sábado, 6 de julio de 2019

De veras ¡qué lindo ser idiota!

Es asunto de reír o llorar. Somos radicales los guatemaltecos, conste, pero con una extraña, atípica y extravagante radicalidad, que nos lleva a acercarnos, casi de nalgas, a la imbecilidad.


DE VERAS ¡QUÉ LINDO SER IDIOTA!


Por Luciano Castro Barillas

Es asunto de reír o llorar. Somos radicales los guatemaltecos, conste, pero con una extraña, atípica y extravagante radicalidad, que nos lleva a acercarnos, casi de nalgas, a la imbecilidad. Elegimos a los pillos y a los idiotas. El Tonto Morales fue subido por los pícaros pilotos argentinos al Pampa III, esos pequeños mosquitos que nadie los compró y cuya inversión aeronáutica estuvo precedida de sospechas desde el gobierno de Néstor Kirchner, que nada hizo e investigó de la mafia que se movía alrededor de la construcción de los mosquitos.

Mucho dinero del pueblo argentino de un avión, que a lo sumo, puede asumir acciones de reconocimiento, pues su posibilidad de artillarlos los derrumbaría a ellos mismos. No pueden interceptar nada, absolutamente nada, pues disparándoles con un mínimo fusil antiaéreo, el G-3 alemán, se vienen abajo sin tocar tablita. Yo conozco y usé personalmente el G3 y sé de su poder. Es otra compra corrupta de nuestro sinvergüenza presidente que, igual que Chávez, enterados los cubanos de su admiración y reconocimiento de la patria de Martí de parte del ingenuo y decente Chávez, le colocaron al cinto la espada de Martí para hacerlo creer el honor  conferido. Las sonrisas irónicas de Raúl Castro fueron más que evidentes. Vea ese video.

Aquí no hay infundios de por medio y verá que fue una auténtica burla y de veras, que disculpen los camaradas cubanos, pero fue una acción vil, todo para congraciarse con el fluir ilimitado del petróleo venezolano. 36 años de militancia revolucionaria me permiten visualizar mejor estas cosas y no apañarlas. Yo no soy incondicional de nadie. He vivido mi vida apegado a mis principios. Agradamos y desagradamos con nuestras posiciones y opiniones, pero al final, lo que importa es la libertad que tengamos de nuestro derecho constitucional, reaccionario, de libertad de expresión. Es nuestra desagradable ley, pero algo de bueno tiene. 

Vamos caminando, eso sí, a la conculcación de esas libertades básica. Pero en tanto nuestro pueblo ignorante siga creyendo que los empresarios y el pensamiento empresarial sintetizado en CACIF siga proveyendo a las masas ignorantes de desinformación, poco, pero muy poco, podemos hacer. Reaccionarán, es posible cuando literalmente estén muriendo de hambre y, ni aun así, tendrán capacidad de comprender, de ver, que los capitalistas y sus tecnócratas serviles, son los que crean la dependencia económica y financiera en el mundo entero.

Que se den cuenta que los villanos son los capitalistas y no los revolucionarios. Pero de grandes tonterías se ha edificado siempre la civilización humana, por lo tanto, hay pocas esperanzas. Allí podéis ver a los representantes del capitalismo: todos trúhanes, mezquinos, codiciosos, basura bañada en oro, en fin, pero basura.






Publicado por La Cuna del Sol

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