUU.

Una nueva plataforma para las redes sociales se abre paso en América Latina. Facepopular, cuyos servidores están en Argentina, pretende convertirse en un puente privilegiado de comunicación entre los latinoamericanos, y a 7 meses de su lanzamiento cuenta con 600 mil usuarios.

Abierta a los internautas desde el pasado 9 de julio, esta red mantiene el estilo de Facebook, pero las primeras letras de su nombre (Face) no es una palabra de la lengua inglesa que significa “cara”, sino “Frente Alternativo contra el Establishment”, las siglas de su colectivo de creadores. Ellos buscan posicionarse en la web para promover valores alternativos a la corriente hegemónica del Imperio y a los de la popular red norteamericana, célebre por vender sus bases de datos a las empresas y violar la privacidad de sus usuarios.

Cubadebate se puso en contacto con sus creadores para que respondieran interrogantes sobre esta plataforma. No fue difícil. Ellos “viven” en la red e integran un colectivo de activistas, expertos en comunicación y nuevas tecnologías, que se unieron a partir de las marchas desestabilizadoras en Argentina en noviembre de 2012. Reconocen abiertamente su adhesión “a la idea de la Patria Grande, la unión fraterna y soberana de los pueblos de América Latina”.
“El proyecto también surgió en repudio al caso de espionaje mundial de Estados Unidos destapado por el exanalista de la NSA Edward Snowden”, señaló Matías Reynolds, uno de sus cofundadores.

LA RED POPULAR
 
Juan Carlos Romero, uno de los fundadores de Facepopular.

Facepopular -en la dirección www.facepopular.net-, así como la Radio Popular, la TV Popular y la Web Popular forman parte de la redpopular.net y son un grupo de medios en línea, orientados a difundir expresiones populares a través de la integración tecnológica de Unasur y la Celac.

“La Radio Popular ya se encuentra transmitiendo en vivo las 24 horas con programas que comunicadores populares nos envían desde México, Honduras y Cuba (por ejemplo el programa de la Delegación de Paz de las FARC que transmite desde La Habana), además de micros y una amplia selección de música latinoamericana”, explicó a Cubadebate vía correo electrónico el periodista argentino Juan Carlos Romero López, uno de sus seis creadores.

En cambio, la TV Popular comenzará sus transmisiones en Internet a partir del mes de marzo próximo, con material producido por la Red y también programas de las distintas embajadas de la Patria Grande, entre ellas Cuba.

LA GUERRA CONTRA FACEPOPULAR YA COMENZÓ

Juan Carlos comentó a nuestro sitio que a poco de abrir esta red social al público un grupo de hackers desde Miami identificados con la contrarrevolución cubana anunciaron un ataque a los servidores de Facepopular (que se encuentran en Argentina, fuera del alcance de la ley norteamericana que habilita el espionaje de la actividad de los usuarios).

“En el mismo ataque incluyeron también la cuenta de Twitter de la Presidenta de la Nación Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. La agresión surtió efecto por un par de horas hasta que pudimos restablecer el servicio y extremar las medidas de seguridad, con lo cual logramos mantener a raya a este tipo de situación”, aclaró Romero.
Otras dificultades que encontraron los creadores de Facepopular son los relacionados con la carencia de medios económicos suficientes para hacer cada vez más conocida la Red Social de la Patria Grande. “Esto lo tratamos de superar con ingenio, la ayuda de la prensa progresista de todo el mundo y el fervor militante de miles de usuarios que han tomado la causa de Facepopular como propia”, explicó el periodista.

ALTERNATIVA CONTRAHEGEMÓNICA

El perfil de usuarios de Facepopular es muy amplio pero está principalmente integrado por jóvenes. “Entendemos que hay muchas razones para que así ocurra. Los jóvenes son en esencia amantes de las grandes causas y Facepopular es una de ellas. Es una red fuera de las apetencias imperiales, sin espionaje ni condicionamientos. Allí reina la más amplia libertad y no se permite el racismo ni la xenofobia, ni ningún tipo de discriminación”, aclaró Romero.

Esta plataforma permite añadir amigos, crear grupos y páginas, comentar fotos. Tiene una ventana de chat igual a la de Facebook, y también utiliza otras funciones como el botón: Me gusta.

Sin embargo, posee fundamentos técnicos que la hacen superior de la red social de Mark Zuckerberg. Por ejemplo, incluye la opción No me Gusta, de la que Facebook carece. También, provee foros de discusión y salas de Chat y en Facepopular, no existe un límite de amigos (Facebook solo permite hasta 5 mil).

Por su parte, también otorga un blog personal a cada usuario. En lugar de emoticones hay “EmoPerones”, en referencia a Juan Domingo Perón, el expresidente y líder del mayor movimiento político argentino. Así, los internautas de la red pueden enviar un Perón, una Evita o figuras de la Independencia latinoamericana como José de San Martín o el venezolano Simón Bolívar. Y, por último, en Facepopular se puede, además, escuchar la Radio Popular mientras se navega por la Red.

Por supuesto, todos los usuarios podrán acceder y crear sus cuentas a través de www.facepopular.net.  Yo ya creé la mía, ¿y tú?










Publicado por LaQnadlSol
CT., USA. 

¿INTERVENDRÁ RUSIA EN UCRANIA?

De acuerdo a lo expresado por The Saker (27/2/14), un bloguero ampliamente leído y con bastante conocimiento de la historia de Ucrania y quien ha estado siguiendo muy de cerca el desarrollo de la crisis ucraniana, salvo un milagro habrá mucha violencia en la parte oriental de Ucrania. Seguidamente dice, que no considera que en estos momentos Rusia esté dispuesta a intervenir militarmente para proteger a la población ruso parlante la que tendrá que defenderse por su propia cuenta. Rusia proveerá apoyo político, financiero y posiblemente un limitado apoyo encubierto. Por otra parte, no cree que los EE.UU/OTAN vayan a intervenir militarmente. Considera, eso sí, que habrá una enorme cantidad de propaganda en contra de Rusia y a favor de Ucrania, millones de dólares de los EE.UU seguirán fluyendo a los bolsillos de los líderes de la insurgencia, pero eventualmente los EE.UU y sus títeres de la UE tendrán que aceptar el hecho de que no pudieron echar de Crimea a la Flota del Mar Negro y que en su lugar Crimea se incorporará a Rusia, como un resultado negativo directo de la revolución de color que los EE.UU y la UE desataron en Kiev. Según The Saker, lo que los EE.UU/ UE no harán es reconocer cualquier tipo de autoridad pro-rusa en cualquier lugar en Ucrania. En consecuencia el país podría dividirse como Georgia o las dos Coreas. Eso está bien, dice The Saker, a Rusia y Crimea les importaría un bledo –por un cambio que ellos tengan su propia versión de Kosovo.


LA GEOPOLÍTICA DEL CONFLICTO DE UCRANIA:
DE VUELTA A LO BÁSICO


Por The Saker, 2/20/ 2014

Observando las imágenes increíbles que salen no solo de Kiev, sino también de muchas otras ciudades de Ucrania, uno puede tener la idea de que lo que está teniendo lugar ahí es un caos total y que nadie lo controla. Esta es una impresión muy equivocada y creo que este es un buen momento para observar quiénes son los actores de este conflicto y lo que realmente quieren. Sólo entonces seremos capaces de darle sentido a lo que está pasando, quien está manejando los hilos detrás de la cortina, y lo que podría suceder a continuación. Así que echemos un vistazo a los diferentes actores, uno por uno.

