Debe hacerse justicia
a las niñas haciendo cambios profundos en esas instituciones, sin linchamientos
políticos ni descalificaciones: ¿acaso hace un año ocurre eso y Jimmy es el
responsable? Son 60 años de retraso originado por las dictaduras militares
coludidas con los oligarcas. Jimmy es irrelevante y nadie lo sacará de su
tontera.
EL CONMOVEDOR CASO DE
LAS 36 NIÑAS
INCINERADAS DE
GUATEMALA
Por Luciano Castro Barillas
Tuve la oportunidad de trabajar como educador
durante tres años en el antiguo Centro de Orientación de Varones de la zona 13
de la ciudad de Guatemala. Ya por esos años se había suprimido el tenebroso
nombre de Corrección de Menores,
pues la institución se había modernizado en la percepción y tratamiento de los niños
y jóvenes de conducta irregular, como se tipificaban estos casos educacionales,
sociales y emocionales. Había en cada centro, que eran cuatro, tratamientos
parecidos, siendo el más avanzado el Centro de Pre-Egreso de San Pedrito, zona
5, donde se suponía que el tratamiento psicobiosocial por varios años de estas
personas los hacía ya aptos para vivir en sociedad.
El régimen de pre-egreso consistía en que los
alumnos trabajaban durante el día en talleres de mecánica, zapatería o
imprentas; y pernoctaban en el albergue de San Pedrito; previo a salir a su
trabajo desayunaban y al retornar luego de sus ocho horas de trabajo, cenaban,
se les proveía de ropa limpia personal y de cama, además de cepillos dentales,
no así tubos de pasta de dientes, pues habían descubierto estos jovencitos que
la pasta dental mezclada con no sé qué ingrediente funcionaba muy bien como
embriagante.
Los centros más complicados fueron siempre el
de la zona 13 para varones y el Centro de Orientación Femenina, Las Gaviotas,
que funcionaba en un idílico paraje de encinas y robles del municipio de San
Juan Sacatepéquez. Allí las niñas cursaban su educación primaria y aprendían
oficios propios de su género. Con los varones era igual en el Centro denominado
popularmente como la Ciudad de los Niños, en el municipio
de San José Pinula, donde había magníficos talleres de carpintería, zapatería,
sastrería y panadería; además para quienes tuvieran inclinaciones
agropecuarias, porque llegaban también niños del área rural, disponía este
centro de una magnífico hato de vacas lecheras holandesas de raza Holstein y un
área de siembra para hortalizas y maíz. Las áreas para las prácticas del
deporte eran amplias y la propiedad en general estaba inmersa en un bosque de
oscuros y añosos cipreses, con agua abundante y grandes espacios para la
recreación, con una colina incluida.
Este centro educativo fue creado, dicho sea de
paso, por el ministro de educación de Juan José Arévalo, durante el período
revolucionario, el ilustre jutiapaneco originario de la aldea Las Ánimas, de
Asunción Mita, el doctor en pedagogía Juan José Orozco Posadas; quien también
designó a esta escuela con el nombre que fue conocido durante muchos años. Los
niños que vivían en la Ciudad de los Niños se aprestaban, ya con entrenamiento
laboral, para ser transferidos al centro de pre-egreso San Pedrito. Toda
funcionaba de manera aceptable y todavía no se conocía el fenómeno de la maras,
esas pandillas juveniles que ahora son amplias y sanguinarias organizaciones
criminales que asuelan grandes y pequeñas ciudades de todo Guatemala. Los niños
que delinquían lo hacían de manera personal, para sobrevivir en las calles y
sus robos o hurtos, eran sencillas raterías de poca monta. Cada niño tenía no
poca inversión por parte del Estado y los resultados, luego de tres o cuatro
años de internamiento, eran sencillamente,
lamentables. De cada 100 casos tratados, si mucho, se rehabilitaban dos.
¿Dónde estaba la falla? Pues como primer motivo estaban la familia
disfuncional de donde provenían, pero la causa profunda era la sociedad donde
se había configurado esa célula familiar.
Todas las modernas psicopedagogías y
sociologías burguesas identificaban con los métodos propios de la ciencia
burguesa, muy posiblemente la causa de clase para estas
sociopatías, pero no encontraron ni creo que puedan encontrar nunca la
fórmula para resolver ese tipo de
problemas conductuales, porque son fenómenos, consecuencias; no causas. Los
casos psiquiátricos eran mínimos y se remetían más que todo al tratamiento de
casos de epilepsis. Nunca se utilizaron o casi nunca se utilizaron estas instituciones,
para casos de niños en orfandad, pues generalmente estos niños eran acogidos
por sus tíos, tías o abuelos. Allí llegaban niños definidos como de conducta
irregular, irregularidades creadas por un sistema de exclusión,
violencia y racismo capitalista.
