sábado, 18 de junio de 2016

¿Por qué el gobierno de Obama está favoreciendo al principal aliado sirio de al-Qaeda?

El consentimiento de la administración Obama del principal aliado del Frente Nusra es mucho más a cerca de la política de sus relaciones con los aliados regionales -y especialmente con Turquía- que sobre su proclamada preocupación acerca de conseguir el fin del conflicto de Siria.


¿POR QUÉ EL GOBIERNO DE OBAMA ESTÁ FAVORECIENDO
AL PRINCIPAL ALIADO SIRIO DE AL-QAEDA?


By Gareth Porter

En otro peligroso movimiento político-diplomático de los EE.UU en Siria, el gobierno de Obama está haciendo todo lo posible para proteger los intereses de aliado más cercano y más poderoso de Al-Qaeda en Siria, Ahrar al-Sham.

La decisión del gobierno de proteger a la organización islamista de las consecuencias de colaborar estrechamente con el Frente Nusra, la rama siria de Al-Qaeda, al poner en riesgo lo que había sido un prometedor "cese de hostilidades", va mucho más allá del fracaso de Estados Unidos para presionar a otros grupos armados de la oposición para separarse del Frente Nusra, como el secretario de Estado, John Kerry había prometido en las negociaciones con su homólogo ruso, Sergey Lavrov.

Ahrar al-Sham es considerado como la mayor fuerza militar que busca derrocar el régimen de Assad en Siria, con al menos 15,000 soldados. Los analistas que han seguido su evolución no lo consideran ser una organización "yihadista" como el Frente Nusra, porque no ha mostrado interés en el terrorismo contra los países occidentales. Sin embargo, algunos de sus altos dirigentes han tenido en el pasado vínculos con los yihadistas, entre ellos Osama bin Laden, y ha trabajado en estrecha colaboración con el Frente Nusra desde que ambas organizaciones entraron en el conflicto sirio en 2011.

Ahrar al-Sham no sólo ayudó  al Frente Nusra a hacerse con el control de toda la provincia de Idlib el año pasado, sino que también se le unió en una ofensiva al sur de la ciudad de Alepo, a principios de abril que constituyó una infracción al "cese de hostilidades" negociado por los Estados Unidos y Rusia. Y en otro suceso que debería haber alarmado a Washington, Ahrar al-Sham utilizó misiles antiaéreos portátiles para derribar aviones del régimen sirio en marzo y abril. Esos disparos de los llamados sistemas de defensa aérea portátiles (MANPADS), que el gobierno de Obama ha tratado de mantener fuera de la guerra en Siria, plantean la posibilidad de que los aliados de Ahrar al-Sham ligados a Al-Qaeda estarían en condiciones de adquirir armas peligrosas como éstas.

Pero en lugar de tratar a Ahrar al-Sham, de la misma manera que ha tratado al Frente Nusra en el contexto del alto el fuego parcial que entró en vigor el 27 de febrero, el gobierno de Obama lo está tratando con el tipo de guantes de seda normalmente reservado para los clientes de la oposición siria.
En diciembre pasado, el gobierno de Obama le otorgó al director de relaciones exteriores de Ahrar al-Sham, Labib al Nahhas, una visa para visitar los Estados Unidos por unos días en lo que era claramente una misión para construir apoyo político en Washington para su futuro papel en Siria. La visita de Nahhas a Washington era un secreto muy bien guardado en ese momento, y sólo fue revelado en una historia de McClatchy News Service el 21 de mayo.

Teniendo en cuenta la política de viajes altamente restrictiva de los Estados Unidos, que niega rutinariamente visas a cualquiera sospechoso de tener conexiones con extremistas islámicos, la concesión de una visa a un alto oficial de Ahrar al-Sham para una visita de tal naturaleza a Washington tenía una importancia política obvia.

De hecho, Nahhas ya se había reunido con el enviado especial para Siria Michael Ratney en Estambul a principios de diciembre. Y el Departamento de Estado de Estados Unidos ya había tomado la decisión de incluir Ahrar al-Sham entre los grupos de la oposición a ser invitados a participar en una conferencia de grupos de la oposición sirios en Riad ese mismo mes.

La conferencia de Riad, que Estados Unidos organizó junto con sus aliados regionales, estaba dirigida a alcanzar un acuerdo sobre la representación de los grupos de la oposición en las conversaciones políticas que se realizarían con el régimen de Assad. En la conferencia de Riad, el 9 y 10 de diciembre, sin embargo, el representante de Ahrar al-Sham abandonó la conferencia después de quejarse de que los resultados no reflejan suficientemente la insistencia de Ahrar al-Sham de que la oposición debe tener una identidad "musulmana" -lo que significa que los grupos islamistas deben ser dominantes en la composición del equipo negociador.

La participación de Ahrar al-Sham en la ofensiva liderada por el Frente Nusra que comenzó el 3 de abril es un indicador mucho más fiable de sus intenciones político-militares que presentarse en la conferencia de Riad. En vídeo conferencia el 29 de mayo, el segundo líder de Ahrar al-Sham, Ali al-Omar, explicó su participación en las conversaciones políticas como parte de una estrategia de "dividir o neutralizar a nuestros enemigos". La ofensiva en tres frentes en el norte de Siria ha desencadenado nuevas rondas de combates que amenazan con hacer que el alto el fuego parcial no tenga sentido.