El pueblo ucraniano insatisfecho

No puede haber ninguna duda en absoluto  de que un gran segmento de la población ucraniana está profundamente descontenta con el régimen en el poder, el propio Yanukovich, y con lo que ha estado sucediendo en Ucrania desde hace muchos años. Como he escrito muchas veces anteriormente, Ucrania está esencialmente en manos de varias oligarcas, al igual que Rusia en la década de 1990, pero sólo que peor. La gran mayoría de los políticos ucranianos están a la venta al mejor postor, esto es cierto para los miembros del Parlamento, la Oficina de la Presidencia, los gobernadores regionales, el gobierno y, por supuesto, para el propio Yanukovich. En conjunto, estos oligarcas también poseen los medios de comunicación, los tribunales, la policía, bancos y todo lo demás. Como consecuencia directa de ello, la economía ucraniana ha estado yéndose a pique por años y en la actualidad está prácticamente en ruinas.

Por lo tanto, no debería sorprender a nadie que la mayoría de los ucranianos  estén descontentos y lo que quieren es prosperidad, seguridad, el imperio de la ley, oportunidades de negocios, los medios para el desarrollo personal, social, profesional y espiritual. Básicamente, ellos quieren lo que todo ser humano quiere: condiciones de vida decente. Algunos de ellos ven a la UE como la mejor esperanza de lograr este objetivo, otros ven una mejor opción participando en una unión económica con Rusia, Bielorrusia y Kazajstán. La relación exacta no importa realmente, por una simple razón que ha sido pasada por alto: la gente de Ucrania no importa en absoluto en este conflicto, no son más que peones utilizados por todos los bandos.

Los principales políticos ucranianos:

Bueno, en teoría, Yanukovich, Timoshenko, Klitchko y Iatseniuk todos quieren cosas diferentes, pero en realidad todos ellos tienen exactamente la misma agenda: complacer a sus titiriteros mientras que hacen una carrera en la política. El caso de Tiagnibok podría ser un poco diferente. Él tiene algunas posibilidades muy reales de convertirse en una figura muy poderosa en el oeste de Ucrania. Él es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que ni los EE.UU, ni la UE, realmente lo quieren cerca, pero sabe que  comanda una fuerza mucho más poderosa (tanto en lo político como en términos de poder violento) que cualquier otro político ucraniano. En cualquier caso, los líderes de la oposición o los políticos a favor del régimen son marionetas en manos de fuerzas mucho más poderosas y si Tiagnibok es una excepción a esta regla, luego sucede que tampoco importa mucho, ya que sus verdaderas ambiciones son realmente locales, limitadas al oeste de Ucrania.

Después de examinar rápidamente a la gente del lugar, pasemos ahora a la gente que sí importa:

Los oligarcas ucranianos:

La mayoría de ellos creen que con tal que Ucrania mantenga una postura anti-rusa, la UE dejará que ellos hagan lo que la regalada gana les dé dentro de Ucrania. Ellos están en lo correcto. Para ellos, la firma de un acuerdo con la UE, que por lo demás carece de sentido es, básicamente, aceptar el siguiente acuerdo: se convierten en los fieles servidores de sus amos de la UE a cambio de lo que los señores de la UE les permitan seguir saqueando Ucrania en casi cualquier forma que ellos quieran.

Existe un pequeño grupo de oligarcas que todavía puede llegar a perder más de lo que puede ganar si las relaciones ruso-ucranianas se estropean y si Rusia pone obstáculos al comercio con Ucrania (que Rusia tendría que hacer si Ucrania firma un acuerdo de libre comercio con la UE). Estos oligarcas creen que se puede hacer más dinero de una relación con Rusia que de la Unión Europea y ellos son las personas que convencieron a Yanukovich para que hiciera su infame "zag" de la UE hacia Rusia. Por lo tanto, hay una división dentro de la oligarquía ucraniana cuyos representantes se pueden encontrar en ambos lados de la actual contienda.

La UE:

La UE está sumida en una profunda crisis  sistémica, económica, social y política y, está absolutamente desesperada por nuevas oportunidades para rescatarse a sí misma de su colapso a cámara lenta. Para la UE, Ucrania es, ante todo, un mercado para vender sus mercancías y servicios. Ucrania es también una manera de hacer que la UE se vea más grande, más potente, más relevante. Algunos creen que Ucrania también puede proporcionar mano de obra barata para la UE, pero no creo que esta sea una consideración importante por las siguientes razones: la UE ya tiene demasiados inmigrantes, y ya ha habido un flujo constante de ucranianos (y bálticos) que han salido de su país para conseguir una vida mejor en Occidente. Por lo tanto, lo que la UE realmente quiere es una manera de beneficiarse de  Ucrania, pero sin sufrir demasiadas consecuencias negativas de cualquier acuerdo. De ahí las 1500 páginas de la propuesta de acuerdo con la UE.

Los EE.UU

Los objetivos de los EE.UU en Ucrania son completamente diferentes a los objetivos de la UE, de ahí las muy reales tensiones entre sus diplomáticos, tan bien expresado por el "a la mierda la UE!" de la Señora Nuland. Por otra parte, y a diferencia de la UE en bancarrota, los EE.UU han gastado más de 5'000'000'000 dólares para alcanzar sus metas en Ucrania. Pero ¿cuáles son esas metas en realidad?

Esto es donde *realmente* la cosa se pone interesante.

En primer lugar, tenemos que retroceder a la declaración crucial hecha por Hillary Clinton a principios de diciembre del 2012:

"Hay un movimiento para volver a re-Sovietizar la región", (...) "No va a ser llamado así. Va a ser llamado una unión aduanera, que se llamará Unión Euroasiática y todo eso", (...) "Pero que nadie se equivoque al respecto. Sabemos cuál es la meta y estamos tratando de averiguar la manera eficaz para desacerarlo o prevenirlo”.

Ahora bien, es absolutamente irrelevante discutir si Hillary estaba bien o mal en su interpretación de lo que se supone va a ser la Unión Euroasiática, lo que importa es lo que ella, y sus amos políticos, creen, y ellos realmente creen que Putin quiere volver a crear la Unión Soviética. No importa lo estúpido que sea esta noción, tenemos que tener siempre en cuenta que esto es lo que la gente de la talla de Hillary creen sinceramente.

Seguidamente, necesitamos recordar otra crucial declaración, hecha esta vez por Zbigniew Brzezinski, quien escribió:
Sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio, mientras que con Ucrania -comprada  primero y sometida posteriormente, se convierte automáticamente en imperio... Según él, el nuevo orden mundial bajo la hegemonía de los Estados Unidos se creó en contra de Rusia y sobre los fragmentos de Rusia. Ucrania es el puesto de avanzada occidental para evitar la recreación de la Unión Soviética.

Una vez más, no importa en absoluto si el malvado Zbig está en lo correcto o equivocado. Lo que importa es que Zbig y Hillary nos proporcionan la clave de la actual política de EE.UU en Ucrania: prevenir que Rusia se convierta en una superpotencia. Para ellos, y a diferencia de los europeos, no es acerca de "hacerse de   Ucrania", es acerca de "no dejar que los rusos se hagan de Ucrania". Y esto es absolutamente crucial: desde el punto de vista de los EE.UU, el caos, el desorden e incluso una guerra civil a gran escala en Ucrania, es mucho, mucho más preferible a cualquier, y me refiero a cualquier forma de unión económica o política entre Rusia y Ucrania. Para los estadounidenses, este es un juego de suma cero: cuanto más grande la pérdida para Rusia, más grande la victoria para el Imperio Anglo-Sionista.

