viernes, 26 de mayo de 2023

Estados Unidos empuja el control de su frontera más hacia el sur

Durante una conferencia de prensa celebrada el 27 de abril, Mayorkas afirmó que otros países ayudarían a vigilar la frontera estadounidense. "Éste es un reto hemisférico que exige soluciones hemisféricas", indicó. "Trabajando con nuestros vecinos de la región, podemos reducir y reduciremos el número de migrantes que llegan a nuestra frontera sur".

 

INADVERTIDAMENTE, TRAS LA ELIMINACIÓN
DEL TÍTULO 42, ESTADOS UNIDOS EMPUJA EL
CONTROL DE SU FRONTERA MÁS HACIA EL SUR



Todd Miller
Counterpunch

El 11 de abril, Estados Unidos, Panamá y Colombia anunciaron una operación conjunta de dos meses para "poner fin al movimiento ilícito de personas y bienes" a través de la Brecha del Darién. A su llegada a Panamá, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, explicó en un tuit que los tres países trabajarían juntos para "atacar las redes criminales, construir vías legales y salvar vidas". El anuncio trilateral, escaso en detalles, dejó mucho a la imaginación: ¿cómo, por ejemplo, se realizarán esas ambiciosas tareas? Sin embargo, el anuncio proporcionó una pista sobre la forma en que Estados Unidos reforzará la aplicación de las leyes fronterizas después del 11 de mayo, fecha en que se suprimirá gradualmente el Título 42, la ley de expulsiones rápidas de la época de la pandemia.

Prensa Asociada en su artículo sobre la operación Darien Gap, lo expresó así: "Sin ese instrumento de disuasión [el Título 42] en la frontera de EE UU., existe la preocupación [en el gobierno de EE UU. de que] las llegadas de migrantes puedan volver a ser incontrolables". La palabra clave aquí es "disuasión", un término que evoca la estrategia de varias décadas en la frontera entre Estados Unidos y México para hacer el cruce lo más difícil y peligroso posible. La exportación de la estrategia de prevención a través de la disuasión a la Brecha del Darién y a todo el hemisferio, en otras palabras, forma parte de la eliminación del Título 42.

Durante una conferencia de prensa celebrada el 27 de abril, Mayorkas afirmó que otros países ayudarían a vigilar la frontera estadounidense. "Éste es un reto hemisférico que exige soluciones hemisféricas", indicó. "Trabajando con nuestros vecinos de la región, podemos reducir y reduciremos el número de migrantes que llegan a nuestra frontera sur". Con esto, Mayorkas incluye a los solicitantes de asilo que tendrán que ir a los Centros Regionales de Procesamiento de EE UU. que se establecerán en toda América Latina, comenzando en Colombia y Guatemala.

Aunque Washington declara que admitirá más refugiados, también habrá "consecuencias más severas por no hacer uso de las vías legales". Esto incluiría si las personas "no buscaron protección en un país a través del cual transitaron en su camino a los Estados Unidos", según lo manifestado por la Administración Biden en febrero, al explicar lo relacionado con una nueva regla para "incentivar los procesos migratorios legales". Comparando este cambio de políticas con la prohibición de tránsito de la era de Donald Trump, la periodista Belén Fernández encontró otra forma de describirlo: una "prohibición de asilo."

Aunque Mayorkas hizo hincapié en las actuales operaciones internacionales como respuesta a la eliminación gradual del Título 42, la ampliación de sus fronteras ha sido una parte fundamental de la estrategia de aplicación de la ley estadounidense durante dos décadas. El ex comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Alan Bersin, calificó este giro, posterior al 11-S (dirigido a la internacionalización de las operaciones fronterizas estadounidenses), de "cambio masivo de paradigma". Según escribió, se ha producido un cambio "en nuestra percepción de las fronteras no sólo como líneas, sino como movimientos -flujos de personas y mercancías a escala global tanto legal como ilegalmente". En 2004, el comisionado de la CBP, Robert Bonner, explicó este cambio como lo haría un mando militar: lo llamó, "ampliar nuestra zona de seguridad allí donde podemos hacerlo, más allá de nuestras fronteras físicas, para que las fronteras estadounidenses sean la última línea de defensa, no la primera".

