El provocativo artículo de
la revista Foreign Policy, hace que parezca que los bombardeos nucleares fueron
un regalo del cielo, y que los EE.UU humanamente intentaron salvar a Japón del
comunismo.
EL VERGONZOSO INTENTO DE
FOREIGN POLICY EN DISTORSIONAR
EL BOMBARDEO DE HIROSHIMA
COMO BENEFICIOSO PARA JAPÓN
Por Andrew Korybko
El mes de agosto es funestamente conmemorado como la única vez en el mundo
cuando se utilizaron las armas nucleares en la guerra, cuando los EE.UU
lanzaron dos bombas que mataron a más de 200.000 personas en dos momentos
fatales: uno el 6 de agosto sobre Hiroshima, y de nuevo tres días después sobre
Nagasaki.
Durante 70 años, esta ocasión ha estado marcada por el respeto a las muchas
víctimas que trágicamente perdieron la vida durante esos ataques, pero ahora un
influyente medio de comunicación en asuntos internacionales de los EE.UU, Foreign
Policy, ha decidido darle un sesgo al evento, culpando a la Unión Soviética por
lo que pasó.
En el artículo "Did Hiroshima Save Japan From Soviet
Ocupation?", Sergey Radchenko pregunta
si los bombardeos nucleares fueron realmente beneficiosos para el país, en el sentido
que pueden haberlo salvado del cuco occidental, Joseph Stalin.
Esta deducción insensible es objetada por las propias conclusiones de su
artículo, pero no obstante, merece la pena examinar por qué a la revista le
resultaría apropiado denigrar la memoria de las víctimas en primer lugar, con semejante
punto de vista distorsionado y políticamente interesado.
Engañando a las masas
Los EE.UU no son conocidos por emitir disculpas internacionales, y cuando
lo hace que es excepcionalmente raro (como en 2009 durante el viaje de Obama a
Egipto), a menudo lo hace para promover el objetivo de desarmar estratégicamente
una población designada, antes de una ofensiva asimétrica en contra de su país
(como las Revoluciones de Color de la Primavera Árabe).
Como regla general, no importa lo que hagan, los EE.UU están siempre
tratando de promover sus propios intereses, ya sea por medios duros o blandos.
Las cosas se ponen un poco más complicadas cuando se trata de actores
estadounidenses no estatales, tales como Foreign Policy, pero en este caso,
tienen mucha más flexibilidad en perfeccionar el mensaje estratégico de los
EE.UU, mientras que al mismo tiempo retienen una negación plausible que tal
intento está libre de motivos ulteriores.
Sea como fuere, está claro lo que Foreign Policy está tratando de expresar
en nombre del Departamento de Estado -los bombardeos nucleares pueden haber
estado justificados con el fin de "salvar a Japón de la ocupación
soviética".
Claro, que en última instancia (y correctamente) ellos concluyen que la
decisión de Stalin de abstenerse de atacar al Japón imperial en Hokkaido no
tenía nada que ver con Hiroshima y Nagasaki, pero en el repetitivo
ambiente mediático de hoy en día, el
consumidor de información promedio, probablemente no han llegado a ese punto, ya
que es probable que sólo lean el título y tal vez las dos frases de la
introducción.
Suponiendo que ese sea el caso con la mayoría de las personas, el simple
mensaje que entendieron fue que había una conexión entre los dos, y que tal
vez, como el artículo sugiere, los bombardeos nucleares después de todo fueron quizá
justificados, y ellos y todos los demás estadounidenses podrían sentirse
absueltos de cualquier culpa por la tragedia.
Avergonzando a la
víctima y el revisionismo histórico
Lo que es peor, sin embargo, es la persistente idea sugerida en el título y
la introducción, que los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki en alguna
forma perversa, en realidad ayudaron a Japón.
Un Estado que
predica la democracia como los EE.UU, diciéndole a Japón que "te ataque
con bombas atómicas para salvarte", es casi como un depredador sexual de
orientación religiosa, diciéndole a una lesbiana "te violé para
cambiarte".
Un lado ve al otro como existencialmente incompatible con sus creencias y necesitado
de la salvación forzada, y horriblemente toma sobre sí mismo la tarea de cometer
un crimen horrendo con el fin de "salvar" a la víctima.
