Parece interesante que una ciudad con un clima invernal fabuloso en general se convierta en el nuevo centro de atención durante las vacaciones, incluso, convenientemente, en la temporada de Mardi Gras. Será una divertida distracción para las jackboots que podrán disfrutar de las celebraciones que no existirían sin la mezcla de innumerables culturas en la ciudad. Las culturas que ellos vendrán a erradicar, por supuesto.
APUESTO QUE SÉ
DÓNDE CONSEGUISTE TUS BOTAS MILITARES:
REDADAS
DE INMIGRACIÓN EN NUEVA ORLEANS
Kathleen Wallace
Counterpunch
Otra ciudad se está preparando
para recibir el “despliegue” de un contingente de inmigración. Esta vez, le
toca el turno a Crescent City. Los detalles del plan de Nueva Orleans aún no
están del todo claros, pero hay indicios de que las fuerzas que estuvieron desplegadas
recientemente en Charlotte podrían llegar al sureste de Luisiana en diciembre,
en lo que sería una invasión de la peor clase.
Parece interesante que una ciudad
con un clima invernal fabuloso en general se convierta en el nuevo centro de
atención durante las vacaciones, incluso, convenientemente, en la temporada de
Mardi Gras. Será una divertida distracción para las jackboots que podrán
disfrutar de las celebraciones que no existirían sin la mezcla de innumerables
culturas en la ciudad. Las culturas que ellos vendrán a erradicar, por
supuesto. Desplegarse después del 30 de noviembre significa que también podrán
evitar la temporada de huracanes y cualquier preocupación por verse obligados a
ayudar si uno de ellos azota la zona. No es que vayan a ofrecer ayuda alguna. Esta
tropa que se aproxima viene con fines de destrucción y desplazamiento, lo que
en realidad tiene más en común con los huracanes que con cualquier otra cosa.
Es aún más cruel si tenemos en
cuenta que gran parte de la comunidad inmigrante de esta ciudad procede de
Centroamérica. Países que se volvieron inestables y violentos debido al caos
respaldado por Estados Unidos, a menudo a instancias de corporaciones como
United Fruit. Nueva Orleans tiene una larga historia de estar implicada en este
tipo de asuntos. En 1910, un grupo de gánsteres conspiradores, liderados por el
ridículamente llamado Lee Christmas, se reunieron en la zona roja de
Storyville, en Nueva Orleans, a instancias del ridículamente apodado Sam “The
Banana Man” Zemurray (de United Fruit). Desde Storyville, planearon su asalto a
una nación que no satisfacía los intereses corporativos del momento. Zemurray
los necesitaba para deshacerse del gobierno del presidente Miguel Dávila en
Honduras. El presidente quería limitar la propiedad extranjera en la nación y
hacer que estos grupos especuladores pagaran impuestos. ¡Inaceptable!
¡Inaceptable! A lo mejor conozcan la antigua casa de Sam, es donde vive hoy el
presidente de Tulane. A Sam se le han perdonado muchas fechorías porque regaló
algunas cosas. Es como si un ladrón limpiara tu casa de todas las antigüedades
y te devolviera, bueno... una banana a cambio. Pero, de todas maneras, sí, el
líder de Honduras fue derrocado y otra nación más quedó inestable por culpa de
manos ridículas y codiciosas.
Por supuesto, ese tipo de
destrucción liderada por Estados Unidos en Centroamérica no terminó ahí. Las aventuras
hondureñas fueron llevadas a cabo principalmente por intereses corporativos que
recibieron un guiño y un empujoncito del gobierno estadounidense, sin embargo,
en 1954 se estaba gestando un complot más flagrante respaldado por el gobierno
estadounidense. Jacobo Árbenz, elegido democráticamente y proponente de la
reforma agraria en Guatemala, también se estaba volviendo inaceptable para los
intereses estadounidenses. Árbenz quería la reforma agraria debido a que los
saqueadores extranjeros poseían y controlaban el 40 % de la tierra cultivable
del país. El infortunado Árbenz no solo luchaba contra el Gobierno
estadounidense, sino que también tenía que lidiar con el sobrino de Sigmund
Freud, Edward Bernays. Este era el hombre de relaciones públicas que convenció
a las mujeres de que al fumar estaban encendiendo “antorchas de libertad”. Este
tipo fue capaz de convencer a las mujeres de que la posibilidad de desarrollar
tos de fumador, enfermedades pulmonares obstructivas y posiblemente cáncer era
en realidad bastante liberador. Pero me estoy desviando del tema, estamos
hablando de Guatemala.
