Trump simplemente está
procediendo similar a lo hecho por otros presidentes antes que él, como G.W.
Bush y Obama quien durante su presidencia, bajo el pretexto de deportar a
criminales de alta peligrosidad, llegó a expulsar más de 3 millones de
indocumentados, muchos de ellos por ofensas menores. Trump está
siendo enfático al declarar que no “necesitamos nuevas leyes”, “trabajaremos de
acuerdo al sistema y marco legal existente”.
NADA NUEVO E ILEGAL EN LAS
MEDIDAS ANTIINMIGRANTES DE
TRUMP
Finalmente el presidente Trump a través de una de una de sus órdenes
ejecutivas: “Fortaleciendo la seguridad pública en el interior de los Estados
Unidos”, ha dejado en claro, entre
muchas de las medidas antiinmigrantes que su gobierno está poniendo en práctica,
que las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados serán un hecho
durante su gobierno. La directiva, dada a conocer el 27 de enero de 2017, faculta
al Departamento de Seguridad Nacional y al Servicio de Inmigración para cumplir
a cabalidad con la ejecución de las leyes sobre inmigración de los Estados
Unidos, incluyendo la Ley de Inmigración y Seguridad (INA) contra todos
aquellos foráneos (aliens) susceptibles a la deportación (removables). De esta
manera el presidente Trump procede no solo de acuerdo a las leyes de los EE.UU,
sino además cumple con su promesa de campaña sobre la eliminación de la inmigración
indocumentada que también incluye la construcción del muro en la frontera entre
Estados Unidos y México.
Y aunque las críticas y las masivas protestas contra el presidente Trump
por las acciones que está tomando contra la inmigración indocumentada pretenden
presentar esto como algo ilegal y sin precedentes, lo cierto es que no hay nada
nuevo y de ilegal en ello. Trump simplemente está procediendo similar a lo
hecho por otros presidentes antes que él, como G.W. Bush y Obama quien durante
su presidencia, bajo el pretexto de deportar a criminales de alta peligrosidad,
llegó a expulsar más de 3 millones de indocumentados, muchos de ellos por
ofensas menores, ganándose por ello el apodo del “Deportador en Jefe”. Trump
está siendo enfático al declarar que no “necesitamos nuevas leyes”, “trabajaremos
de acuerdo al sistema y marco legal existente”. “Existe cierta continuidad
entre lo que ha sido propuesto por Trump y lo que ha sucedido bajo Obama”. “Ya
existe la infraestructura para llevar a cabo los planes anunciados por Trump”. “La
idea de las deportaciones masivas ya ha sido normalizada”, ha declarado un
miembro del Proyecto de Defensa del Inmigrante, quien además mencionó que
medidas como la Ley de Control y Reforma de la Inmigración (IRCA) de 1996
firmada por Bill Clinton, así como las medidas sobre seguridad post 11-9 de
G.W. Bush, condujeron a definiciones más amplias del crimen que hace que una
persona sea candidato a la remoción por delitos de poca monta.
Dada la dureza de sus acciones iniciales, es más que probable que el actual
presidente, tomando en cuenta el impulso
antiinmigrante que ha demostrado en los primeros días de su gobierno,
especialmente contra mexicanos, centroamericanos y del resto provenientes de
países sudamericanos (de los indocumentados canadienses y europeos no se dice
nada), consiga expulsar del país un número record de indocumentados, ya que las
disposiciones contenidas en la Acción Ejecutiva, aunque pone énfasis en
aquellos que han cometido serios delitos, unos 2 o 3 millones, en la práctica
considera criminales sujetos a la deportación a todas aquellas personas que
hayan cometido cualquier tipo de ofensa criminal o que han violado las leyes
migratorias de los EE.UU, como haber entrado y residir de manera ilegal en el
país. Esto pone en serias dificultades a todas aquellas personas sin un estatus
migratorio que garantice su estadía legal, aproximadamente 11 millones de
inmigrantes.
