domingo, 16 de enero de 2022

“La base del Kremlin en Cuba”: como era realmente

En Lourdes cuidan las tumbas de los soldados soviéticos y celebran un desfile militar el Día de la Victoria.

 

“LA BASE DEL KREMLIN EN CUBA”:
COMO ERA REALMENTE



Andrey Manchuk
Ukraina.ru

Los medios de comunicación mundiales recordaron una "base militar soviética" que había estado estacionada en las afueras de La Habana, en un poblado llamado Lourdes, y que había dejado de funcionar veinte años antes, en 2002. Periodistas honestos nos cuentan que los misiles soviéticos estaban estacionados allí, apuntando directamente a Estados Unidos, a través de las aguas del no muy ancho Estrecho de la Florida. Y ahora, supuestamente, pueden volver a desplegarse en las famosas playas cubanas.  

En realidad, no había misiles soviéticos en Lourdes. Había un gran centro radioelectrónico que se utilizaba para las necesidades operativas-estratégicas de la inteligencia soviética y luego rusa, desempeñando un papel importante durante el enfrentamiento de la Guerra Fría. El equipo desarrollado por los soviéticos le permitía vigilar las actividades de la NASA y escuchas telefónicas en una amplia zona de Estados Unidos, obteniendo una gran variedad de datos.

"Desde este puesto de escucha clave, los soviéticos vigilan los satélites comerciales estadounidenses, las comunicaciones militares y de buques mercantes, y los programas espaciales de la NASA en Cabo Cañaveral. Desde Lourdes, los soviéticos también pueden escuchar las conversaciones telefónicas en Estados Unidos", detalló un informe conjunto del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa en 1985, señalando la importancia estratégica fundamental de esta instalación.

El centro radioelectrónico de Lourdes fue construido en 1962, en plena crisis cubana, con el permiso del gobierno cubano, que tenía acceso a la información obtenida. Durante todo ese tiempo, los asesores militares e ingenieros civiles soviéticos vivieron allí. Entre ellos había especialmente muchos ucranianos. Los veteranos del contingente confidencial afirman que como camuflaje intentaron seleccionar a soldados de piel oscura y rostro "sureño" para ir a Cuba.

Leonid Garbuz, comandante de las defensas aéreas que derribaron el avión espía Lockheed U-2 sobre Cuba, se graduó en la Escuela de Artillería de Kiev cuando el enfrentamiento entre la Unión Soviética y Estados Unidos estaba en su punto álgido. Muchos años después, dos mil ciudadanos ucranianos recibieron medallas de manos del embajador cubano, en agradecimiento por su participación en la defensa de la revolución cubana.

Los cubanos devolvieron el favor brindando tratamiento médico gratuito para los niños ucranianos, víctimas del desastre de Chernóbil. El gobierno ucraniano ha apoyado la política anticubana de Estados Unidos negándose a votar resoluciones internacionales contra el ilegal embargo estadounidense contra Cuba.

Después de 2002, los cubanos organizaron un moderno centro cibernético para estudiantes en Lourdes. La lejana Habana no es Kiev, y aquí se demuestra una actitud muy diferente hacia la memoria histórica. El gobierno cubano cuida con esmero el mausoleo donde están enterrados sesenta y cuatro ciudadanos de la URSS. Ellos murieron a causa de enfermedades, en accidentes y varios soldados soviéticos fueron víctimas de una tormenta tropical mientras ayudaban a evacuar a los civiles.

Es un hermoso monumento adornado con el escudo soviético, que representa una rama de olivo y un fusil de asalto Kalashnikov. Está flanqueado por una senda de mármol blanco -y los militares soviéticos en Cuba tradicionalmente hacían el primer brindis "por los de la senda blanca", recordando a sus camaradas fallecidos.

Y cada año, el 9 de mayo, los cubanos celebran aquí un desfile militar para conmemorar el Día de la Victoria, al que asisten representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de la República de Cuba, miembros del cuerpo diplomático y altos cargos del gobierno.

Asistí a este evento, donde nos presentaron al General de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, un Héroe de la Unión Soviética que fue el primer latinoamericano en el espacio. En 1980, cuando Méndez y Yuri Romanenko formaban parte de la tripulación que despegó de Baikonur, Fidel Castro vino a Lourdes con el propósito de observar el vuelo de su nave desde aquí.

Y las capacidades del centro de radar permitieron al líder cubano comunicarse directamente con los astronautas en órbita, lo que dice mucho de la calidad y las capacidades de los equipos allí desplegados.

Hablamos con cubanos que trabajaban en Lourdes. Todos ellos hablaban de las buenas relaciones humanas entre los militares soviéticos y los barrios de La Habana. Los soldados soviéticos en Cuba no se comportaron a la manera de conquistadores imperiales cargados con el complejo de "hombre blanco", como habían hecho los marines estadounidenses en años anteriores. Trataron a los ciudadanos cubanos de forma amistosa, enteramente de igual a igual, y ayudaron a formar a toda una generación de especialistas en radioelectrónica.

"Los soviéticos no eran extraños para nosotros", expresó de manera detallada un empleado del Instituto para la Amistad de los Pueblos.

Según él, el pueblo cubano no permitiría ninguna base militar extranjera en su territorio, teniendo en cuenta el enorme precio pagado por la liberación de la dominación de Madrid y Washington.

En la Habana, la lucha por el desmantelamiento de la prisión estadounidense para prisioneros políticos situada en las proximidades de la Bahía de Guantánamo no se ha detenido ni un momento. Sin embargo, los miembros del ejército soviético eran vistos como aliados, bajo un prisma totalmente diferente de  relaciones históricas.

Y ese sin igual recuerdo tiene un gran precio.




Publicado por La Cuna del Sol

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