lunes, 29 de marzo de 2021

La mayor crisis de deuda de la historia es inminente

La magnitud de la deuda que aplasta a los países pobres no se aliviará hasta que los acreedores de los países ricos se vean obligados a ceder parte de su riqueza.

 

LA MAYOR CRISIS DE DEUDA DE
LA HISTORIA ES INMINENTE



John Smith
Open Democracy

En 2020, las naciones ricas gastaron cerca de $12 billones, más del 31% de su PIB combinado, para evitar el colapso económico y amortiguar los efectos de la pandemia de la COVID-19 sobre sus ciudadanos. Este "estímulo fiscal" no incluye el estímulo monetario en forma de tipos de interés más bajos y compra de activos financieros por parte de la banca central.

En marcado contraste, su respuesta a los catastróficos efectos económicos de la COVID en los llamados países en desarrollo de África, Asia y América Latina -descritos por el presidente del Banco Mundial, David Malpass, como "peor que la crisis financiera de 2008, y para América Latina peor que la crisis de la deuda de los años 80”- ha sido como una bofetada en pleno rostro. En noviembre, Ken Ofori-Atta, ministro de Finanzas de Ghana, comentó que “la inconcebible capacidad de los bancos centrales de Occidente para responder [a la pandemia], y los límites de nuestra capacidad para responder, son muy desconcertantes... siento ganas de gritar 'no puedo respirar' ”.

La capacidad de las naciones pobres para responder a la pandemia también se ve obstaculizada por sistemas de salud lamentablemente subdesarrollados. El gasto promedio en salud per cápita en los países de ingresos altos en 2018 fue de $5 562, 156 veces más que los $35.6 al año per cápita gastados en los países de bajos ingresos y 21 veces más que los $262 gastados per cápita en los "países en desarrollo" en su conjunto.

En vísperas de la cumbre del G20 de noviembre, presidida por Arabia Saudita, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que "el mundo en desarrollo está al borde de la ruina financiera, y la intensificación de la pobreza, el hambre y el sufrimiento indecible" y pidió a los líderes del G20 una respuesta conmensurable. El G20 es realmente el G7 disfrazado, es decir, las siete principales naciones ricas, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, Canadá, Italia. Ellos ejercen el poder, mientras que las otras 13 naciones, incluidos Brasil, Sudáfrica, Arabia Saudita e India, otorgan legitimidad a sus decisiones.

La respuesta de las naciones ricas a la catástrofe que aflige a las naciones pobres es lo que se conoce como “Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda” (DSSI, por sus siglas en ingles), una oferta para que los 77 “países menos desarrollados” suspendan el pago de intereses a los acreedores oficiales (es decir, los gobiernos ricos, el FMI y el Banco Mundial) hasta junio de 2021. Los pagos suspendidos se agregarán a su ya insostenible deuda y cada centavo deberá pagarse en un plazo de cinco años.

En América Latina y el Caribe, solo Bolivia, Granada, Guyana, Haití, Honduras y Nicaragua califican para estos insignificantes beneficios. El resto debe seguir atiborrando de dinero los bolsillos de sus acreedores en las naciones ricas inenterrumpidamente, en lugar de usar este dinero para hacer frente a sus emergencias médicas y económicas.

Rescatar a los ricos

Pero eso no es todo. Este "alivio" de la deuda solo se aplica a los intereses adeudados a los gobiernos, no a la deuda con los prestamistas privados. Incluso el Banco Mundial se ha excluido de esta minúscula generosidad -David Malpass rechazó las llamadas para congelar $ 7 mil millones en pagos de intereses adeudados, argumentando que la indulgencia dañaría la capacidad del Banco para otorgar nuevos préstamos. Como resultado, solo el 41% de los $42.7 mil millones que los países de la ISSD adeudaban en pagos de deuda en 2020 son elegibles para el alivio.

La suspensión de los pagos de intereses a los gobiernos acreedores facilita que estos países desesperadamente pobres paguen sus deudas con los acreedores privados, como Blackrock, JP Morgan, HSBC, UBS y los individuos adinerados a los que sirven. En otras palabras, los gobiernos de los países ricos no están rescatando a los países pobres, están rescatando a los inversores ricos en esos países pobres.

Como lo admitió el propio David Malpass (que formó parte del gobierno de Donald Trump antes de su nombramiento como director del Banco Mundial en 2019), “existe el riesgo del oportunismo, donde los inversores privados reciben el pago completo, de alguna manera de los ahorros que los países obtienen de sus acreedores oficiales".

Desde el principio, se ha instado a los acreedores privados a participar en el ISSD ofreciendo demoras en el pago de intereses, pero se han negado intransigentemente a hacerlo. En noviembre, los líderes del G20 repitieron estas exhortaciones vacías: "Hay una falta de participación de los acreedores privados, y los alentamos encarecidamente a participar en términos comparables cuando lo soliciten los países elegibles". Como lo indicó Stephanie Blankenburg, jefa de financiación de la deuda y el desarrollo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo: "Existe un acuerdo entre los países desarrollados y en desarrollo en el G20 para representar únicamente los intereses de los acreedores".

Pide y recibirás... una bofetada en pleno rostro       

Hasta el momento, 44 países han solicitado el alivio en el marco de la ISSD, y se ha pospuesto un total de $5.4 mil millones en pagos de intereses, que se agregarán al total de su deuda pendiente, que ascendió a $477 mil millones en 2018. Estos ahorros equivalen al 2.2% del producto interno bruto, o alrededor de una décima parte de la caída de sus ingresos fiscales como resultado de la pandemia.

Para obtener el alivio, los países de la ISSD deben solicitar la suspensión de sus pagos de intereses, aunque el hecho de realizar esta solicitud pone en duda su solvencia e invita a las agencias de calificación crediticia a considerar la degradación de su deuda, como ya ha sucedido con Etiopía, Pakistán y Camerún. En lugar de obtener el alivio de la deuda, sus costos de financiamiento se han disparado, aumentando así el costo de su deuda.

Según Daniel Munevar de Eurodad, la amenaza de esto “se está utilizando para intimidar a los países deudores y obligarlos a pagar sus deudas independientemente de las consecuencias para la salud pública. Los costos... lamentablemente se medirán en los millones de empleos y vidas perdidas, no a causa de un virus devastador, sino... del sistema financiero mundial”.

¿Qué pasa con el resto?

La crisis de la deuda que enfrentan los países más pobres es una faceta de una colosal crisis de la deuda mundial. Incluyendo la deuda pública y privada de los países ricos y de ingresos medios, la deuda global asciende ahora a 277 billones de dólares. Esto aumentó en $6 billones entre 2012 y 2016, y en $52 billones desde 2016 hasta finales de septiembre de 2020, y ahora equivale al 365% del producto interno bruto mundial, frente al 320% a fines de 2019.

Incluso antes de que golpeara la pandemia de la COVID-19, la economía capitalista global estaba en cuidados intensivos, evitando la depresión gracias a políticas monetarias extremas como las tasas de interés negativas y el aumento de la deuda. Solo un retorno a un crecimiento económico sólido y sostenido puede evitar una crisis cualitativamente más profunda que cualquier otra experimentada en la historia, pero no existe en absoluto ninguna razón para esperar que este crecimiento se materialice.

Seis países pobres, Zambia, Ecuador, Líbano, Belice, Surinam y Argentina, ya incumplieron sus deudas en 2020, en comparación con solo tres durante la crisis financiera mundial.

