sábado, 18 de mayo de 2024

Desabrido encuentro presidencial

El presidente de México como el de Guatemala lucieron poco entusiasmados en este encuentro presidencial realizado en la ciudad de Tapachula, Chiapas. Dos hombres que se veían aburridos de la vida.

 

EL DESABRIDO ENCUENTRO ENTRE EL PRESIDENTE
BERNARDO ARÉVALO Y MANUEL LÓPEZ OBRADOR;
ABORDANDO LOS SOBADOS TEMAS DE SIEMPRE



Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol

El presidente de México como el de Guatemala lucieron poco entusiasmados en este encuentro presidencial realizado en la ciudad de Tapachula, Chiapas. Dos hombres que se veían aburridos de la vida. Pura formalidad diplomática intrascendente. Gastos de recursos para un país que, como Guatemala, viene escuchando desde hace años la cháchara diplomática de la amistad y la cooperación “entre las dos naciones”. Nuestro hermano mayor, México, nunca ha practicado una real solidaridad, ni económica ni política, quizá porque nunca quisieron tener compromisos con dictadores. Con Arévalo ahora es distinto y cuánto nos caería bien su solidaridad política en estos momentos de acoso de la derecha rabiosa guatemalteca que se empeña en detener toda iniciativa progresista. 

La política exterior mexicana hacia nuestro país ha sido siempre una infame extensión de la de Estados Unidos que ahora, al menos y en función de sus intereses, ha sido solidaria con nuestro proceso electoral ante los intentos contumaces de la ultraderecha de no reconocer la voluntad del pueblo de Guatemala expresadas en las urnas. Y no hay nada peor que tratar con los subalternos que directamente con el patrón. México poco tiene que ofrecer por sus problemas sociales enormes. Por su recuperada democracia a duras penas y que nadie garantiza que Claudia Scheinbaum le dé continuidad al proceso de Morena. La historia reciente nos ilustra de las veleidades de las personas que se hacen con el poder. Lenin Moreno es un patético ejemplo en Ecuador. O el caso de Uruguay con Almagro, testículo pequeño de Pepe Mujica durante sus dos períodos de gobierno.

Grandes sueños a lo largo de la historia se han caído y el sector progresista de la nación mexicana tiene y vive sus contradicciones. Estados Unidos en cualquier momento puede poner a México a marcar el paso, como cuando Trump atemorizó a López Obrador de invadir México para erradicar los carteles de la droga. López Obrador más que con prudencia contestó a Trump con miedo, pues lo que a nosotros nos parece inmenso (México), para Estados Unidos es insignificante. A tal punto es el temor de México a los Estados Unidos que México no dijo ni una sola palabra condenando el genocidio de Israel contra pueblo palestino.

No sé si el territorio mexicano es tierra prohibida para Consuelo Porras, la infame Fiscal General de Guatemala, proscrita en 42 países del mundo, pero si no fuera así, Consuelo Porras tendría asilo a la vuelta de la esquina en la república mexicana dado que México consagró como principio de su política exterior “ser tierra de refugio para los perseguidos del mundo”. 

El encuentro, pues, de López Obrador y Bernardo Arévalo rebalsa de inutilidad. Es lo dicho siempre largo de varias décadas, por eso este encuentro de López Obrador con Bernardo Arévalo lleva el sello inequívoco de la inutilidad. A pocos meses de irse y por no dejar López Obrador le hizo a Bernardo tres propuestas concretas: a) La infraestructura del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, b) Mejoramiento de la condición humanitaria de los migrantes, c) Lucha contra la criminalidad porque el sur de México está desbordado por los carteles Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa. Por lo demás, los temas anodinos tratados, que los aborde con ganas México que es a quien verdaderamente le conviene. La cooperación para combatir el crimen transnacional es más efectiva con los Estados Unidos que con México. Y debemos movernos en función de nuestros intereses nacionales, como lo hacen todos los Estados del mundo.




Publicado por La Cuna del Sol

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