Estas ideas se han incorporado a la estrategia fronteriza, y no es ningún secreto. Los documentos de estrategia de la Patrulla Fronteriza estadounidense hablan constantemente de un "enfoque estratificado". Según la agencia de Seguridad Nacional, la frontera y su aparato de control van mucho más allá de la división entre Estados Unidos y México. Esto incluye no sólo la aplicación de la ley en el interior de Estados Unidos (las zonas de 100 millas a lo largo de las fronteras y costas, y las operaciones del ICE en el interior), sino también el agresivo empuje de la frontera de Estados Unidos en otros países en todo el hemisferio y más allá. Estados Unidos ha llevado a cabo operaciones de adiestramiento en más de 100 países, y ha realizado numerosas transferencias de equipos y tecnología a estos países para ayudar en la aplicación de las leyes fronterizas. El CBP cuenta también con 23 agregados en todo el mundo, incluidos los de Ciudad de Panamá y Bogotá.

Es difícil decir qué aspecto tendrá esta operación en la Brecha del Darién, y en los próximos meses estaremos evaluando ésta y otras operaciones aquí en The Border Chronicle. Ahora bien, abundan los ejemplos de externalización de la frontera estadounidense en todo el hemisferio occidental y más allá. La frontera entre México y Guatemala, que ha recibido mucha atención y financiación estadounidense, podría encabezar la lista de ejemplos. En 2017, cuando entrevisté a un funcionario estadounidense de la oficina de Asuntos Internacionales -en la sede de la CBP enWashington D.C.- sobre la coordinación de las operaciones fronterizas de Estados Unidos en México, me dijo: "Apuesto a que hay 15 llamadas telefónicas en curso con México en este mismo momento." Como probablemente las hay ahora mismo, mientras ustedes leen esto. Y cuando fui a investigar el Programa Frontera Sur de México en 2014, descubrí que a pesar de la retórica oficial sobre la preocupación por la seguridad de las personas que migraban, la intensificación de la aplicación de la ley bajo la tutela de Estados Unidos y el uso de equipos estadounidenses empujaron a los migrantes a zonas más remotas y peligrosas. Las personas que acampaban en el bosque junto a las vías del tren cerca de Arriaga, Chiapas, me hacía recordar de manera perturbadora acerca de como las personas no autorizadas se desplazan por el desierto de Arizona. Me pregunté por primera vez, si esto era la exportación de la prevención a través de la disuasión.

No se trata sólo de México. Estados Unidos ha invertido mucho en la creación de patrullas fronterizas en Guatemala, Honduras, El Salvador y otros países. En 2015, mientras estaba en un viaje de investigación para mi libro Empire of Borders: The Expansion of the U.S. Border Around the World, me desplazaba por una carretera en un ruidoso camión cerca de Copán, Honduras, con el comandante de la recién formada fuerza Maya Chortí, como la bautizaron (sí, la fuerza fronteriza utiliza el nombre del pueblo indígena que ha habitado la zona durante casi 2000 años), él me informó que habían arrestado y detenido a 18 ecuatorianos y dominicanos en un puesto de control cercano. En 2017, la fuerza fronteriza guatemalteca (conocida entonces como Chortí, sin el "maya" de su homóloga hondureña) me mostró cómo podían equipar con armamento sus jeeps proporcionados por Estados Unidos y desplegar un puesto de control en una carretera rapidamente. También había un supervisor militar estadounidense observándolo todo. Y en la República Dominicana, en 2012, fui testigo de cómo el comandante de la relativamente nueva guardia fronteriza del país, formado en Estados Unidos, discutía durante varios minutos con un grupo de hombres haitianos que habían sido detenidos, sobre que en su país no había hambre. Y debido ello, dijo, la detención estaba bien justificada. He documentado este incidente en el libro, Border Patrol Nation: Dispatches from the Front Lines of Homeland Security.