La crisis de la deuda que ahora envuelve a los países pobres es solo una manifestación de la profunda crisis estructural del sistema económico global, una crisis de la que no hay salida capitalista. La deuda de una persona, o de un país, es el activo de otra persona. La cancelación de las deudas que la mayoría adeuda a unos pocos es la única solución posible, y esta es necesariamente una solución revolucionaria, ya que la cancelación de las deudas de la mayoría pobre significa la cancelación de la riqueza que pertenece a la minoría superrica.

Toda la humanidad progresista puede y debe unirse y actuar según las palabras del presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, quien, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de septiembre de 2020, llamó a la reanudación de “la lucha justa por cancelar la incobrable deuda externa que, agravada por los efectos sociales y económicos de la pandemia, amenaza la supervivencia de los pueblos del Sur”.




Publicado por La Cuna del Sol

jueves, 25 de marzo de 2021

El hambre en Guatemala

En la agenda de prioridades del Estado el combate integral al hambre y la desnutrición crónica infantil no aparece en su radar de acciones políticas y estrategias de primer orden.

 

EL HAMBRE EN GUATEMALA



Sergio Barrios Escalante
Alainet

En la agenda de prioridades del Estado el combate integral al hambre y la desnutrición crónica infantil no aparece en su radar de acciones políticas y estrategias de primer orden.

El hambre en Guatemala, al igual que muchas regiones de Centro y Latinoamérica, es un flagelo que trasciende décadas, gobiernos, planes, proyectos y campañas públicas y privadas. Sin embargo, no todas las zonas del mundo presentan condiciones tan agudas en este repulsivo rezago social y humano.

Existen al menos 2 factores adicionales que se suman a las condiciones estructurales, históricas, sociales, políticas e institucionales que favorecen la ocurrencia y prevalencia de este fenómeno, factores adicionales que precipitan la profundidad del flagelo y encienden todas las alarmas dentro y fuera del país.

Estos dos factores de gran impacto directo y negativo son los crecientes efectos negativos del cambio climático (incluyendo el producido por la intervención depredatoria de ciertas actividades humanas de origen local) y la captura del Estado y sus instituciones estratégicas por parte del crimen organizado nacional y transnacional.

En cuanto a los efectos directos del cambio climático, Guatemala es considerada como una de las 8 zonas del mundo con mayor vulnerabilidad a desastres naturales y eventos catastróficos ligados a inestabilidad medioambiental.

La veracidad del dato queda ilustrada con el más reciente de estos eventos, el cual se manifestó en los primeros días del mes de noviembre del recién pasado año 2020, con las tormentas ETA e IOTA, las cuales afectaron amplias zonas rurales y muy empobrecidas de la zona norte y nororiental de Guatemala, impactando también en Honduras y en menor medida en El Salvador, afectando directa e indirectamente a un estimado de 8 millones de personas, según datos de la FAO (1).

A estos impactantes efectos producidos por grandes eventos climáticos, se deben sumar otros, igual de nefastos, como los desarrollados por actividades locales depredatorias del medioambiente, como los desplazamientos violentos y forzosos de campesinado al que se les arrebata arbitrariamente sus tierras y cultivos, así como los megaproyectos de minería a cielo abierto.

En ambos casos el catastrófico resultado medioambiental es igual; tala inmoderada de bosques y agudizamiento del estrés hídrico al agotar innumerables fuentes acuíferas, además de aumentar la privación de alimentos a numerosas familias en condición vulnerable de esas mismas zonas. 

El segundo factor de gran impacto que se suma a las causales multidimensionales que tradicionalmente han provocado el hambre en Guatemala, es la captura del Estado y sus instituciones estratégicas por parte del crimen organizado nacional y transnacional.

Cada vez queda más claro para amplios sectores sociales dentro y fuera de Guatemala, la estrecha relación existente entre el hambre y la corrupción; el hambre y la impunidad. Por estos días, a ojos vistas de todo el mundo, las cabezas de los tres poderes del Estado están más preocupados por frenar la lucha contra la corrupción y la impunidad, y en su agenda de prioridades el combate integral al hambre y la desnutrición crónica infantil no aparece en su radar de acciones políticas y estrategias de primer orden.

Producto de tal cooptación criminal del Estado, cientos de millones de quetzales del erario nacional se están fugando hacia manos privadas, disminuyendo sustancialmente la ya limitada capacidad institucional de los gobiernos de turno para dar respuesta pronta y efectiva al problema del hambre y la desnutrición infantil y a otros desafíos concurrentes y de nuevo cuño, como la pandemia del Covid19.

De hecho, la misma precaria gobernabilidad democrática alcanzada en el país durante el período de la post guerra interna tras la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, se está erosionando dramática y aceleradamente, al punto que se han encendido las alarmas en Washington, pues de seguir su curso el colapso político e institucional del Estado guatemalteco, la migración masiva  hacia el exterior causada por el hambre, la desesperación y por la inseguridad provocada por los grupos criminales, continuará su actual escalada, poniendo en riesgo no solo la política inmigratoria sino la propia seguridad interna en los EEUU.

En realidad, no existen grandes diferencias de fondo entre la política inmigratoria del gobierno encabezado por Trump y ahora por Biden. Desde que asumió el cargo en enero de este año, este último ha dicho y reiterado numerosas veces que “los centroamericanos no deben migrar a los EEUU”.

Por razones obvias, detener o reducir drásticamente la masiva, irregular y desordenada migración de decenas de miles de indocumentados centroamericanos hacia las fronteras de EEUU, es una prioridad de Seguridad Nacional para la potencia del norte. El dilema y dolor de cabeza para Washington es cómo lidiar y negociar con una clase política centroamericana corrupta y ligada al crimen organizado, en particular, al narcotráfico.

Por estos mismos días en los que estamos por terminar el mes de marzo, se anuncia la visita a Guatemala de una comisión oficial norteamericana de alto nivel, encabezada por funcionarios de la talla de Ricardo Zuñiga y Juan Sebastián González (Jefe de Asuntos Hemisféricos del Gobierno de EEU), entre otros.

Públicamente se anuncia que el objetivo central de la visita de esta comisión especial es coordinar una estrategia regional para la migración hacia el apetecido país del norte. Empero, persiste el gran dilema e interrogante: ¿Qué efectos sólidos y efectivos pueden dar a los EEUU negociar con políticos y funcionarios carentes de legitimidad?

Recuerdo que en el año 2006 escribí y publiqué un artículo cuyo titular decía más o menos: “Centroamérica, entre la haitiización y la puertoricanización”. Para nuestra mala fortuna, en Guatemala y la franja norte de Centroamérica, durante estos últimos 15 años se ha “haitiizado” nuestro empobrecimiento, y por otro lado, se está “puertoricanizando” nuestra calidad de región intervenida. Cualquiera de estas dos salidas empeora nuestra situación.

Notas

1. “FAO pide recaudar fondos para asistencia alimentaria en Centroamérica”. Geldi Muñoz Palala, El Periódico, 03/02/2021.

2.https://elperiodico.com.gt/noticias/economia/2021/02/03/fao-pide-recaudar-fondos-para-asistencia-alimentaria-en-centroamerica/

Sergio Barrios Escalante. Investigador social.  Activista social por la niñez y adolescencia en la Red ADINA. Editor de la revista virtual Raftulum  https://revistatulum.wordpress.com/




Publicado por La Cuna del Sol

sábado, 20 de marzo de 2021

Lula en una jungla de espejos

Todavía en dificultades legales y sin atreverse a proyectarse como un líder revolucionario, Lula, sin embargo, nunca debe ser subestimado.

 

LULA EN UNA JUNGLA DE ESPEJOS



Pepe Escobar
The Saker

Una sorprendente decisión de la Corte Suprema que, aunque no es definitiva, restaura los derechos políticos de Lula ha impactado a Brasil como una bomba semiótica y ha sumergido a la nación en un reality show que se escenifica en una jungla de espejos rotos.

