sábado, 6 de marzo de 2021

Los ineptos del CACIF

Los oligarcas guatemaltecos organizados en la Cámara de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, CACIF, nucleados en ese ente diabólico para promover la miseria y defender a ultranza sus intereses económicos, no han podido en los años recientes dirigir exitosamente sus negocios.

 

¡CÓMO VAN A SERVIR!
SI NI SUS PROPIOS NEGOCIOS
SABEN LLEVAR EXITOSAMENTE



Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Los oligarcas guatemaltecos organizados en la Cámara de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, CACIF, nucleados en ese ente diabólico para promover la miseria y defender a ultranza sus intereses económicos, no han podido en los años recientes dirigir exitosamente sus negocios. La mayoría de estos empresarios tachuelas ya encontraron las empresas hechas, consolidadas y sus emprendimientos nuevos pocos han conocido la bonanza económica, exceptuando aquellos donde las cuotas están generosamente aseguradas y no les toca competir, pues contrario a lo que se crea, no lo saben hacer.

La rentabilidad de sus empresas va por la vía de la expoliación, con incrementos en la mercancía dirigidos al consumidor final, entre otras cosas. Por eso la inflación luce desbocada desde siempre y ahora, en tiempos de la pandemia, ha tomado visos delirantes al interior de la famélica canasta básica familiar, con inequívocos e inquietantes signos de miseria cada 24 horas. El surgimiento del caballo apocalíptico de la inflación tiene dos orígenes concretos: el crecimiento preocupante del endeudamiento externo (en dólares y las obligaciones de pago irredentas) y el endeudamiento interno (en quetzales). Ambas deudas son nocivas cuando un alto porcentaje de ese dinero va a parar a los bolsillos particulares pues ahora el nuevo estilo de los ladrones burocráticos no es de un par de milloncitos porque, para qué robar así, tan poco, lo que no tiene ninguna gracia. De 100 millones en adelante el pozo resulta encantador y ellos se vuelven, naturalmente, risueños.

Buscan los ineptos del CACIF fórmulas fáciles para salir del aprieto económico actual y la recomendación de sus brillantes economistas neoliberales, como siempre, es el empequeñecimiento del Estado, porque el gasto social, dicen, es lo que perjudica al gobierno y al Estado. Esta gente ve como desperdicio de recursos los respaldos sociales a los más vulnerables de esta sociedad, menos el dinero que les presta el Estado en condiciones totalmente favorables para que nos hagan el favor a los guatemaltecos de generar riqueza y empleo. Ah, generadores de riqueza desde 1954 (año del golpe contra Arbenz) y apenas se llega en siglo XXI, en este 2021, al 20% del empleo formal. Pero como se perdieron muchos de esos empleos, ahora ya no es ese 20% la existencia del empleo formal sino tiene que ser menos, digamos un 15%. Ese es el éxito empresarial que esta gentuza pregona. ¡Váyanse al diablo! Ustedes son INCOMPETENTES.  Incluso ni las mismas vacunas, a no ser las donadas generosamente por la comunidad internacional, están cerca de llegar a Guatemala, sin embargo, los empresarios y sus voceros histéricos se lamentan de las pérdidas de empleos en el sector de los servicios. No quieren restricciones. Y así, para hablar de estos tarugos resulta pequeño el espacio disponible para estos breves ensayos.

Y lo peor de los empresarios guatemaltecos es que no tienen agallas ni capacidad para competir en el mercado internacional. Perdieron, como dicen ellos, un nicho de ventas muy prometedor en Corea del Sur. Las exportaciones en millones de dólares cayeron de 320 millones exportables hace seis años a 78 millones de pérdidas paulatinas hasta el 2020. No avanza el posible Acuerdo Comercial con el Canadá, bajaron las exportaciones agropecuarias a los países árabes, especialmente de cardamomo, aderezo muy apetecido en esas culturas medio orientales. 

Y, en fin, de su ineficiencia hay muchos ejemplos por una sencilla razón: porque son empresarios tachuelas cuya riqueza ya estaba hecha por sus abuelos o padres y ellos no pudieron regentearlas bien. No son creativos, ni creadores de riqueza, ni de empleo formal, ni de emprendimientos osados. Son la pura bazofia empresarial, al estilo Donald Trump, que ha quebrado muchas veces, aunque este testarudo presume de gran exitoso. Al diablo, pues, con estas ideas obsoletas. Hijas de la decadencia.




Publicado por La Cuna del Sol

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