Rusia:

Aquí tenemos que cambiar completamente nuestro punto de vista y darnos cuenta de lo siguiente, sin importar lo opuesto a la intuición que esto podría parecer, independientemente de la extrema cercanía entre las lenguas y las culturas de Rusia y Ucrania, independientemente de una larga trayectoria común , independientemente de hecho de que rusos y ucranianos derrotaron en forma conjunta a la Alemania nazi, sin tener en cuenta el hecho de que Ucrania es un vecino de gran tamaño de Rusia y sin tener en cuenta el hecho de que los dos países tienen estrechos vínculos económicos , Rusia no necesita a Ucrania. Hillary y Zbig simple y llanamente están equivocados. Además, Rusia no tiene absolutamente ninguna intención de volver a recrear la Unión Soviética o, menos aún, convertirse en un imperio. Todo esto es una tontería absoluta, propaganda estúpida para alimentar a las masas occidentales, clichés de la Guerra Fría que son absolutamente inaplicables a las realidades actuales. Además, Rusia es ya una superpotencia, muy capaz de desafiar a la UE y los EE.UU juntos (como el ejemplo de la guerra en Siria lo ha ilustrado de manera tan dramática). De hecho, Rusia ha tenido su crecimiento más espectacular, precisamente en un momento en que Ucrania era ocupada por Polonia (siglos  del 14 al 17):

Los años de crecimiento de Rusia

¿Por qué la Rusia moderna necesitaría a Ucrania? La economía ucraniana está en ruinas, el país está plagado de enormes tensiones sociales y políticas, y no hay recursos naturales en Ucrania que Rusia querría. En cuanto a "ser una superpotencia", el ejército de Ucrania es una farsa, y el ejército ruso tendría poca necesidad de la denominada "profundidad estratégica" ofrecida por Ucrania: se trata de la lógica militar de los siglos 19-20, las guerras modernas son peleadas en toda la profundidad del territorio enemigo, con armas de ataque de largo alcance y Rusia es muy capaz de cerrar el espacio aéreo de Ucrania sin ninguna forma de unión económica o política con ella.

No, lo que Rusia necesita, ante todo, es  tener estabilidad y prosperidad en Ucrania. No sólo una parte no trivial de la economía rusa tiene lazos con Ucrania, sino que un colapso total de un vecino de tal tamaño sin duda afectará también a la economía rusa  (que, por cierto, está muy cerca de entrar en una recesión por primera vez en mucho tiempo). Además, millones de rusos viven en Ucrania y millones de ucranianos viven en Rusia. La mayoría de las familias rusas tienen lazos con Ucrania. Así que lo último que Rusia quiere es una guerra civil en la que, casi inevitablemente, se vería arrastrada.

Incluso en Crimea todo lo que Rusia realmente necesita es un status quo: la paz, la prosperidad, una buena infraestructura turística para recibir turistas rusos, y un estable derecho de anclaje para la Flota del Mar Negro. Para eso  Rusia no tiene que ocupar o anexionar Crimea. Sin embargo, en caso de que la península de Crimea sea atacada por los ucranianos neonazis, no hay duda alguna en mi mente de que, la Flota del Mar Negro intervendrá para proteger a la población local con la que tiene muchos vínculos familiares. Es importante recordar que la Flota del Mar Negro esta infinitamente mejor entrenada y equipada que las fuerzas armadas de Ucrania y que incluye una muy poderosa fuerza de Infantería Naval (una brigada y un batallón, este último especializado en operaciones de lucha contra el terrorismo). Una cosa es dar una paliza o quemar a policías antidisturbios y otra muy diferente es hacerle frente a fuerzas de elite curtidas en el combate (Chechenia, Georgia) y altamente entrenadas y armadas hasta los dientes con el mejor y más reciente equipo militar.

En cuanto al gran esquema de cosas, Rusia ve su futuro en el norte y el este, para nada en su sección del sudoeste. El Ártico, Siberia, el Lejano Oriente, China y el Pacífico, estas  son las direcciones hacia las cuales los estrategas rusos están orientándose  para el futuro de Rusia, no la moribunda y decadente UE  o las arruinadas e inestables tierras de Ucrania.

Entonces ¿qué es lo que es probablemente sucederá después?

Creo que es más que improbable que la UE alcance sus objetivos en Ucrania por una razón muy simple: los nacionalistas ucranianos y la llamada "oposición" (es decir, la insurgencia armada) están todos comprados y pagados por los EE.UU. Los burócratas de la UE pueden seguir visitando Ucrania y hacer ruidosas declaraciones, en realidad no importan. Así que es realmente los EE.UU vs Rusia, y aquí tengo que decir, que los objetivos de los Estados Unidos son mucho más fácil de lograr que los de los rusos: todo lo que EE.UU necesita es caos, algo fácil de lograr y relativamente barato de financiar, mientras que Rusia necesita estabilidad y prosperidad, y eso por lo menos, significa proporcionar resucitación cardiaca a la economía de Ucrania que está básicamente en ruinas y poner en marcha algún tipo de reformas muy necesarias. Este último, probablemente no se puede hacer sin romper la espalda de los oligarcas ucranianos. ¿Tiene Rusia los medios para lograr esto? Yo lo dudo mucho. No con sus actuales signos de futuros problemas económicos y no con un payaso cobarde y corrupto como Yanukovich en el poder. Así que entonces, ¿qué?

Bueno, si el rescate de Ucrania no es una opción, entonces la protección de Rusia del caos inevitable y el desorden es la única opción que queda. Eso, y asegurase de que Crimea este a salvo. Rusia podría, por ejemplo, proporcionar asistencia directa a la Ucrania oriental, sobre todo a la región como Kharkov que está regida por personas competentes y decididas. Más allá de eso, la única opción que queda para Rusia es agazaparse y esperar a que una fuerza viable tome el poder en Kiev o que Ucrania se rompa en pedazos.

¿Y con respecto al pueblo ucraniano?

Creo que mi punto de vista sobre esta cuestión se desprende de lo mencionado anteriormente. La UE los necesita como esclavos, los EE.UU los necesita como peones, y el único actor que los necesita prósperos es Rusia. Eso es un simple hecho de geo-estrategia. Si los ucranianos son demasiado estúpidos y demasiado enceguecidos por su rabioso nacionalismo para entender eso, entonces hay que dejarlos que paguen el precio por su tontera. Si son lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de ello, entonces que se les permita que encuentren el coraje para actuar en consecuencia y hacer posible que Rusia los ayude. Si no es así, entonces por lo menos yo les aconsejo que dejen de alucinar sobre una especie de invasión de las "fuerzas Spetsnaz Moskal” para invadir y ocupar la "Ucrania independiente". Moscú tiene mejores cosas que hacer y ya está ocupado en otro lugar.


The Saker








Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

miércoles, 26 de febrero de 2014

LAS BISAGRAS DEL FASCISMO

Este proceso en avance en los últimos días logra hacer de Venezuela un punto de atracción mundial con lo cual como ha quedado en evidencia, agencias de noticias internacionales de gran poder como CNN o France Press, empiezan a jugar su parte central dentro de los hechos, manipulando, tergiversando, utilizando la buena o la mala fe de actores dentro del conflicto.


LAS BISAGRAS DEL FASCISMO


Por: Roland Denis 

1. Cinco bisagras amarradas

El “faschio” no es como observamos en otro artículo ni un movimiento aristocrático llevado por el comando inmediato de las clases dominantes, ni es un fenómeno que se desata en forma evidente desde un primer momento. Se trata de una realidad política extrema que se construye en la misma medida en que determinados hechos bien manejados en el inconsciente colectivo van generando los odios sociales necesarios como para que un grupo muy reducido políticamente pueda, primero absorber a un liderazgo socio-político más vasto ligado a las tendencias democráticas de la derecha política, y luego extenderse hacia zonas sociales mucho más complejas, apegadas al individualismo y el consumo en nuestro caso, pero con demandas legítimas no cumplidas, hasta llegar a las propias clases trabajadoras. 

Efectivamente desde el 12 de febrero una fracción fascista dentro del movimiento estudiantil ligado a la oposición y en particular al partido Voluntad Popular, logra tomar el liderazgo con las acciones previas desatadas en Táchira y Mérida, hasta reventar en Caracas con los hechos de sangre sucedidos ese día.