Al principio, parecía que tres variables importantes permanecerían inmutables.

- El ejército brasileño dirige el espectáculo, y eso no cambiaría. Mantienen un poder de veto total sobre si Lula puede postularse para presidente por un tercer mandato en 2022, o ser neutralizado, nuevamente, a través de cualquier maniobra jurídica que se considere necesaria, en el momento que así lo decidan.

- El presidente Bolsonaro, cuya popularidad rondaba el 44%, ahora tendría rienda suelta para movilizar todos los sectores de la derecha contra Lula, con el pleno apoyo de la clase dominante brasileña.

- El ministro de Economía, el pinochetista Paulo Guedes, seguiría teniendo total libertad para destruir por completo el Estado, la industria y la sociedad brasileña en nombre del 0.001%.

Pero luego, 48 horas después, llegó el “tour de force” de Lula: un combinación de discurso y conferencia de prensa que tuvo una duración proustiana de tres horas -comenzando con una larga lista de agradecimientos en la que, significativamente, los dos primeros nombres fueron el presidente argentino Alberto Fernández y el papa Francisco, lo que implica un futuro eje estratégico Brasil-Argentina.

Durante esas tres horas, Lula ejecutó un magistral ataque preventivo. Plenamente consciente de que todavía no está fuera del peligro legal, ni mucho menos, él no podría proyectarse a sí mismo como un líder revolucionario. En la compleja matriz brasileña, sólo la evolución de los movimientos sociales podrá crear en un futuro lejano las condiciones políticas para alguna posibilidad de revolución radical.

Por lo tanto, Lula optó por la siguiente mejor jugada: cambió por completo el discurso al trazar un marcado contraste con el terrible desastre presidido por Bolsonaro, enfatizando el bienestar de la sociedad brasileña; el papel necesario del Estado, como proveedor social y organizador del desarrollo; y el imperativo de crear puestos de trabajo y aumentar los ingresos de las personas.

“Quiero que las Fuerzas Armadas se ocupen de la soberanía de la nación”, enfatizó. El mensaje político a los militares brasileños, que tienen todas las cartas en la farsa política actual, fue inconfundible.

Sobre la autonomía del Banco Central de Brasil, Lula enfatizó que los únicos que se beneficiaron fueron quienes conforman  "el sistema financiero". Y dejó bastante claro que la principal circunstancia en la que “deberían tenerme miedo” será si trozos selectos del Brasil productivo, como en el gigante energético nacional Petrobras, se venden por nada. Así se posicionó firmemente en contra de la campaña de privatización neoliberal en curso.

Obama-Biden

Incluso sabiendo que  Obama y Biden fueron los supervisores (silenciosos) del golpe de Estado judicial en cámara lenta contra la presidenta Dilma Rousseff de 2013 a 2016, Lula no podía permitirse entrar en confrontación con Washington.

Absteniéndose de lanzar una bomba de fragmentación, no mencionó que el entonces vicepresidente Biden pasó tres días en Brasil en mayo de 2013 y se reunió con Dilma, discutiendo, entre otros temas cruciales, las fabulosas reservas de petróleo presal. Una semana después, salió a la calle la primera entrega de una revolución de color brasileña.

Lula evitó otra potencial bomba de fragmentación cuando dijo: “Tenía la intención de construir una moneda fuerte con China y Rusia para no depender del dólar estadounidense. Obama lo sabía”.

Eso es correcto: pero Lula podría haber enfatizado que esta fue posiblemente la motivación fundamental para el golpe de Estado y para la destrucción de un Brasil emergente, que entonces era la sexta economía más grande del mundo y acumulaba un gran capital político en todo el Sur Global.

Lula está lejos de estar lo suficientemente seguro como para correr el riesgo de acusar a toda la elaborada operación Obama-Biden / FBI / Departamento de Justicia que creó las condiciones para la fraudulenta investigación conocida como Car Wash, ahora totalmente desenmascarada. El Estado profundo estadounidense está vigilando. Vigilando todo. En tiempo real. Y no permitirán que su neocolonia tropical se les escape sin oponer resistencia.

Aun así, el Show de Lula fue una invitación encantadora e hipnótica para decenas de millones de personas pegadas a sus teléfonos inteligentes, una sociedad terminalmente agotada, horrorizada y enfurecida por una múltiple tragedia presidida por Bolsonaro.

De ahí el inevitable torbellino que se avecina.

¿Qué se debe hacer?

Si se confirma su retorno, Lula se enfrenta a una tarea sisifeana. La tasa de desempleo es del 21.6% a nivel nacional, más del 30% en las regiones más pobres del noreste.              

Alcanza casi el 50% entre los jóvenes de 18 a 24 años. La ayuda de emergencia del gobierno en tiempos de pandemia se fijó inicialmente en un poco más de $100, con fuertes protestas de la oposición. Ahora que ha sido reducida a unos miserables 64 dólares, la oposición se aferra a los 100 dólares que rechazó anteriormente.

Para el 60% de la clase trabajadora brasileña, los salarios mensuales son inferiores a lo que era el salario mínimo en 2018, en ese momento valorado en alrededor de $300.

En contraste con el implacable empobrecimiento, a una gran parte de los industriales brasileños les gustaría que la devota orquesta neoliberal de Guedes siguiera tocando sin trabas. Eso implica una superexplotación de la fuerza de trabajo y una venta indiscriminada de activos estatales. Una gran proporción de los depósitos del presal -en términos de reservas ya descubiertas- ya no es de propiedad brasileña.

Los militares entregaron de facto la economía de la nación a las finanzas transnacionales. Brasil depende virtualmente de la agroindustria mercenaria para pagar sus facturas. Tan pronto como China alcance la seguridad alimentaria, con Rusia como un crucial abastecedor, este acuerdo desaparecerá y las reservas de divisas se reducirán.

Hablar de “desindustrialización” en Brasil, como acostumbra la izquierda liberal, no tiene ningún sentido, ya que los propios industriales rapaces apoyan el neoliberalismo y el rentismo.

Si a esto le sumamos el auge del narcotráfico como consecuencia directa del colapso industrial de la nación, junto con lo que podría definirse como la creciente evangelización al estilo estadounidense de la vida social que expresa la anomia predominante, entonces tenemos el caso más explícito de la devastación del capitalismo del desastre en una importante economía del Sur Global en el siglo XXI.

¿Qué debe hacerse entonces?

No hay evidencias

Por supuesto que no hay pruebas irrefutables. Pero todo el teatro de sombras apunta hacia un acuerdo. Ahora, aparentemente reunidos en torno a él, con la excepción de los militares, están los mismos actores que intentaron destruir a Lula -lo que se conoce como la "juristocracia", los poderosos intereses de los medios de comunicación, la diosa del mercado.

Después de todo, Bolsonaro  -la encarnación de un proyecto militar lanzado desde al menos 2014- no solo es malo para los negocios; su inconsecuencia psicótica es francamente peligrosa.

Por ejemplo, si Brasilia separa a Huawei de la tecnología 5G en Brasil, más temprano que tarde, los mercenarios de la agroindustria tendrán que comerse sus propias semillas de soja, ya que las represalias chinas serán devastadoras. China es el principal socio comercial de Brasil.

Eventos cruciales de la trama siguen sin respuesta. Por ejemplo, si la decisión de la Corte Suprema, que puede revertirse, se tomó solo para proteger la investigación Car Wash -en realidad una conspiración- y a su superestrella en el estilo de un secreto Elliott Ness, el ahora desacreditado juez Sergio Moro.

