jueves, 15 de septiembre de 2016

Otro cese al fuego en Siria

En el embrollo sirio, es muy difícil concluir con certeza quien está mejor posicionado para sacar ventaja de este nuevo acuerdo, Si Obama o Putin, y cuales en realidad son los objetivos de Erdogan al jugar con uno y otro. Son los planes del gobierno de Obama similares a lo ocurrido con el anterior y fracasado cese al fuego; rescatar y rearmar a los sitiados yihadistas moderados con el agregado que ahora la OTAN a través de Turquía ya ha establecido su presencia militar en territorio sirio. O está Putin, ahora que el sitio sobre Alepo se ha establecido de nuevo, posicionado, con la colaboración de Erdogan, como para imponer su voluntad sobre los Estados Unidos. O acaso existe una colusión mayor entre los poderes dominantes con respecto al destino final de Siria. Estas son interrogantes no pueden ser respondidas con certeza mientras persistan las dudas sobre la viabilidad del acuerdo del cese  al fuego y no se conozcan los detalles secretos del mismo.


OTRO CESE AL FUEGO EN SIRIA



Después de maratónicas sesiones en Ginebra finalmente Rusia y los Estados Unidos han llegado a un acuerdo para el establecimiento de un nuevo cese al fuego o cese de hostilidades en Siria. De particular importancia es el hecho que se lleva a cabo, al igual que el fracasado acuerdo de febrero pasado, en momentos en que las fuerzas sirias y sus aliados han hecho significativos avances contra las bandas de mercenarios yihadistas, especialmente en la ciudad de Alepo donde las fuerzas del Al-Qaeda en Siria y otros grupos de rebeldes “moderados” apoyados por los EE.UU se encuentran sitiados y en riesgo de ser derrotados, razón que estaría empujando a los EE.UU a aceptar un cese de hostilidades con el fin de protegerlos y evitar que el ejército y sirio y las fuerzas pro-Assad comandadas por Rusia recuperen totalmente la ciudad de Alepo, situación que podría definir el destino de la guerra en Siria.

Hasta ahora los detalles más importantes de lo acordado entre Estados Unidos y Rusia permanecen en secreto y únicamente se han dado a conocer aspectos generales de lo que podría constituirse en un cese al fuego duradero. De acuerdo a lo informado en esa ocasión, el cese de hostilidades  entraría en vigor el lunes 12 de septiembre por un periodo de 48 horas que, dependiendo del resultado, podría prolongarse por una semana después de lo cual los EE.UU y Rusia iniciarían acciones conjuntas contra al-Qaeda en siria. Por otra parte y según declaraciones del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, el acuerdo impediría que la fuerza aérea del presidente sirio Bashar al-Assad ataque las posiciones de la oposición dondequiera que estén ubicadas, considerando esta provisión como el “fundamento del acuerdo”. El acuerdo permitirá el acceso de ayuda humanitaria a las ciudades sirias bajo asedio, incluyendo Alepo, y crearía zonas desmilitarizadas alrededor de ellas, ha dicho Kerry. Por su parte el canciller de la Federación Rusa, Sergey Lavrov, ha dicho que el gobierno sirio ha sido informado sobre los términos del arreglo y está preparado para cumplirlos.  

Hasta aquí  lo acordado deja la impresión, o al menos eso es lo que se pretende ya que se desconoce la parte secreta del acuerdo, que todo es producto de lo que se ha negociado entre Rusia y los EE.UU, las mayores potencias militares involucradas en el conflicto sirio. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que todo esto tiene como antecedentes inmediatos la fallida intentona de golpe en Turquía y su reciente incursión militar en el norte de Siria que le ha agregado otro ingrediente más a la complejidad del conflicto sirio y ha hecho que el Sultán Erdogan, que ha aprovechado muy bien la situación, se convierta en un jugador crucial del cual dependería cualquier resultado que se quiera lograr en Siria. Esto quedó de manifiesto en la reciente cumbre del G-20 donde el taimado presidente turco demostró su habilidad para jugar a ambos lados del tablero, con Obama y Putin. 