Los disparos provienen de agentes del Sebin hasta donde se sabe, oscureciendo aún más la situación dejan en el limbo quién fue el que armó directamente esa matanza. Lo cierto es que se desata una violencia generalizada que es rechazada en un primer momento por la mayoría de la oposición, pero como típico movimiento fascista insiste en ella hasta lograr el saldo de suficiente de tensión y confrontación como para amarrar su primera bisagra: la mayoría del conjunto de la oposición

Este paso dado fundamentalmente por Capriles y M.C Machado en esta semana, pareciera recomponer una unidad que pudo haberse resquebrajado desde el momento en que por lo visto Leopoldo López se “tragó el semáforo” y tiró un plan conspirativo adelante tratando de robarle el liderazgo al resto opositor, algo que estaría pensado para momentos más críticos económicamente previsibles entre Mayo y Junio. El extremismo reaccionario y anticomunista de grupos incubados en las clases medias altas, su violencia guarimbera, sus asesinatos propios, y la efectiva provocación a una Guardia Nacional acostumbrada a ser el órgano represivo de Estado por excelencia, crea un saldo suficiente en sangre como para que ella empiece a extenderse socialmente y obligue a la oposición a adelantar su plan conjunto. Solo Henry Falcón con aspiraciones presidenciales posteriores titubea jugando al centrismo y aceptando el plan de paz de Maduro de manera condicionada. 

Con ello logran amarrar la segunda bisagra: la identificación de vastos sectores de clases medias con las acciones que empiezan a ser interpretadas como de “protesta nacional” contra este “régimen” culpable de mucho de sus males: inseguridad, desabastecimiento, inflación, etc.

La espiral que avanza desde el 12 logra dos cometidos fundamentales que son acompañados por otras tres de fundamental importancia. Primero logran en el caso del Táchira una verdadera rebelión de masas bajo un liderazgo totalmente fascista o uribista que es lo mismo, como es el caso de Daniel Ceballos alcalde de San Cristóbal. Esta rebelión les permite ir amarrando una tercera bisagra imprescindible: presentarse como una protesta con capacidad de control territorial.

Punto básico para garantizar a los agentes encubiertos fuera y dentro del Estado, militares y civiles, que puedan estar previamente comprometidos con la conspiración o atraídos por ella o tensionados por el desarrollo de  los hechos, empiecen a sentir que ha llegado el momento y puedan ir armando las condiciones necesarias para acercarse a una de las metas primordiales exigidas por los gringos: mediante un golpe acompañado por la acción paramilitar, dasatar la guerra civil o una confrontación mucho más amplia y violenta que permita crear las condiciones para una negociación de derrota al gobierno de Maduro. Los tiempos y condiciones de esta cuarta bisagra no deben estar todavía definidos por el “forze” de los acontecimientos, pero las palabras de Capriles al definir este gobierno como “moribundo” transparentan perfectamente que el propósito va en vías de acuerdo y de sumar actores. 

Este proceso en avance en los últimos días logra hacer de Venezuela un punto de atracción mundial con lo cual como ha quedado en evidencia, agencias de noticias internacionales de gran poder como CNN o France Press, empiezan a jugar su parte central dentro de los hechos, manipulando, tergiversando, utilizando la buena o la mala fe de actores dentro del conflicto. Su poder no solo vale para el radio de influencia que manejan sino que se alimenta y a su vez nutre todo un universo mediático que tiende hacia la multiplicación indetenible de verdades, mentiras y manipulaciones, pero siempre en la línea de la “protesta nacional” protagonizada por las redes sociales mediáticas. Momento en que entran en juego los agentes vendidos del espectáculo liderizados por Rubén Blades y todo un universo de “artistas” que expresan su solidaridad por el “pueblo venezolano”. Es la quinta bisagra mediática y espectacular que hasta los momentos si no ha convencido del todo ha alarmado al mundo entero, empezando a ubicar a Venezuela al lado de Ucrania, cuyos desenlaces de caída de gobierno y llamado a elecciones en un clima totalmente favorable a los intereses imperiales gringos y europeos, sería uno de los escenarios preferibles a repetir en Venezuela. 

Armando las piezas necesarias como para cerrar este conjunto de bisagras el fascismo, es decir, el odio activo y politizado hacia todo lo que intente cambiar el orden estructural y de valores en que se soporta una sociedad, podemos decir que el “faschio” comienza a abonar el terreno para ir cerrando al menos tres de las últimas jugadas que les falta en este momento: el pronunciamiento a favor de la alta burguesía indecisa en estos momentos por las fabulosas ganancias que ha tenido en los últimos años a nivel bancario y los monopolios de importación. El apoyo mundial explícito de los centros imperiales que acompañan a los EEUU, particularmente de la Comunidad Europea. Y finalmente, el más importante de todos, el acompañamiento de sectores más pobres de las clases subalternas castigados por la crisis económica, hecho que ya se ha presentado en algunas ciudades como San Cristóbal y Maracaibo, en combinación con bandas de delincuencia, narcotráfico y contrabando. 

Mientras tanto toda esta situación constituye una burbuja en aumento que en cualquier momento puede desatar situaciones no previstas en las agendas de nadie y acelerar los acontecimientos. Lo cierto es que  esto ocurre entre tanto con el concurso de una clase media miedosa como siempre pero que se siente cada vez más identificada con la “protesta”, “faschio” propiamente, las agrupaciones de la ultraderecha fascista, aprovechan para tomar terreno en su violencia local y terriblemente agresiva contra  todo lo que simboliza una comunidad que se libera y autoorganiza y que en nuestro caso siempre o casi se hace llamar “chavista”. Las agresiones en el centro y occidente de Venezuela contra las empresas sociales comuneras, los centros de acopio, de salud, las casas populares de cultura, la unidades de transporte del Estado, que ni siquiera los medios de Estado reportan por la línea de trabajo meramente propagandística en que se estructuraron al son del poder burocrático en aumento, son hechos que pueden desatar niveles de confrontación superiores en una guerra de “pobres contra ricos” y de “pueblo en lucha contra vanguardias fascistas”. 

La situación puede forzar una confrontación entre el “nosotros” y los “hijos de puta” en palabras de Pancho Villa. No se ha llegado aún a este punto, al menos está lejos de generalizarse, pero estos en la medida en que cierran sus bisagras crean las condiciones para hacerlo. 

2. El gobierno, el pueblo

El gobierno ha llamado al diálogo y la paz, tiene razón en principio. Pero sus reflejos como estructura de gobierno que en su inmensa mayoría ya perdió el sentido de pueblo para más bien utilizarlo, movilizarlo a su favor, clientelizarlo, hace lectura del diálogo hacia arriba. Con una oposición y una burguesía cada vez más cerca de decidirse por entero en favor de la conspiración total. El gobierno lo interpreta como una vuelta al 2002 y va sumergiéndose en la misma trampa en que cayó Chávez a lo largo del 2002. Tuvo que venir un 13 de Abril y salir victoriosa la resistencia al saboteo petrolero, para que los hechos y las palabras de gobierno cambien hacia una puesta en claro de la diatriba política y civilizatoria en que nos encontramos en este país. No se da cuenta encerrado en su vida mediática y burocrática, dejando en la impunidad total tanta corrupción y delito de cualquier orden, empezando por la cantidad -centenares- de dirigentes populares asesinados, que estamos en una situación muy distinta al 2002 a nivel social.

Si bien reaparecen los agentes políticos de la derecha, esta vez el “escualidismo” social no es solo una masa aterrorizada por la manipulación mediática de que un loco comunista que llegó al poder te quitará el apartamento, el carro y los hijos. Esta vez también hay una masa harta de sectores medios y trabajadores que en cualquier momento hace puente con sectores más bajos, harta en general del atropello del modelo corporativo-burocrático que reventó cantidad de alternativas productivas en favor de los monopolios privados y del Estado y nos hunde en un rentismo monopólico que ya no tiene con que financiar una sociedad que demanda derechos al consumo y servicios públicos como nunca. Es con esa base potencial y cada vez más real y no psicótica de la “protesta” que tiene sentido “el diálogo”. Lo otro es sencillamente una negociación política de paz donde obviamente si hay negociación que no sea una payasada para la propaganda de ambos lados, es para que la derecha empiece a retomar el poder de manera cabal, con poderes de Estado en sus manos que exigirán hasta terminar de acabar con todo sentido progresista de gobierno.