O si un nuevo vía crucis judicial, si sus operadores así lo deciden, puede desencadenarse  en contra de Lula. Después de todo, la Corte Suprema es un cartel. Prácticamente cada uno de los 11 jueces está comprometido de una u otra forma.

La interrogante primordial es que realmente quieren los amos imperiales. Nadie dentro del Beltway tiene una respuesta concluyente. El Pentágono quiere una neocolonia, con una mínima influencia de Rusia y China, es decir, un BRICS fracturado. Wall Street quiere saqueo al máximo. Tal como están las cosas, tanto el Pentágono como Wall Street nunca lo han tenido tan fácil.

 Obama-Biden 3.0 quiere algo de continuidad: el sofisticado proyecto de principios y mediados de la década de 2010 para destruir Brasil, a través de la Guerra Híbrida, se desarrolló bajo su patrocinio. Pero ahora eso debe proceder bajo una gestión "aceptable"; para el liderazgo demócrata, Bolsonaro, en todos los niveles, está irremediablemente vinculado a Trump.

Así que el acuerdo crucial a tener en cuenta a largo plazo será: Lula / Obama-Biden 3.0.

En Brasilia, aquellos cercanos a las fuerzas armadas están especulando que si el consorcio Estado profundo / Wall Street obtiene su nueva cesta de regalos -China fuera de la 5G, aumento de las ventas de armas, la privatización de Eletrobras, nuevas políticas de precios de Petrobras- las fuerzas armadas en cualquier momento pueden descartar a Lula nuevamente.

Lula, siempre en modo de negociación, había estado en acción incluso antes de la decisión de la Corte Suprema. A fines de 2020, Kirill Dmitriev, jefe del Fondo de Inversión para el Desarrollo de Rusia que financió la vacuna Sputnik V, se reunió con Lula, luego de que identificara al expresidente como uno de los firmantes de una petición del premio Nobel de Economía, Muhammad Yunus haciendo un llamado para que las vacunas contra el Covid-19  fueran un bien común. La reunión fue firmemente alentada por el presidente ruso Putin.

Esto llevó a que decenas de millones de dosis de Sputnik V estuvieran disponibles para un grupo de estados del noreste de Brasil. Lula jugó un papel clave en la negociación. El gobierno federal, que inicialmente cedió a la fuerte presión estadounidense para demonizar al Sputnik V, al verse confrontado con un desastre de vacunas, se vio obligado a subirse al tren y ahora incluso está tratando de atribuirse el mérito.

Tal como se desarrolla, esta apasionante telenovela puede estar exhibiendo todas las características de una  psyop protagonizado por algunos chicos buenos y una gran cantidad de chicos malos.

A la casa (militares) le gustaría dar la impresión de que está controlando todas las apuestas. Pero Lula, como el consumado practicante de la política de “flotar como una mariposa y picar como una abeja”, nunca debe ser subestimado.

Tan pronto como el control de Covid-19 lo permita -en gran medida gracias al Sputnik V- la mejor apuesta de Lula será ponerse manos a la obra. Desplegar a las masas trabajadoras maltratadas en las calles, energizarlas, hablarles, escucharlas. Internacionalizar el drama brasileño mientras trata de cerrar la brecha entre Washington y los BRICS.

Y actuar como el verdadero líder del Sur Global que nunca dejó de ser.




Publicado por La Cuna del Sol

lunes, 15 de marzo de 2021

¿En qué consiste el Plan Biden para Centroamérica?

Ahora, viene una reedición de las políticas de Obama para Centroamérica con el llamado Plan Biden, presentado a finales del año pasado. Consta de un financiamiento de 4 mil millones de dólares para la empobrecida región, junto con inversión corporativa extranjera, a cambio de agresivas reformas neoliberales de "libre mercado", explica el periodista estadounidense Ben Norton.

 

¿EN QUÉ CONSISTE EL PLAN BIDEN
PARA CENTROAMÉRICA?



Misión Verdad

El saldo negativo que dejó la política exterior de Barack Obama para Centroamérica, sobre todo con lo relacionado a la migración hacia Estados Unidos, tuvo repercusiones clarísimas cuya expresión más nítida sin duda se cristalizó con la así llamada Caravana Migrante, que tuvo una respuesta negativa por parte de la Administración Trump.

Durante el mandato de Obama, recordemos, el vicepresidente fue el mismo Joe Biden, quien ya había sido un propulsor de macroplanes regionales estadounidenses desde el Senado, siendo uno de los principales promotores del Plan Colombia, que tuvo consecuencias destructivas para el país sudamericano y la región en general con el aumento en la producción de cocaína y de las víctimas de la guerra fratricida que viene desarrollándose por más de medio siglo, además de violaciones de derechos humanos, desplazamientos y el auge de la economía ilegal en diferentes sectores.

Ahora, viene una reedición de las políticas de Obama para Centroamérica con el llamado Plan Biden, presentado a finales del año pasado. Consta de un financiamiento de 4 mil millones de dólares para la empobrecida región, junto con inversión corporativa extranjera, a cambio de agresivas reformas neoliberales de "libre mercado", explica el periodista estadounidense Ben Norton.

Así describe de manera general Norton al susodicho Plan Biden:

Según el programa de la administración Biden, los gobiernos centroamericanos deberán recortar las protecciones para los trabajadores, garantizar que "las prácticas laborales no perjudiquen a la competencia", reforzar los acuerdos de "libre comercio" con Estados Unidos y "reducir las barreras a la inversión del sector privado", para permitir a las corporaciones estadounidenses un mayor control sobre la región.

La mayoría de los gobiernos que en este momento presiden los Estados centroamericanos, a excepción de Nicaragua, está sujeta a la dinámica impuesta por los Estados Unidos.

Diálogo Interamericano y Alianza para la Prosperidad: iniciativas neoliberales

Tanto Guatemala, Honduras y El Salvador (el Triángulo Norte) como Belice, Costa Rica y Panamá esperan recibir una tajada de los 4 mil millones de dólares que promete el nuevo inquilino de la Casa Blanca, así lo habrían aplaudido el 17 de febrero pasado durante una reunión entre cancilleres, operadores políticos regionales y representantes de Washington denominada Diálogo Interamericano.

Norton afirma que "el enfoque de la administración Biden tiene como objetivo más inmediato limitar la inmigración de refugiados centroamericanos a los Estados Unidos", lo que genera un contrasentido respecto a las promesas de campaña del Partido Demócrata para el estímulo inmigrante. Nada nuevo si tomamos en cuenta lo que sucedió con Barack Obama.

Para ello, cuenta con el apoyo de los gobiernos centroamericanos dóciles a los designios estadounidenses, aludiendo que será "de beneficio mutuo" y parte de una "visión compartida con los Estados Unidos", según las conclusiones del Diálogo Interamericano.

Además, el factor geopolítico no deja de asomarse al Plan Biden, que considera junto a los países satélite que China y Rusia deben ser "contenidas" de penetrar su influencia en la región, preciada a los intereses de Washington. Dicho proyecto es considerado, desde esta perspectiva, como una herramienta de la nueva guerra fría que el anglohegemón en decadencia ha estado desarrollando sobre los poderes euroasiáticos emergentes.

El análisis de lo emanado en aquella reunión del 17 de febrero lo que hace es comprobar que Estados Unidos plantea no solo hinchar de dólares a la región centroamericana, sino que piensa profundizar lo que ya venía haciendo las administraciones de Obama y Trump: entronizar la sinergia militar entre el Pentágono y los sectores castrenses de los Estados subsumidos a la lógica estadounidense, poblar de ONG a todos esos países con el fin de preservar los canales de recurso y gobernabilidad territorial y cercar y atacar a la Nicaragua sandinista, en un nuevo ciclo de intentos de "cambio de régimen" contra el gobierno de Daniel Ortega.