Así que Bernays realizó una
película propagandística titulada, “Journey to Banana Land”, para asustar a los
estadounidenses y hacerles creer que estas tierras bananeras no eran más que
avanzadillas del poder soviético y que cualquier medida era aceptable para
neutralizar la amenaza. Parte de la propaganda consistía en mostrar escenas de
masacres y culpar de ellas a Árbenz, cuando en realidad las escenas procedían
de otros conflictos. El término “república bananera” proviene, por supuesto, de
esta época. Nueva Orleans estuvo muy involucrada en la infraestructura que hizo
posible la distribución a gran escala de bananas, desde cretinos como Sam the
Banana Man y los “Ice Kings” que facilitaron parte del transporte. Las bananas
eran muy importantes, por extraño que parezca hoy en día. Pensemos en las
guerras por el petróleo a lo largo de los años; no hay nada nuevo bajo el sol
y, cada vez que un recurso se vuelve lo suficientemente valioso, se cometen
actos horribles para que los beneficios económicos se mantengan ininterrumpidamente.
De regreso a Guatemala en los
años 50... El conocido y perfectamente cuerdo, Howard Hunt, fue el hombre clave
de la CIA en ese golpe de Estado en particular. Ayudó a otros a crear una región
enormemente desestabilizada. Aparecieron hombres crueles y codiciosos que
trastornaron países enteros. Arrebataron a los ciudadanos su autonomía e
intentaron robarles su dignidad. Fue un espectáculo enfermizo cuyas
ramificaciones continúan. Creó lugares con guerras civiles encarnizadas y
violencia relacionada con las drogas. Los intereses corporativos querían una
población trabajadora dócil y sumisa, y no dudaban en dejar vacíos de
inestabilidad creciente cuando ello convenía a sus intereses financieros.
Las personas huyeron de estas
zonas conflictivas y, a menudo, encontraron trabajos agotadores y mal
remunerados en los Estados Unidos. Trabajaban en los lugares que habían
provocado la inestabilidad de sus propios países. Según la narrativa que
prolifera hoy en día, que haría sentir orgulloso a Bernays, estas personas son
ahora consideradas los villanos. Paradójicamente, si en su árbol genealógico había
puritanos pervertidos como los que había en el mío, aquellos que abandonaron
Europa porque la gente no los soportaba -bueno, ese es realmente un pedigrí que
podemos avalar. Es una marca de honor, que las familias cuentan a sus hijos. La
de “tus antepasados que se marcharon para construir una vida en un nuevo mundo
y por eso estamos increíblemente orgullosos de ellos”. Si alguien huyo honestamente
por razones de seguridad de Centroamérica o simplemente por la capacidad de
mantener a tu familia con su duro trabajo, pero no era blanco, esto lo
convierte en el ser maligno del momento. La clásica lógica del abusador. Por
eso quieren borrar la verdadera historia y crear nada más que una narrativa
artificial al estilo Bernays.
