viernes, 7 de febrero de 2014

ARGENTINA Y LAS DESACREDITADAS IDEAS DE P. KRUGMAN

Paul Krugman está agitando sus verdaderos colores, mientras que sus seguidores tratan de hacerse de la vista gorda y fingir que él no está inventando cosas. Básicamente Krugman está diciendo, siguiendo los pasos del experto Yglesias, que los problemas de inflación de la Argentina tienen que ver con su balance fiscal.


PHILIP PILKINGTON: PAUL KRUGMAN IMPULSA ARGUMENTOS
MATERIALMENTE INEXACTOS ACERCA DE ARGENTINA
PARA APOYAR DESACREDITADAS IDEAS MONETARISTAS


Por Yves Smith

Yves aquí. Con Argentina, uno de los mercados de las economías emergentes cuya moneda se ha dado un gran revolcón, sus agresivas políticas de redistribución orientadas a favor de los trabajadores han sido objeto de ataques (como un aparte, hay que tener en cuenta que Turquía que fue promocionada como modelo de una economía emergente hace unos años, también está luchando con una caída de la  moneda). Y una consecuencia predecible es que algunas de las políticas de la Argentina se han tergiversado. Por ejemplo, es ampliamente acusada de "vivir por encima de sus posibilidades". Sin embargo, como muestra este post, el gobierno mantuvo superávits en ocho de los últimos diez años.

Es también importante reconocer que algunos de los elementos relevantes de su actual padecimiento no son de su propia creación. Por ejemplo, dos de sus principales fuentes de divisas eran las exportaciones de soja y de maíz. La caída de los precios de esos productos agravó su balanza de pagos. (Los críticos convenientemente olvidan que, dado que Argentina puso fin a su sólida paridad con el dólar en 2001, la intervención ha sido en gran medida la venta de pesos para frenar la apreciación y  acumular reservas de divisas. Es decir, la moneda ha tendido a apreciarse hasta hace poco). Warren Mosler envió esta nota de una fuente privilegiada:

Los exportadores no están trayendo de vuelta los dólares ya que esperan un mayor ajuste del peso, pero también debido al hecho de que las grandes compañías de granos saben que perjudican al gobierno. Es un problema político, no económico. La derecha no quiere gobiernos populistas. La crisis mundial afectó al gobierno después de seis años, y ellos van a hacer lo que sea necesario para hacerlo caer.

Como era de esperar, el panorama es más complejo de lo que se lee en las tiras cómicas.

Por Philip Pilkington, un escritor y asistente de investigación en la Universidad de Kingston en Londres. Lo puedes seguir en Twitter @ pilkingtonphil. Publicado originalmente en  Fixing the Economists


Paul Krugman está agitando sus verdaderos colores, mientras que sus seguidores tratan de hacerse de la vista gorda y fingir que él no está inventando cosas. Básicamente Krugman está diciendo, siguiendo los pasos del experto Yglesias, que los problemas de inflación de la Argentina tienen que ver con su balance fiscal. Aquí está la cita de Krugman:

Mattew Yglesias dice lo que hay que decir acerca de Argentina: no hay contradicción alguna entre decir que la Argentina estaba en lo correcto al seguir las políticas heterodoxas en 2002, pero en este momento es un error que se rechacen los consejos para reducir el déficit y controlar la inflación. Sé que algunas personas encuentran esto difícil de entender, pero los efectos de las políticas económicas y las políticas necesarias a seguir, dependerá de las circunstancias. (El subrayado es mío)

Por supuesto, Krugman -en lugar de dedicarse a la retórica del chico fuerte ("hacer lo que hay que hacer", etc.) -podría haber hecho dos rápidas búsquedas en Google para ver si Argentina había estado teniendo grandes déficits en los años en que estaba sufriendo de inflación. Si lo hubiera hecho, habría descubierto que por muchos de los años después del incumplimiento del pago de la deuda en el 2001, Argentina mantuvo sustanciales superávits fiscales. Las estadísticas son bastante difíciles de localizar en el original (la página web está en español), pero Trading Economics las ha extraído y como de costumbre sus estadísticas son exactas.

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Como podemos ver, el gobierno mantuvo sustanciales déficits en el período 2001-2003. Esto fue en un momento en el que el PIB se estaba reduciendo en más de un 6%. Pero una vez que la economía salió de esa gran recesión el balance del presupuesto de la administración regresó de nuevo al superávit y permaneció allí hasta un breve déficit en 2010.

Ahora, si la historia de Krugman fuera correcta nosotros esperaríamos ver que la inflación descendió entre 2004 y 2010, ¿verdad? o ¿No? Nop. No, en absoluto.