Lo trágico del Plan Biden es que las consecuencias de las políticas estadounidense sobre la región en materia de inmigración, narcotráfico y violencia irregular parecen quererse solucionar con atajos tecnocráticos e inyección dineraria típicos del neoliberalismo (recorte de presupuestos sociales de los Estados, entre otras reformas que proyectan la desigualdad al cielo), como bien lo relaciona Norton:

Al reforzar las políticas económicas neoliberales que han destruido las economías locales en toda la región, particularmente en las áreas rurales, es probable que el Plan Biden, irónicamente, proporcione más ímpetu para que las futuras generaciones de centroamericanos empobrecidos y desempleados emigren al norte.

De tal forma que se espera que la Administración Biden, a través de la llamada Alianza para la Prosperidad, que ha sido financiado antiormente con centenas de millones de dólares en gobiernos pasados, hoy pueda ejercer de Fondo Monetario Internacional a cambio de dinero para los gobiernos centroamericanos. Se esperan reformas estructurales en política económica, agresivas contra las poblaciones autóctonas, sobre todo en el Triángulo Norte, planificas desde Estados Unidos y que harán más quejumbrosa la tragedia social con la que ha sido penada Centroamérica.

El sector privado en Centroamérica sería uno de los principales beneficiarios del Plan Biden con el fin de "aumentar el empleo", "reducir las barreras de inversión privada" y "mejorar la competitividad del mercado", siendo así, como dice el periodista norteamericano, para lograr esos objetivos, "las naciones centroamericanas tendrán que poner fin a las restricciones que imponen a las corporaciones extranjeras que dominan sus industrias y mercados, eliminando aranceles o medidas económicas proteccionistas, exactamente el tipo de políticas que han devastado las economías locales en América Latina, alimentando la pobreza, el desempleo y, por lo tanto, migración en masa".

Por diferentes mecanismos, el mismo plan tendería a "obligar a las naciones centroamericanas a recortar las pocas protecciones, salarios y beneficios que brindan a los trabajadores". Y "para complementar la inversión corporativa extranjera y las asociaciones público-privadas, Plan Biden propone a las ONG como vehículos de influencia, comprometiéndose a 'invertir principalmente en organizaciones de la sociedad civil'", escribe Norton.

Intervención a la carta

Cabe destacar que el dinero para el Plan Biden provendrá del Departamento de Seguridad Nacional y de la USAID, esta última institución que ya ha acumulado experiencia en financiamiento a estrategias de "cambio de régimen" sobre Nicaragua como The Grayzone ha reportado anteriormente. Incluso, comenta Norton, "bajo el liderazgo del halcón humanitario Samantha Power, es casi seguro que USAID desempeñará un papel más importante en las intervenciones estadounidenses en toda la región".

De hecho, entre los donantes de alto perfil del grupo de expertos que estuvieron presentes en el evento de Diálogo Interamericano se encuentraron la USAID, el Banco Interamericano de Desarrollo, Chevron, ExxonMobil, BP, Google, WalMart, Lockheed Martin y Open Society Foundations del reconocido multimillonario anticomunista George Soros, junto con la Fundación Ford, McKinsey y Chemonics.

Esa constelación corporativa es que la fija sus ojos claramente sobre el Plan Biden, los principales beneficiarios de sus políticas: los que ya están contando el dinero a costa del sudor y la sangre centroamericanas, en este caso.

Sobre el involucramiento del Departamento de Seguridad Nacional en el plan centroamericano, llama la atención que una institución nacida de las consecuencias de la Ley Patriota de 2001 que se dedica a las políticas pertinentes a Estados Unidos se desenvuelva en la región sin escrúpulos. Si bien dicho departamento se encarga de las acciones antiinmigrantes en la Unión, su circunscripción abarca legalmente los límites de su país.

El intervencionismo estadounidense, de esta manera, viene recargado y con extralimitaciones del aparato de seguridad e inteligencia de Estados Unidos filtrándose a través de la economía política hacia Centroamérica. Dos y hasta tres pájaros de un tiro.

Pero quizás lo más llamativo de los diálogos que se produjeron en el Diálogo Interamericano es la política agresiva que se implementará sobre Nicaragua. Ben Norton reseña parte de lo que dijeron los panelistas respecto a los sandinistas:

Leyendo una declaración preparada en inglés y refiriéndose a los líderes conservadores en el panel como sus "amigos", [Cristina] Chamorro advirtió que el gobierno izquierdista sandinista de Nicaragua podría amenazar al neoliberal Plan Biden.

Chamorro pidió trabajar con la OEA para presionar al gobierno de Nicaragua y elogió al gobierno de Biden por sus duras declaraciones contra el gobierno sandinista.

Declaró que los planes del gobierno de Estados Unidos de imponer aún más sanciones a su país de origen son "buenas noticias" y pidió más ataques económicos.

Chamorro incluso se refirió a Centroamérica como parte de la "esfera de influencia" colonial de Washington, sugiriendo que "se podría construir un enfoque más geoestratégico, como se hizo en el pasado para las esferas de influencia".

"Creo que si esta nueva era no se aprovecha de esta situación, de este primer momento, China y Rusia reemplazará a Estados Unidos en la región, y amenazarán más a Centroamérica y Latinoamérica en general", advirtió Chamorro en inglés entrecortado.

Ricardo Zúñiga, un exdiplomático del Departamento de Estado de la administración Obama que ahora trabaja en el Centro Woodrow Wilson financiado por el gobierno de Estados Unidos, estaba tan emocionado por los comentarios de Chamorro que la declaró la "presidenta" de Nicaragua.

El anfitrión del evento virtual, el presidente del Diálogo Interamericano, Michael Shifter, respondió a Zúñiga bromeando: "¡Todavía no, todavía no!".

Eduardo Stein, ex vicepresidente de derecha y ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, se hizo eco en broma de la descripción de Chamorro como "presidenta" de Nicaragua.

Finalmente, Chinchilla, la expresidenta conservadora de Costa Rica, agregó que con mucho gusto reconocería a Chamorro como presidente de Nicaragua, diciendo: "Ciertamente damos la bienvenida a cualquier líder democrático en ese país".

Además de referirse a Chamorro como presidenta, Zúñiga habló con sorprendentemente franqueza sobre el papel de las ONG respaldadas por el gobierno de Estados Unidos como representantes de sus intereses.

Las organizaciones de la sociedad civil son los "interlocutores privilegiados, a juicio de la administración, en el desarrollo e implementación de sus políticas en la región".

Zúñiga agregó: "Ya escuché de colegas que, mientras están desarrollando sus planes para la estrategia del presidente Biden en Centroamérica, tienen la intención de realizar consultas muy amplias. Este evento aquí, y los comentarios compartidos aquí, son parte de esa consulta, estoy seguro".

Confirmando lo que ya se venía publicando desde hace tiempo en esta tribuna: las ONG son correas de transmisión de las prerrogativas imperiales. Allí donde no lleguen los Estados-nación a implementar las reformas que quiere el norte para el sur, estarán las organizaciones no gubernamentales para hacerlas cumplir en el territorio, in situ.

De igual forma hace el ejército de Estados Unidos cuando un país soberano no le obedece. ¿Acaso habrá un comportamiento diferente respecto a Centroamérica? Por la política de zanahoria y garrote que ha estado implementando el norte sobre lo que considera su directo "patio trasero", no será mucha la diferencia en las políticas entre las administraciones inmediatamente posteriores a Biden. Persisten la violencia, la migración forzada y el privilegio humano de quienes promueven la desigualdad.