El diálogo con la clase obrera, campesinos, comuneros,  el traspaso inmediato de poder productivo y distributivo al tejido organizado del pueblo en lucha, el plan de emergencia productiva que incorpore a sectores privados pequeños y medios, el fortalecimiento de su capacidad de la autodefensa, no es el plan en este momento de gobierno cuyo discurso se centra en la victimización de sí mismo y el desarme del movimiento popular. Y mientras tanto sigue debilitándose y las demandas racionales medias tienden a unificarse con el movimiento conjunto hegemonizado por los sectores fascistas. En tal sentido, considero que está muy claro el plano que se viene dibujando: una situación donde la única y verdadera salida es que lo elementos de contenido, progresivos, incluso revolucionarios que están regados entre los laberintos de esta “protesta” y mucho más allá de ella, sean absorbidos lo más pronto por una vanguardia colectiva y revolucionaria que defienda la democracia, la participación protagónica, la revolución social, como única salida a la violencia fascista ya hegemónica. No hay demasiado tiempo y así baje la intensidad del alzamiento fascista, este retomará su curso con violencias superiores y el fortalecimiento de sus bisagras al menos que el gobierno le negocie el alma, cosa que mucho vagabundo metido entre sus oficinas y direcciones estaría fascinado; victoria para la “paz” de sus bolsillos. Es allí donde la defensa y la protesta del pueblo en lucha tienen que manifestarse con toda su fuerza, las razones sobran.








Publicado por LaQnadlSol
CT., USA. 

martes, 25 de febrero de 2014

MISILES CRUCERO SOCIALISTAS

Cuando países imperialistas intervienen en los asuntos de países oprimidos, las justificaciones no solo emanan del gobierno de Estados Unidos y de las corporaciones de los medios de prensa. En cada instancia, fuerzas variadas e individuos con credenciales progresistas y liberales sucumben a las campañas de propaganda imperialista y proponen argumentos pro intervencionistas, no obstante el uso de análisis que suenan progresistas y de lenguaje liberal/izquierda.

Mientras que es importante refutar los argumentos pro intervencionistas de la “izquierda”, es necesario que empecemos con la amplia observación de que son parte de una larga y continua tendencia política en los países imperialistas. En la invasión a Iraq, esta tendencia recibió el nombre de “liberalismo de los misiles crucero”, pero 100 años atrás Lenin, lo refirió como “social-imperialismo”.

En el mundo de hoy dominado por el imperialismo de los Estados Unidos, es muy poco probable que una potencia imperialista apoye a un verdadero movimiento revolucionario. Sería imposible que todos los poderes imperialistas apoyen y financien un verdadero movimiento revolucionario. Hacerlo así, sería desafiar la lógica del sistema imperialista.


CUANDO SE ERRA AL JUSTIFICAR
LAS INTERVENCIONES IMPERIALISTAS


Por Mazda Majidi

Julio 17, 2012

En julio 1, un artículo con el título “Libia y Siria: Cuando el antiimperialismo se equivoca” fue publicado por el website de The North Star, firmado por “Pham Binh de Ocupando Wall Street, Class War Camp”. El artículo argumenta que las intervenciones imperialistas en Libia y Siria son justificadas porque así lo demandan las fuerzas que, el autor llama revolucionarias. Mientras que afirma ir a contracorriente, el formula lo que es la posición común entre liberales, progresistas e incluso entre algunos que se autodenominan socialistas y antiimperialistas. Ante tal situación es importante responder.

Cuando países imperialistas intervienen en los asuntos de países oprimidos, las justificaciones no solo emanan del gobierno de Estados Unidos y de las corporaciones de los medios de prensa. En cada instancia, fuerzas variadas e individuos con credenciales progresistas y liberales sucumben a las campañas de propaganda imperialista y proponen argumentos pro intervencionistas, no obstante el uso de análisis que suenan progresistas y de lenguaje liberal/izquierda.

Aun si los argumentos “progresistas” a favor de la intervención se originan alejados de los pasillos del poder, y no tienen mucha audiencia entre las clases gobernantes, estos sin embargo juegan un papel importante en la campaña de guerra imperialista. Esto porque tales argumentos van dirigidos a una audiencia especifica: gente con inclinaciones progresistas y anti-guerra quienes son mucho menos susceptibles a la incesante propaganda a favor de la guerra de Washington y Wall Street. Al propagar confusión a cerca de la naturaleza de la intervención y las tareas del movimiento progresista, aquellos que normalmente serían los primeros en responder en el movimiento anti-guerra se vuelven pasivos e inactivos. Este es el valor de esta clase de propaganda para la clase gobernante.

En los momentos previos e inmediatamente después de cada intervención, dichas fuerzas emergen para explicar que mientras, el antiimperialismo en general y en situaciones pasadas es bueno, esta vez es diferente. Cada vez ellos presentan sus argumentos como nuevos y poco ortodoxos. Mientras que es importante refutar los argumentos pro intervencionistas de la “izquierda”, es necesario que empecemos con la amplia observación de que son parte de una larga y continua tendencia política en los países imperialistas. En la invasión a Iraq, esta tendencia recibió el nombre de “liberalismo de los misiles crucero”, pero 100 años atrás Lenin, lo refirió como “social-imperialismo”

No todas las demostraciones y movimientos de oposición son progresistas

La idea central del artículo de Binh es que, la izquierda occidental debe respetar los deseos  de los “revolucionarios” sirios por la intervención extranjera. Esto, según él, constituiría solidaridad real y apoyo por la autodeterminación. En todo su artículo, Binh convenientemente asume lo que precisamente necesita ser probado -que lo rebeldes libios y la oposición son revolucionarios. Esta falsa premisa, una vez aceptada, conduce a toda suerte de falsas conclusiones.

¿Cuál es el carácter político del  CTN -liderado por los rebeldes en Libia? ¿Qué los califica como revolucionarios? ¿Cómo determina Binh que la oposición en Siria es revolucionaria y el gobierno contrarrevolucionario? Cuando se analiza un movimiento de oposición en cualquier parte del mundo, esta es la primera cuestión que necesita ser preguntada. Solo porque parte de la población de un país dado sale a la calle o toma las armas no significa que ellos sean revolucionarios o progresistas. Esto es así, aun si ellos están respondiendo realmente a problemas  sociales y políticos. Fuerzas de la derecha rutinariamente movilizan partes de la población -predominantemente elementos desafectos de la, digamos, un tanto privilegiada “clase media” y otros- para promover agendas derechistas.

Los fascistas en Italia y Alemania usaban mítines, marchas y acciones de militantes en la vía pública como tácticas efectivas para eventualmente tomar el poder. En esos casos, los fascistas no eran la oposición dirigida a socialistas o algún tipo de gobiernos revolucionarios, sino, a los gobiernos democráticos burgueses que habían sido forzados otorgar algunas concesiones a la clase trabajadora. En los Estados Unidos, el Tea Party ha realizado concentraciones de hasta decenas de miles de personas en oposición a la administración de Obama. Nadie que se considere liberal, progresista o revolucionario, consideraría a los seguidores del Tea Party como revolucionarios.

Inmediatamente después del desmoronamiento de la Unión Soviética, el gobierno de EE.UU se embarcó en una serie de campañas de desestabilización –hoy muy a menudo llamadas “revoluciones de colores”. La mayoría de esas revoluciones ocurrieron en las ex repúblicas soviéticas  como la Revolución Rosa en Georgia, la Revolución Naranja en Ucrania y la Revolución de los Tulipanes en Kyrgyzstan. Pero también ha habido (exitosas o intentadas) revoluciones de colores en otros países como, la Revolución de los Cedros en Líbano, en el 2005 y la Revolución Verde en Irán,  en el 2009.