No defiendo a Jimmy, pero pretender lincharlo
políticamente por no apersonarse al lugar de la tragedia en el instante que
ocurría, no deber esperarse de él. Este pobre hombre vive miles de miedos que
lo tienen medio loco. Falla, sí, en no tener carácter ni seso para hacer
declaraciones más puntuales y decididas, para satisfacción de la gente que
tiene grande ojeriza contra él. Es decir, sus relacionistas públicos son más
brutos que él y como medida de defensa a su ineptitud, porque cada vez que abre
la boca es un tesoro de anomalías lingüísticas y comunicacionales, ha pedido a
los periodistas hacer solo preguntas relacionados con el tema que se trata en
las conferencias de prensa y para lo que él, como escolar, estuvo repasa que
repasa, para no salir con un lapsus calami, por aquí o por allá.
Aun así, con lección aprendida, las metidas de pata siempre son inevitables. No
es necesariamente una política antiperiodística, aunque lo haya declarado: es
una actitud defensiva ante su ineptitud.
El señor Jimmy no puede darle tratamiento a
ninguna cosa de su cargo. Pero al final, no tiene la culpa él, sino los
millones de guatemaltecos idiotas que lo eligieron. Tienen, pues, en el cargo,
por lo que votaron. Y los grupos progres o de izquierda, como siempre, se solidarizan
con las jovencitas muertas, pero de esos grupos contestatarios de poco fiar,
salió precisamente para el cargo de Ministra de Salud la hija de Mirna Mack, la
antropóloga asesinada. Su hija, que vociferó en la Plaza de la Constitución con
frenesí y desenfado, no tuvo empacho para aceptar un cargo ministerial
ofrecido, no cabe la menor duda, por el grupo de militares fascistas del FCN,
porque a ese nivel, los cargos no se asignan por una sencilla carta de
recomendación, sino pasan por una discusión no solo política sino ideológica.
¿Quién es la doctora Hernádez Mack? Pues, a saber, pero principios democráticos
no creo que tenga desde el momento de subirse a este carro loco y mal oliente
de la actual administración jimmysta, no moralista, porque estaríamos diciendo
otra cosa peor, más loca y más desacertada.
Lo que allí falló, independiente de la causa
social, es un sistema de atención, protección y resguardo de menores vulnerables,
porque se sigue teniendo a esos centros, pese a los avances de la psicopedagogía,
en ser ámbitos de detención carcelaria; por eso las cercas altísima ya
alambradas y los portones penitenciarios, fortísimos e infranqueables. La
mentalidad debe ser otra: EL PLENO EJERCICIO DE LA LIBERTAD de las personas
allí retenidas. Con reglas claras de convivencia y sin paternalismos de
trabajadora social (problemas sociales, le dicen a estas profesionales por su
alto grado de conflictividad y sentido común en mi país).Quien quiera estar y
atenerse a las normas de convivencia, pues, las puertas deben estar siempre
abiertas y a quien no le gusta, pues igualmente las puertas deben de estar de
par en par, como figura simbólica claro, porque ahora todo mundo pareciera
estar medio loco (lo de perro faldero dicho por el presidente peruano en uso de
una mal figura literaria y la interpretación literal de otro loco e iletrado
como Nicolás Maduro).
Nadie puede ser retenido donde no quiere estar.
La niñez desprotegida debe ser respaldada, pero en tanto quiera eso. Porque a
nadie se puede hacer entender si no quiere entender. El instinto carcelario,
penitenciario, es el responsable de la tragedia. La falta de protocolos para
manejar esas crisis (amotinamientos) de hecho bastante comunes en todo centro
de detención, pero con menos agravantes donde hay menores, donde diariamente se
evaden uno o dos niños, sin mayores repercusiones legales para los custodios.
Hubo notaria incapacidad para el manejo de la crisis y lo mejor debió haberlos
dejado ir y no retenerlos. Los custodios se imaginaron la gravedad de que todas
las niñas escaparan, pero nunca imaginaron la gravedad de que casi todas
estuvieran muertas. Hay que estar dentro de las crisis para entenderlas y no
salir desaforando ¡Genocidio de Estado! ¡Jimmy Asesino! Eso no es exactamente
así. Y tampoco es responsabilidad de todos los ciudadanos. La responsabilidad
es de una estructura de poder político tradicional regenteado por oligarcas que
no han permitido la modernización de estas instituciones y un generoso
presupuesto.
La Ciudad de los Niños es una obra de la
Revolución de Octubre y funcionó muy bien por muchos años en San José Pinula.
Las dictaduras militares y los psicopedagogos militaristas no permitieron
superar la mentalidad carcelaria y dichas escuelas dejaron de serlo hace años,
para convertirse en antros de perversión, degradación y abusos. Debe hacerse
justicia a las niñas haciendo cambios profundos en esas instituciones, sin
linchamientos políticos ni descalificaciones: ¿acaso hace un año ocurre eso y
Jimmy es el responsable? Son 60 años de retraso originado por las dictaduras
militares coludidas con los oligarcas. Jimmy es irrelevante y nadie lo sacará
de su tontera. Él es así y no tiene futuro. Cada día se labra la estaca y
pienso yo, con tantos problemas, este pobre hombre está al punto del colapso
emocional y mental, a puras inyecciones de neurotropas, para mantenerse en el
cargo. Veamos pues, motivos y causas y no hagamos muchos casos a los progre,
muy dados a gritar en las plazas y después, como clase oportunista, subirse al
carro oficial, al primer ofrecimiento de trabajo bien remunerado.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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