 



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sábado, 13 de marzo de 2021

Los magistraditos

No son magistrados en el sentido de la magnificencia de esta grande investidura que les otorga el Estado a los verdaderos jurisconsultos. No son letrados tampoco, porque serlo, por ejemplo, implica que serían unos hombres que los principios de la doctrina del derecho inspiran su ejercicio profesional, pero sobre todo su vida. 

 

LOS MAGISTRADITOS



Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

No son magistrados en el sentido de la magnificencia de esta grande investidura que les otorga el Estado a los verdaderos jurisconsultos. No son letrados tampoco, porque serlo, por ejemplo, implica que serían unos hombres que los principios de la doctrina del derecho inspiran su ejercicio profesional, pero sobre todo su vida.  Más que jurisconsulto, un letrado; es un ciudadano ejemplar en el amplio sentido de la palabra. Un hombre de bien. Un ciudadano respetable y no un sujeto arrogante enloquecido por la codicia del dinero y el poder. Que no construye, sino destruye. Que no fortalece la democracia sino la debilita. Que sus resoluciones son caprichosas, retorcidas, crípticas, con un único fin: para que nadie las entiende y se constituyen en una especie de gongoristas jurídicos, negando un principio fundamental en las ciencias y en las artes: el de la comunicación.

Quien no se hace entender de la manera debida con los que menos entienden, de veras que no entiende nada. Así pasa en las altas esferas donde se cocina el lenguaje críptico e inaprehensible de los leguleyos. Lenguaje hecho para engañar. Lenguaje ritual engañador. Lenguaje, al final, obsceno e infame de quienes gozan de las mieles del poder. Ya ve, qué podemos decir de la señora Dina Ochoa, designada por uno de los Congresos Nacionales más corruptos; toda una morralla de pillos que osan todavía invocar que se les trate como Hijos de la Patria. Se puso las yinas en todo con Jimmy Morales y no vaciló en acompañar al gringo hechizo, Degenhart, para suscribir los acuerdos con Donald Trump de Tercer País Seguro. Y Leyla Lemus, bueno otro caso patético. Vinculada sin disimulos a empresas farmacéuticas a las que ha tratado de favorecer con adjudicaciones en el Instituto de Seguridad Social. Sus mañas son apañadas y ahora encubiertas por el Giammattei, El Chenco Desalmado. Allí van juntos, aplacándose mutuamente sus respectivos entuertos. Y de Roberto Molina Barreto, tanto que hablar y al final ya nada que decir.

Son los domésticos de la hija del genocida, Zury Ríos para que ella puede participar en las próximas elecciones en la convicción que pedirle el voto al pueblo de Guatemala, después de los antecedentes del genocida, eso no lo hace ni lo hará acreedor de alguna sanción moral, por el contrario, son muchos los imbéciles que les fascina hasta la fecha sus abusos y sus crímenes. Y Néster Vásquez. Bueno, al mejor estilo electoral de años atrás, coordinó con el Ministerio de Ambiente los buses que “acarrearon” a los abogados que trabajan con el Estado para ir a votar. Se queda naufragando en ese mar proceloso, intimidante, con olor a mierda, la digna magistrada Gloria Porras, designada por el Consejo Superior Universitario.

Pero no todo está dicho y no es para que celebren. Las aguas se mueven en ambas Cámaras, de Representantes y el Senado, para irles acortando la pita. Ya dejó el senador Leahy las formalidades diplomáticas porque las cortes guatemaltecas entorpecen sus planes imperiales para Centro América, sobre todo con la migración y el narcotráfico. Dijo, entre otras cosas algo muy revelador: (…) que la Corte de Constitucionalidad está siendo atacada por el Congreso y el Ejecutivo. Si los magistrados de la corte son reemplazados por compinches de las otras ramas del gobierno, se perderá cualquier apariencia de un sistema de justicia creíble.




Publicado por La Cuna del Sol

jueves, 11 de marzo de 2021

El excepcionalismo estadounidense vuelve a surgir. ¿Tendrá éxito?

Los dramáticos eventos de los últimos días que han sacudido la sociedad y la política estadounidenses han expuesto gravemente al país como una falsa democracia con un historial abominable de racismo y una desigualdad espantosa.

 

EL EXCEPCIONALISMO ESTADOUNIDENSE
VUELVE A SURGIR. ¿TENDRÁ ÉXITO?



M. K.  Bhadrakumar
Indian Punchline

La pobreza es la máxima negación de los derechos humanos.

Hace unos días, en una declaración que indicaba el "regreso" de Estados Unidos al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el secretario de Estado Antony Blinken reveló que la Administración Biden está posicionando la democracia y los derechos humanos en el centro de la política exterior estadounidense.

Todo está claro ahora. Estados Unidos está en un declive relativo y hay escasez de recursos. No existe una visión positiva para la humanidad, ya que el país está en una lucha contra sus propios demonios. Los dramáticos eventos de los últimos días que han sacudido la sociedad y la política estadounidenses han expuesto gravemente al país como una falsa democracia con un historial abominable de racismo y una desigualdad espantosa donde el 0.1 por ciento de la población más acomodada ostenta aproximadamente la misma proporción de la riqueza del país que el 90 por ciento menos privilegiado.

Pero la resurrección del excepcionalismo estadounidense no tendrá receptores, y Estados Unidos, que carece de la capacidad y la autoridad moral para promover una agenda unificadora en la arena internacional, está ensamblando un conjunto de herramientas para su diplomacia, con objetivos geopolíticos.

El potencial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU debería estar dirigido a contrarrestar la furia de la pandemia del coronavirus, que ha socavado los cimientos sociales y económicos de los estados. El más fundamental de los derechos humanos, el derecho a la vida, se ha visto amenazado, y la recesión económica mundial ha provocado un gran aumento del desempleo y ha agravado la inseguridad social. La brecha del desarrollo entre naciones y regiones se está ampliando.

Sin embargo, Estados Unidos se encuentra en una categoría especial, incluso entre los países ricos. Las muertes por Covid-19 por cada millón de habitantes se han disparado en los EE.UU en comparación con sus propios aliados -se sitúa en 1541.7 por millón en los EE.UU. La espantosa realidad es que en los EE.UU el número de muertos por la epidemia de COVID-19 ha superado los 500 000. Irónicamente, las muertes per cápita por Covid-19 en algunos de los países que Blinken castiga por el déficit en democracia y derechos humanos avergonzarán a Estados Unidos: Siria 59.4; Venezuela 46.78; Cuba 27.53; Sri Lanka 21.05.

Pero para Blinken, tan espantoso nivel de muertes entre sus compatriotas no es un problema de derechos humanos. Ni un solo funcionario estatal en Estados Unidos ha sido responsabilizado por una tragedia de tal magnitud.

Basta decir que Estados Unidos está ocasionado descrédito y vergüenza a todo el mundo occidental al hacerlos parte de un juego tan cínico pavoneándose como defensores de los derechos humanos cuando, según una estimación reciente, más de la mitad de todas las vacunas contra COVID-19 ha sido reservada para una séptima parte de la población mundial. ¿No es eso una cuestión de derechos humanos?

Según consta, solo el Reino Unido ha obtenido suficientes vacunas para administrar cinco dosis a cada uno de sus ciudadanos. Si se cumple con los requerimientos, la UE y los EE.UU podrían vacunar a sus poblaciones tres veces, mientras que Canadá tendría suficiente para hacerlo nueve veces. Esto es obsceno, Sr. Blinken.