Como ya hemos señalado esto no es nada nuevo, ni tampoco la política de las
deportaciones masivas será exclusividad del gobierno de Trump. En 1954 durante
el gobierno del republicano Dwight Eisenhower se montó, con la cooperación del
gobierno mexicano, la Operación Wet Back, mediante la cual fueron deportados en
forma masiva aproximadamente más de 1 millón de mexicanos que habían entrado
ilegalmente a territorio de los Estados Unidos. Durante los debates de las
primarias republicanas, Donald Trump mostró su agrado con lo realizado por
Einsenhower. Por otra parte, las deportaciones durante el gobierno de Obama, al
que Trump ha criticado por su postura “blanda” en inmigración, han alcanzado la
cifra de 2.4 millones de deportados solo en el periodo 2009-2014, sin embargo,
esta cantidad podría ascender a 3.2 millones cuando se tengan los datos
completos del periodo 2015-2016, lo que convertiría a Obama en el presidente
con más deportaciones en su haber en la larga historia antiinmigrante de los
EE.UU y que abarca penosos y vergonzosos episodios, caracterizados por el odio
y rechazo hacia los denominados “illegal aliens”, como la ley de exclusión de inmigrantes
chinos, el confinamiento de japoneses durante la segunda guerra mundial, la
operación Wet Back, culminando ahora con los planes del gobierno de Trump de
restringir la entrada de inmigrantes provenientes de siete países con poblaciones
mayormente musulmanas, que irónicamente son los que más han sufrido las
consecuencias del intervencionismo militar de los EE.UU, como es el caso de
Irak, Siria, Yemen, Somalia, Irán, Libia y Sudan.
A pesar de la oposición que las políticas antiinmigrantes del presidente
Trump están generando entre diversos sectores de la población, como en las
llamadas Ciudades Santuarios (amenazadas por Trump con la eliminación de fondos
federales) cuyas autoridades ha declarado que se negaran a cooperar con sus
políticas antiinmigrantes, los precedentes históricos, el clima antiinmigrante
y las disposiciones legales contra la inmigración indocumentada vigentes en el
país, todo esto sumado a un congreso dominado por los republicanos y las
prerrogativas ejecutivas de las que está haciendo uso el actual presidente, son
factores de mucho peso que inclinan la balanza en favor de las acciones
antiinmigrantes que el gobierno de Trump está poniendo en marcha y, que por lo
observado hasta el momento, indican que las deportaciones masivas serán un hecho
durante su gobierno, como lo fueron durante el tiempo de Obama y seguramente lo
serían con Hillary Clinton, quien aparte de ofrecer sin mucho entusiasmo una
reforma migratoria, dijo que deportaría aquellos inmigrantes con un historial
criminal.
Durante su campaña presidencial, Donald Trump supo explotar, para su propio
beneficio, la cuestión de la inmigración indocumentada que ha permanecido, por
razones políticas y económicas, sin ser resuelta por mucho tiempo llegándose a
transformar en un tema fácilmente manipulable que cada cuando, sobre todo en
tiempo de elecciones, es explotado al máximo por políticos inescrupulosos y
toda una variedad de personajes y grupos antiinmigrantes conscientes que al
utilizar la inmigración ilegal como el chivo expiatorio de todos los males que
padece la nación impactaran en el centro del sentimiento antiinmigrante y
xenófobo existente en grandes sectores de la población estadounidense para quienes
la única solución es la eliminación o remoción, a través de las deportaciones,
de estos criminales violadores de la ley que no tienen ningún derecho a residir
en el país bajo ninguna forma de amnistía.
Donald Trump es un hombre carente de sentimentalismos y piedad que no
entiende de razones humanitarias. Su pensamiento reaccionario, ultranacionalista
y supremacista lo lleva a ver la inmigración, legal o ilegal, especialmente la
de personas de piel oscura, mexicanos (hispanos en general) y musulmanes, como
indeseable y dañina, como una plaga que se aprovecha de los contribuyentes y
roba los trabajos de los ciudadanos estadounidenses. Para Trump los inmigrantes
son un peligro para el bienestar y la seguridad interna de la nación, por lo
tanto su presencia debe de ser eliminada o reducida al máximo, al diablo con
eso de la nación de inmigrantes. Estados Unidos debe recuperar su grandeza, el
sueño americano exclusivamente blanco, esa fue la promesa de Trump el candidato
que ahora como presidente ya empieza a poner en marcha sin compasión alguna.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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