En el embrollo sirio, es muy difícil concluir con certeza quien está mejor posicionado para sacar ventaja de este nuevo acuerdo, Si Obama o Putin, y cuales en realidad son los objetivos de Erdogan al jugar con uno y otro. Son los planes del gobierno de Obama similares a lo ocurrido con el anterior y fracasado cese al fuego; rescatar y rearmar a los sitiados yihadistas moderados con el agregado que ahora la OTAN a través de Turquía ya ha establecido su presencia militar en territorio sirio. O está Putin, ahora que el sitio sobre Alepo se ha establecido de nuevo, posicionado, con la colaboración de Erdogan, como para imponer su voluntad sobre los Estados Unidos. O acaso existe una colusión mayor entre los poderes dominantes con respecto al destino final de Siria. Estas son interrogantes no pueden ser respondidas con certeza mientras persistan las dudas sobre la viabilidad del acuerdo del cese  al fuego y no se conozcan los detalles secretos del mismo.

Mientras tanto algunos sitios en el Internet, como la página de Elijah JM y el portal de inteligencia israelí Debkafile el cual se presume funciona como brazo propagandístico del Mosad, han publicado sus propias versiones, con base en sus propios análisis y fuentes, sobre algunas de las particularidades del acuerdo alcanzado entre los EE.UU y Rusia. Así por ejemplo, Elijah J. Magnier en comentario publicado el 5 de septiembre, detalla varios de los pormenores del acuerdo que estaría por ser aprobado, como el hecho que ambas superpotencias se han puesto de acuerdo sobre varias cuestiones, pero sobre todo para permitir la entrada de los convoyes humanitarios en la ciudad (y otras partes de Siria), y para congelar la situación de la guerra en Alepo, definiendo líneas de demarcación entre todos los beligerantes, creando así un modelo potencial para otras regiones de Siria -énfasis añadido-. Según esta versión el congelamiento de la situación en Alepo y la demarcación de los territorios ocupados por los beligerantes que podría ser un modelo para otras regiones en Siria, y que podría interpretarse como la partición de Siria, constituyen quizás parte de las cuestiones centrales del acuerdo que no se ha hecho público y que el gobierno de Siria como el de Irán habrían aceptado. 

Más adelante se indica en el artículo que, en cualquier caso, siempre y cuando se concluya el acuerdo, todos los esfuerzos militares se dedicarán a golpear al "Estado islámico" y Jabhat al-Nusra -Al Qaeda en Siria (como anteriormente se nombraba) y todas las facciones yihadistas que se niegan a unirse al proceso político. En este momento algunos de estos grupos como Ahrar al-Sham y aproximadamente 40 facciones que forman parte de ELS han declarado que no se apegaran a la propuesta de cese al fuego.

En lo concerniente a la situación de Alepo, Estados Unidos quiere asegurarse de que Rusia no va a golpear a sus aliados y otros rebeldes, y Rusia se ha comprometido a detener todos los ataques en contra de los grupos aprobados por los EE.UU como parte del trato, ha escrito Magnier, quien a continuación detalla que, después de todo, Rusia quiere -mientras sus aliados completan una vez más el cerco alrededor de Alepo- abrir un corredor humanitario seguro bajo su supervisión y la participación directa de las Naciones Unidas. ¿Es esta una victoria para Rusia o los EE.UU.? Es la pregunta de Magnier.

A este respecto, en un artículo anterior Magnier había escrito que “Obama tiene la ventaja sobre Irán y Rusia en Siria e Irak, y sin desplegar grandes fuerzas terrestres". Sin embargo, en su último artículo (leer aquí) publicado 4 días antes del acuerdo entre los EE.UU y Rusia, Magnier afirma que, al llegar a un acuerdo con Turquía, Putin ha cosechado los beneficios de una situación en la que los aliados de ayer (es decir, los grupos de rebeldes del Ejército Sirio Libre aprobados por los Estados Unidos y también considerados pro-Turquía) ahora luchan entre sí (Fuerzas Democrática Sirias apoyadas por los EE.UU), y la misma fuerza apoyada por la fuerza Aérea de Estados Unidos en el norte de Siria, SDF-YPG, se dividen y unos cientos de militantes han abandonado a  los kurdos para unirse a Turquía. Las fuerzas rusas estacionadas en Siria apoyan la seguridad en torno a Damasco y contribuyen a la mediación de un alto el fuego entre más de 48 grupos rebeldes y el gobierno sirio. Resultó, según Magnier, que Putin jugó en el último minuto a la "Ruleta Rusa", arrastrando a los EE.UU a la mesa de negociación exactamente en el momento que la situación en Siria estaba a punto de salirse del control de los Estados Unidos.