En cada lugar la aplicación de la ley era distinta, pero con el denominador común del apoyo y la retórica estadounidenses sobre el desmantelamiento de las redes de contrabando, las organizaciones delictivas y las actividades ilícitas. También existe el denominador común de la detención, muerte y brutalización de personas que se desplazan sin autorización gubernamental, ya sea en Tapachula, en el desierto de Arizona o, ahora cada vez más, en la Brecha del Darién.

La Brecha del Darién, por donde cruzaron 250.000 personas en 2022 (casi el doble que el año anterior), se está convirtiendo en un nuevo estrato de la frontera estadounidense. Con los últimos anuncios de la administración Biden en relación con el Título 42, el gobierno estadounidense logra cosméticamente dos cosas importantes: En primer lugar, la eliminación de esta contenciosa política de la era de la pandemia de la conversación sobre la frontera, una política a la que muchas personas han exigido que Estados Unidos ponga fin. Apuntala la aseveración del gobierno de Biden de que está creando una frontera "segura, humana y ordenada". En segundo lugar, empuja aún más la aplicación de las leyes fronterizas estadounidenses, lejos de las cámaras y la prensa, lejos de la conciencia global. El control de la frontera deja de llamar la atención.

 

Originalmente publicado en The Border Chronicle.

 

Todd Miller es el autor del libro, Build Bridges Not Walls y editor de The Border Chronicle.




Publicado por La Cuna del Sol

viernes, 19 de mayo de 2023

Todo se desmorona

Estados Unidos está actualmente al borde de la Tercera Guerra Mundial, los estadounidenses están muriendo de enfermedades prevenibles a tasas muy elevadas, la administración Biden está "luchando contra el racismo" mediante la persecución racial de los socialistas negros, los grandes bancos están siendo rescatados una vez más, casi todas las acusaciones histéricas lanzadas contra la derecha estadounidense en los últimos años han sido refutadas, la administración Biden está haciendo todo lo posible para eliminar la disidencia a través de la propaganda y la censura, y los políticos a la espera de asumir el control político son las personas más corruptas y menos capaces del país. Estados Unidos está en una situación preocupante.

 

TODO SE DESMORONA



Rob Urie
Counterpunch

Estados Unidos está actualmente al borde de la Tercera Guerra Mundial, los estadounidenses están muriendo de enfermedades prevenibles a tasas mucho más altas que los ciudadanos de naciones con gobiernos que funcionan adecuadamente, la administración Biden está "luchando contra el racismo" mediante la persecución racial de los socialistas negros para su detención, los grandes bancos están siendo rescatados una vez más, casi todas las acusaciones histéricas lanzadas contra la derecha estadounidense en los últimos años han sido refutadas, la administración Biden está haciendo todo lo posible para eliminar la disidencia a través de la propaganda y la censura, y los políticos a la espera de asumir el control político son las personas más corruptas y menos capaces del país. Estados Unidos está en una situación preocupante.

La práctica actual de la prensa de transmitir noticias de "izquierda" y "derecha" a sus respectivas audiencias se fundamenta en una lucha por el poder. Mientras la prensa del establishment actúa como propagandista del gobierno ante la burguesía urbana, y la derecha excluye el poder del capital de sus explicaciones sobre el mal funcionamiento del gobierno, los estadounidenses discuten sin entenderse unos a otros. No existe una base común para el discurso y, por lo tanto, para la resolución de las diferencias. De hecho, esta "estetización" de la política, basada en el sentimiento ligado a las políticas federales que elevan la fortuna de algunos grupos mientras aplastan la de otros, tergiversa las diferencias políticas fácticas (materiales) como una cuestión de gusto personal.

