viernes, 19 de diciembre de 2025

Redadas de inmigración en Nueva Orleans

Parece interesante que una ciudad con un clima invernal fabuloso en general se convierta en el nuevo centro de atención durante las vacaciones, incluso, convenientemente, en la temporada de Mardi Gras. Será una divertida distracción para las jackboots que podrán disfrutar de las celebraciones que no existirían sin la mezcla de innumerables culturas en la ciudad. Las culturas que ellos vendrán a erradicar, por supuesto.

 

APUESTO QUE SÉ DÓNDE CONSEGUISTE TUS BOTAS MILITARES:
REDADAS DE INMIGRACIÓN EN NUEVA ORLEANS



Kathleen Wallace
Counterpunch

Otra ciudad se está preparando para recibir el “despliegue” de un contingente de inmigración. Esta vez, le toca el turno a Crescent City. Los detalles del plan de Nueva Orleans aún no están del todo claros, pero hay indicios de que las fuerzas que estuvieron desplegadas recientemente en Charlotte podrían llegar al sureste de Luisiana en diciembre, en lo que sería una invasión de la peor clase.

Parece interesante que una ciudad con un clima invernal fabuloso en general se convierta en el nuevo centro de atención durante las vacaciones, incluso, convenientemente, en la temporada de Mardi Gras. Será una divertida distracción para las jackboots que podrán disfrutar de las celebraciones que no existirían sin la mezcla de innumerables culturas en la ciudad. Las culturas que ellos vendrán a erradicar, por supuesto. Desplegarse después del 30 de noviembre significa que también podrán evitar la temporada de huracanes y cualquier preocupación por verse obligados a ayudar si uno de ellos azota la zona. No es que vayan a ofrecer ayuda alguna. Esta tropa que se aproxima viene con fines de destrucción y desplazamiento, lo que en realidad tiene más en común con los huracanes que con cualquier otra cosa.

Es aún más cruel si tenemos en cuenta que gran parte de la comunidad inmigrante de esta ciudad procede de Centroamérica. Países que se volvieron inestables y violentos debido al caos respaldado por Estados Unidos, a menudo a instancias de corporaciones como United Fruit. Nueva Orleans tiene una larga historia de estar implicada en este tipo de asuntos. En 1910, un grupo de gánsteres conspiradores, liderados por el ridículamente llamado Lee Christmas, se reunieron en la zona roja de Storyville, en Nueva Orleans, a instancias del ridículamente apodado Sam “The Banana Man” Zemurray (de United Fruit). Desde Storyville, planearon su asalto a una nación que no satisfacía los intereses corporativos del momento. Zemurray los necesitaba para deshacerse del gobierno del presidente Miguel Dávila en Honduras. El presidente quería limitar la propiedad extranjera en la nación y hacer que estos grupos especuladores pagaran impuestos. ¡Inaceptable! ¡Inaceptable! A lo mejor conozcan la antigua casa de Sam, es donde vive hoy el presidente de Tulane. A Sam se le han perdonado muchas fechorías porque regaló algunas cosas. Es como si un ladrón limpiara tu casa de todas las antigüedades y te devolviera, bueno... una banana a cambio. Pero, de todas maneras, sí, el líder de Honduras fue derrocado y otra nación más quedó inestable por culpa de manos ridículas y codiciosas.

Por supuesto, ese tipo de destrucción liderada por Estados Unidos en Centroamérica no terminó ahí. Las aventuras hondureñas fueron llevadas a cabo principalmente por intereses corporativos que recibieron un guiño y un empujoncito del gobierno estadounidense, sin embargo, en 1954 se estaba gestando un complot más flagrante respaldado por el gobierno estadounidense. Jacobo Árbenz, elegido democráticamente y proponente de la reforma agraria en Guatemala, también se estaba volviendo inaceptable para los intereses estadounidenses. Árbenz quería la reforma agraria debido a que los saqueadores extranjeros poseían y controlaban el 40 % de la tierra cultivable del país. El infortunado Árbenz no solo luchaba contra el Gobierno estadounidense, sino que también tenía que lidiar con el sobrino de Sigmund Freud, Edward Bernays. Este era el hombre de relaciones públicas que convenció a las mujeres de que al fumar estaban encendiendo “antorchas de libertad”. Este tipo fue capaz de convencer a las mujeres de que la posibilidad de desarrollar tos de fumador, enfermedades pulmonares obstructivas y posiblemente cáncer era en realidad bastante liberador. Pero me estoy desviando del tema, estamos hablando de Guatemala.

Así que Bernays realizó una película propagandística titulada, “Journey to Banana Land”, para asustar a los estadounidenses y hacerles creer que estas tierras bananeras no eran más que avanzadillas del poder soviético y que cualquier medida era aceptable para neutralizar la amenaza. Parte de la propaganda consistía en mostrar escenas de masacres y culpar de ellas a Árbenz, cuando en realidad las escenas procedían de otros conflictos. El término “república bananera” proviene, por supuesto, de esta época. Nueva Orleans estuvo muy involucrada en la infraestructura que hizo posible la distribución a gran escala de bananas, desde cretinos como Sam the Banana Man y los “Ice Kings” que facilitaron parte del transporte. Las bananas eran muy importantes, por extraño que parezca hoy en día. Pensemos en las guerras por el petróleo a lo largo de los años; no hay nada nuevo bajo el sol y, cada vez que un recurso se vuelve lo suficientemente valioso, se cometen actos horribles para que los beneficios económicos se mantengan ininterrumpidamente.