Usualmente las revoluciones de colores incluyen la formación coherente y unificada de fuerzas políticas pro imperialistas, que recurren al descontento público, como la mala situación económica, corrupción y coerción política. Ellas implican varias operaciones, incluyendo crear divisionismo y desunión en el ejército y una intensa campaña de desinformación. Hasta qué punto las revoluciones de colores son exitosas, depende mayormente en el grado de desestabilización que el país designado como blanco haya experimentado en el momento que las protestas callejeras tengan lugar. Elementos que participan en tales protestas callejeras son a menudo una pequeña parte de la población y no representan los sentimientos de la mayoría de la gente, mucho menos los intereses de la clase trabajadora. De hecho, muchos participantes en las protestas puede que no apoyen la agenda del liderazgo derechista y de sus patrocinadores imperialistas. Aún más, la campaña de propaganda imperialista utiliza las protestas, por pequeñas o grandes que estas sean, para promover cambio de régimen y la ascensión de un estado clientelar. Los imperialistas no son tontos, esto es precisamente lo que estos movimientos “democráticos” producen ante la ausencia de una alternativa de la clase trabajadora y de la oposición anti imperialista.

En resumen: revolucionarios y progresistas deben permanecer firmes en sus principios y, efectuar una evaluación política de los movimientos en cuestión. Aun si la mayoría de la población fuera arrastrada por un movimiento reaccionario, ese movimiento no es revolucionario. Aun si la mayoría de la población libia apoyó la intervención imperialista -lo que es muy improbable - aquello no justificaría el apoyo de los progresistas a la intervención imperialista.

Los proponentes del intervencionismo “humanitario”, claramente, no sufren de falta de capacidad analítica. De lo que carecen es, determinación, para hacer frente a una campaña de demonización imperialista que todos los sectores de la clase gobernante apoyan.

¿Cuál es el carácter político de los rebeldes sirios y libios?

El ejemplo de las revoluciones de colores, movimientos fascistas, y movimientos del ala derecha concluyentemente refuta la noción que, manifestantes, disidentes y fuerzas de oposición, son automáticamente revolucionarios. El Consejo Nacional de Transición Libio y el Consejo Nacional Sirio caen en esta categoría. Estas fuerzas han apostado toda su existencia al auspicio imperialista. Sus declaraciones en abierto apoyo a la intervención imperialista, penetración del capital y “libre” mercado, demuestran el contenido de su visión, como también, la priorización de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y sus aliados, incluyendo, la potencial normalización de relaciones con Israel. Ellos dejan pocas dudas a cerca de su orientación política y de clase.

Lo que ocurrió en Libia, previo a la campaña de bombardeos de la OTAN, tenía los elementos de una revolución de colores neoliberal, mientras que al mismo tiempo también se explotaba las tradicionales fallas de la sociedad libia (mayormente, la competición regional del este rico en petróleo como también el fundamentalismo islámico de larga data).

En las etapas tempranas, la revuelta incluyó protestas callejeras en Benghazi, la deserción de oficiales políticos y militares de alto rango (de la facción neoliberal del gobierno) a las filas rebeldes y, la formación del pro imperialista Consejo de Transición Nacional. Inmediatamente después que los rebeldes tomaron control de Benghazi, numerosos libios y migrantes africanos del sub–Sahara de piel oscura, fueron linchados en las calles de la ciudad en una extendida campaña de terror. Conocidos partidarios del liderazgo de Muamar Gaddafi fueron sumariamente ejecutados; durante meses sus cuerpos fueron encontrados en fosas, dentro y en los alrededores de Benghazi. A pesar de unas cuantas victorias iniciales, esta rebelión carecía del poder para deponer al gobierno de Libia por sus propios medios, de ahí la necesidad de la intervención militar foránea.

El CTN invitó al senador republicano de EE.UU. John McCain al área “liberada” de Libia, dándole una bienvenida de héroe. En un país que por mucho tiempo había proyectado enemistad o, una inestable relación con el imperialismo, los rebeldes levantaron un inmenso rotulo que decía: “USA: Tú tienes un nuevo aliado en el Norte de África”. Los líderes del CTN  viajaron extensivamente por todas las capitales de Europa, prometiendo de manera convincente a los poderes occidentales que, sus compañías petroleras tendrían irrestricto acceso al petróleo de Libia. El mensaje era: si tomamos el poder, no habrá más “nacionalismo económico”  al estilo Gaddafi.

Izquierdistas de EE.UU adoptan confusos eslóganes

¿Qué clase de revolucionarios, que se han ganado la reputación por su violencia racista, entregarían los recursos de su país a los poderes imperialistas suplicándoles bombardearlo? Ante esos incontrovertibles hechos, algunos en la izquierda, ansiosos en demostrar su solidaridad con la “revolución”, falsamente desestimaron al CNT como meramente una “camarilla” entre un diverso y amplio movimiento de oposición. Enceguecidos  por su odio a Gaddafi y, doblegándose a la propaganda imperialista continuaron describiendo la revuelta, como del “pueblo” o “revolución democrática”.

Mientras Binh escribe que la Izquierda has sido imposibilitada por un “antiimperialismo reflexivo” con respecto a Libia y ahora Siria, nosotros observamos lo contrario. Con pocas excepciones, la Izquierda falló en movilizarse en contra del ataque imperialista y el cambio de régimen en Libia y, parece ir en la misma dirección en Siria. Al aceptar sin sentido crítico la etiqueta de la “Primavera Árabe” y las historias de una inminente catástrofe humanitaria, aun aquellos que afirmaban oponerse a la intervención hicieron muy poco en la práctica.

Grupos como la Organización Socialista Internacional promovieron el contradictorio -y eslogan académico - de “Si a la Revolución, No a la Intervención”,  que solo ayudó a propagar la confusión entre el movimiento anti-guerra. Después de todo, la “revolución” libia fue la más sonora campeona de la intervención. Su destino, si fue exitosa o fracasó,  estuvo basado en el éxito relativo de la intervención. Todos los actores del  conflicto en Libia (el gobierno, las masas que se manifestaron en contra de la intervención, los rebeldes y los imperialistas) comprendieron rápidamente que la “revolución” y la intervención se habían vuelto indisolublemente entrelazadas.  Los únicos que negaron esta realidad fueron grupos como el ISO, que llegaron a creer que podían mágicamente separarlas con un artilugio retorico.  

Mientras los imperialistas bombardeaban, el ISO ignoraba las masas de libios que manifestaban en defensa de la soberanía nacional y en contra del imperialismo, ya que ellos no encajaban convenientemente en el esquema inventado por los medios de prensa imperialistas de, el “pueblo versus el dictador”. En la práctica, en vez de incorporarse a un frente unido con todos aquellos firmes en oposición a la intervención, ellos formaron un frente unido anti Gaddafi con los exiliados libios que abogaban por la intervención.

En un reciente artículo, el ISO diferenció su posición de los argumentos pro intervencionistas de Binh. Pero su centrismo pavimentó el camino para tal imperialismo socialista (socialista en nombre, imperialista en la práctica). Ellos aceptan todas las premisas: que el gobierno de Libia no tenía una significante base de apoyo y que la revuelta fue una “revolución popular” con un “comprensible” deseo por la ayuda foránea. Es más, el ISO encabezó el ataque contra el “exabrupto imperialista” de grupos como el Partido por la Liberación y el Socialismo, liderando la arremetida en contra de nosotros en el momento que los tambores de guerra empezaban a sonar a finales de febrero pasado. Mientras se dedicaban a engañar a sus lectores con el cuento de que Estados Unidos Y Gran Bretaña “en verdad, en verdad no quieren que Qadaffi caiga” (febrero 24, 2011) y restándole importancia a las crecientes evidencias sobre los linchamientos racistas cometidos por los rebeldes, ellos de forma deshonesta, la arremetían en contra de los grupos anti imperialistas como el PSL.