Al mismo tiempo, la competencia a causa de la disminución de los suministros de vacunas puede provocar un alza espectacular de los precios y más fricciones. Debido al déficit en la producción de vacunas la animadversión ha explotado entre la UE, el Reino Unido y AstraZeneca. Mientras tanto, en cualquier situación en la que los suministros sean escasos y se dé un aumento de la demanda, son los países más pobres los que más sufrirán.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov  acertó cuando dijo en la reunión del CDH el miércoles: “La pandemia ha exacerbado viejos problemas como el racismo y la xenofobia, así como la discriminación contra las minorías nacionales y religiosas. Las protestas masivas en los Estados Unidos y Europa han puesto de manifiesto las continuas desigualdades sistémicas en estos países, al tiempo que han puesto de relieve los riesgos de tolerar las ideologías extremistas".

Es una completa bancarrota moral que Estados Unidos y sus ricos aliados en el mundo occidental -el llamado "golden billion" del planeta tierra- ingresen al CDH y comiencen a pontificar sobre los derechos humanos y persigan enfoques coercitivos y métodos ilegales de intimidación y presión con objetivos geopolíticos mezquinos y egoístas.

Una vez más, ¿acaso las políticas de las plataformas de redes sociales no son también una cuestión de derechos humanos? Estados Unidos, en particular, asumió compromisos para garantizar la libertad de acceso a la información para todos los ciudadanos, pero ahora se esconde detrás de las políticas corporativas para evitar cumplir con estos compromisos. En cuanto a las plataformas de redes sociales, estas han comenzado a manipular descaradamente a la opinión pública en los países en desarrollo prohibiendo o censurando el contenido de los usuarios a su propia discreción. Ahora, bajo la protección de Estados Unidos, están pisoteando los derechos humanos de los ciudadanos del mundo, ¿no es así?

El conjunto de herramientas de derechos humanos es de aplicación universal y no hay un solo país en la tierra, incluido Estados Unidos, que no tenga un problema con la democracia y los derechos humanos. ¿No es una vergüenza que un estadounidense negro promedio viva seis años menos que sus compatriotas blancos? ¿No se encierra en las cárceles a los afroamericanos en un número mucho mayor que a los blancos? Pero las normas de derechos humanos de Estados Unidos son muy selectivas: es la "carga del hombre blanco".

Evidentemente,  los derechos humanos se convierten en un arma potente para estigmatizar a los adversarios de Estados Unidos, Rusia y China; presionar a los países pequeños que no se ajustan a las políticas regionales de Estados Unidos (como Sri Lanka, Cuba o Venezuela); o para obtener concesiones de países a través del chantaje (como Arabia Saudita).

Los derechos humanos también se han utilizado como herramienta para lograr cambios de régimen, es decir, derrocar gobiernos establecidos y reemplazarlos con regímenes títeres. Los ejemplos más conocidos son Ucrania y Georgia. Un intento reciente en Bielorrusia fracasó. Un proyecto de ensayo en Rusia en las últimas semanas fue simplemente aplastado por el Kremlin. Pero es una historia en desarrollo. Los países de la periferia de Rusia están siendo sistemáticamente desestabilizados y convertidos en escenarios de disputa geopolítica para que el gran adversario de Estados Unidos quede atrapado en un atolladero.

La administración Biden está utilizando este conjunto de herramientas para tratar de restablecer el liderazgo transatlántico de EE.UU, con el que Europa ya no se siente cómoda. Europa está experimentando los encantos ocultos de la “autonomía estratégica”. Pero Estados Unidos tampoco puede esperar ejercer la hegemonía global sin el respaldo del sistema de alianzas occidentales. En este teatro de sombras, Biden estima que la plataforma de derechos humanos sobresale como la mejor opción para atraer a los aliados occidentales de Estados Unidos bajo su liderazgo.

El regreso de Estados Unidos al CDH no se debe a intenciones nobles. Se debe principalmente a la preocupación por la creciente influencia de China en el organismo de la ONU durante la ausencia de Estados Unidos en los últimos años. En concreto, China se adelantó a Estados Unidos al controlar la pandemia y se ha convertido en un asunto desagradable. Asimismo, la posición de China sobre los derechos humanos tiene cada vez más resonancia entre los países en desarrollo -que los derechos humanos deben ser relativos a la situación de los países en desarrollo; que el concepto de derechos humanos debería diversificarse, ya que no existe un enfoque único para el desarrollo de los derechos humanos; y que los países no deberían exportar su propio modelo ni utilizar las cuestiones de derechos humanos para interferir en los asuntos internos de otros países.

De hecho, el concepto occidental de derechos humanos, centrado estrictamente en la libertad de expresión o religión y las elecciones democráticas, tiende a pasar por alto que el derecho básico para la mayor parte de la humanidad se trata de la vida y el desarrollo. Los países occidentales se niegan a aceptar el hecho de que existen varios caminos hacia el desarrollo y la prosperidad para los países en desarrollo, y su camino es solo una de ellos y, quizás, ni siquiera el mejor o el más adecuado.

En pocas palabras, los derechos humanos están siendo utilizados como una herramienta para imponer y perpetuar el orden global actual de acuerdo con los intereses occidentales. Sin embargo, es una batalla perdida. Un nuevo orden mundial está tomando forma con una agenda humanitaria global muy diferente, que inevitablemente se convertirá en la corriente principal de la sociedad humana.

Según un plan emitido conjuntamente hace unas semanas por el Comité Central del Partido Comunista de China y el Consejo de Estado, el gabinete de China, sobre el diseño integral de la red de transporte de China, el país apunta a construir en todo el mundo 200 000 kilómetros de vías férreas, 460 000 kilómetros de autopistas, y 25 000 kilómetros de vías marítimas de alto nivel con 27 puertos costeros importantes, 400 aeropuertos de transporte civil y 80 aeropuertos exprés  para el 2035, lo que hará del país no solo un centro de producción global sino “un centro logístico, comercial, de compensación y financiero, sentando una base sólida en el trayectoria para convertirse en el centro económico del mundo ”, como lo expresó un experto.

¿Cómo podría la Administración Biden contrarrestar este último desafío chino? Como era de esperar, Estados Unidos no sabe como lidiar con el formidable crecimiento de China. En 2020, el PIB de China con relación al tamaño del PIB de Estados Unidos era  del 70 por ciento. El pronóstico actual es que superará a los EE.UU para convertirse en la economía más grande del mundo en 2028. Los EE.UU se han percatado de que la carrera económica ya está prácticamente perdida.




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martes, 9 de marzo de 2021

¿Qué les pasa a los guatemaltecos?

Me temo que las dictaduras militares y civiles de los últimos sesenta y seis años les han provocado a los guatemaltecos una mutación genética en su cerebro.

 

¿QUÉ LES PASA A LOS GUATEMALTECOS?
PARECIERA QUE TIENEN EL CEREBRO AL REVÉS…



Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político                         
La Cuna del Sol

Me temo que las dictaduras militares y civiles de los últimos sesenta y seis años les han provocado a los guatemaltecos una mutación genética en su cerebro. ¿Por qué digo esto? Porque, de manera sorprendente, pareciera que para ellos el mundo, las creencias y valores están al revés. Son tantas las cosas sorprendentes, acciones u omisiones, que se podría a estas alturas históricas hacer muchos volúmenes de estas barrabasadas, que no estarían tímidos los connacionales ante los volúmenes de la Enciclopedia Británica. Tonterías, mezquindades, cohonestaciones, muladas simples, torpezas para montar en cólera y, en fin, tantas cosas feas que dan ganas de salir huyendo de este paisito llamado Guatemala.