El siguiente gráfico es la tasa de inflación oficial. Tenga en cuenta que a pesar de que es bien sabido que estas estadísticas son usadas para atenuar la inflación ellas, sin embargo, siguen la pista de las medidas no oficiales en cuanto a sus tendencias -es decir, mientras que no son útiles para darnos una imagen real de la tasa de inflación, nos dan una buena imagen de cuando la inflación se acelera y desacelera.

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Como podemos ver la inflación se disparó en 2002. Esto parece coincidir con el enorme déficit presupuestario de ese año. Sin embargo, la correlación es espuria. La inflación se disparó ese año debido a que el peso argentino se devaluó hasta el punto  que  su  valor aproximado era del 25% de lo que valía el año anterior. El repunte de la inflación se debió a un fuerte aumento de cuatro veces en los precios de las importaciones que luego se trasladaron al resto de la economía. Algo muy similar ocurrió en Islandia después de la crisis bancaria allí en 2008.

Entre 2004 y 2010, sin embargo, vemos niveles consistentes de alta inflación (las cifras reales probablemente serían cerca del 20 al 25% al año en lugar del 10% del gobierno) -y esto fue en un período en que el gobierno del país estaba teniendo sustanciales excedentes. ¿Qué sugiere esto? Simplemente que la inflación es probablemente debida a la cotización del peso argentino, junto con una serie de otros factores. Estos otros factores son básicamente, una clásica espiral precios-salarios con los sindicatos exigiendo que su nivel de vida se mantenga al día con el aumento de los precios, mientras que las empresas aumentan sus precios para trasladar el costo de los salarios más altos.

Desde el año 2011 el peso se ha seguido devaluando y tiene hoy un valor aproximado de la mitad de lo que valía en aquel entonces. Una vez más, esto es probablemente la causa principal de la inflación en Argentina. Pero tiene muy poco que ver con el déficit público. Más bien tiene que ver con el hecho de que Argentina se ha enfrentado a estos problemas inflacionarios desde por lo menos ya en los finales de la década de 1980, cuando el país experimentó un episodio de hiperinflación en sí.

Durante la década de 1990, el gobierno trató de extraer la inflación fuera del sistema, con un acuerdo equivocado de la junta monetaria que se vino abajo en 2001. Y yo no creo que nadie abiertamente proponga que se intente de nuevo.

Así que, ¿cuáles son las soluciones? Desafortunadamente, no hay soluciones fáciles. En un mundo ideal el gobierno permitiría que el estallido de la inflación que va a acompañar a la reciente devaluación del peso operara a través del sistema y luego intervendría con un bien aplicado control de salarios y de precios. Dichos controles, si la historia es una guía, son a menudo menos populares que la inflación -con los sindicatos y las empresas sintiendo que sus derechos se han invadido.

Entonces, la trayectoria probable que Argentina tendrá que tomar es tratar de mantener un fuerte crecimiento económico, mientras que navega la inflación. Al no permitir que los ingresos caigan demasiado, el gobierno puede garantizar que las personas no experimenten la pérdida de poder adquisitivo como un empobrecimiento total. Mientras tanto, el gobierno debe traer a los sindicatos y a la dirección de las empresas a la mesa de negociaciones y tratar de hacerles ver poco a poco la razón. Pero, de nuevo, eso efectivamente es un juego difícil.

La última cosa que Argentina necesita, sin embargo, es que gente de la talla de Paul Krugman con sus modelos Neo-Monetaristas de la inflación les diga que recorten el gasto público. Argentina ya es extremadamente impopular en la prensa financiera debido a la amargura que aún rodea el default de 2001. Cuando los llamados "amigos de la izquierda" como Krugman, se subieron al carro como una manera fácil de explicar sus teorías primitivas de la inflación que sólo añade más leña al fuego.

Con sus desacreditadas ideas del aumento de la oferta del dinero (como he sostenido aquí la inflación suele causar el crecimiento del dinero y no al revés), ellos sólo alentaran al público argentino a votar por otro montón de lunáticos que intentarán algún arreglo idiota como lo hicieron en la década de 1990. Tal régimen puede aparcar temporalmente la inflación, pero sólo a costa de arruinar la economía y causar mucho sufrimiento.

Sí, la élite financiera argentina estará encantada de que su dinero esté temporalmente a salvo, pero sólo será una cuestión de tiempo antes de que los disturbios empiecen en serio y todo se caiga a pedazos en un montaje escénico feo y quizá sangriento orquestado por los economistas que piensan que sus doctrinas y sus pequeños juguetes geométricos vuelan en un espacio celestial por encima de las realidades políticas y sociales.









Publicado por LaQnadkSol
CT., USA.

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