La respuesta rusa al comportamiento disruptivo del Ahrar al-Sham fue proponer a finales de abril que Ahrar al-Sham sea incluido en una lista negra y sea dejado fuera del marco de alto al fuego. Eso habría significado que Estados Unidos no insistiría en que Rusia y el régimen sirio se abstuvieran  de atacar a Ahrar al-Sham.

Pero el gobierno de Obama rechazó esa propuesta rusa, poniendo al descubierto con ello el nuevo estatus que Ahrar tiene ahora en la política estadounidense. El 24 de mayo, cuando al portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, se le preguntó por qué a Ahrar al-Sham se le debe dar algún tipo de protección en el marco del acuerdo del "cese de hostilidades", a pesar de sus violaciones al alto al fuego, Toner respondió que Ahrar "es parte de este grupo de fuerzas avaladas de la oposición que son parte del Alto Consejo de Negociación (HNC en inglés)". (El nombre real del ente es Alto Comité de Negociaciones.) También dijo que el Departamento de Estado creía que estar de acuerdo con la solicitud de Rusia "tendría un efecto perjudicial sobre el cese de las hostilidades".

Tóner describió al HNC como un ente con estatus multilateral, lo que refleja la implicación de los aliados regionales de Estados Unidos, así como Rusia y otras potencias mundiales. Su respuesta evidenció que la administración Obama ha decidido otorgar a Ahrar al-Sham estatus especial como parte de la  "legítima" oposición.

El verdadero punto de inflexión en la actitud del gobierno hacia Ahrar al-Sham, sin embargo, se produjo a principios de 2015, cuando Turquía, en cooperación con Arabia Saudita y Qatar, apoyó la creación de una "sala de operaciones" para la planificación de una gran ofensiva por parte del "ejército de conquista"(Jaish al-Fatah), el comando conjunto dirigido por el Frente Nusra y Ahrar al-Sham para la operación de toma del control de toda la provincia de Idlib, en marzo y abril de 2015, que estaba en poder de las tropas del gobierno sirio.

Esa operación marcó el comienzo de una relación mucho más estrecha entre Turquía y Ahrar al-Sham. Desde entonces, Ahrar al-Sham ha sido "un proyecto turco en Siria", esto según lo dicho por Faysal Itani, investigador principal residente en el Centro Rafik Hariri del Consejo del Atlántico para el Medio Oriente, en una entrevista a Truthout. Esto, según Itani, fue la razón de la negativa de la administración de Obama para rechazar a Ahrar al-Sham a pesar de su abierta violación de la cesación del fuego.

"Sé que es un hecho", dijo Itani, "que los EE.UU calcularon que necesitamos a los turcos que, ya tienen bastante en contra de nosotros". Esa consideración por sí sola, dice Itani, explica el acomodamiento con un grupo al que había rechazado anteriormente como demasiado extremista.

Durante el pasado año algunos en Washington, entre ellos el ex embajador estadounidense en Siria, Robert Ford, han sugerido que, a pesar de su postura islamista de línea dura, Ahrar al-Sham es demasiado importante como para ser excluido de un proceso político dirigido a alcanzar un acuerdo. Otros han sugerido que Ahrar al-Sham podría desempeñar la función de limitar el poder del Frente Nusra. Un importante especialista sobre los yihadistas en Siria, Charles Lister, ahora en el Instituto del Oriente Medio, ha escrito que sus contactos islamistas sirios creían que la estrecha relación de Ahrar al-Sham con el Frente Nusra es el "único método viable" de controlar el comportamiento de la rama de al-Qaeda.

Sin embargo, eso no es lo mismo que una disposición a romper con el Frente Nusra, mucho menos enfrentarlo. Ahrar al-Sham se ha opuesto a algunas de las aplicaciones más drásticas de la Ley Sharia que el Frente Nusra ha impuesto en las zonas que la coalición anti-Assad ha conquistado en Idlib. Pero tiene mucho más en común con el Frente Nusra que estar en conflicto con él. Ahrar al-Shamn, al igual que el Frente Nusra,  exige el establecimiento de "un Estado islámico bajo la ley Sharia", como sistema político post-Assad.  Y Ahrar al-Sham comparte plenamente el odio visceral del Frente  Nusra por la minoría alauita, a la que ambas organizaciones se refieren con los términos derogatorios de "Nusaryri" y "Rafidah".

La cooperación militar de Ahrar al-Sham con el Frente Nusra ha sido tan completa, que de hecho, el Frente Nusra ha llegado a considerarlo como una fuente de armas, según un ex combatiente del Frente Nusra que ha abandonado Siria. Él se refería a las armas suministradas a Ahrar al-Sham por los actores externos, en especial Turquía, Qatar y Arabia Saudita.

Quizás el factor más importante que une a Ahrar al-Sham al Frente Nusra, sin embargo, es que tiene temor a provocar una confrontación con el Frente Nusra sobre las políticas de este último. Como ha observado Aron Lund, un especialista en la guerra en Siria y un socio no residente en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, Ahrar al-Sham "probablemente se siente demasiado débil y dividido internamente para hacerle frente a su aliado yihadista". Cualquier confrontación con el Frente Nusra, por lo tanto, probablemente  dividiría en dos a Ahrar al-Sham debilitándolo drásticamente de la noche a la mañana.


No hay prácticamente ninguna posibilidad de que Ahrar al-Sham actué para bloquear el camino al poder del Frente Nusra. El consentimiento de la administración Obama del principal aliado del Frente Nusra es mucho más acerca de la política de sus relaciones con los aliados regionales -y especialmente con Turquía- que sobre su proclamada preocupación acerca de conseguir el fin del conflicto de Siria.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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