Incluso cuando el bombardeo había comenzado, ellos se dedicaron a atacar repetidamente a las pocas fuerzas que estaban en acción contra la guerra  en Libia por haber polemizado con los libios "activistas de la solidaridad", que instaban a la guerra. ¿Cuál es el objetivo de un movimiento contra la guerra, si no causar "polémicas" precisamente con esas fuerzas favorables a la guerra?!

La ISO, en lugar de ofrecer la autocrítica o reflexionar sobre sus propias confusiones y la inactividad durante el asalto a Libia, está ahora tratando de presentarse como organizadores firmes contra la intervención. (Incluso ahora, cuando el carácter político de derecha del movimiento rebelde ha quedado en claro, todavía atacan al PSL por no apoyar la "revolución".)

Social-imperialistas como Binh llevan la errónea posición centrista de la ISO un gran paso más hacia la derecha, con un llamado a todo pulmón a respaldar al CNT y al imperialismo. Él nos insta a aceptar como una cuestión de fe que, debido a que los rebeldes libios eran revolucionarios, el bombardeo de la OTAN fue un acto revolucionario y la oposición a la misma “¡contra-revolucionaria!” Como un "izquierdista" Binh no está solo en  su apoyo a la intervención imperialista, Solidaridad, una organización no-leninista que viene de una tradición política similar a la ISO, publicó dos posiciones opuestas; a favor de la intervención y contra la intervención en Libia.

¿Una revolución secuestrada? 

Binh escribe: "Cuando las cosas se pusieron difíciles y los F-16 se fueron sobre Libia, los amigos de los buenos tiempos de la revolución en Occidente la repudiaron, alegando que había sido secuestrada por la OTAN." Al principio algunas fuerzas progresistas erróneamente tomaron partido con los rebeldes, pero sabían que no debían apoyar el bombardeo de la OTAN. La posición, "secuestrada por la OTAN", fue para esas fuerzas una forma de corregir su error con gracia y retóricamente oponerse, o por lo menos no apoyar, la intervención imperialista.

Pero no todas las fuerzas políticas en Occidente comenzaron defendiendo a los rebeldes de Benghazi. Desde el principio, el PSL, se encontraba entre una pequeña minoría que insistió en analizar el carácter político de la oposición, señalando lo nacionalista y contradictorio de los elementos del Estado libio, y  exponiendo las motivaciones imperialistas de la intervención. Poco después, a medida que más hechos surgían de Libia, el PSL y unos cuantos más expusieron el carácter derechista de la oposición.

Los rebeldes libios no eran una fuerza revolucionaria que fuera "secuestrada por la OTAN." Independientemente de las motivaciones individuales de los manifestantes/rebeldes, como movimiento político definido por sus acciones, políticas y alianzas estratégicas, la orientación contrarrevolucionaria de la oposición se hizo aparente rápidamente. El NTC era una fuerza de derecha, incluso antes de que se desempeñaran como las fuerzas de tierra de los invasores de la OTAN. Hizo uso del descontento entre sectores de la población, mucho de ello con una base regional, para revertir los elementos restantes del proceso nacionalista iniciada por el golpe progresista de 1969, también llamado la Revolución al-Fatah, liderado por Gaddafi.

Los que afirman que el CNT era una camarilla atípica deben enfrentar el hecho de que nunca ningún liderazgo progresista se originó de él (¡lo que presumiblemente pasaría si un movimiento progresista fuera abiertamente "secuestrado" por los contrarrevolucionarios!), tampoco ningún rebelde protestó por el bombardeo de su país. Aun con las inevitables quejas de descontento o de disconformidad dentro de las filas de la oposición contra el CNT, esto no ha cambiado ni una pizca la trayectoria total del movimiento hacia la contrarrevolución.

¿Apoyo popular a los rebeldes libios?

Binh escribe: "la campaña aérea de la OTAN tuvo un apoyo masivo entre los libios revolucionarios”. Apoyo popular casi unánime a la oposición es otra suposición no comprobada de los apologistas de la intervención imperialista en Libia, así como Siria. El CNT no contaba con el apoyo de toda la población libia -tampoco el SNC cuenta con el apoyo de toda la población siria. Hay pruebas abrumadoras que refutan tales afirmaciones. El 1 de julio de 2011, en medio de los bombardeos masivos, cientos de miles -tal vez hasta un millón de personas- se manifestaron en Trípoli contra la OTAN. Los grandes medios de comunicación dieron a la protesta escasa cobertura. Las manifestaciones de esta magnitud en un país de sólo seis millones de personas destruye el mito de que la oposición contaba con el apoyo de todo el pueblo.

Es un hecho incontrovertible que Libia, bajo el liderazgo de Gaddafi, tenía una muy pequeña, casi insignificante fuerza militar. Después de que comenzó el bombardeo de la OTAN, el liderazgo libio abrió los depósitos de armas en Trípoli para la población, exhortando a todos a defender el país contra los atacantes extranjeros. Esta es una prueba clara de que, al menos en Trípoli, el gobierno gozaba de una gran popularidad. De lo contrario, ¿por qué un "dictador impopular" armaría a las masas que probablemente usarían las armas para luchar contra el Estado?

Binh sugiere que los rebeldes fueron los actores claves en el derrocamiento de Gaddafi. Pero cuando, ante la insistencia de las potencias imperialistas, la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue adoptada el 17 de marzo de 2011, los rebeldes libios estaban al borde de la derrota total. Las fuerzas leales a Gadafi habían ido ganando control y moviéndose rápidamente hacia Bengasi después  de haber pasado por Brega. Todos estos son hechos establecidos y reconocidos incluso por los medios imperialistas pro-guerra.

De hecho, el colapso inminente de los rebeldes fue la razón por la que Estados Unidos y sus socios menores apresuraron frenéticamente la resolución más allá de lo dispuesto por CSNU. Si la OTAN no hubiera iniciado su campaña de bombardeos sin piedad, los rebeldes habrían perdido todo su territorio restante.

En el transcurso de los siete meses la OTAN llevó a cabo miles de bombardeos e incursiones, dando golpes muy severos, difíciles de resistir para el estado libio. La OTAN no tomó el liderazgo de un grupo de rebeldes desarrapados  del NTC que la propia OTAN salvó de la aniquilación. Por el contrario, durante los meses de la campaña de bombardeos, los rebeldes libios no sólo recibieron entrenamiento militar y asesoramiento, sino que además funcionaban bajo el mando operativo de la OTAN. De manera coordinada, la OTAN proporcionó apoyo aéreo -es decir, asesinando a las fuerzas pro-Gaddafi por medio de  los bombardeos-  que despejó el camino para que los rebeldes se movieran sobre el terreno. El sitio final de Trípoli fue planeado y operado por unidades de fuerzas especiales de Estados Unidos y Europa. ¿No es esto prueba de que las potencias imperialistas, no los rebeldes NTC, estaban en control?

Binh incluso alaba "la postura de CNT contra la invasión extranjera y a favor de ataques aéreos extranjeros". Mientras que la OTAN no desplegó tropas de tierra en su campaña militar en Libia, esto no se debió al respeto de la OTAN por los deseos de los rebeldes libios. En la medida de lo posible, los imperialistas siempre intentan minimizar sus bajas utilizando parte de la población del país que están invadiendo / ocupando / bombardeando para que combatan en su nombre. Esto es lo que "la política de Vietnamización" de Nixon fue diseñada para lograr.

El autor correctamente se refiere a las ocupaciones de Afganistán e Irak como "ejercicios transparentes de construcción imperial”. Sin embargo, los Estados Unidos no pusieron sus fuerzas en suelo afgano hasta que las fuerzas de los talibanes ya habían sido derrotadas por una combinación de fuertes bombardeos EE.UU. y el apoyo en el terreno de las fuerzas afganas de la"Alianza del Norte". Las preferencias de la CNT en el caso de Libia, o la Alianza del Norte en el caso de Afganistán, fueron insignificantes a los planes imperialistas. Los imperialistas quieren minimizar las bajas, no porque se preocupan por la pérdida de vidas de su personal militar, sino para minimizar la posibilidad del crecimiento del movimiento contra la guerra en casa.