Según Magnier, Rusia aprovechó su oportunidad cuando Erdogan lanzó su acusación indirecta contra los EE.UU por tener pleno conocimiento del fallido golpe de estado. Putin, con su arriesgada movida, logró asegurar la supervivencia del presidente sirio Bashar al-Assad, y otorgándose él mismo una importante ventaja sobre los EE.UU en la guerra de Siria. El resultado es sorprendente: Turquía acepta a Assad y ya no está pidiendo que sea removido como una condición previa a cualquier negociación. Por otra parte, Turquía ha demolido el sueño kurdo de establecer un Estado, previniendo la partición de Siria a partir del norte.

Por su parte Debkafile en su propia versión de los eventos que habrían originado el acuerdo entre los EE.UU y Rusia afirma que, el acuerdo de cese al fuego anunciado por Kerry y Lavrov el 9 de septiembre en Ginebra, cede la cuestión siria al presidente de Rusia, Vladimir Putin y a los militares del país. El acuerdo, según el portal israelí, representa un brusco revés para los EE.UU. En su reunión con Putin en China la semana pasada, el presidente estadounidense Barack Obama no estuvo de acuerdo con esas medidas por la sencilla razón de que un acuerdo de este tipo estaría en consonancia con la política y la postura del candidato republicano Donald Trump, no las de la candidata demócrata Hillary Clinton. Trump sugirió hace varios meses que los EE.UU deben dejar que Putin finalice con la guerra en Siria, afirmando que el líder ruso estaría mejor capacitado para hacerlo.

Al referirse a los detalles secretos del acuerdo, Debkafile indica, que bajo las actuales circunstancias no es de extrañar que Kerry y Lavrov hayan decidido no hacer públicos esos detalles del acuerdo, ya que estos revelarían que los rebeldes en el área de Alepo, y quizás en toda Siria, han sido abandonados encontrándose ahora atrapados tanto por el acuerdo ruso-turco como por el ruso-estadounidense, con el nudo cerrándose a su alrededor. En seguida y buscando respaldar su versión del acuerdo, Debkafile menciona un previo reporte publicado por el portal el viernes 9 de septiembre y que básicamente tiene que ver con lo sucedido esa semana entre Rusia y Turquía, quienes calladamente y aprovechando las distracciones de las diferentes iniciativas que resonaban en Washington, Moscú, Ankara, Jerusalén y la cumbre del G-20, se pusieron de acuerdo para tomar bajo su control los asuntos de la región. Recep Tayyip Erdogan sabía que nada saldría de su oferta, realizada al margen del G-20, al presidente de Estados Unidos Barack Obama para formar un equipo para una operación conjunta para desalojar a ISIS de Raqqa. 

Sin embargo, los extraordinarios eventos que valen la pena observar tuvieron lugar en Hangzhou sin bombos y platillos, es decir, las conversaciones Obama-Putin y la otra mucho más sustancial entre Putin y Erdogan, informa el portal, que luego y según sus propias fuentes de inteligencia en el Oriente Medio, asegura que en relación a la cooperación en Siria, Putin prácticamente le cerró la puerta a los EE.UU, dejándole saber a Obama, de manera condescendiente, que en este momento cuenta con todas las cartas mayores para controlar el conflicto sirio, mientras que Washington estaba casi por completo fuera del juego. Según las fuentes de Debkafile, Putin mostró sus últimas cartas en un acuerdo secreto con Erdogan para una cooperación ruso-turco en delinear la ruta a seguir en el Oriente Medio.