Algo más que se agrega a todo
esto es que gran parte de la actual directriz imperial de odiar a los que
vienen de México y de los países centroamericanos es muy probablemente solo un
intento artificioso de buscar un chivo expiatorio debido al predominio de los tech
bros y su infiltración en el movimiento MAGA. Curtis Yarvin, el último de
una línea de filósofos de alcantarilla en consonancia con Ayn Rand del tipo “soy
egoísta y necesito una forma de justificarlo”, ha tomado la teoría de otro tipo
(Rene Gerard) y básicamente ha dicho que la sociedad tiene que tener un chivo
expiatorio para canalizar una horrible energía intrínseca. Dios sabe que no
quieren que se canalice hacia ellos, así que buscan a otro al que culpar. Es
una medida cobarde y calculada para mantener distraídas a las masas. Miren
aquí, mientras el mago mueve la mano hacia la derecha y les mete un conejo por
el trasero desde la izquierda. Es un complot calculado y cobarde. Han
encontrado un chivo expiatorio al que culpar y esperan que otros
estadounidenses sean lo suficientemente estúpidos como para creérselo, mientras
ellos siguen especulando de todas las formas posibles.
Es asombrosa la fría maldad que
implica atacar a grupos que, literalmente, han construido gran parte de este
país. Después del huracán Katrina, la ciudad de Nueva Orleans dependió de esos
mismos grupos para poder reconstruirse tras los enormes daños sufridos. Cuentan
que se instalaron tiendas de campaña en City Park, llenas de trabajadores, que
encendían fogatas mientras se agrupaban para descansar. Trabajaban durante las
horas del día, simplemente para despertarse y volver a hacerlo al día
siguiente. El tipo de trabajo en el que la mayoría de nosotros fracasaríamos
estrepitosamente si lo intentáramos. Un estudio de la Universidad de California
en Berkeley indicó que la mitad de la reconstrucción tras el huracán Katrina
fue realizada por trabajadores latinos y que una cuarta parte de ellos eran
indocumentados, procedentes principalmente de México y Honduras. Muchos en la
famosa ciudad azul recuerdan esto y la mayoría de los ciudadanos
definitivamente no apoyan ninguna de las próximas depravadas redadas. Se trata
de una fuerza de ocupación externa que planea llegar.
Es digno de mención el perdón que
las personas de estos lugares han exteriorizado hacia la misma nación que
trastornó la estabilidad de sus países de origen. Luego se dan cuenta que ese
país vuelve a victimizarles... Este es el momento en el que la gente necesita
conocer la verdadera historia de lo que ha hecho su nación y expiar sus culpas.
No hay que quedarse en ese agujero de odio y codicia y seguir cavándolo, porque
tarde o temprano ese comportamiento los llevará a ustedes y a los suyos a un
infierno bien merecido.
Así que esperemos que la ciudad
se una y proteja a las personas vulnerables contra quienes se dirige esta
operación. Nueva Orleans necesita defenderse con lo que tiene a su alcance.
Portland utilizó dinosaurios inflables. Nueva Orleans tiene excentricidad y
algunos buenos viejos trucos callejeros a su disposición. Que todos los falsos
monjes que piden dinero en el Barrio Francés pongan tantas pulseras a los
intrusos que estos queden completamente agobiados por su peso. Que todos los
apostadores callejeros de Bourbon Street digan a los miembros del ICE: “te
apuesto 20 dólares a que sé dónde has cobseguido tus jackboots (botas
militares)” y les bloqueen el paso, exasperándolos a más no poder hasta que les
den todo su dinero. Cada ciudad se defiende a su manera, tal vez el camino a
seguir para Nueva Orleans sea ampliar nuestra ya impresionante población de
baches. ¡Ningún tanque pasará! Por supuesto, tampoco nuestros coches, pero eso
lo podemos resolver más adelante. Puede ser un enfoque múltiple para lograr la
capitulación total y la retirada de esta hermosa e imperfecta ciudad. La ciudad
la cual es hermosa por su presencia multicultural e imperfecta por tratar a
tantas personas como los “otros” a lo largo de los siglos, esclavizando y
saqueando, conspirando contra nuestros vecinos del sur por el todopoderoso
dólar.
Kathleen Wallace escribe
desde el Medio Oeste de Estados Unidos. Sus escritos se recopilan en su página de Substack.
Publicado por La Cuna del Sol