En 1975 había 4.5 trabajadores del sector manufacturero por cada trabajador del sector financiero. En 2023, esta proporción se había reducido a 1.5, con una preponderancia de la diferencia procedente de la disminución del empleo en el sector manufacturero. Este resultado es consecuencia de las políticas federales destinadas a desindustrializar Estados Unidos, como el TLCAN. También explica la disminución de la influencia política de los trabajadores del sector manufacturero en relación con los burgueses urbanos. Fuente: Reserva Federal de San Luis.

La base histórica del análisis de la izquierda en la política de clases se ha puesto patas arriba, con la izquierda liberal canalizando al personaje de Jonah Hill en la película, Don’t Look Up (No mires hacia arriba), cuando parlotea sobre los "ricos buena onda". El chiste iba dirigido a los seguidores de Donald Trump, por no decir a sus donantes. Pero encaja aún mejor con la izquierda del establishment. La CIA, el FBI, la NSA, el MIC (Complejo Militar Industrial) y las grandes corporaciones representan ahora la base institucional de esta nueva-nueva-izquierda. Estos solían ser la base de la vieja derecha política. Por lo tanto, las opciones son imaginar que estas instituciones son ahora fuerzas permanentes, o que la CIA ha realizado finalmente su viejo sueño de fabricar una "izquierda anticomunista". Mi voto es para esta última explicación.

¿Cómo hemos llegado hasta este punto? La desindustrialización de EE UU. privó de poder a los distritos rurales y regionales que ahora tienden a los republicanos. El apoyo federal a Wall Street y Silicon Valley ha empoderado a los electorados burgueses de los demócratas. La desindustrialización ilustró la venalidad y la falta de previsión de los oligarcas estadounidenses, que imaginaron que desbaratando los sindicatos de trabajadores harían al menos a algunos estadounidenses más ricos. En última instancia, este programa era racista y clasista. Los oligarcas estadounidenses imaginaban que eran los únicos capaces de gestionar la producción capitalista. Si los trabajadores y el medio ambiente dejan de importarnos, no es tan difícil.

Esta arrogancia se basaba en parte en el malentendido de la posición única de Estados Unidos al salir de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos tenía la única infraestructura industrial intacta del mundo. Sin embargo, el poder del monopolio es fundamentalmente diferente al de la habilidad. La "greedflation" (explotar la inflación para conseguir ganancias excesivas) actual, en la que las empresas suben los precios porque pueden, es un ejemplo de poder monopolístico utilizado de forma malévola. Pero así es como han actuado siempre los capitalistas. El New Deal, y las restricciones internas que impuso a la depredación capitalista, fue lo que hizo que Estados Unidos fuera habitable en la posguerra.

Cuatro décadas después, este esfuerzo por presentar los resultados de la ingeniería federal como el producto de los "mercados", ha perdido su credibilidad. EE UU. se encuentra en medio de una nueva ronda de rescates bancarios, mientras los dirigentes políticos ponen en marcha la Tercera Guerra Mundial, como si quisieran volver a demostrar que la Primera y la Segunda Guerras Mundiales fueron proyectos imperialistas asignando la "competencia económica" como justificación. Pregunta: ¿por qué Estados Unidos está involucrado en una guerra proxy contra Rusia en Ucrania? Respuesta: porque Europa estaba integrando el petróleo y el gas rusos en su producción industrial. Pregunta: ¿por qué Estados Unidos está inmerso en una Guerra Fría contra China? Respuesta: porque China reprodujo la producción capitalista en una fase mucho más tardía del proceso evolutivo.

Gráfico: El empleo en el sector manufacturero, el numerador en el gráfico de la parte superior de esta pieza, puede verse colapsado alrededor de 2001, cuando la OMC (Organización Mundial del Comercio) concedió a China el privilegio de inundar Estados Unidos con bienes de consumo de bajo coste. Esta decisión fue tomada por muchos de los mismos ideólogos neoliberales estadounidenses que promovieron el TLCAN, Joe Biden incluido. Fuente: Reserva Federal de San Luis.