En su afán por atacar a los antiimperialistas, Binh ofrece otra defensa de la campaña de bombardeos de la OTAN: "Los métodos de la OTAN y el resultado de la guerra estaban totalmente en conflicto con lo que los anti-intervencionistas imaginaban: No hubo bombardeos masivos de la OTAN contra objetivos civiles, no hubo ninguna carretera libia de la muerte, ninguna Caída del Halcón Negro, ninguna atrocidad al estilo del helicóptero de combate de Wikileaks”. Mientras que la información precisa es difícil de encontrar, es difícil imaginar que 10.000 bombas arrojadas en un país de 6 millones no causaron víctimas civiles a gran escala. Las fotos de la destruida ciudad de Sirte valen mil palabras más que las garantías de Binh.

El significado de la autodeterminación

Algunos suponen que las víctimas civiles, inevitables en todas las campañas de bombardeo, son la única o la principal razón por la que los antiimperialistas se oponen a la intervención. Incluso si ni un solo civil murió en un determinado bombardeo imperialista, (una virtual imposibilidad), sigue siendo injusto.

Los revolucionarios y progresistas no sólo deben estar con los civiles, sino reconocer el fin máximo de la justicia de aquellos que luchan contra los imperialistas por la independencia de su país. Las multitudes en apoyo del gobierno libio aumentaron cuando comenzó el bombardeo imperialista, un testimonio de su sentido de la dignidad nacional. Ellos no merecían morir. Pero en la mente de Binh, los libios que arriesgaron y perdieron sus vidas para defender la independencia de su país en contra de la OTAN y los rebeldes bajo su mando eran blancos legítimos.

Binh escribe: "En el momento que las revoluciones siria y libia pidieron ataques aéreos y armas imperialistas para neutralizar la ventaja militar que gozaban los gobiernos sobre los pueblos revolucionarios, el anti-intervencionismo se convirtió en contrarrevolucionario porque significaba oponerse a la ayuda a la revolución." De acuerdo con esta extraña lógica, el derecho a la autodeterminación, un derecho que todos los progresistas defienden, al menos de palabra, significa nada menos que, el apoyo a la intervención militar imperialista.

En la época imperialista, el derecho a la libre determinación se ha vinculado con la "cuestión nacional-colonial", que es la división global específica de poder entre naciones imperialistas opresoras y oprimidas. Esto ha sido durante mucho tiempo una cuestión cardinal para los revolucionarios dentro de los países imperialistas: qué actitud tomarán hacia los planes imperialistas de su propia clase dominante, y hacia los movimientos de independencia entre las naciones oprimidas. Lenin, la Revolución Rusa y la Primera Internacional Comunista reconocieron que estos movimientos independentistas debilitaban el imperialismo y podrían precipitar su caída. Ellos ofrecieron un frente unido, aunque no necesariamente el apoyo político a los movimientos independentistas en la lucha contra el imperialismo. Este es el significado concreto de la autodeterminación en la época del imperialismo.

Independientemente de las propias diferencias políticas u oposición de uno al gobierno libio, aquellos que llevaban la bandera verde se convirtieron en un movimiento de independencia cuando los imperialistas empezaron a prestar apoyo material a los rebeldes, y finalmente atacaron.

El imperialismo es un sistema

Binh no trata de explicar por qué, en el caso de Libia y Siria, las potencias imperialistas se encuentran en el "lado bueno". ¿Por qué los imperialistas por unanimidad apoyarían, no sólo militarmente, sino, diplomáticamente, a los movimientos revolucionarios genuinos?

Al parecer, para aquellos como Binh, el imperialismo es sólo una mala elección política que puede ser revertida por las buenas. En realidad, es un sistema que pretende dominar el mundo con el fin de asegurar el control de los mercados y la apropiación de los recursos. Se persigue el derrocamiento de los estados independientes, incluso de aquellos que únicamente bloquean parcialmente la penetración y realización de ganancias de los gigantes del petróleo y de otras corporaciones que únicamente buscan beneficios económicos. Esta búsqueda de mercados y recursos es la motivación para un conjunto de políticas racionales y asesinas, que no están sujetas a ningún cambio fundamental por este o aquel político, o de tal o cual conjunto de circunstancias.

Los verdaderos antiimperialistas se oponen a todas las tácticas que el imperialismo utiliza para subyugar a los pueblos oprimidos, ya sean invasiones directas, ocupaciones y bombardeos, o sanciones económicas, golpes de Estado, asesinatos, la financiación y la organización de las fuerzas de oposición pro-imperialista, campañas de propaganda, etc.

Es posible que un país imperialista, o una agrupación de los países imperialistas, ayuden temporalmente a los movimientos de independencia en el mundo oprimido con el fin de debilitar el poder de sus rivales imperialistas en un país diferente. Esto ocurrió en alguna ocasión antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando las diferentes potencias imperialistas estaban comprometidas en una lucha intensa para expandir su esfera de influencia a expensas de los demás. Al final de la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo estadounidense se convirtió en la fuerza imperialista dominante. Los demás países imperialistas, tanto los vencedores como los vencidos, fueron relegados al papel de socios menores del imperialismo de los EEUU. En el mundo de hoy dominado por el imperialismo de los Estados Unidos, es muy poco probable que una potencia imperialista apoye a un verdadero movimiento revolucionario. Sería imposible que todos los poderes imperialistas apoyen y financien un verdadero movimiento revolucionario. Hacerlo así, sería desafiar la lógica del sistema imperialista.

En el caso de Libia no se trataba de una competencia inter-imperialista, con uno de los poderes apoyando a un movimiento de liberación con la esperanza de obtener ventajas frente a sus rivales. Todas las potencias imperialistas apoyaron a los rebeldes y se han beneficiado con el establecimiento de un Estado cliente. Contratos de petróleo altamente rentables han sido ya firmados, y continuaran siendo otorgados a los gigantes del petróleo por el generoso nuevo gobierno de Libia. Las compañías petroleras estadounidenses ConocoPhillips, Marathon y Hess Energy, la francesa Total, la italiana ENI, British Petroleum y otras gigantes petroleras  están cada una acaparando parte del botín. Los neoliberales libios, quienes tuvieron que competir con las fuerzas de orientación nacionalista dentro del anterior gobierno libio, están firmemente en control.

Binh considera lo que ocurrió en Libia como "un paso adelante", pasando por alto los linchamientos racistas y  la gran traición a Libia en beneficio del imperialismo.

No es fácil mantenerse firme contra la demonización imperialista

En su esencia, esto no es una cuestión teórica.  Claramente, Binh y otros defensores de la intervención "humanitaria" no sufren de una falta de capacidad analítica. Lo que les falta es la voluntad revolucionaria para hacerle frente a la  campaña de demonización imperialista que todos los sectores de la clase dominante han apoyado. En comparación, ponerse del lado del intervencionismo imperialista es la cosa más fácil de hacer, es el camino de menor resistencia para hacer una izquierda más "convencional" y "respetable".

Binh, correctamente condena las intervenciones de Estados Unidos en Somalia, Haití y los Balcanes, así como las ocupaciones de Afganistán e Irak. Pero cualquiera puede oponerse a las intervenciones imperialistas del pasado como cuestiones del debate académico e histórico. Cuando esas intervenciones no van bien, incluso algunos políticos de la clase gobernante se convierten en críticos.

Los Binhs del futuro, sin duda, miraran hacia atrás y condenaran la intervención de Libia, como un crimen histórico, sólo para justificar la próxima intervención imperialista. Los revolucionarios, antiimperialistas, por definición, luchan contra las intervenciones imperialistas, no sólo desde una perspectiva histórica, pero de manera más crítica, en el aquí y ahora.


Traducido del inglés por Marvin Najarro









Publicado por LaQnadlSol
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