De regreso a Guatemala en los años 50... El conocido y perfectamente cuerdo, Howard Hunt, fue el hombre clave de la CIA en ese golpe de Estado en particular. Ayudó a otros a crear una región enormemente desestabilizada. Aparecieron hombres crueles y codiciosos que trastornaron países enteros. Arrebataron a los ciudadanos su autonomía e intentaron robarles su dignidad. Fue un espectáculo enfermizo cuyas ramificaciones continúan. Creó lugares con guerras civiles encarnizadas y violencia relacionada con las drogas. Los intereses corporativos querían una población trabajadora dócil y sumisa, y no dudaban en dejar vacíos de inestabilidad creciente cuando ello convenía a sus intereses financieros.

Las personas huyeron de estas zonas conflictivas y, a menudo, encontraron trabajos agotadores y mal remunerados en los Estados Unidos. Trabajaban en los lugares que habían provocado la inestabilidad de sus propios países. Según la narrativa que prolifera hoy en día, que haría sentir orgulloso a Bernays, estas personas son ahora consideradas los villanos. Paradójicamente, si en su árbol genealógico había puritanos pervertidos como los que había en el mío, aquellos que abandonaron Europa porque la gente no los soportaba -bueno, ese es realmente un pedigrí que podemos avalar. Es una marca de honor, que las familias cuentan a sus hijos. La de “tus antepasados que se marcharon para construir una vida en un nuevo mundo y por eso estamos increíblemente orgullosos de ellos”. Si alguien huyo honestamente por razones de seguridad de Centroamérica o simplemente por la capacidad de mantener a tu familia con su duro trabajo, pero no era blanco, esto lo convierte en el ser maligno del momento. La clásica lógica del abusador. Por eso quieren borrar la verdadera historia y crear nada más que una narrativa artificial al estilo Bernays.

Algo más que se agrega a todo esto es que gran parte de la actual directriz imperial de odiar a los que vienen de México y de los países centroamericanos es muy probablemente solo un intento artificioso de buscar un chivo expiatorio debido al predominio de los tech bros y su infiltración en el movimiento MAGA. Curtis Yarvin, el último de una línea de filósofos de alcantarilla en consonancia con Ayn Rand del tipo “soy egoísta y necesito una forma de justificarlo”, ha tomado la teoría de otro tipo (Rene Gerard) y básicamente ha dicho que la sociedad tiene que tener un chivo expiatorio para canalizar una horrible energía intrínseca. Dios sabe que no quieren que se canalice hacia ellos, así que buscan a otro al que culpar. Es una medida cobarde y calculada para mantener distraídas a las masas. Miren aquí, mientras el mago mueve la mano hacia la derecha y les mete un conejo por el trasero desde la izquierda. Es un complot calculado y cobarde. Han encontrado un chivo expiatorio al que culpar y esperan que otros estadounidenses sean lo suficientemente estúpidos como para creérselo, mientras ellos siguen especulando de todas las formas posibles.

Es asombrosa la fría maldad que implica atacar a grupos que, literalmente, han construido gran parte de este país. Después del huracán Katrina, la ciudad de Nueva Orleans dependió de esos mismos grupos para poder reconstruirse tras los enormes daños sufridos. Cuentan que se instalaron tiendas de campaña en City Park, llenas de trabajadores, que encendían fogatas mientras se agrupaban para descansar. Trabajaban durante las horas del día, simplemente para despertarse y volver a hacerlo al día siguiente. El tipo de trabajo en el que la mayoría de nosotros fracasaríamos estrepitosamente si lo intentáramos. Un estudio de la Universidad de California en Berkeley indicó que la mitad de la reconstrucción tras el huracán Katrina fue realizada por trabajadores latinos y que una cuarta parte de ellos eran indocumentados, procedentes principalmente de México y Honduras. Muchos en la famosa ciudad azul recuerdan esto y la mayoría de los ciudadanos definitivamente no apoyan ninguna de las próximas depravadas redadas. Se trata de una fuerza de ocupación externa que planea llegar.

Es digno de mención el perdón que las personas de estos lugares han exteriorizado hacia la misma nación que trastornó la estabilidad de sus países de origen. Luego se dan cuenta que ese país vuelve a victimizarles... Este es el momento en el que la gente necesita conocer la verdadera historia de lo que ha hecho su nación y expiar sus culpas. No hay que quedarse en ese agujero de odio y codicia y seguir cavándolo, porque tarde o temprano ese comportamiento los llevará a ustedes y a los suyos a un infierno bien merecido.

Así que esperemos que la ciudad se una y proteja a las personas vulnerables contra quienes se dirige esta operación. Nueva Orleans necesita defenderse con lo que tiene a su alcance. Portland utilizó dinosaurios inflables. Nueva Orleans tiene excentricidad y algunos buenos viejos trucos callejeros a su disposición. Que todos los falsos monjes que piden dinero en el Barrio Francés pongan tantas pulseras a los intrusos que estos queden completamente agobiados por su peso. Que todos los apostadores callejeros de Bourbon Street digan a los miembros del ICE: “te apuesto 20 dólares a que sé dónde has cobseguido tus jackboots (botas militares)” y les bloqueen el paso, exasperándolos a más no poder hasta que les den todo su dinero. Cada ciudad se defiende a su manera, tal vez el camino a seguir para Nueva Orleans sea ampliar nuestra ya impresionante población de baches. ¡Ningún tanque pasará! Por supuesto, tampoco nuestros coches, pero eso lo podemos resolver más adelante. Puede ser un enfoque múltiple para lograr la capitulación total y la retirada de esta hermosa e imperfecta ciudad. La ciudad la cual es hermosa por su presencia multicultural e imperfecta por tratar a tantas personas como los “otros” a lo largo de los siglos, esclavizando y saqueando, conspirando contra nuestros vecinos del sur por el todopoderoso dólar.

 

Kathleen Wallace escribe desde el Medio Oeste de Estados Unidos. Sus escritos se recopilan en su página de Substack




Publicado por La Cuna del Sol