Poco de esta nueva-vieja estrategia estadounidense se está explicando honestamente, o ejecutando con competencia. En la medida en que los burgueses urbanos conocen de los fracasos de la administración Biden, ellos conceden intenciones que no se han demostrado durante el medio siglo del Sr. Biden en cargos públicos. Y aunque "los políticos mienten", la segregación de las noticias por afiliación política significa que ahora los políticos demócratas mienten a los electores demócratas, mientras que los republicanos mienten a los electores republicanos. Esto explica el carácter de culto de las informaciones de la prensa contemporánea, así como la arrogancia que permite a los guerreros de Twitter afirmar que la ignorancia de hechos básicos es una virtud.

Esta política, formulada en torno a lo que sus defensores no saben, forma parte de una política negativa más amplia. Aquí tenemos al "filósofo" Jason Stanley afirmando que no sabe nada de historia, economía o sociología, pero que tiene opiniones firmes sobre los orígenes del fascismo. Aunque Stanley resulta simpático personalmente, esta visión intencionadamente aislada carece de la capacidad de dimensionar la contribución de su "filosofía" al auge del fascismo, del mismo modo que el economista y ex presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, no puede explicar la Gran Depresión en términos del funcionamiento ordinario del capitalismo.

Pregunta: ¿quién necesita un economista que no sepa explicar la Gran Depresión? El Sr. Bernanke tiene muchas teorías al respecto y comparte las teorías dominantes sobre el funcionamiento ordinario del capitalismo. Lo que no puede hacer es explicar la transición del funcionamiento ordinario del capitalismo a la Gran Depresión sin introducir una amplia variedad de factores que contradicen sus teorías sobre el funcionamiento ordinario del capitalismo. Como economista, debe mirar fuera de su campo para explicar de forma convincente lo que ocurre dentro de su campo.

Tenga en cuenta que las teorías liberales de izquierda del fascismo que predominan en los EE UU., concretamente desde 2016, rechazan explícitamente tanto la historia como la economía como factores causales. La teoría del Sr. Stanley, por lo que recuerdo, es que el fascismo es el caso en el que un político malévolo ('Hitler') utiliza la propaganda estatal para coaccionar a la gente para que le siga. En la historia real, Adolf Hitler ascendió al poder mediante el uso selectivo de la violencia política vinculada a la promesa de volver a poner a trabajar a los trabajadores alemanes desempleados debido a la Gran Depresión. Y así lo hizo. Entonces, ¿cómo disociar el impacto de las promesas racionales -volver a poner a trabajar a los desempleados- del poder de la propaganda?

La división política que surgió de la Gran Recesión en EE UU. fue en gran medida la que se produjo al inicio de la misma, solo que sesgada aún más por el Gobierno federal. Aunque no estoy de acuerdo con algunos aspectos de su estructuración, este ensayo proporciona un marco para entender cómo algunos grupos (la burguesía urbana) salieron mejor parados de la Gran Recesión, mientras que otros salieron significativamente peor parados. El gráfico superior de este ensayo ilustra como el empleo manufacturero en EE UU. siguió disminuyendo en relación con el financiero, incluso después de la catástrofe social de la Gran Recesión.

Esta nueva-nueva izquierda, adyacente al Estado, aplicó la lógica aislada de la tecnocracia liberal ("expertos") al panorama posterior a la Gran Recesión para concluir, al modo de Bernanke, que la historia y las relaciones económicas no influyen en la política de izquierda. ¿Qué es lo que influye? Un moralismo insustancial. Algunas personas son buenas y otras son malas. El papel de los buenos es pasarse el día aplastando a los malos (¿lógica fascista?). La gente "buena" en este relato son en general los burgueses urbanos que se beneficiaron de los años de Obama, mientras que la gente "mala" son los antiguos obreros industriales desposeídos que no se beneficiaron.