No hay que leer demasiado profundo en la analogía, pero hay que entender
que en ambos casos, el paternalismo moralista criminal, es la fuerza impulsora
detrás de cada crimen horrendo, excepto en el caso del victimismo nuclear de
Japón, más de 200.000 personas fueron violadas y perecieron en un instante,
incapaces de enfrentar alguna vez a su atacante y exigir justicia. Y, como le
gustaría a Foreign Policy hacerles creer a sus lectores, esto podría haber sido
en nombre de un bien mayor.
Otro hecho importante en el artículo es la amplia campana antisoviética que
el autor está vendiendo. Si uno no fuera lo suficientemente educado acerca de
los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y sólo tuviera el artículo de
Foreign Policy en cuestión para guiar su entendimiento, ellos serían perdonados
por pensar que los EE.UU estaban en esencia en guerra con los soviéticos y atacó
con armas nucleares a Japón como un último y 'exitoso' recurso para impedir que la 'marea roja' fluyera más hacia el este.
Esto hace que parezca que era la URSS la que estaba en el umbral de un
crimen de guerra inolvidable y no los EE.UU, y que este último sólo actuó para
salvar a Japón de cualquier cosa que los soviéticos estuvieran tramando. Este
tipo de conspiración en circulación es revisionismo histórico puro y simple, y
sirve sobre todo para desviar la atención de los bombardeos nucleares de
Estados Unidos y enfocarla más hacia la estereotipada intriga que rodea a Stalin,
su nuevo chivo expiatorio de la Segunda Guerra Mundial, en la imaginación
cuidadosamente cultivada del público occidental.
La elección del momento
oportuno lo es todo
Cada quinta y décima conmemoración de un determinado acontecimiento
importante es típicamente recordado con pompa y ostentación extra, y el 70
aniversario de los ataques nucleares de Estados Unidos sobre Japón no es
diferente.
Lo que ha cambiado en los últimos 14 ciclos de cinco años, sin embargo, es
que los EE.UU están ahora inmersos en una nueva guerra fría con Rusia, una que,
a diferencia de su predecesora, no tiene límites establecidos e incluso
incorpora el revisionismo histórico. Ya sea que se trate de la ridícula discusión
a cargo de algunas voces de que la Unión Soviética 'ocupó' Ucrania después de
la Segunda Guerra Mundial o la insinuación actualmente discutida que los EE.UU
"salvo a Japón de la ocupación soviética" al bombardearlo dos veces, dichos cambios
incómodos en el discurso histórico se han vuelto cada vez más comunes durante
gran parte de los dos últimos años.
Lo realmente preocupante, sin embargo, es la facilidad con que están siendo
aceptados por Occidente, lo que abre la terrible posibilidad para un
revisionismo histórico a gran escala de la era post Segunda Guerra Mundial y el
hecho de que la objetividad indiscutida se eche a perder en la búsqueda de la
subjetividad política.
Eso en sí mismo es lo suficientemente perjudicial, pero lo que también hay
que mencionar es que esta estratagema en particular es parte del pívot asiático de los EE.UU. Mientras Washington
cambia su enfoque estratégico más hacia Asia oriental y sudoriental, no sólo
trae a su ejército, sino también las interpretaciones de la historia de sus
periodistas.
Uno de los efectos que esto puede tener, es una transformación a largo
plazo de la conciencia japonesa hasta el punto que los ciudadanos del país ya
no comprenden el contexto adecuado y objetivo en el que se cometieron los actos
atroces de los Estados Unidos. En su lugar, los estudiantes japoneses podrían un
día ser adoctrinados con la falsa idea de que los EE.UU atacó a su país con
armas nucleares con el fin de "salvar a Japón de la ocupación
soviética", convirtiendo de esta manera los atentados en un histórico
‘regalo del cielo’, y los Estados Unidos en su 'salvador'.
Después de todo, los EE.UU se están preparando para una prolongada
rivalidad global con Rusia, y en este contexto, está asegurado de que van a
recurrir a cualquier medio necesario para mancillar su reputación y evitar una
resolución de la disputa ruso-japonesa sobre las Islas Kuriles para
contrarrestar el viraje de Rusia hacia al este. A pesar de lo que el gobierno
de Estados Unidos o de sus leales medios de comunicación aduzcan, sin embargo,
no hay manera de minimizar el hecho de que los bombardeos nucleares de Estados
Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki son la razón principal por la que Japón está
todavía ocupado hasta el día de hoy, aunque por el Pentágono y no el Kremlin.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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