Periodistas chayoteros, como dicen los mexicanos. Presidente homosexual, lo cual no tiene nada malo, pero no tiene arrestos para reconocer su preferencia sexual y empoderar de este modo a los colectivos gay tan discriminados y reprimidos por los grupos intolerantes. Le faltan al presidente dos fértiles ovarios. Un vicepresidente que da la impresión de ser un hombre honesto, lo cual no es cierto. Todo cuestionamiento hecho público por el señor Castillo ocurre cuando una y otra vez es marginado de las decisiones de Estado. Se encabrona, pero como es de los mismos granujas, da por desconocer la palabra renuncia. Es decir, no apela a su dignidad y es muy posible que si Dios le hiciera el milagro no vacilaría en quedarse con la presidencia.

Los jueces, bueno, hoy es muy común llamarle prevaricación, pero toda resolución judicial que se hace a sabiendas por no estar fundamentada en derecho, la doctrina jurídica la tiene muy bien explicada hace ya algunos siglos. Las magistraturas son igual en Guatemala cuando en la Edad Media los obispos de la iglesia católica compraban el cargo. Ocho mil bambas de oro gastó Juan Fermín Aycinena, el marqués hechizo de Guatemala, para que le dieran el cargo a un pariente cachureco que no se quería quedar atrás en el linaje y pasó con ese dinerito a ser parte de la nobleza eclesiástica y fortalecer de ese modo ese clan familiar tan pernicioso en la época colonial que dominaba todos los escenarios de la vida social de Guatemala: en lo político, en lo económico y en lo espiritual. Ese mismo esquema de corrupción creado, promovido y heredado por este vasco codicioso es el mismísimo esquema de la actualidad, es decir, 300 años después.

La mutación genética pareciera que ha sido inevitable. Jóvenes guatemaltecos menores de 30 años pensando como viejos, con anquilosamiento de ancianos donde no cabe la ingenuidad, los sueños, la temeridad; tan propios de los años de la juventud. Estamos jodidos de verdad con estos jóvenes. Y los viejos, los venerables ancianos de las mañas y no del sabio consejo, pensando peor. No hay brecha generacional, las dos generaciones son igualmente imbéciles, unos por muy jóvenes y los otros por muy viejos, con mañoserías en cada uno de los diez cayos de los dedos de los pies.

En Guatemala habla uno y toma un acuerdo, aparentemente con una persona seria, formal y decente. Y resulta el desengaño en unas pocas horas. Nada de lo que hablas u acordaste como obligación natural y no jurídica, cuenta. Se perdió el honor, el honrar la palabra, el entender que las deudas no son de dinero, sino de honor. Es el honor, guatemaltecos tramposos, lo que se estropea o pisotea. Es una sociedad de bandidos porque aquí nadie sabe ya lo que significa palabra de honor. Pero la culpa la tiene la mutación genética operada en el cerebro de los guatemaltecos.

El guatemalteco ama al que lo desprecia y desprecia al que lo ama. Defrauda a quienes lo aprecian y enaltece al que lo agarra a patadas. No sabe de horarios, no sabe decir permiso, pasa en medio de dos personas como pollo, no tanto como perrito, porque ellos piensan más. Es tanto que los especialistas del idioma debieran de pensar en serio en crear la Enciclopedia Guatemalteca. Este país, lectores, está que da miedo. Por eso es bueno tomar sus cosas negativas con humor, para no perder hasta eso. De veras, pobres los guatemaltecos.




Publicado por La Cuna del Sol

sábado, 6 de marzo de 2021

Los ineptos del CACIF

Los oligarcas guatemaltecos organizados en la Cámara de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, CACIF, nucleados en ese ente diabólico para promover la miseria y defender a ultranza sus intereses económicos, no han podido en los años recientes dirigir exitosamente sus negocios.

 

¡CÓMO VAN A SERVIR!
SI NI SUS PROPIOS NEGOCIOS
SABEN LLEVAR EXITOSAMENTE



Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Los oligarcas guatemaltecos organizados en la Cámara de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, CACIF, nucleados en ese ente diabólico para promover la miseria y defender a ultranza sus intereses económicos, no han podido en los años recientes dirigir exitosamente sus negocios. La mayoría de estos empresarios tachuelas ya encontraron las empresas hechas, consolidadas y sus emprendimientos nuevos pocos han conocido la bonanza económica, exceptuando aquellos donde las cuotas están generosamente aseguradas y no les toca competir, pues contrario a lo que se crea, no lo saben hacer.

La rentabilidad de sus empresas va por la vía de la expoliación, con incrementos en la mercancía dirigidos al consumidor final, entre otras cosas. Por eso la inflación luce desbocada desde siempre y ahora, en tiempos de la pandemia, ha tomado visos delirantes al interior de la famélica canasta básica familiar, con inequívocos e inquietantes signos de miseria cada 24 horas. El surgimiento del caballo apocalíptico de la inflación tiene dos orígenes concretos: el crecimiento preocupante del endeudamiento externo (en dólares y las obligaciones de pago irredentas) y el endeudamiento interno (en quetzales). Ambas deudas son nocivas cuando un alto porcentaje de ese dinero va a parar a los bolsillos particulares pues ahora el nuevo estilo de los ladrones burocráticos no es de un par de milloncitos porque, para qué robar así, tan poco, lo que no tiene ninguna gracia. De 100 millones en adelante el pozo resulta encantador y ellos se vuelven, naturalmente, risueños.

Buscan los ineptos del CACIF fórmulas fáciles para salir del aprieto económico actual y la recomendación de sus brillantes economistas neoliberales, como siempre, es el empequeñecimiento del Estado, porque el gasto social, dicen, es lo que perjudica al gobierno y al Estado. Esta gente ve como desperdicio de recursos los respaldos sociales a los más vulnerables de esta sociedad, menos el dinero que les presta el Estado en condiciones totalmente favorables para que nos hagan el favor a los guatemaltecos de generar riqueza y empleo. Ah, generadores de riqueza desde 1954 (año del golpe contra Arbenz) y apenas se llega en siglo XXI, en este 2021, al 20% del empleo formal. Pero como se perdieron muchos de esos empleos, ahora ya no es ese 20% la existencia del empleo formal sino tiene que ser menos, digamos un 15%. Ese es el éxito empresarial que esta gentuza pregona. ¡Váyanse al diablo! Ustedes son INCOMPETENTES.  Incluso ni las mismas vacunas, a no ser las donadas generosamente por la comunidad internacional, están cerca de llegar a Guatemala, sin embargo, los empresarios y sus voceros histéricos se lamentan de las pérdidas de empleos en el sector de los servicios. No quieren restricciones. Y así, para hablar de estos tarugos resulta pequeño el espacio disponible para estos breves ensayos.

Y lo peor de los empresarios guatemaltecos es que no tienen agallas ni capacidad para competir en el mercado internacional. Perdieron, como dicen ellos, un nicho de ventas muy prometedor en Corea del Sur. Las exportaciones en millones de dólares cayeron de 320 millones exportables hace seis años a 78 millones de pérdidas paulatinas hasta el 2020. No avanza el posible Acuerdo Comercial con el Canadá, bajaron las exportaciones agropecuarias a los países árabes, especialmente de cardamomo, aderezo muy apetecido en esas culturas medio orientales. 

Y, en fin, de su ineficiencia hay muchos ejemplos por una sencilla razón: porque son empresarios tachuelas cuya riqueza ya estaba hecha por sus abuelos o padres y ellos no pudieron regentearlas bien. No son creativos, ni creadores de riqueza, ni de empleo formal, ni de emprendimientos osados. Son la pura bazofia empresarial, al estilo Donald Trump, que ha quebrado muchas veces, aunque este testarudo presume de gran exitoso. Al diablo, pues, con estas ideas obsoletas. Hijas de la decadencia.




Publicado por La Cuna del Sol