Lo que se omite es que los obreros manufactureros desplazados comparten algo con los obreros de las finanzas y la tecnología: intercambian su trabajo por un salario cuando pueden. Y los patrones y oligarcas de la industria manufacturera comparten algo con los oligarcas de las finanzas y la tecnología: controlan sustancialmente la economía política estadounidense. El TLCAN fue concebido e implementado a instancias de los oligarcas industriales y Wall Street para aplastar a los trabajadores industriales. Independientemente de lo que haga la Reserva Federal, los trabajadores de las finanzas y la tecnología bien podrían estar en proceso de redescubrir la hermandad del trabajo que actualmente rechazan.

Tras la destitución del Sr. Trump en 2020, esta nueva-nueva-izquierda tenía exactamente lo que había estado clamando, un demócrata liberal en la Casa Blanca. Dada la sensación de catástrofe inminente en la actualidad, puede resultar difícil recordar con precisión cuanta basura se empleó en vender a Joe Biden. Mientras los estadounidenses han estado muriendo en una proporción muy superior a la de los ciudadanos de países que funcionan eficazmente desde que el empleo en el sector manufacturero se desplomó a principios de la década de 2000, a partir de 2021, el primer año de la presidencia de Biden, la esperanza de vida de los estadounidenses ha sido 6.3 años inferior a la de los países que funcionan adecuadamente.

Gráfico: EE UU. es un caso atípico en cuanto al descenso de la esperanza de vida. Los estadounidenses viven ahora 6.3 años menos que los ciudadanos de naciones con gobiernos que funcionan eficazmente. La estrategia de la nueva-nueva-izquierda ha sido culpar a las víctimas: drogadicción, alcoholismo, obesidad, etc. Sin embargo, los países de referencia del gráfico anterior ("media de países comparables") en general los consideran problemas de salud pública y los tratan como tal. Estados Unidos sólo trata a los que pueden pagar. Fuente: Healthsystemtracker.org

Dada la dimensión de clase de esta catástrofe de salud pública, los pobres y los trabajadores están muriendo a un ritmo mucho mayor que los burgueses urbanos. La aritmética básica sugiere que si la esperanza de vida ha disminuido en 6.3 años, pero los ricos y los burgueses urbanos no se han visto afectados en gran medida, entonces la esperanza de vida ha disminuido en mucho más de 6.3 años para los pobres y los trabajadores. Esto se llamaría genocidio si ocurriera en otro lugar. De hecho, fue (con razón) llamado genocidio cuando el Sr. Trump lo estaba supervisando. En relación a esto, se omite en el presente el reconocimiento de que la gestión del Sr. Biden ha sido mucho peor que la del Sr. Trump.

Esta dimensión de clase es importante. La mayoría de los estadounidenses a los que ha matado el Sr. Biden son blancos, negros e hispanos pobres. Y la pandemia de Covid-19 fue mundial, lo que significa que son los fallos del sistema sanitario estadounidense los que distinguen a Estados Unidos, no la pandemia en sí. Los liberales mal informados seguían culpando a la administración anterior de los fracasos de la pandemia cuando Joe Biden supervisó la mitad (50%) de muertes adicionales por Covid, que las experimentadas por EE UU. bajo el Sr. Trump. Recordemos que la izquierda liberal condenó (con razón) a Donald Trump por sus fracasos en la pandemia. La explicación más probable del silencio sobre los fracasos de Biden es que sus partidarios no saben nada sobre sus políticas reales.

¿En qué tipo de sociedad puede la esperanza de vida caer por el proverbial precipicio sin que suenen las alarmas en los pasillos del poder? Respuesta: en una sociedad en la que los ricos y poderosos están bien cuidados y corren poco riesgo de que los que mueren les pidan cuentas. No he podido lograr que la prensa de izquierda publique un ensayo de alerta temprana sobre las muertes masivas de estadounidenses porque los hechos sobrepasan por mucho lo que informan las fuentes dominantes que parecen carecer de sentido. Sin embargo, se invita a los lectores a buscar en la literatura médica pruebas de un sistema sanitario que funcione. Después de intentar poner buena cara al Obamacare, los que prestan atención están ahora en pleno pánico.