En cuanto a la concesiones que tanto Erdogan como Putin obtendrían el uno del otro como resultado del pacto secreto, el portal israelí menciona que antes de abandonar China, Erdogan ya se había ganado el consentimiento de Putin para apoderarse de una generosa porción de territorio en el norte de Siria de 4,000 kms cuadrados, como “zona de seguridad” bajo el control del ejército y la fuerza aérea de Turquía, con la garantía de Rusia de no interferir. Esta zona de seguridad turca incluye las ciudades sirias de Jarablus, Manjib, Azaz, y Al-Bab. Ankara por su parte reciprocaría con el retiro de su apoyo a los grupos rebeldes pro-EE.UU y pro-Arabia Saudita que combaten al ejército de Assad y sus aliados en el norte de Alepo. La concesión de Turquía le proporcionó a Putin un argumento atractivo para obtener el consentimiento del mandatario sirio al proyecto de Erdogan. La oferta de Ankara para persuadir a Occcidente fue que la planeada zona de seguridad serviría para servir de refugio a los refugiados sirios y aminorar el éxodo que preocupa a Europa.

Es debatible hasta qué punto las versiones de Elijah M. Magnier y Debkafile pueden tomarse como ciertas, sobre todo en el caso específico del portal israelí por su tendencia a la exageración y la dudosa existencia de sus fuentes anónimas que generan el escepticismo y le restan mucha credibilidad a lo que reportan como hechos, sin embargo, el solo hecho de que el Departamento de Estado de los EE.UU se rehúse a hacer publicos los detalles más importantes del acuerdo de cese al fuego,  como lo está demandando el canciller ruso Lavrov, hace que su versión no pueda ser descartada automáticamente. 

Mientras tanto en Washington los neoconservadores comandados por el secretario de Defensa, Ashton Carter, están furiosos con lo acordado por Kerry, al grado que el Pentágono ha dicho que no están seguros de trabajar conjuntamente con Rusia  a partir del 8vo día que es cuando Estados Unidos y Rusia empiezan a compartir inteligencia y atacar las posiciones de los grupos terroristas que no están incluidos en el acuerdo de cese al fuego, como Jabhat Fateh al-Sham, (ex Frente Nusra) y el EIIL. Aducen en el Pentágono que desconfían de los rusos y por lo tanto les preocupa tener que compartir información con ellos sobre como los EE.UU usa sus datos de inteligencia para conducir ataques aéreos en Siria y en otros lugares, lo cual podría representar una ventaja para Moscú en la creciente confrontación submarina y aérea en el Báltico y Europa. Sin embargo, la historia es otra y se reduce al temor de Washington de que sus ejércitos mercenarios, Jabhat Fateh al-Sham y el EIIL, claves para el cambio de régimen en Siria, sean totalmente aniquilados en Alepo que le pondría fin a la guerra y por consiguiente a sus planes de eliminar a Al Assad. 

Atento a la duplicidad de Washington a la hora de cumplir con lo acordado, sobre todo en lo relacionado a la separación de los supuestos rebeldes moderados de los yihadistas más radicales del ex Frente Nusra, que forma la espina dorsal del yihadismo anti-Assad, Moscú a través de su canciller Sergey Lavrov está demandando que los EE.UU hagan publico el acuerdo para poderlo aplicar en su forma original, no mantenerlo en secreto como son los deseos de Washington. No tenemos nada que ocultar, todo lo que está especificado ahí es parte del acuerdo, “y sugerimos que el documento sea presentado sin enmiendas ante el Consejo de Seguridad de la ONU para su aprobación”, ha dicho Lavrov, según cita de la agencia  de noticias TASS.


Las declaraciones del canciller ruso indican que en Moscú existe un alto nivel de confianza, producto de su posicionamiento militar y diplomático en el conflicto en Siria, como para poder dictar los términos de una solución negociada a los EE.UU que por su parte intenta, muy a su estilo, poner toda la responsabilidad sobre las espaldas de Rusia. Sin embargo, los EE.UU se encuentran actualmente en una posición muy precaria en Siria, sobre todo en Alepo donde su ejército mercenario yihadista se encuentra sitiado y al borde de la derrota, a menos que los EE.UU resuelvan el apremiante dilema kurdo-turco, es decir que opten por sacrificar a los kurdos por una alianza  con Turquía que convenga a los intereses del truculento Sultan Erdogan que ahora en posesión de su ansiada zona de seguridad en el norte de Siria, cuenta con las cartas como para decidir el destino del conflicto a favor de uno de los bandos.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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