Uno podría haber imaginado, dado el supuesto interés por la justicia social, que la izquierda estadounidense se habría indignado por los cargos presentados recientemente contra miembros del Partido Socialista Popular Africano / Movimiento Uhuru por el FBI (léase: la administración Biden) por haber recibido supuestamente varios miles de dólares en contribuciones de un agente del Estado ruso durante la época en que EE UU. y Rusia mantenían relaciones amistosas. El ex presidente estadounidense Bill Clinton recibió 500 000 dólares de Rusia en 2010 por pronunciar allí un breve discurso. La implicación obvia es que el Partido Socialista Popular Africano está siendo acosado porque sus miembros son socialistas africanos (negros), y no ex presidentes violadores.

Si el genocidio contra poblaciones vulnerables y la represión policial selectiva en función de la raza por parte de las agencias federales no fueran suficientes, Joe Biden hizo gala de su buena fe hacia la clase trabajadora archivando su promesa de aumentar el salario mínimo poco antes de aplicar a los trabajadores ferroviarios la misma receta que Ronald Reagan aplicó a la Organización de Controladores Profesionales de Tráfico Aéreo (PATCO, por sus siglas en inglés). La diferencia aparente entre Biden y Ronald Reagan es que posteriormente, el Sr. Biden, afirmó sentirse mal. Crear una izquierda antiobrera ha sido el sueño húmedo de la CIA desde su creación. Biden estuvo en el lado equivocado de todas las cuestiones que preocupaban a la izquierda estadounidense hasta que la nueva-nueva-izquierda se unió a su visión del gobierno al servicio del poder.

Poco después de que el Sr. Biden administró la receta PATCO a los trabajadores ferroviarios, se produjo el desastre del tren bomba en East Palestine, Ohio, por la misma razón que los trabajadores ferroviarios habían amenazado con ir a la huelga -la inadecuada dotación de personal que dejaba a los sobreexplotados trabajadores ferroviarios, agotados e incapaces de abordar adecuadamente los problemas de seguridad. En otras palabras, se dio prioridad a los ejecutivos ferroviarios de la clase donante, que ahora obtienen ganancias récord, sobre los trabajadores ordinarios que realmente hacen el trabajo. Imagínense la serie de HBO "Succession", en la que una familia rica se pasa el tiempo jugando a piratear las finanzas sin producir nada de valor, luego aniquila a una ciudad y consigue que el presidente la rescate.

Observando los banquillos políticos de ambos partidos, Estados Unidos, tal y como está configurado actualmente, está condenado. Aunque estoy a favor de la economía política socialista / comunista, no hay manera de llegar a ella sin unir a la gente para ir tras ese objetivo. Esto hace que la toma de control de la izquierda estadounidense por la CIA y sus representantes en la izquierda estadounidense sea particularmente descorazonadora, si no sorprendente. La batalla marxista no es contra los trabajadores que no comparten los puntos de vista marxistas. Es contra el poder, no contra los que no tienen poder. No hay izquierda sin análisis de clase. La actual formulación estadounidense de izquierda contra derecha confunde a los trabajadores con los patrones. Y la actual configuración política en EEUU garantiza crisis que son irresolubles y que nunca terminan. Así funciona el capitalismo. La humanidad necesita otro camino.

 

Rob Urie es artista y economista político. Su libro Zen Economics ha sido publicado por CounterPunch Books.




Publicado por La Cuna del Sol

sábado, 6 de mayo de 2023

¿Qué es el "orden basado en reglas"?

Nadie debería sorprenderse de que el Gobierno de Estados Unidos nunca haya intentado aclarar públicamente, y mucho menos promulgar formalmente, las reglas que componen su "orden basado en reglas".

 

¿QUÉ ES EL "ORDEN BASADO EN REGLAS"?



John Whitbeck
Counterpunch

Al dirigirse al Consejo de Seguridad de la ONU, el 24 de abril, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, denunció a Estados Unidos y a sus aliados occidentales por promover un "orden basado en reglas" del que nadie ha visto las reglas y que impide el acceso a las tecnologías modernas y a los servicios financieros para castigar a los países con los que no está de acuerdo.

El Sr. Lavrov no es el único que se esfuerza por comprender qué reglas se incluyen en esta alternativa al derecho internacional dictada por Estados Unidos, que aparentemente no incluye la Carta de las Naciones Unidas, las Convenciones de La Haya y Ginebra, otros convenios y tratados multilaterales, las sentencias de la Corte Internacional de Justicia o de la Organización Mundial del Comercio, el Estatuto de Roma por el que se establece la Corte Penal Internacional ni el derecho internacional consuetudinario.

Sin embargo, un examen minucioso de las acciones e inacciones estadounidenses en las últimas décadas, en particular sus guerras contra Serbia, Afganistán, Irak, Libia y Siria, su apoyo incondicional al apartheid israelí, su reconocimiento de la soberanía israelí sobre la Jerusalén Oriental ocupada y la ocupación de los Altos del Golán sirios y su feroz hostilidad hacia la Corte Penal Internacional y el derecho internacional en general, sugiere que existen tres reglas primarias y fundamentales de este "orden basado en reglas":

1) Lo importante no es la naturaleza del acto, sino quién se lo hace a quién.

2) Hacer lo que dice Estados Unidos, no lo que hace Estados Unidos.

3) Independientemente de las reglas que existan, Estados Unidos y sus ciudadanos no están obligados por ellas.

Es evidente que no incluye la "Regla de Oro": "Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti".

Desde esta perspectiva, nadie debería sorprenderse de que el Gobierno de Estados Unidos nunca haya intentado aclarar públicamente, y mucho menos promulgar formalmente, las reglas que componen su "orden basado en reglas".

Pero esperen ...

Tal vez ese empeño por comprender sea un ejercicio equivocado, centrándose como lo hace en el adjetivo cosmético, "basado en reglas", en lugar del sustantivo clave, "orden".

Resulta revelador que, en una entrevista en el programa de televisivo, 60 Minutes, el 3 de mayo de 2021 (https://johnmenadue.com/us-hypocrisy-serial-rules-breaker-forfeits-global-credibility), el secretario de Estado, Antony Blinken, dijera: "Nuestro propósito no es contener a China, frenarla, mantenerla a raya. Es defender el orden basado en reglas para el que China supone una amenaza".

China, cuya última guerra fue un enfrentamiento fronterizo de un mes con Vietnam en 1979, proclama públicamente su lealtad a la Carta de la ONU y a otros aspectos del derecho internacional tal y como lo entienden la mayoría de los países, y sus acciones e inacciones en las últimas décadas han sido sustancialmente de conformidad con estas obligaciones acordadas internacionalmente, que las acciones e inacciones de los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

El orden al que China representa una amenaza es el orden internacional existente de dominio mundial de espectro completo y hegemonía unipolar estadounidenses.

Este orden se ve amenazado por un Nuevo Mundo Libre multipolar, en ciernes pero en expansión, que engloba a países con culturas y sistemas de gobierno muy diversos que, inspirados y alentados por China, tienen la disposición y la capacidad de afirmar su propia libertad, soberanía y preferencias nacionales y de negarse a que ningún otro país les diga lo que deben o no deben hacer, tanto en sus asuntos internos como en sus relaciones con otros países, bajo la amenaza de escarmiento militar o económico si desobedecen los dictados que se les quieren imponer.

Desde esta perspectiva, la incapacidad del gobierno estadounidense para identificar las reglas que constituyen su "orden basado en reglas" puede explicarse por la realidad de que ninguna regla es realmente relevante, ya que lo único que importa es mantener, en consonancia con lo atribuido al rey Canuto, el orden existente.

 

John V. Whitbeck es un abogado internacional residente en París.




Publicado por La Cuna del Sol